lunes, diciembre 27, 2010

Modelos de periodistas

En unos pocos días, Larry King se ha jubilado e Iñaki Gabilondo ha dicho adiós a CNN+, canal al que apenas le quedan unos días de vida. Las tres noticias me han dejado un poso de melancolía, de una etapa que se cierra, de un periodismo que ya no volverá. A Larry King se le conoce poco por aquí (de eso que se ha librado...), más allá de su característico aspecto. A Gabilondo le conocemos mucho, sobre todo desde que se convirtió en emblema de la Cadena SER, antes de su regreso a la televisión en Cuatro. Por eso, por ese conocimiento del periodista y del entorno que le rodea, no me sorprenden los furibundos arrebatos de felicidad que han sentido algunos sectores conservadores con su marcha de la primera (¿primera?) línea y con el cierre de CNN+. Eso demuestra que el periodismo español, sobre todo el periodismo televisivo, está herido de muerte y que el respeto que tienen los españoles hacia sus medios sólo depende, mayoritariamente, de la afiliación política. Es decir, los de derechas, sea ya lo que sea eso, se han alegrado de que CNN+ muera y Gabilondo desaparezca del panorama audiovisual.

Para mí, CNN+ supone un torrente de buenos recuerdos. De horas pegado al televisor para estar al tanto de los últimos acontecimientos. De ruedas de prensa, manifestaciones, sesiones parlamentarios y otras tantas cosas seguidas a través de una pantalla para poder trasladárselas yo a quien quisiera leer lo que escribía. Por eso, siempre voy a sentir gratitud hacia el trabajo de tantos profesionales que han pasado por esa casa (sí, hasta Letizia Ortiz, sí...). Y supone la desaparición paulatina de una forma de hacer periodismo (olvidáos ya de la ideología quienes queráis entender que estoy defendiendo a un medio de izquierdas) que es la que más respeto: la de primar la información sobre el entretenimiento, el dato sobre el chascarrillo, el periodista sobre el showman. Que Telecinco, con su nuevo poder en Prisa, haya decidido utilizar la frecuencia de CNN+ para un canal 24 horas de Gran Hermano lo dice todo. Sobre la profesión y sobre este país. El periodismo se muere y nadie quiere verlo. Nadie, al menos, con poder suficiente como para cambiar las cosas. O al menos para luchar por una profesión tan noble como la del periodista.

Noble tendría que ser. Pero si estos son modelos de hacer periodismo...









...yo realmente no sé si quiero ser periodista.

jueves, diciembre 23, 2010

Feliz Navidad

Se me ocurren pocas cosas más navideñas que la nieve. Y como todavía no ha nevado, tiro de archivo fotográfico para encontrar algo de ese material blanco tan bonito. Ya sabéis, portáis bien, comed lo que os apetezca, bebed con moderación y tened cuidadito con el coche, que esta nieve tan bonita es también traicionera.

Feliz Navidad para todos.

viernes, diciembre 17, 2010

El oso

Escenario: la Puerta del Sol de Madrid.

Protagonistas: un grupo de unos veinte chavales, aproximadamente de quince o dieciseis años, saliendo de la boca de Metro principal de Sol.

Situación: uno de ellos levanta el brazo, cual Colón señalando América en su descubrimiento.

- "Andá, el oso del Atleti".

Y no le faltaba razón al muchacho, no. Es el oso del Atleti. Del Atleti y nadie más, claro. Y es que a veces me saombra la fuente de conocimiento y la capacidad asociativa que tienen los jóvenes...

viernes, diciembre 10, 2010

Presuntamente


El dopaje es una de esas cosas que jamás me entrarán en la cabeza, por muchas operaciones que se desaten, por mucha gente que se detenga y por muchos mitos que se derrumben. Imagino que cuando eres un deportista de élite y estás tan cerca de la gloria, tiene que ser duro ver que te falta un peldaño para alcanzarla. Imagino. Tengo que imaginarlo, porque es la única forma que tengo de entenderlo. Nadie te obliga a ser deportista en esta vida (tampoco controlador aéreo, por cierto). Y sé que es muy difícil dedicarse al deporte, especialmente a deportes minoritarios que no tienen la gran atención mediática y de las grandes marcas patrocinadoras. Sé que es complicado entregar tus mejores años a la práctica deportiva y rebasar la treintena y darte cuenta de que en realidad no tienes mucha base sobre la que vivir el resto de tu vida. Pero no le encuentro justificación.

Somos muchos los que vemos las hazañas deportivas suspirando por haber estado ahí algún día. Por haber mirado a una grada repleta de gente que trata de inmortalizar con sus cámaras y sus flashes tu momento de gloria. Que te vitorea, que te aplaude. Que incluso te idolatra. No creo que se pueda describir con palabras la sensación que te deja un triunfo deportivo, porque todos, de niños o de adultos, hemos tenido ese partido o esa carrera que no olvidaremos, por mucho que no nos reportara más que un trofeo de latón comprado en la tienda de deportes del barrio o incluso un simple momento de satisfacción personal sin más. No sé si los atletas que se dopan son consciente de cuánta decepción provocan y en cuántas personas diferentes cuando se descubre que no era sólo ese atleta y por sus méritos el que estaba consiguiendo iluminar nuestros sueños. No sé si se arriesgarían a meterse esas drogas en sus cuerpos si pudieran ver las caras desencajadas de quienes una vez celebramos sus triunfos como propios.

Pero para mí hay algo peor que esos deportistas que se dopan para alcanzar la gloria. Para mí es peor quien se enriquece con ese negocio aunque no haya probado jamás una de esas drogas. Quien comercia con esos sueños e ilusiones de la gente. Quien se aprovecha de las debilidades humanas. Quien nos hace pensar que ojalá sea todo un error de las fuerzas de seguridad que les han pillado, que seguro que el juicio acaba demostrando su inocencia.

Ahora estoy hundido. Marta, me has hundido.

Presuntamente.

martes, diciembre 07, 2010

Controladores

Quería ver yo por dónde avanzaba el tema de los controladores antes de dar rienda suelta a mi estado de indignación por lo que sucedió el pasado viernes en toda España. Lo que sucedió, y yo no creo que haya otra forma racional de enfocarlo, es que un grupo profesional decidió saltarse la Ley, faltar a su puesto de trabajo, paralizar España porque ellos creen que lo valen y tienen el poder para hacerlo, aprovecharse de la situación de poder de la que gozan, retar al legítimo Gobierno de un país, poner en tela de juicio el prestigio internacional de ese mismo país, contribuir a la actual situación de crisis económica reventando un puente siempre muy jugoso desde el punto de vista económico, destrozar sueños, ilusiones y aspiraciones de muchas personas que con su billete de avión habían comprado una vía de escape o de solución a sus vidas, provocar pérdidas económicas importantes en muchos sectores y perjudicar a mucha gente que no tiene culpa ni parte en su situación. ¿Hay de verdad algo que pueda justificar esto? Para mí, en absoluto.

Ya no me importa si tienen o no razón en sus reivindicaciones. Es que ni las quiero leer ya. Los propios controladores han calificado lo que hicieron como "una medida extrema y desmedida". Y eso es quedarse muy corto para lo que han hecho. Confío, espero y deseo que esta vez se ponga el límite, se diga "hasta aquí" y se frenen las ansias egoístas de este colectivo, que lleva diez años jugando con la posibilidad de tomar como rehén a cientos de miles de viajeros cada vez que se aproxima un puente o una fecha señalada de vacaciones. Ahora se quejan de que viven en la esclavitud, como si realmente supieran qué es eso. Querer aprovecharse de la grandilocuencia de las palabras (y de los hechos) juega en su contra. La de controlador aéreo no es la única profesión que lleva aparejada una situación de estrés más o menos continuada y esos otros colectivos no adoptan una medida de chantaje como la que vivimos la semana pasada. Porque es eso: chantaje. No busquemos eufemismos, subterfugios o disculpas. Y el chantaje no tiene ninguna justificación. Ir de antihéroe será muy romántico, pero por encima de todo es ilegal. En este caso, además, es inmoral por todo lo que conlleva.

Los controladores aéreos jamás han hecho una huelga convocada por los cauces legales. Jamás. Eso ya dice mucho de la actual situación. Dicen que este conflicto se viene arrastrando desde hace diez años. Y en ese tiempo, negociaciones y responsabilidades al margen, las protestas sólo han tenido como objetivo conseguir espacio en los medios de comunicación y alterar los planes de los ciudadanos normales. Parece que ninguna de estas dos premisas se pueda conseguir sin la otra. Yo ya estoy cansado, harto, de que cualquiera se sienta con el poder de saltarse las leyes por las razones que crea convenientes sin pararse a pensar en las consecuencias que tienen sus acciones. Y de consecuencias va la cosa. Porque muchos tienen ahora que convivir con un daño irreparable. Unas simples vacaciones perdidas (que, insisto, no sólo los controladores tienen estrés), un negocio arruinado por no poder estar en el sitio al que pretendía viajar, un puesto de trabajo perdido por no atender a la llamada de un empresario, una reunión familiar por motivos lúdicos o trágicos que ya nunca se podrá recuperar. Todo eso pasa. Aunque a los controladores no les importe lo más mínimo. Porque, no nos engañemos, no les importa. Sólo ellos importan.

Si están mal en sus puestos de trabajo, y no dudo que tendrán sus razones para estarlo, hay decenas de posibilidades a explotar y explorar antes de atentar contra los planes de los demás. Decenas. Nunca han utilizado alguna de esas. Nunca. Las protestas de los controladores son salvajes e ilegales siempre. Y yo sólo espero que esta vez caiga sobre ellos todo el peso de la reglamentación que conduce su trabajo y de la Ley que rige los actos de todos y cada uno de los ciudadanos. Quiero expedientes administrativos y quiero procesos penales cuando sea necesario. Es excatamente lo que se han buscado con un comportamiento dañino, irresponsable, desproporcionado e ilegal. Todo lo demás es retórica absurda. No importa quién tiene razón o si es necesario que alguien la tenga, porque eso va aparte. Hablar de eso ahora es un juego de despiste, una cortina de humo que cada cual exhibirá para sacar su propio beneficio. Nada más. No saldrá de mi boca ningún reproche al Gobierno. A ningún Gobierno. No me importa cuál o de qué partido es el que le concedió beneficios o cuál intenta limitarlos.

De la huelga salvaje de Metro que vivió Madrid hace un par de meses sólo tuvieron la culpa los conductores de Metro, no el Gobierno de Esperanza Aguirre. De esta salvajada sólo tienen la culpa los controladores, no el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Si mañana deciden ausentarse de su trabajo sin una convoctoria de huelga todos los funcionarios del Ayuntamiento de Cuenca, la culpa no será de su alcalde. Del acto ilegal sólo tiene la culpa quien infringe la Ley. Luego podremos debatir otras cosas y depurar todas las responsabilidades políticas colaterales que se desprendan. Pero me repatea que no tengamos claro quién es el enemigo. Quién se ha saltado la Ley. Quién ha puesto en jaque a España. Yo lo tengo clarísimo: los controladores. Esos que se han levantado de la mesa de negociación unas cuantas veces, esos que pretenden trabajar menos y cobrar más en una situación en la que hay más de cuatro millones de parados y muchas personas que cobran sueldos que apenas les permiten subsistir, esos que siempre recurren a la ilegalidad antes que a convocar una huelga tal y como está contemplada en la Ley.

Por los derechos de uno hay que luchar, pero nunca pisoteando los derechos de los demás. Eso los controladores no lo han aprendido. Por eso, que paguen. Se lo merecen.

sábado, diciembre 04, 2010

Wikileaks y el fracaso del periodismo

Me impacta el fervor periodístico con Wikileaks. No porque esta organización no sea necesaria, que lo es para que el poder no se perpetúe en sí mismo y con sus normas ajenas del desarrollo del resto del mundo. No porque lo que ha divulgado hasta ahora sea importante, que lo es (al menos, en buena medida), a nivel internacional y también a nivel nacional (de muchas naciones). Lo que me impacta es eso, que la prensa lo ha recibido como un fenómeno del que sacar partido en lugar de lo que realmente es, la mayor constatación mundial del fracaso del periodismo. Wikileaks no es periodismo en sentido estricto. Sí, divulga información, pero no la procesa. No la analiza. No la selecciona. O al menos no la selecciona con criterios periódisticos. Wikileaks hace el trabajo de campo, la investigación, la localización de las fuentes. Pero se detiene ahí. Su publicación es masiva y deja en manos de los medios de comunicación tradicionales el resto de las funciones que, tradicionalmente, han ejercido los periodistas.

Y digo que es un fracaso del periodismo porque revela que durante años ha habido periodistas que han aceptado versiones oficiales que ahora se descubren falsas como poco. Porque han hipotecado su prestigio y su profesionalidad por ponerse del lado de dirigientes que en el mejor de los casos les han engañado (y con ellos, a sus miles -¿millones?- de lectores o espectadores, quienes sufren un doble engaño, el de sus dirigentes y el de quienes tienen que controlar al poder). El periodismo hace muchos años que se ha olvidado de lo que significa, de cuál es su labor. Ahora el corresponsal de guerra es el director de un medio de comunicación que viaja con su chaleco antibalas en la delegación de un ministro de Defensa de un país cualquiera. El que se mete entre las zonas de guerra con su cámara y su grabadora (bendita grabadora, antes tenía que ser sólo una libreta), con un conocimiento del idioma o con un traductor local ya es sólo un loco que más que información lo que busca es que lo maten y que hace documentales fantásticos que no mucha gente ve.

La versión oficial es cómoda. Se puede escuchar desde una confortable oficina. Y nada tengo en contra del periodismo de oficina, en realidad me parece tan importante como el de investigación o el de calle. Pero hay periodismo que exige calle. Hay periodismo que exige investigación. Una guerra o la relación entre dos países sólo puede beber de las fuentes. Secretas muchas veces. Trabajadas siempre. Pero no de los comunicados oficiales. No de las versiones institucionales. Nunca con las notas de prensa que uno recibe en su correo electrónico como única o principal fuente de información. Jamás de entrevistas pactadas con preguntas cercenadas. Wikileaks ha venido a demostrar esto con su publicación masiva de informes. El periodismo está aletargado, es sumiso al poder, no tiene ganas, voluntad ni ilusión de colocarse en el lugar que le corresponde, el del control del poder, no en el de su acompañante. No quiere porque aquello es más cómodo. Porque reporta más beneficios para sus cabezas visibles, mientras el pobre redactorcillo de a pie se cabrea cuando le cambien el texto de una pieza o le digan que su enfoque no tiene interés real. Y lo que realmente sucede es que no le interesa al poderoso.

Wikileaks ha venido a enfrentarse al poderoso, y sólo eso ya le da una importancia capital. Que empresas (como Amazon) hayan optado por restringir la libertad de expresión, ya les pone en el buen camino. Pero reconozco que me queda una duda. Tengo la sensación de que no importa qué desvele Wikileaks, porque nada va a cambiar. Lo que hasta ahora ha ido revelando, en realidad, ha venido a confirmar documentalmente cosas que ya sabíamos (sí, lo de Aznar también: quien ha querido escucharme, sabe que mantengo la teoría de su posible regreso, y en las razones en las que lo argumenta el propio ex presidente, desde que anunció su marcha). ¿Qué sucederá si revela algo realmente sorpredente, relevante, chocante o desconocido? ¿Y si realmente las teorías conspirativas más divertidas y peregrinas tienen respaldo documental en las próximas revelaciones de Wikileaks? ¿Pasará algo? ¿O continuará el letargo social y periodístico en el que vivimos? Esa es mi duda. Wikileaks arriesga mucho. Sus responsables más todavía. Y no sé si servirá para algo. Es duro tener esa duda. Como la certeza del fracaso del periodismo.

lunes, noviembre 29, 2010

El milagro catalán

Milagro, sí, milagro. Ha habido un milagro en estas elecciones catalanas. Creo que es la primera vez, o al menos la primera desde que le prestó una sosegada atención a los procesos democráticos, que hay partidos derrotados en unos comicios. Empezaba a ser una costumbre eso de que después del veredicto de las urnas todos encontraran motivos de satisfacción, y hay que reconocer que eso suena a farsa de las malas. En Cataluña ha ganado CiU. Punto. Ha perdido el PSC. Punto. Ha perdido Esquerra. Punto. Y de los demás podemos hablar mucho. Pero hay un ganador claro y hay varios perdedores. Aleluya. Los milagros son posibles, incluso en política. Incluso en Cataluña, porque tengo que reconocer que la participación ha sido mucho más alta de lo que esperaba, teniendo en cuenta la pobrísima cobertura informativa de la campaña. Yo pensaba que la tontería, el chascarrillo y la anécdota desanimarían a unos votantes que probablemente sabían poco o nada de programas, políticas y promesas. Milagro aquí también.

Otro milagro. Montilla dimite de todo. Asume la responsabilidad de la derrota. Sí, sí, va en serio. Una debacle electoral se lleva por delante al todavía presidente de la Generalitat, entierra su mando en Cataluña y también en el partido. No le deja ni las migajas de un escaño. Esto es un milagro y de los gordos. Pero milagro minimizado, al fin y al cabo, porque algunos, erre que erre, ahí seguirán. Como Joan Puigcerós. ¿Que ERC lleva un descenso imparable? Él promete seguir y haciendo la misma política. Y también, y esto es más importante, porque el próximo presidente de la Generalitat, Artur Mas, llevaba ocho años intentando serlo y ya había perdido dos elecciones. La regla parece sencilla y Mariano Rajoy, si no cambian mucho las cosas, será el próximo dirigente político en cumplirla: la política es una carrera de fondo en la que cuanto menos asomes la cabeza, mejor. Pásate ocho años sin hacer gran cosa, y el simple desgaste del contrario te dejará en bandeja (de plata como mínimo) tu objetivo electoral. ¿Para qué tener ideas si las ideas del contrario ya cavarán su tumba? Entre tanto milagro, eso me parece preocupante.

Y ahora vamos con las dos preguntas del millón. La primera: ¿es culpa de Zapatero el desplome del PSC? Es curioso, pero responden que sí mayoritariamente los que más difunden que el PSC quiere ser independiente del PSOE. Cosas de la vida. Echémosle la culpa a Zapatero. Una cosa más tampoco le va a importar. Yo no sé qué decir, me resulta imposible saber la causa del voto de castigo a Montilla y los suyos porque no vivo en Cataluña. Y la segunda: ¿ha ganado el PP? En Génova están muy felices. El partido ha logrado cuatro escaños más que hace cuatro años, setenta mil votos más y, por tanto, alcanza el mejor resultado de su historia. Pero no dejo de preguntarme si el hecho de que haya hoy más nacionalismo en el Parlamento catalán es culpa precisamente del PP y de la actitud demostrada desde hace tanto tiempo. Ha cerrado sus filas, sí, llegando a su techo. Pero no me quito de la cabeza la idea de que su política es la que ha extremado las posiciones políticas de los nuevos parlamentarios, entre los que se encuentran Joan Laporta y tres miembros más de su partido. Sí, han provocado que los socialistas pierdan mucho terreno con sus ataques a la yugular, pero ¿están contentos con el peaje que han pagado? Veremos.

lunes, noviembre 22, 2010

Premio blogero en forma de flor

Otro de estos premios blogeros que sirven para difundir rinconcitos como el mío ha llegado hasta mí. En realidad, el reconocimiento ha sido para La Sala de Cine, pero por ser un sitio más especializado me hago eco por aquí. La persona responsable de que ahora esté escribiendo estas líneas, quien me ha otorgado el premio, es Key, de Zapato a la cabeza. Dice que lo hace para que le demos su merecida propaganda, así que cumplo con la petición muy gustosamente. Si además de decir que me hace caso en esto del cine, encima me manda una flor, como caballero tradicional que es uno, acepto encantado la obligación de dar las gracias, de responder con más flores o incluso con una invitación a un café o una cena (que digo yo que habrá que comprobar si es cierto eso que dice de tener imán para los camareros bordes). No dejéis de pasaros por su blog, que seguro que os ofrece un rato tremendamente agradable y divertido.

Las normas del blog, esas que nunca obligan en realidad pero que al final comprometen moralmente, dicen que tengo que pasar esta flor a nada menos que doce blogs. Y como decía que en el fondo (o en la superficie, ya no sé) soy un caballero de lo más tradicional, me vais a permitir los lectores que pueda tener que me acuerde en esta ocasión sólo de damas. Que es más propio eso de regalarle una flor a una mujer y uno no tiene tantas oportunidades de hacerlo, vaya... Estas son las doce elegidas, según el orden alfabético que dictan sus nombres:

· Arual, de El espacio de Arual. Desde hace un tiempo manda su pequeñajo en todo y, como buena madre orgullosa, cuenta muchas cosas de él, pero yo llegué hasta este espacio por su pasión por el cine y por las series.

· Beatriz, de No soy Patricia Conde. Una sorpresa diaria. Es imposible saber qué tiene en la cabeza esta terriblemente imaginativa blogera y por dónde va a salir en cada entrada. Verdaderamente imposible. Y por eso es tan entretenido.

· Claire, de El espacio de Claire. La de temas de los que se puede hablar con la excusa de una pequeña anécdota de la vida de cualquiera de nosotros. Ella las saca, las expone, las argumenta y las debate. Y así da gusto.

· Jo Grass, de Cariño, ¡se te ha pasado el arroz!. Sus relatos y las fotografías con las que los ilustra me tienen ganado desde hace tiempo. Desde que nos cuenta las peripecias en Nueva York de un dibujante de cómics, más todavía.

· Leyre, de Voleteando. Hace ya un tiempo que tristemente dejó la blogsfera sin fecha de retorno. Que la flor sirva como muestra de las muchas ganas que tengo de volver a leer algo nuevo en su rincón.

· Lola, de Bohème. Es vitalidad en estado puro, así que ni se os ocurra pedirle el DNI. Dice que anda algo escasa de inspiración, así que a ver si esta flor le ayuda a arrancarse de nuevo con tantas cosas interesantes que tiene que contar.

· Manuela, de Manuela's Secret. La de cosas que tiene que contar. Da igual que sean historias de ficción, relatos de la crisis, mezclas de mundos cinematográficos y reales o cuentos para no dormir de la realidad actual. Y todas son interesantes.

· María, de De todo un poco. Todavía ando pendiente de que ese bien escaso llamado tiempo le permita abrir un blog de cine, pero de momento me conformo con sus interesantes críticas literarias.

· Raquel, de Raquel busca su sitio. Publique lo que publique en su blog, me tiene fascinado con su mirada personal al mundo. Sean letras o sean imágenes, ambas tienen muchísimas cosas detrás. Sobre todo sentimiento.

· Simone, de Ni Prada ni Manhattan. Hace algún tiempo que nos tiene abandonados, pero sabe de sobra que me encantaba leer sus historias y sus reflexiones. A ver si, con suerte, lee esto y vuelve al mundo blogero.

· Sonix, de Sonia Unleashed. Sus trabajadas traducciones, sus excursiones con fotografías, sus críticas de películas, sus peripecias reales de película y sus noticias varias valen su peso en oro. Hasta las fotos periódicas de su gato (por si no os gustan los gatos) permiten pasar un buen rato.

· Van, de Cosas que no puedo contarte. Hay mucha vida en este blog detrás de palabras a veces demasiado amargas para lo que seguro le gustaría. Y es que la vida suele ser así. Triste o alegre, me gusta leer lo que cuenta y el buen rollo que contagia hasta desde su cabecera.

Como de costumbre, no hace falta que ninguna se sienta en la obligación de continuar la cadena. Basta con que sepaís que lo que os leo bien vale una flor.

jueves, noviembre 18, 2010

"Escribir es meterse en problemas"

Me pasaba con el caso de Salvador Sostres lo mismo que con el de Sánchez Dragó. No quería entrar en él. Porque, claro, si entro tengo que confesar la repugnancia que me produjo escuchar sus ya famosísimas afirmaciones sobre sus preferencias sexuales (y los motivos que argumenta) o sus opiniones sobre la procedencia de algunos espectadores marroquíes. Repugnancia, asco y aversión. Eso es lo que siento. Ni más ni menos. Lo mismo que con la fanfarronería de Sánchez Dragó de lo bien que se puede pasar con niñas de trece o catorce años. No sé qué les ha dado ahora a los tertulianos por confesar lo que les gustan o no las menores de edad en materia sexual. La verdad es que por ese lado no creo que pueda haber ninguna discusión. Si a una persona le da asco que alguien alardee de correrías sexuales con niñas, le da asco y punto. Por muy legal que sea. Digo yo que quienes pensamos así todavía tenemos el derecho de decirlo y como se trata de una cuestión de pensamiento personal e intrasferible, no le veo por ahí ningún elemento de polémica que no sea interesado.

Lo que sí me llama la atención, y mucho, es que estas afirmaciones encuentran defensas cuanto menos curiosas. La mayoría de quienes se han alineado en defender a Sortres se amparan en que lo dicho era una conversación privada. Y me parece una más que curiosa manera de distraer la atención y desviar el debate. En realidad, es otra discusión que nada tiene que ver con la anterior, por mucho que se quiera mezclar. De lo que se trata, en primer lugar, o al menos eso es lo que a mí me interesaría en un caso como éste, sea de izquierdas o derechas el autor de las palabras, es discernir lo que dicen de él esas palabras en la doble faceta de ser humano y de comunicador. Eso me parece esencial. Yo, personalmente, no creo que quien sostenga afirmaciones así en conversaciones privadas sea poseedor de mucho crédito para hablar en público, mucho menos en un medio de comunicación. Y es que se olvida con mucha frecuencia que una de las funciones de los medios es educar. Si a alguien le parece una argumentación educativa, que lo diga. Ya sé que no era un guión preparado para emitirse. Ya. ¿Opinar una barbaridad en privado no te convierte igualmente en un bárbaro? Pues eso.

La más imaginativa en estas lides de defender a sus protegidos (por aquello de que es tertuliano en Telemadrid), como casi siempre, ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. "Estaría muerta si reproducen cualquier conversación privada mía", ha dicho. Me entra la vena ingenua de nuevo, esa que me hace pasar del mundo real al mundo ideal, y afirmo que lo que ha dicho Esperanza Aguirre me preocupa aún más que lo dicho por Salvador Sostres. Resulta que quien tiene que representarme admite tan implícita como abiertamente que sus conversaciones privadas rozan lo peligroso, se mueven en áreas éticas complejas. Que sus declaraciones públicas son un maquillaje de lo que piensa. Evidentemente, todo esto no lo ha dicho Esperanza Aguirre, porque si no "estaría muerta". Es una interpretación que hago yo de sus palabras. Pero es una interpretación que me parece inevitable cuando a nadie de entre los defensores de Sostres le he oído un mínimo reproche al autor de las palabras de la polémica. Importa más defender a uno de los nuestros que fijar una posición clara sobre unas palabras que han generado malestar en muchas personas, independientemente de quién las haya pronunciado.

El propio Sostres ya se ha defendido en su blog de El Mundo. Titula al artículo en cuestión La vida de los otros, imagino que en una referencia de la que sólo voy a decir que no comparto las sensaciones de quienes en España, de una u otra manera, se sienten ciudadanos de un estado represor de todo tipo de libertades. Demasiada gente se llena la boca utilizando términos de épocas pasadas. No sólo exageran su situación personal para conseguir no sé muy bien qué, sino que desprestigian la lucha y el sufrimiento contra regímenes dictatoriales que estaban vigentes hasta hace no tantos años. A lo que iba, la defensa de Sostres. Él censura la filtración del vídeo y defiende la privacidad de las conversaciones no públicas, ataca al Comité de Empresa de Telemadrid y acusa a alguien vinculado al mismo de haber perpetrado dicha filtración. "El mismo vídeo con el que pretenden atacarme les ataca a ellos mayormente, y desmiente cualquier indicio de integridad profesional y de decencia personal en quienes lo hicieron. Los medios que lo han difundido han actuado en este caso, como en tantos otros, como el brazo armado de la peor indecencia y han dejado claro el tipo de periodismo que practican y lo que cabe esperar de ellos", añade.

Otra vez me parece mezclar las cosas. Estoy de acuerdo en que filtrar vídeos es una práctica nefasta para la credibilidad de los medios. Estoy más que de acuerdo es que la filtración es interesada y busca arremeter contra él por sus opiniones políticas. Estoy de acuerdo en que Telemadrid es una zona de guerra (profesional, se entiende), en el que las balas vuelan sobre las cabezas de todo el que pase por allí. En lo que no estoy de acuerdo en es la distinción de unos medios y otros, de un Comité de Empresa o de otros supuestamente rectos trabajadores. No, la cosa no es así. El problema es que nos hemos enfangado ya tanto que ni siquiera somos capaces de diferenciar. Cuando surge un vídeo comprometido que afecta a alguien de izquierda, los medios y periodistas de derechas disfrutan al menos con la misma intensidad que cuando el caso es al revés. Y si no, recordemos el día de gloria con el que disfrutaron algunos cuando surgió aquel vídeo del Gran Wyoming censurando de malas formas a una becaria de su programa en La Sexta. Aquel vídeo, para quien no lo recuerde, era precisamente una trampa fingida con guión de por medio para hacer picar a quienes efectivamente picaron.

Sólo que aquí no hay trampa. Lo que dijo Sostres es su opinión. En una conversación, como dice él mismo, "jocosa y privada", pero su opinión. Y tan libres son las opiniones de ser emitidas como las valoraciones sobre esas opiniones. Más preocupante es que se emita una opinión así en público, eso esta claro. Pero si tanto preocupa ahora la privacidad de las conversaciones, apliquémoslo a todo lo que se diga, no sólo a lo que nos interesa. Porque digo yo que aquella conversación privada en la que Zapatero, antes de ser presidente del Gobierno, mostraba sus dudas sobre sus conocimientos económicos, los que Jordi Sevilla quería enseñarle "en dos tardes", también formarían parte de la privacidad. O cuando Bono calificó a Tony Blair de "gilipollas". Y de aquello se habló largo y tendido en su momento. Si hay privacidad, que sea para todos. Si hay que denunciar caza de brujas, que sea para todos. Si no, se acabó la credibilidad y la legitimidad para pedir ciertas cosas.

Por lo que no paso es porque me diga que no había visto que en el público había menores. "Ja, ja, chicas perdonad", se oye en el vídeo que dice cuando Isabel San Sebastián le comunica que hay niñas delante, pero todavía insiste en explicar su argumentación, aún después de que le dijeran que entre el público había menores. Y siguió con ella después. "Estás enfermo", le repitió una y otra vez San Sebastián. Y será privadamente enfermo, pero enfermo de todas maneras. Digo yo. Encabeza Salvador Sortres su blog en El Mundo con la frase "escribir es meterse en problemas", y en este caso podríamos sustituir el "escribir" por un "hablar". No comparto la afirmación, y menos cuando la hace un periodista. Mi visión ideal del periodismo es justo la contraria, escribir tendría que contrinuir a solucionar los problemas. Es obvio que eso te puede generar problemas con el poderoso, pero todo depende del punto de vista. Y, evidentemente, cualquiera se puede meter en problemas aún sin quererlo, sin buscarlo e incluso sin merecerlo. Pero otras muchas veces uno se mete en problemas si su personalidad, sus ideas y su trabajo le llevan a ello.

martes, noviembre 16, 2010

Entrevistando a Juan José Ryp

Tengo debilidad por el cómic y tengo debilidad por el periodismo. Por eso, juntar ambas siempre desemboca en algo fascinante. No tiene uno todos los días la oportunidad de entrevistar a un tipo que ahora trabaja para Marvel, y es que no hace mucho tiempo que un dibujante español trabajara para una de las dos grandes compañías americanas de cómic era poco menos que una utopía. Pero hoy hay varios, y Juan José Ryp es uno de ellos. Conocí su trabajo casi por casualidad, ojeando en la biblioteca un volumen de Black Summer. Me lo llevé a casa por su culpa. Me impresionó su dibujo. Busqué su nombre en Internet y me encontré con su blog. Me lo guardé en favoritos, pensando aquello de "cuando tenga tiempo, igual le escribo para pedirle una entrevista". Poco después me llega un correo de la editorial Dibbuks, anunciando que va a estar en una librería especializada de Madrid firmando ejemplares de su último trabajo publicado en España, Nancy in Hell. Hablo con el responsable de la editorial para pactar los detalles, uno de esos tipos que saben de qué va el negocio y colabora gustosamente contigo, y allí que me planto.

Disfruto durante casi dos horas de verle dibujar para la decena de aficionados que se congregaron allí. Dibujando y contando confidencias del mundo del cómic, de esas que a quienes devoramos viñetas nos gustan, por pequeñas e insignificantes que le puedan parecer a quienes no gustan de este mundillo. Como el tiempo se nos viene encima (ya se sabe, pasa volando cuando se está disfrutando), mientras termina los dos últimos dibujos que le quedan antes de dar por finalizada la sesión le hago esa pequeña entrevista que teníamos pactada. La alternativa era hacérsela en el coche camino de la estación de Atocha, así que... Y la entrevista sale bien gracias a su protagonista. Otros quizá hubieran solventado el trámite dándome lugares comunes y las habituales palabras de cortesía. Él no, él me dijo cosas muy interesantes, y se le vio hasta apurado por no poder dedicarme tiempo en condiciones para hacer la entrevista. Y es que le estaba esperando el tren para volver a casa desde un Madrid diluviando y con el habitual caos de tráfico. Yo terminé satisfecho con el resultado, pues creo que sirve para conocer un poquito más al profesional que hay detrás de los dibujos y también el mundo al que se dedica.

La entrevista la podéis leer aquí. Y la reseña de la entretenidísima Nancy in Hell, aquí. Si os atraé el cómic, por poco que sea, no dejéis de interesaros por él, porque es un dibujante espectacular y prometedor, además de un tipo muy agradable.

Me hubiera gustado pedirle también un dibujo, pero el escaso tiempo disponible lo impidió. Eso sí, esta espectacular lámina que tiene Juan José Ryp en su mesa ya está en mi colección firmada por el autor.

martes, noviembre 09, 2010

Dos presidentes, una hipocresía

A veces la casualidad nos brinda debates que nadie quiere acometer. Felipe González, con sus confesiones en El País del pasado domingo, y George W. Bush, con su libro de memorias y las entrevistas que ha concedido para promocionarlo, nos han brindado uno apasionante. ¿Hay alguna frontera en la lucha contra el terrorismo? Ese y no otro es el debate. No, no es así. Tendría que ser ese el debate, pero nos gusta más la anécdota y la estéril trifulca política. Ese debate, el de fondo, no lo quiere afrontar nadie en este mundo de buenos y malos en el que a todos nos quieren obligar a tomar partido por uno de los bandos, incluso cuando ambos bandos son de los buenos. Por eso, el debate que hay es una pura hipocresía. Tres días lleva el PP removiendo el tema de los GAL. El 11-M es un pasado juzgado por las urnas y no se puede hablar de él, según nos dicen habitualmente los jerarcas de Génova. Lo mismo pasa con el Prestige, el Yak-42, Gescartera y cualquier otra cosa que les afecte. Gurtel no es pasado, es simplemente una invención socialista. Irak también es pasado, por lo visto. Y de eso tampoco se puede hablar.

"Tuve una sola oportunidad en mi vida de dar una orden para liquidar a toda la cúpula de ETA. (...) Nuestra gente había detectado, no digo quiénes, el lugar y el día de una reunión de la cúpula de ETA en el sur de Francia. (...) La posibilidad que teníamos de deternerles era cero, estaban fuera denuestro territorio. Y la posibilidad de que la operación la hiciera Francia en aquel momento era muy escasa. (...) En aquel momento sólo cabía la posibilidad de volarlos a todos juntos en la casa en la que se iban a reunir. (...) La decisión es sí o no. Lo simplifico, dije: no. Y añado a esto: todavía no sé si hice lo correcto. (...) Una de las cosas que me torturó durante las 24 horas siguientes fue cuántos asesinatos de personas inocentes podría haber ahorrado en los próximos cuatro o cinco años. Esa es la literatura. El resultado es que dije no". Esto es lo que dijo Felipe González.

"Tres personas fueron sometidas al suplicio de la bañera y creo que esa decisión salvó vidas". "Sus interrogatorios ayudaron a frustrar complots para atacar instalaciones diplomáticas estadounidenses en el extranjero, el aeropuerto de Heathrow y Canary Wharf y múltiples objetivos en Estados Unidos". "La asfixia inducida salva vidas". "No hay duda de que el procedimiento era duro, pero expertos médicos aseguraron a la CIA que no producía daños permanentes". "Sabía que un programa de interrogación así de sensible y controverdito algún día se haría público. Cuando así fue, fuimos receptivos sobre las críticas de que América había comprometido sus valores morales. Hubiese preferido obtener la información de otra manera. Pero la elección entre seguridad y valores era real". "(Atacar Irak) no fue un error". Eso es lo que dice George W. Bush, en su libro y en varias entrevistas e intervenciones públicas.

En este país nos encanta tergiversarlo todo. Sólo así se puede explicar que lo algunos dirigentes del PP hayan interpretado de las palabras de Felipe González que él mismo se ha colocado en la X de los GAL. Es curiosísimo, porque él dice justo lo contrario. Lo que él dice es que no ordenó atentar contra la cúpula de ETA, y además en un periodo de tiempo alejado de los crímenes de los GAL. Pero qué más da. Algunos ahí quieren leer que sí lo ordenó. Curiosísimo. Yo no sé si Felipe González estuvo detrás de los GAL. Ni idea. De verdad. Algunos lo dan por supuesto, pero nunca han podido demostrarlo. Es, una vez más, lo que tiene este país. Y como ha dicho Bono, es curioso que ahora intenten reprochar a Felipe el debate ético que se plantea con sus palabras, cuando esos mismos saben que, si en los años 80 se les hubiera planteado la hipotética posibilidad que ahora el ex presidente del Gobierno ha desvelado que tuvo, lo podrían haber apoyado. O al menos no hubieran hecho sobre esto una de las habituales polémicas entre el Gobierno y la oposición. Lo saben. Pero también saben que les va mejor el camino de la inquina y de la hipocresía.

Porque es hipocresía hablar de esto y no hablar de Irak. O, si se habla, eludir la responsabilidad que se desprende de las decisiones y actuaciones de cada uno. Bush no tiene reparos en reconocer, éste sí, que torturar a prisioneros ayudó a salvar vidas. En el mismo debate moral que planteaba Felipe González, aquí ganó la violencia e ignorar el respeto a las normas más elementales de conducta. Pero de ésto se habla poco, y las frases que yo he destacado a veces se pierden en el cuarto o quinto párrafo de las informaciones. Y no hay periodistas que vayan a las sedes de los partidos políticos a exigirles una reacción a las mismas. Irak es algo sobre lo que en España muchos han querido correr un muy tupido velo. Y lo de Irak produjo una práctica sistemática de torturas a prisioneros de distintos niveles. Ni siquiera estamos hablando ya de aquella mentira que algunos todavía hoy defienden (o no corrigen) de las armas de destrucción masiva. Estamos hablando de que unos señores con corbata y enormes despachos decidieron conscientemente saltarse las leyes de forma sistemática para conseguir información. Sí, ya sé que hablamos de torturas y no de asesinatos. Pero si no hay límites morales claros para luchar contra los malos, ¿quién se va a atrever a chistar a los poderosos y decirles dónde deben deternerse?

¿Y yo qué puedo decir? Que desprecio los GAL como desprecié la guerra de Irak y lo que ésta supuso. Me da igual que detrás de estos asuntos hubiera alguien de derecha o de izquierda. Me da igual que sea una tortura o un asesinato. La violencia no es el camino, y es por ello que tampoco creo en la pena de muerte. Una respuesta violenta podría llegar a serlo como último recurso, bajo circunstancias muy especiales (del tipo matando a uno salvo a doscientos millones) y siempre que no haya otra posibilidad. Ahí sí me podría plantear el debate ético, aunque, como dice Felipe González, lo más probable es que ni siquiera entonces podamos estar seguros de haber acertado. Si no es así, nunca aceptaría algo así. No estaría de más que a esos que esta semana se han llenado la boca con reproches y críticas a Felipe González les preguntaran cómo se sienten al haber apoyado a George W. Bush con los pies encima de la mesa. Que les preguntarán qué les parece inaceptable de un caso que sí les parece aceptable en el otro. Por aclarar hipocresías, vaya.

sábado, noviembre 06, 2010

La Super Bowl

No tenía yo mucho interés en profundizar en la polémica de los últimos días en torno a la figura, obra, milagros y relatos de Sánchez Dragó. Son éstas cuestiones que me fastidian profundamente, porque, al margen del fondo del debate, evidencian que la inquina y el rencor son hoy en día motivos espléndidos para convertir algo en noticia. Algo de eso hay en colocar en los titulares la afirmación publicada tiempo atrás en un libro. Algo de eso hay en convertirlo en motivo de cruzada personal, y algo de eso hay también en falsos desmentidos, curiosas interpretaciones y medias verdades proclamadas. Que hablan de uno aunque sea mal, parece la consigna, y eso me aburre. No sé si Sánchez Dragó se acostó con menores de edad, no sé si lo hizo de forma consentida o sin consentir, no sé si pagó por ello o alguien pagó por él. No sé cuánto hay de verdad y cuánto hay de fanfarronada. No sé realmente nada. Sé, porque después lo he leído en la prensa, que lo cuenta en un libro que no voy a leer porque su autor no goza precisamente de mis simpatías ni de mi interés.

El caso es que para enterarme de algún detalle más sobre este asunto (ante el bombardeo mediático de unos y otros, no he podido evitar acercarme a la cuestión, curioso que es uno en el fondo), me he puesto a buscar información. En realidad, no para comentarla aquí, porque temo que en el fondo dar más bombo a asuntos como éstos provocará aún más que las noticias de verdad queden enterradas. Si quisiera hablar de este asunto en concreto, tendría que poner este fragmento radiofónico que he encontrado en Youtube, y que os deja a continuación por si alguien le interesa, en el que queda bien clara la postura del sujeto y objeto de la polémica sobre la materia de debate. Que cada cual saque la opinión que quiera, que eso, las opiniones, siguen siendo algo libre y sobre ellas no puede actuar la Fiscalía porque no son delito. Yo sólo puedo decir que me repugna que se considere una conquista de cualquier tipo por parte de un adulto mantener sexo con una niña menor de edad. Con consentimiento o sin él. Llamadme mojigato si queréis, pero es mi punto de vista y no lo vendo.





Pero, como decía, en realidad no voy a hablaros de ese asunto. Voy a hablar de otro mucho más liviano, anecdótico y casual sobre Sánchez Drago. Navegando por esta inmensa red de redes me he topado con este otro vídeo que añado a continuación para que lo disfrutéis, degustéis o incluso os indignéis, siempre a gusto del consumidor. En él, este escritor que ha encontrado acomodo audiovisual en Telemadrid, primero como editor de lo que se ha venido en llamar un informativo de autor, luego como contertulio y más adelante también como presentador, se queja de la incultura de los españoles. Su razonamiento es sencillo. Mirando las diez noticias más visitadas de la página web de El Mundo se puede concluir que a los españoles no nos interesan más que sandeces y que pasamos olímpicamente de las noticias serias. En parte le tengo que dar la razón a Sánchez Dragó, pero sigo creyendo, cada vez más, que los medios de comunicación tienen más culpa que la gente en esta progresiva decadencia del periodismo en la que creo que vivimos.

El caso es que todavía no he justificado el título de esta entrada. Si no queréis ver el vídeo entero por los motivos que sea, pasad directamente al minuto 1.09, cuando Sánchez Drago comienza a exponer la quinta noticia más visitada de aquel día en la web de El Mundo.



"Cinco. Un vídeo porno interrumpe la emisión de la Super Bowl, que es por lo visto un evento deportivo de bolos y esto". La Super Bowl es de bolos. Sí. Claro. Eso es. Bolos. Si ya lo dice el nombre, ¿no? Justo lo que yo estaba pensando. Sus compañeros de plató se debaten entre la risa floja y, a lo mejor, un tono de indignación por el más absoluto desconocimiento de la materia que el propio Sánchez Dragó había sacado a colación en el debate. Es perfectamente lícito no saber lo que es la Super Bowl, es imposible saber todo sobre todo seas quien seas y trabajes donde trabajes. Lo que se me hace difícil de entender es cómo es posible presentar un informativo siendo alguien que no tiene la más mínima noción de lo que es el evento más visto de la historia de la televisión (este mismo año, lo vieron 106 millones de personas) y que, cuando le corrigen, realiza un gesto desdeñoso como dejando claro que a él esas cosillas sin importancia no le preocupan ni le inquietan. Qué cosas. Supongo que lo dicho por él, en uno y otro vídeo, da una idea de cómo es el protagonista de estas dos historias. Supongo.

miércoles, noviembre 03, 2010

Esto no me lo esperaba yo en el Bernabéu un miércoles por la mañana...

Pues no, no esperaba yo encontrarme esto en los alrededores del Santiago Bernabéu un miércoles por la mañana. Y por las caras de otros viandantes y las fotos que otra ciudadana se paró a sacar a la protagonista de rojo, creo que no fui el único en asombrarme.

Ah, el periodismo moderno... Con una cámara, un vestido rojo, unas botas y un balón, se pueden hacer maravillas...

martes, octubre 26, 2010

El fondo y la superficie de la política

Como viene siendo el funcionamiento habitual de la política española, conocer lo que gana María Dolores de Cospedal por su dedicación a esta antaño noble disciplina ha generado una nueva polémica. Una polémica política y mediática, pero al fin y al cabo una polémica de cortísimo recorrido que la semana que viene ya estará más que olvidada. Que la secretaria general del PP gane 241.000 euros al año es únicamente un arma arrojadiza entre los partidos políticos. Así han entendido la noticia y así la están utilizando. Que si el PSOE dice que cómo es posible que gane tanto, que si el PP responde que algunos socialistas ganan lo mismo, que si el PSOE dice que cómo es posible que gane más que Zapatero, que si el PP dice que todo es transparente y legal. Nos quedamos en la superficie, cuando lo que debería importarnos es el fondo. Pero será que en España no tenemos grandes nadadores. Lo que seguro no tenemos es buenos periodistas ni buenos políticos. Al menos no en las esferas que dominan el cotarro.

A mí lo que me preocupa no es que la secretaria general del PP gane 241.000 euros. A mí lo que preocupa es lo que se desprende de esa cifra y del resto de la situación económica, política y social en la que vive España. Siempre he tenido claro que la mayor responsabilidad política de este país es la del presidente del Gobierno. Por eso, me parece inaudito e injustificable que una persona que se dedique a la política, cualquier persona y del partido que sea, pueda ganar más dinero que el presidente del Gobierno. No seré yo quien diga si hay que bajarle el sueldo a los políticos en general o subírselo al presidente del Gobierno, pero creo que el sueldo del inquilino de La Moncloa tendría que ser el baremo a seguir. Todo lo que se salga de él, es injusto e inmerecido. Quizá también tendría que ser ilegal. Pero ojo, que no sólo la secretaria general del PP gana más que el presidente del Gobierno. Hay alcaldes que ganan mucho más que Zapatero. Y eso tampoco puede ser.

Pero es. Y eso da la impresión de que la política es un magnífico negocio para lucrarse, incluso por vías legales. No estamos hablando de corrupción, no se trata de calificar aquí de ladrones a los políticos. Están ganando el dinero que les corresponde por ley. Lo que hay que hacer es modificar la normativa que fija los sueldos de los cargos electos, sean nacionales, autonómicos o municipales. Así de sencillo y así de imposible, porque, claro, ¿cómo van los propios políticos a modificar la norma que les permite tener sueldos holgados y vidas relajadas? No lo han hecho nunca, no lo van a hacer ahora. Para eso se necesitaría una altura de miras que hoy por hoy no existe en la política española. También para estudiar en profundidad el dinero que gestionan los partidos políticos, en gran medida dinero público, porque de esos 241.000 euros que percibe María Dolores de Cospedal nada menos que 167.864 son de su sueldo como secretaria general del PP (esta cifra ya supera lo que gana el presidente del Gobierno). Si ya estamos pagando del erario público los sueldos de senadores y diputados, ¿por qué tenemos que sufragar también estos sobresueldos, aunque sólo sea parcialmente?

El caso es que seguro que hay muchos políticos que tienen sobresueldos parecidos y cifras tan enormes de ingresos. La que hemos conocido es la de María Dolores de Cospedal. Me daría igual que fuera la de Leire Pajín, la de Alfredo Pérez Rubalcaba, la de Joan Puigcercós o la de Gaspar Llamazares. Lo importante es que la política recobre la dignidad que hoy en día ya no tiene. Y eso pasa por no tomar el pelo a la ciudadanía con estos sueldos y, sobre todo, por la comparación con los discursos. Que la secretaria general del PP, ganando 241.00 euros al año, proclamó a su partido como el de los trabajadores, como ha hecho en alguna ocasión, suena a pitorreo. No suena, es que es un pitorreo. Se está riendo de las personas que tienen sueldos mileuristas en el mejor de los casos. Y personalizo en María Dolores de Cospedal, en sus cifras y en sus frases sólo porque es el caso que ha salido a la luz. Es de sobra conocido que los políticos no hablan, sólo reaccionan a lo que pasa. Ojalá tuviéramos una lista completa de los cargos públicos que tienen estos sueldos, pero esa hay que irla investigando organismo por organismo. Ojalá supiéramos de verdad qué políticos ganan más ahora que por ejemplo hace dos años, cuando se siguen llenando la boca con esos mensjaes de austeridad por la crisis.

Hace ya algunos meses, en diciembre de 2009, publiqué en Suite 101 un artículo que hablaba sobre los sueldos de los políticos españoles. Es obvio que no ha perdido actualidad. No me cansaré de seguir retomando el tema cada vez que surja una noticia que me sirva de excusa. Y no me cansaré de seguir pidiendo que la política vuelva a ser algo digno. O igual es que nunca lo ha sido y yo soy un ingenuo.

sábado, octubre 23, 2010

Deporte femenino

Hace pocas fechas, leía en el diario Marca una entrevista que Olga Viza le hizo a Amaya Valdemoro, la mejor jugadora de la selección española de baloncesto que acababa de conseguir la medalla de bronce en el Mundial. Y entre todas las cosas que decía, se me quedó grabado lo siguiente, una reflexión sobre qué hacer para atraer medios de comunicación y público al deporte femenino: "No sé lo que le pasa a la gente. Se está luchando por la igualdad, pero por mucho que digan no la hay. (...) En un partido nuestro se pueden ver más detalles técnicos que en uno de hombres, donde cada vez gana más terrerno el físico. (...) Se buscan soluciones, pero lo primero que dicen es que tal vez debiéramos cambiar las equipaciones. ¿Qué pasa, que tenemos que ir enseñando cacha para que vengan a ver el baloncesto femenino? ¡Pues no! Estoy harta de tonterías de esas. Yo voy a jugar al baloncesto".

Cuánta razón tiene Amaya Valdemoro. Y, por desgracia, qué forma de clamar en el desierto. El deporte femenino es, hoy en día, un espacio más de la vida donde las mujeres esculturales se han abierto un hueco más amplio que el de las grandes profesionales. ¿Méritos deportivos? ¿Para qué? Y así nos va. ¿Culpables? Todos, supongo. Federaciones, espectadores y medios de comunicación. Según leía a Amaya Valdemoro, me acordaba de una competición de la que escuché hablar hace ya un tiempo, que se celebra en Estados Unidos, la Lingeire Bowl, una suerte de liga femenina de fútbol americano en la que las jugadores lucen estos, por llamarlos de alguna forma, uniformes.

Lo más curioso del caso es que he leído comentarios de gente que ve partidos de esta liga y existe un acuerdo casi unánime en que no juegan nada mal. ¿Por qué entonces parece necesario que vayan casi desnudas? Podríamos pensar que esta competición es una rareza, una excentricidad, un capricho de un grupo de empresarios (hombres) salidos que lo único que quieren es ver carne (de mujer) sobre la cancha. Pero no es verdad. Nada tan exagerado, claro, pero el mundo del deporte tiene ejemplos a patadas. La tenista Caroline Wozniacki lució hace poco un vestido, que no uniforme, de lo más peculiar para jugar al tenis, diseñado por Stella McCartney. "Yo creo que es bonito. Además, así gano muchos aficionados masculinos", dijo. No sé si con esa frase se responde al pensamiento de Amaya Valdemoro. El vestido es este.

No ha sido la única, no. Los modelos de Venus Williams, por ejemplo, también son muy comentados. De hecho, jugó el Open de Australia con uno que producía un curioso efecto óptico y daba la impresión de que no llevaba ropa interior. Y eso sin comentar los motivos reales de los ascensos (mediáticos) de tenistas como en su día Anna Kournikova o en la actualidad Anna Ivanovic o Maria Sharapova. Sean buenas tenistas o no, que a poca gente le importa demasiado eso. No hay que pensar demasiado por qué ha sido noticia en la prensa deportiva, hace muy poquito, el anuncio de boda de Sharapova.
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Además, los modelos femeninos suelen ser bastante discriminatorios con respecto a los masculinos. El tenis es un ejemplo bastante obvio, pero el paradigma de este debate ha sido, es y seguirá siendo por mucho tiempo el volley playa. Así juegan los hombres.

Y así lo hacen las mujeres.

La diferencia salta a la vista, ¿verdad? Empieza a ser un poco desesperante que la única idea que tengan los responsables del deporte mundial para que el deporte femenino alcance repercusión mediática y despierte el interés del público sea desnudar a las jugadoras. Es el debate de siempre para casi todo. ¿Es ésto lo que demanda el espectador o es lo único que se le ofrece? Yo me decanto por lo segundo. En cualquier caso, una respuesta a esta pregunta la daba Laura del Río, la primera futbolista española en jugar en la Liga profesional de Estados Unidos, en una entrevista publicada por 20 minutos. "El deporte femenino español está discriminado respecto al masculino, algo que no pasa en Estados Unidos. El reconocimiento institucional y en prensa para hombres y mujeres es el mismo", decía. Será por eso que en Estados Unidos las mujeres pueden jugar al fútbol vestidas como auténticas deportistas y lograr una liga profesional seguida con interés.

Esta maravillosa foto fue escogida como la mejor del año 2010 por la Women's Professional Soccer. Y no me digáis que no es una imagen preciosa, llena de plasticidad y que sugiere un atractivo espectáculo deportivo. Y, sí, no hay en ella mujeres semidesnudas.

miércoles, octubre 20, 2010

Yo improviso, tú improvisas, él improvisa

Gráfico: El País
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Crisis de Gobierno. Y de las buenas, que para eso nos hemos cargado a un puñado de ministros, y a un par de ministerios. Después de que todos hayan hecho ya sus sesudos análisis sobre lo que significa cada relevo y cada entrada, no seré yo quien siga dando la lata con las más variadas interpretaciones sobre lo que ha hecho Zapatero con este movimiento, si hace guiños al socialismo vasco tras el acuerdo en los Presupuestos con el PNV, si prepara a Rubalcaba como su sucesor o si saca a Pajín del partido porque no se ajunta con Pepiño Blanco. Realmente, de lo analizado por los que se supone que saben más que nadie, me tengo que quedar con la supresión de los dos ministerios. Igualdad fue un gran error. Es una Secretaría de Estado, no un Ministerio. Vivienda no fue un error, pero no tiene demasiadas competencias ni interés de las comunidades autónomas en colaborar con quien ostentara esta cartera, y así no vale para demasiado.

En lo que sí me detengo es en un detalle que no he visto comentado por ningún lado. Hace apenas un par de semanas, Trinidad Jiménez era la candidata del propio Zapatero para superar en las primarias madrileñas a Tomás Gómez y enfrentarse en las elecciones autonómicas del año que viene a Esperanza Aguirre. Jiménez perdió esas primarias. Por tanto, tenía vía libre para continuar al frente del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, en esta remodelación (que hace sólo un par de semanas Zapatero negó que fuera a ser más profunda que la sustitución ya anunciada del ministro de Trabajo) le ha caído un premio importante a Jiménez: la cartera de Asuntos Exteriores. Y, claro, como hace un par de semana Zapatero veía a su entonces ministra de Sanidad luchando en 2011 con Aguirre por la Presidencia de la Comunidad de Madrid, ¿no es una absoluta improvisación colocarla de ministra de Asuntos Exteriores?

Zapatero podrá ser muchas cosas, buenas y malas, pero seguro que pitoniso no es una de ellas. Él no sabía cuál iba a ser el resultado de las primarias porque nadie lo sabía. Pronósticos ganadores tenían los dos candidatos. Encuestas favorables, también. Sólo caben entonces dos posibilidades. La primera, que Zapatero ya tuviera pensado premiar a Jiménez con la cartera de Exteriores si perdía las primarias. La segunda, que no tuviera esos planes, que haya sido una decisión tomada en la última semana. De ser sí, hay otros dos escenarios posibles, que Zapatero tuviera ya decidido relevar a Moratinos o que, por el contrario, le haya tocado la china para hacerle hueco a Jiménez. Y como negó en público esta amplia crisis de Gobierno, también cabe preguntarse si ya la tenía decidida y jugó al despiste o si la ha decidido, pongamos, anteayer. ¿Conclusión? Que todo esto me parece, al final, una improvisación que no responde a un plan determinado sino a un movimiento de fichas que hace que el común de los mortales, en este caso yo, tenga la tentación de pensar que ser ministro o cualquier otro movimiento político depende de una decisión que tiene como último sustento el mérito de una persona para desempeñar un cargo.

No es ésta una crítica sólo hacia Zapatero, no. Me acuerdo de Aznar presumiendo de que nadie conocía lo que figuraba en su famoso cuaderno azul. Es, en realidad, la sensación de que la política española funciona así. De que seguirá funcionando así aunque haya un cambio de partido en La Moncloa. De que esto afecta también a comunidades autónomas y ayuntamientos. De que el ciudadano importa mucho menos que la correcta colocación de las piezas en los sillones de poder. Y así, el desapego por la política no sólo continúa, sino que crece.

miércoles, octubre 13, 2010

Los abucheos de unos y los abucheos de otros

Desfile de la fiesta nacional y los ya típicos abucheos al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (sí, sigue siendo él). Es deporte nacional lo de insultar al político rival a la mínima ocasión, así que tampoco cabe sorprenderse. Me confieso cansado de tener que criticar a Zapatero para dejar claro que no estoy de acuerdo con él en algunas cosas, o que no soy su agente de prensa (no, sigo sin serlo ni lo seré), así que me vais a perdonar que esta vez me salte esa parte. Quien esté más cerca de los extremos igual interpreta lo que escribo como una enconada defensa de la política económica, social, y hasta deportiva del actual presidente del Gobierno. No lo es, pero ya no insistiré en ello. A lo que iba, que pierdo el hilo. Lo que yo quería decir es que no termino de entender que se utilicen actos de esta naturaleza para dar rienda suelta a la ira política que uno lleva dentro.

Es decir, se trata de la fiesta nacional (recalco lo de fiesta, aunque igual algunos celebran fiestas con insultos y cabreos, no sé), luego el objetivo es celebrar una identidad común en torno a una bandera y unos símbolos. El símbolo que se pasea año tras año por el madrileño Paseo de la Castellana es el Ejército. Yo no me siento nacionalista (de ningún nacionalismo), así que no es algo que me llene de furor, pero entiendo que haya gente que sí lo sienta. La libertad va sobre esto, vaya. Sin duda, uno de los momentos señalados de este desfile es el homenaje a los caídos. No se puede decir que que los que quisieron abuchear a Zapatero escogieran este momento para hacerlo, porque se hicieron notar en muchos otros momentos, pero ahí también se les escuchó. A mí me parece una absoluta falta de respeto y un signo de muy mala educación. Sobradas son las intervenciones públicas de Zapatero en las que es él el centro de atención. Ahí los silbidos serían más entendibles y razonables. En un homenaje como el del 12 de octubre, para mí no lo son.

Lo curioso siempre es comprobar las reacciones de unos y de otros cuando acontecen estas cosas. Más que nada por tener claro de qué pie cojea cada uno, que al fin y al cabo es la lección más importante que siempre dejan estos episodios. Hoy en día es muy fácil insultar a Zapatero, sí (¿lo ha sido siempre?). Quizá incluso hasta merecido, ¿por qué no? Ni que hubiera límites en la crítica política, ¿verdad? La respuesta de Zapatero fue estoica. Incluso comprensiva con quienes le abuchearon. No está de más recordar lo que hizo el anterior presidente del Gobierno cuando fue abucheado en un acto que poco tenía que ver con un homenaje nacional. Lo que hizo fue una peineta a quienes le insultaron. No me gustó que trataran de reventar un acto de Aznar, como tampoco me gustó lo del desfile. La conclusión de todo esto viene a ser que también se puede abuchear y criticar sin necesidad de alterar el orden público o faltar al respeto al auténtico protagonista que debiera ser de unidad, por mucha razón que se pueda tener (y que se puede perder fácilmente cuando se equivocan las formas).

Entramos ahora en las valoraciones políticas. Sin palabras me he quedado al leer un fragmento de la información que publica El País sobre lo acontecido en el desfile, que reproduzco en dos partes. "El PP guardó silencio. Ni su presidente, Mariano Rajoy, ni su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, presentes en el acto, criticaron en público a los alborotadores". Pensaréis que, claro, son del PP y cómo van a criticar algo que les viene bien para arañar otro puñado de votos. Alberto Ruiz-Gallardón lo hizo hace un año. Hoy la cosa cambia. Zapatero "se lo merece", ha dicho Vicente Martínez Pujalte. "Los políticos tenemos que respetar la libertad de expresión de los ciudadanos, aunque hay algunos como los socialistas (nota mía: como Aznar, por lo visto) que la respetan siempre que no suponga demostrar un descontento con el Gobierno", dice Francisco Granados. "En otros sitios hay abucheos, mientras que aquí ha habido aplausos", sentencia María Dolores de Cospedal en otro acto. Pues eso.

Segunda parte. "Y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pareció incluso justificar su conducta cuando subaryó que Defensa había dispuesto menos tribunas para el público y más alejadas de las autoridades para evitar abucheos a Zapatero. La esposa del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, relató que, cuando ella se quejó en voz alta por los abucheos, Aguirre le respondió: 'Pero si a ti no te va a pasar nada. Es libertad de expresión'". Aguirre dijo hoy que no tenía "ni idea" de a qué se refería. Revilla lo ha explicado con más detalle por si acaso. En cualquier caso, Aguirre bien sabe de qué va esto de los abucheos y también, cómo no, lo de la libertad de expresión. Cuando es ella la abucheada, responde con sonrisa cínica, con enfrentamientos directo y con movimientos en los despachos. Lo podéis leer aquí. Sí, mamporreros hay en todos los partidos. Pero los abucheos de unos y los abucheos de otros no encuentran la misma respuesta en uno y otro partido.

Ahora me venía a la memoria otro abucheo singular, el que padeció el Rey (con el silencio censor y culpable de TVE) en la final de la Copa del Rey que enfrentó hace año y medio a Barcelona y Athletic de Bilbao. Entonces, Mariano Rajoy le quitó importancia al hecho y dijo que "a veces la noticia son unos pocos y efectivamente fueron unos pocos". Jaime Mayor Oreja dijo que le producía "una enorme pena y tristeza". Y sentenciaba con algo con lo que, pese a todo, tengo que estar de acuerdo. "Aunque sea fútbol, no deberíamos no darle importancia a lo de ayer. Es un síntoma (...). No hay que dramatizarlo, pero es evidente que no hay que despreciarlo". Evidentemente. Si la gente protesta, hay que saber por qué. Pero que la protesta de la gente esté justificada no impide que se pueda decir de esa misma protesta que se ha llevado a cabo en un entorno en el que no encaja y, por tanto es susceptible de ser considerada como un error y un gesto de terrible mala educación. Por cierto, el único abucheo que cuenta de verdad es el voto.

viernes, octubre 08, 2010

Un gran análisis

Qué maravilla los especiales que ha emitido esta semana Telecinco sobre Mario Vargas Llosa. El del martes fue una bonita casualidad, pues todavía no le habían concedido el Premio Nobel de Literatura, pero el de ayer y seguro que también el que emiten esta noche, en horario de máxima audiencia, se pueden considerar un gran análisis de la vida, obra y trayectoria vital de un gran nombre de las letras. Fue maravilloso oírle hablar de sus inquietudes, de sus inspiraciones, de sus ideas. Qué gran trabajo de documentación, qué acertadas las entrevistas que tenían estos programas especiales, encontraron a gente que seguro que Vargas Llosa pensaba que se pondrían delante de una cámara para hablar de él. Y una delicia los tertulianos que juntaron, que ofrecieron un análisis certero y accesible de la obra literaria del escritor. Estoy deseando ya ver el de esta noche.

Espera, que no te entiendo bien... ¿Cómo dices...?

¿Que esos programas no existen ni se han emitido...? Ah, muy gracioso... ¿Cómo no van a hacer especiales televisivos sobre un Premio Nobel de Literatura en un país tan culto como España? Anda, que casi me pillas...

¿Pero lo dices de verdad...?

¿En serio me dices que lo que emitió Telecinco en la noche del martes fue una entrevista con la hermana de la amante del marido de la ex pareja y madre de la hija de un torero y colaboradora de un programa de televisión de la misma cadena...?

¿No me tomas el pelo contándome que lo del jueves fue un documental sobre la vida, obra y milagros de la ex pareja y madre de la hija de un torero y colaboradora de un programa de televisión de la misma cadena...?

¿Lo de esta noche es una entrevista con el marido de la ex pareja y madre de la hija de un torero y colaboradora de un programa de televisión de la misma cadena...?

¿Y de verdad en las otras cadenas se ha hablado más de este asunto que del Premio Nobel...?

Vaya...

Eso sí que es un gran análisis del país en el que vivimos...

martes, octubre 05, 2010

Una de primarias


Veréis, a mí esto de las primarias siempre me ha gustado. Si un partido presenta a un candidato para una elección, me parece sano y razonable que se pronuncien antes las personas que forman el partido, no sólo los que circunstancialmente ostentan los cargos directivos. El sistema es perfecto (si es que la perfección existe en este mundo, y en particular en la política), porque así se eliminan los intereses oscuros, y sólo falla cuando precisamente el poder quiere interferir en el proceso. Digo interferir, que no intervenir. Es decir, que me parece perfectamente lícito que la cúpula presente a un candidato, siempre y cuando no amañe las elecciones para que gane el suyo.

Sin duda, el sistema que ha escogido el PSOE mucho mejor que el dedazo que se estila en el PP. Y sin embargo, las primarias de los socialistas provocan muchas más dudas, recelos, resquemores y polémicas (en los medios y en la gente) que la elección directa a manos de una sola persona de los populares. A mí, y espero no molestar a nadie con esta apreciación, eso me parece un rasgo de inmadurez democrática. El PSOE de Madrid ha votado entre dos candidatos. Ha ganado uno. Además, el candidato que no presentaba el poder del partido. Más democrático, imposible. Pero todo el mundo hace interpretaciones durísimas.

El análisis mayoritario es que Zapatero ha perdido. ¿Que ha perdido? ¿El qué? Sigue siendo presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, ¿no? Si Tomás Gómez recupera la Comunidad de Madrid para el PSOE, ¿de verdad habrá quien crea que Zapatero ha perdido? ¿No sería eso un espaldarazo espectacular de cara a las aspiraciones socialistas en las próximas elecciones generales? Eso en clave de futuro, pero ahora vayamos al pasado. ¿Por qué Zapatero no tiene derecho a presentar o respaldar a un candidato? ¿Por qué se lo negamos? ¿Qué tendría que hacer como secretario general del partido? ¿Cruzarse de brazos?

Y vayamos al presente. Tomás Gómez es ya el candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid. Y el partido tendrá que apoyarle. Sea por convencimiento, sea por obligación. En ese punto es donde estuvo el error de las primarias que provocaron la mayoría absoluta del PP en 2000, las primarias que desataron el pavor político al término "bicefalia" (pavor que también afectó al PP cuando se hablaba de la sucesión de Aznar). Ganó Borrell a Almunia, el candidato de la dirección del partido, pero el propio partido es el que no sólo no apoyó sino que quiso derribar a su propio candidato. El partido acabó imponiendo al suyo, pero perdió el favor de los votantes.

También es una interpretación mayoritaria decir que Tomás Gómez ha desafiado a Zapatero, que se ha enfrentado al líder de su partido. Y la verdad es que yo tampoco lo veo así. Tomás Gómez ha hecho aquello que se espera de él. Es el máximo dirigente del partido en Madrid y está obligado por ello a representar al PSOE en el lugar más elevado posible, esto es, en la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Lo criticable sería que, en la loa permanente al líder intocable, hubiera decidido retirarse. En otros partidos, la designación es casi automática en función de ese cargo. El PSOE, en cambio, da la opción de presentarse a unas primarias a cualquier militante que reuna los avales suficientes.

¿Eso es malo? ¿Eso tiene necesariamente que suponer un enfrentamiento? ¿Eso tiene por qué debilitar a un partido? No tendría que ser así, por mucho que la percepción social, influída por el PP y por sus medios de comunicación afines, sea la contraria. Percepción que es real, no se puede negar. Ahora, en el PSOE, todos los que apostaron por Trinidad Jiménez buscan su hueco en los medios de comunicación para proclamar su apoyo a Tomás Gómez. Y en el PP hablan de debilidad de Zapatero. Lo hubieran hecho incluso si hubiera ganado la ministra de Sanidad, no tengo la más mínima duda, sólo que en lugar de debilidad en el partido hubieran hablado de electoralismo por cambiar a una ministra en época de crisis. O lo que sea.

Igual el problema es de madurez democrática. Porque de otro modo se me hace difícil entender que estas primarias (que ya forman parte del pasado sin que se hayan derrumbado los muros de la realidad por ello) generen más polémica, más noticias, más declaraciones y más valoraciones que las que suscitó la elección de Mariano Rajoy como sucesor de José María Aznar. Allí nadie tuvo voto, pero tampoco voz. Nadie habló. Sólo escogió Aznar, sin escuchar a nadie, sin que el partido colaborara más que para ratificar su orden. Pero eso se acogió como normal. Las primarias no. Y no, no lo entiendo. Será que mi ingenuidad política me hace pensar que la decisión democrática de los militantes entre dos candidatos tiene por fuerza que ser mejor que la designación directa de un sucesor por parte de quien ostenta el poder.

miércoles, septiembre 29, 2010

Lo que es un "piquete"

No sabéis lo tranquilo que me he quedado cuando, alarmado por las imágenes que he visto en algunos medios de comunicación, he ido a buscar en la web de la Real Academia Española la definición de piquete y he visto que es un "grupo de personas que pacífica o violentamente intenta imponer o mantener una consigna de huelga". Por un momento, pensé que se estaban extralimitando esos tipos que se han dedicado durante la jornada de hoy a insultar a quienes querían ejercer su derecho al trabajo, a lanzar piedras contra transportes públicos y privados, a coaccionar a dueños y dependientes de establecimientos para que cierren, a realizar pintadas sobre propiedades privadas, a cruzar o incluso quemar contenedores y a enfrentarse con la Policía. Sí, tranquiliza saber que en la acción del piquete ya se espera la imposición y la violencia, ya lo creo. Lo que ahora no me ha quedado claro es de dónde salió la expresión "piquete informativo".

viernes, septiembre 24, 2010

¿Y la confianza...?


"Secretos y facetas nunca contadas a lo largo de treinta años y cinco presidencias de Gobierno en un mismo entorno: el palacio de La Moncloa, la residencia oficial de los jefes de Gobierno en la democracia española. Una visión novedosa de la vida política desde centro (sic) del poder. Un relato en el que toman especial relevancia los datos de la vida cotidiana que generalmente no se incluyen en los libros de historia. Una narración fluida y bien construida desde el primero (sic) momento". Así describe la editorial Espasa uno de los últimos libros que ha publicado, Los presidentes en zapatillas. Lo ha escrito María Ángela López de Celis, ex secretaria en La Moncloa de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, los cinco presidentes que ha tenido España desde que se instauró la democracia.

Sé que todos llevamos un cotilla dentro. Sé que a todos nos hace gracia (que sea más o menos dependerá de la persona) conocer detalles desconocidos de personajes públicos, y un presidente del Gobierno no es una excepción. ¿Pero que ocurre con la confianza? Desconozco si el libro tiene la autorización, siquiera el conocimiento previo, de los personajes en él retratados. Pero a mí no me gustaría ver publicado un libro con confidencias personales que yo he decidido hacerle a una persona o que he permitido que esa persona las presenciara gracias al cargo que ocupaba. Uno quiere pensar que una secretaria de Moncloa, como tantos otros, es un cargo de confianza, y para mí esa confianza queda traicionada cuando se publica un libro así. No se ha generado polémica alguna con esta publicación, algunos medios se han hecho eco de algunos extractos del mismo y ya está. Pero a mí no me gusta.

No me gusta sobre todo por esa cuestión de confianza a la que hacía relación, pero también porque evidencia una forma de trabajar y vivir que estamos premiando con exceso: la de acercarnos a alguien, sea por motivos personales o de trabajo, para después contar su vida, sus miserias, sus secretos, sus ilusiones. Algo propio de la deleznable información del corazón que se hace en España, pero que por lo visto se extiende sin freno por todos los ámbitos de la vida. ¿Dónde está el límite? ¿Qué vamos a considerar inaceptable en esta carrera? Visto lo visto, probablemente ya vale todo. Este libro no es el peor ejemplo, pero se enmarca en esta peligrosísima pendiente en la que vivimos. No se trata de ocultar delitos o actitudes denunciables. La confianza de la que hablo no es eso. Pero se trata de que la confianza vuelva a significar algo a todos los niveles. Y cada vez me parece más difícil que eso suceda.

martes, septiembre 21, 2010

Carbonero

Mira que no quería hablar sobre Sara Carbonero. Desde poco antes de que comenzara el Mundial de fútbol, allá por el mes de junio (toda una vida, por lo visto), esta mujer se ha convertido en el centro de conversaciones, tertulias, análisis, polémicas y no sé qué más cosas. Y no quería hablar sobre ella. Pero al final voy a caer. Me pasa muy a menudo. No quiero hablar de algo y a fuerza de ver la presencia constante y machacona en todas partes de un asunto determinado, acabo cediendo. Soy así, qué le voy a hacer. En este caso concreto, no quería hablar de Carbonero porque el asunto me parece interesado (cómo disfruta Telecinco con la notoriedad que consigue de asuntos así), tramposo, engañoso, artificil y estéril. Y sobre el que todo el mundo quiere tener una opinión autorizada que proclamar a los cuatro vientos. Después de unos cuantos meses evitándolo, y tras escuchar las últimas palabras de esta periodista, las noticias sobre esas palabras y las reacciones sobre las noticias, toca escribir mi opinión.

Desde mi humilde punto de vista, una de las peores decisiones que puede tomar un periodista es convertirse en noticia. No de forma puntual, que eso nos puede pasar a todos por millones de motivos, sino de forma continuada y permanente. Sara Carbonero lo hizo cuando decidió compaginar una relación sentimental con un futbolista con su profesión de periodista deportiva. Es una decisión libre. Yo no la hubiera adoptado. Si mi novia fuera Elsa Pataky, no creo que pudiera hablar de sus películas con la objetividad debida. Si fuera Shakira, el Waka Waka no podría parecerme tan malo. Si fuera Carme Chacón, la crónica política y yo no seríamos buenos compañeros. Así es la vida. Creo que tu trabajo se ve seriamente comprometido desde el momento en que tienes que informar sobre asuntos o personajes relacionados con tu vida privada. Ella ha escogido ese camino, y es un camino que supone que se preste más atención a imágenes como la que encabeza estas líneas que a la valía profesional de su protagonista. No obstante, ese camino, por sí solo, es totalmente lícito.

Ahora bien, además de las lícitas dudas personales sobre los méritos que le garantizan un hueco en este mundo profesional, hay un asunto que me plantea muchas dudas de ética profesional. En esas últimas palabras de la periodista de Telecinco, en el programa de Ana Rosa Quintana, ella habla del trato personal que da Mourinho a sus jugadores, de los enfados que tiene el técnico del Real Madrid, de que no es verdad que Cristiano Ronaldo visitara a un psicólogo o del carácter egoísta como jugador del portugués. ¿Está hablando Sara Carbonero o está hablando la novia de Casillas? O lo que es lo mismo, ¿estamos escuchando el resultado de lo que Casillas le ha contado a su novia o lo que una periodista ha averiguado por otras fuentes? Por supuesto, no tengo la respuesta a estas preguntas, pero si tuviera que decir algo creo que hablamos de lo primero. Y eso no me parece bien, entre otras cosas porque daña al propio Casillas. Si yo fuera jugador del Real Madrid, y aunque tengo una imagen fantástica de su capitán y portero, me cuidaría mucho de contarle ciertas cosas porque sé en manos de quién pueden acabar. No digo que lo haga o que lo haya hecho. Digo que puede suceder, y ni siquiera con mala intención sino por un desliz.

Diga lo que diga y haga lo que haga, Sara Carbonero se ha convertido en noticia. Por eso se publicaron tantas fotos suyas durante el Mundial sin necesidad de vestir la camiseta de ninguna selección. Por eso se publican ahora sus palabras, porque han cobrado una relevancia que antes no tenían. Una de las críticas que se hace a ese juego absurdo es que nadie le hacía tanto caso antes de ser la novia de Casillas, aunque ya entonces fuera una periodista deportiva. Claro. Se llama notoriedad y es uno de los motivos que en las redacciones lleva a plantearse si es un asunto es o no una noticia que pueda interesar al público. Otra cosa es que yo esté de acuerdo, pero no creo que pueda sorprender a nadie el aumento en el interés de las palabras, gestos y presencias de esta periodista tras saberse con quien comparte tantas cosas. Y no es que ella se haya ocultado precisamente, pues en los últimos meses ha visitado platós, ha concedido entrevistas a revistas del corazón y, también es importante recordarlo, ha aumentado su currículum gracias a este asunto. ¿Sólo por sus méritos profesionales?

Y un último asunto. Estoy cansado de que cualquier crítica que se la haga a Sara Caronero convierta a su autor en un machista. La última en llenarse la boca con este término ha sido Ana Rosa Quintana, quien dice que es eso, machista, decir que Sara Carbonero es "la novia de Casillas". Pues ya lo siento, pero es una de las cosas que es esta muchacha. Volviendo al ejemplo de antes, si yo estoy con Shakira resulta que soy "el novio de Shakira", de la misma forma que si lo fuera de una desconocida. Y, por cierto, es un título que llevaría a mucha honra, el de "novio de". Machista podría ser que sólo mencionarámos a Sara Carbonero como "la novia de Casillas". Pero ése es uno de los sustitutos ideales para su nombre cuando en un texto tienes que referirte a ella en numerosas ocasiones. Es "periodista de Telecinco" y es "novia de Casillas" por igual, igual que Casillas es "jugador del Real Madrid" y "novio de Carbonero".

Lo que sí es machista, tanto como oportunista, es darle a un profesional un trabajo por ser la novia de alguien. Si las dos partes están de acuerdo en contratar a alguien por ese motivo y en aceptar el trabajo a pesar de las connotaciones, dudas y problemas que pueda plantear, es su problema. Pero ambas pierden derecho a quejarse cuando alguien, de forma crítica y respetuosa, llama la atención sobre este tema.