miércoles, septiembre 29, 2010

Lo que es un "piquete"

No sabéis lo tranquilo que me he quedado cuando, alarmado por las imágenes que he visto en algunos medios de comunicación, he ido a buscar en la web de la Real Academia Española la definición de piquete y he visto que es un "grupo de personas que pacífica o violentamente intenta imponer o mantener una consigna de huelga". Por un momento, pensé que se estaban extralimitando esos tipos que se han dedicado durante la jornada de hoy a insultar a quienes querían ejercer su derecho al trabajo, a lanzar piedras contra transportes públicos y privados, a coaccionar a dueños y dependientes de establecimientos para que cierren, a realizar pintadas sobre propiedades privadas, a cruzar o incluso quemar contenedores y a enfrentarse con la Policía. Sí, tranquiliza saber que en la acción del piquete ya se espera la imposición y la violencia, ya lo creo. Lo que ahora no me ha quedado claro es de dónde salió la expresión "piquete informativo".

viernes, septiembre 24, 2010

¿Y la confianza...?


"Secretos y facetas nunca contadas a lo largo de treinta años y cinco presidencias de Gobierno en un mismo entorno: el palacio de La Moncloa, la residencia oficial de los jefes de Gobierno en la democracia española. Una visión novedosa de la vida política desde centro (sic) del poder. Un relato en el que toman especial relevancia los datos de la vida cotidiana que generalmente no se incluyen en los libros de historia. Una narración fluida y bien construida desde el primero (sic) momento". Así describe la editorial Espasa uno de los últimos libros que ha publicado, Los presidentes en zapatillas. Lo ha escrito María Ángela López de Celis, ex secretaria en La Moncloa de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, los cinco presidentes que ha tenido España desde que se instauró la democracia.

Sé que todos llevamos un cotilla dentro. Sé que a todos nos hace gracia (que sea más o menos dependerá de la persona) conocer detalles desconocidos de personajes públicos, y un presidente del Gobierno no es una excepción. ¿Pero que ocurre con la confianza? Desconozco si el libro tiene la autorización, siquiera el conocimiento previo, de los personajes en él retratados. Pero a mí no me gustaría ver publicado un libro con confidencias personales que yo he decidido hacerle a una persona o que he permitido que esa persona las presenciara gracias al cargo que ocupaba. Uno quiere pensar que una secretaria de Moncloa, como tantos otros, es un cargo de confianza, y para mí esa confianza queda traicionada cuando se publica un libro así. No se ha generado polémica alguna con esta publicación, algunos medios se han hecho eco de algunos extractos del mismo y ya está. Pero a mí no me gusta.

No me gusta sobre todo por esa cuestión de confianza a la que hacía relación, pero también porque evidencia una forma de trabajar y vivir que estamos premiando con exceso: la de acercarnos a alguien, sea por motivos personales o de trabajo, para después contar su vida, sus miserias, sus secretos, sus ilusiones. Algo propio de la deleznable información del corazón que se hace en España, pero que por lo visto se extiende sin freno por todos los ámbitos de la vida. ¿Dónde está el límite? ¿Qué vamos a considerar inaceptable en esta carrera? Visto lo visto, probablemente ya vale todo. Este libro no es el peor ejemplo, pero se enmarca en esta peligrosísima pendiente en la que vivimos. No se trata de ocultar delitos o actitudes denunciables. La confianza de la que hablo no es eso. Pero se trata de que la confianza vuelva a significar algo a todos los niveles. Y cada vez me parece más difícil que eso suceda.

martes, septiembre 21, 2010

Carbonero

Mira que no quería hablar sobre Sara Carbonero. Desde poco antes de que comenzara el Mundial de fútbol, allá por el mes de junio (toda una vida, por lo visto), esta mujer se ha convertido en el centro de conversaciones, tertulias, análisis, polémicas y no sé qué más cosas. Y no quería hablar sobre ella. Pero al final voy a caer. Me pasa muy a menudo. No quiero hablar de algo y a fuerza de ver la presencia constante y machacona en todas partes de un asunto determinado, acabo cediendo. Soy así, qué le voy a hacer. En este caso concreto, no quería hablar de Carbonero porque el asunto me parece interesado (cómo disfruta Telecinco con la notoriedad que consigue de asuntos así), tramposo, engañoso, artificil y estéril. Y sobre el que todo el mundo quiere tener una opinión autorizada que proclamar a los cuatro vientos. Después de unos cuantos meses evitándolo, y tras escuchar las últimas palabras de esta periodista, las noticias sobre esas palabras y las reacciones sobre las noticias, toca escribir mi opinión.

Desde mi humilde punto de vista, una de las peores decisiones que puede tomar un periodista es convertirse en noticia. No de forma puntual, que eso nos puede pasar a todos por millones de motivos, sino de forma continuada y permanente. Sara Carbonero lo hizo cuando decidió compaginar una relación sentimental con un futbolista con su profesión de periodista deportiva. Es una decisión libre. Yo no la hubiera adoptado. Si mi novia fuera Elsa Pataky, no creo que pudiera hablar de sus películas con la objetividad debida. Si fuera Shakira, el Waka Waka no podría parecerme tan malo. Si fuera Carme Chacón, la crónica política y yo no seríamos buenos compañeros. Así es la vida. Creo que tu trabajo se ve seriamente comprometido desde el momento en que tienes que informar sobre asuntos o personajes relacionados con tu vida privada. Ella ha escogido ese camino, y es un camino que supone que se preste más atención a imágenes como la que encabeza estas líneas que a la valía profesional de su protagonista. No obstante, ese camino, por sí solo, es totalmente lícito.

Ahora bien, además de las lícitas dudas personales sobre los méritos que le garantizan un hueco en este mundo profesional, hay un asunto que me plantea muchas dudas de ética profesional. En esas últimas palabras de la periodista de Telecinco, en el programa de Ana Rosa Quintana, ella habla del trato personal que da Mourinho a sus jugadores, de los enfados que tiene el técnico del Real Madrid, de que no es verdad que Cristiano Ronaldo visitara a un psicólogo o del carácter egoísta como jugador del portugués. ¿Está hablando Sara Carbonero o está hablando la novia de Casillas? O lo que es lo mismo, ¿estamos escuchando el resultado de lo que Casillas le ha contado a su novia o lo que una periodista ha averiguado por otras fuentes? Por supuesto, no tengo la respuesta a estas preguntas, pero si tuviera que decir algo creo que hablamos de lo primero. Y eso no me parece bien, entre otras cosas porque daña al propio Casillas. Si yo fuera jugador del Real Madrid, y aunque tengo una imagen fantástica de su capitán y portero, me cuidaría mucho de contarle ciertas cosas porque sé en manos de quién pueden acabar. No digo que lo haga o que lo haya hecho. Digo que puede suceder, y ni siquiera con mala intención sino por un desliz.

Diga lo que diga y haga lo que haga, Sara Carbonero se ha convertido en noticia. Por eso se publicaron tantas fotos suyas durante el Mundial sin necesidad de vestir la camiseta de ninguna selección. Por eso se publican ahora sus palabras, porque han cobrado una relevancia que antes no tenían. Una de las críticas que se hace a ese juego absurdo es que nadie le hacía tanto caso antes de ser la novia de Casillas, aunque ya entonces fuera una periodista deportiva. Claro. Se llama notoriedad y es uno de los motivos que en las redacciones lleva a plantearse si es un asunto es o no una noticia que pueda interesar al público. Otra cosa es que yo esté de acuerdo, pero no creo que pueda sorprender a nadie el aumento en el interés de las palabras, gestos y presencias de esta periodista tras saberse con quien comparte tantas cosas. Y no es que ella se haya ocultado precisamente, pues en los últimos meses ha visitado platós, ha concedido entrevistas a revistas del corazón y, también es importante recordarlo, ha aumentado su currículum gracias a este asunto. ¿Sólo por sus méritos profesionales?

Y un último asunto. Estoy cansado de que cualquier crítica que se la haga a Sara Caronero convierta a su autor en un machista. La última en llenarse la boca con este término ha sido Ana Rosa Quintana, quien dice que es eso, machista, decir que Sara Carbonero es "la novia de Casillas". Pues ya lo siento, pero es una de las cosas que es esta muchacha. Volviendo al ejemplo de antes, si yo estoy con Shakira resulta que soy "el novio de Shakira", de la misma forma que si lo fuera de una desconocida. Y, por cierto, es un título que llevaría a mucha honra, el de "novio de". Machista podría ser que sólo mencionarámos a Sara Carbonero como "la novia de Casillas". Pero ése es uno de los sustitutos ideales para su nombre cuando en un texto tienes que referirte a ella en numerosas ocasiones. Es "periodista de Telecinco" y es "novia de Casillas" por igual, igual que Casillas es "jugador del Real Madrid" y "novio de Carbonero".

Lo que sí es machista, tanto como oportunista, es darle a un profesional un trabajo por ser la novia de alguien. Si las dos partes están de acuerdo en contratar a alguien por ese motivo y en aceptar el trabajo a pesar de las connotaciones, dudas y problemas que pueda plantear, es su problema. Pero ambas pierden derecho a quejarse cuando alguien, de forma crítica y respetuosa, llama la atención sobre este tema.

viernes, septiembre 17, 2010

Una dudosa huelga general

No termino de ver clara la huelga general del próximo día 29. Y hay muchos motivos que me llevan a dudar de que esta iniciativa tenga algún tipo de trascendencia. Partimos de la misma convocatoria, que se hizo hace meses. ¿Por qué no se hizo la huelga general entonces? No entiendo este receso al que nos han obligado los sindicatos. No sé si ellos mismos lo entienden. Si esto es una huelga contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno y ya aprobada en el Congreso hace unos días, la presión podría haber sido efectiva antes de que dicho plan finalizara su trámite parlamentario. Ya no tiene ningún poder. Hacemos huelga. ¿Y qué? Ya no es más que un pataleo. Cuando se convocó la huelga contra el decretazo del Gobierno Aznar se consiguió que diera marcha atrás porque la reforma no había sido aprobada definitivamente. Ahora no sirve de nada. Bueno, sí, para que a todos los trabajadores nos den de baja por un día de la Seguridad Social y nos descuenten una cantidad de dinero de nuestros exiguos salarios.

Vamos ahora a los convocantes. Los sindicatos. Es obvio que se trata de organizaciones que han dicho palabras muy importantes en la historia de las relaciones laborales y que sin ellos no estaríamos aquí. Pero aunque habrá de todo en el mundo, no lo dudo, no conozco a nadie que me haya contado que un sindicato haya hecho algo realmente valioso por él. Mi experiencia laboral habla de que teníamos más poder los compañeros unidos (poder que, al fin y al cabo, era mínimo) que si acudíamos a nuestro enlace sindical (que vivía maravillosamente bien con la seguridad de que jamás sería despedido y sin preocuparse de que su trabajo, escaso, tuviera el nivel mínimo aceptable para seguir en su puesto). No me inspiran mucha confianza los sindicatos, por noticias que uno ve de vez en cuando como ésta, pero también por su financiación y por el desfase que hay entre su modo de vida y el de que aquellos que dicen proteger (y que, sintiéndolo mucho, no veo que protejan).

Sigamos en parte con los sindicatos para hablar de los bandos de esta huelga. En las informaciones que uno lee sobre los actos que están convocando los sindicatos para calentar el ambiente antes del día 29, los gritos que se oyen son "Zapatero, dimisión". Y aunque es Zapatero quien está detrás de la reforma, lo cierto es que no me quito de encima la sensación de que este huelga es mucho más política que económica o social. Me da la impresión de que hay muchos políticos haciendo cola para apuntarse el tanto de esta huelga general, aprovechándose de muchos que creerán que están luchando por sus derechos y por mucho que no suponga cambio alguno en el mercado laboral o en la situación económica de los trabajadores. Y si encima leo que la huelga para los políticos va a ser casi como aquellas huelgas de cachondeo que hacíamos en el instituto y que no eran más que novillos encubiertos de reivindicaciones (los políticos huelguistas sí van a cobrar el día aunque no lo trabajen), se me siguen quitando las ganas de apoyar la convocatoria.

Y llegamos a otro punto clave: el enemigo. ¿Contra quién se convoca esta huelga general? Después de lo dicho anteriormente y de lo que se habla desde fuentes políticas y sindicales, está claro que la huelga es contra Zapatero y su Gobierno. No es por el trabajador, es contra el Gobierno. Y no me parece lo mismo aunque muchos lo vean así. No me gustan las medidas adoptadas en la reforma laboral de Zapatero, eso está claro (aunque habría que valorar cuántas medidas nos han venido impuestas con más o menos fuerza desde Europa). ¿Pero está ahí el problema de la crisis? Yo lo sigo viendo en el mismo lugar de siempre. En los salarios, en los escasísimos salarios que perciben trabajadores que han pasado muchos años de su vida formándose y que ganan menos que personal no cualificado de otros sectores. En los bancos, esos que no dejan de presentar beneficios millonarios y que se lanzan a grandes aventuras de compra de otras entidades o de patrocinio de eventos deportivos, pero al mismo tiempo lloran dinero a los estados y ahogan al cliente que menos tiene a base de cobrar comisiones y denegar créditos. En los empresarios que con tal de ahorrarse unos pocos euros deciden aprovecharse de sus trabajadores, en cuanto a horarios, en cuanto a salarios y en cuanto a condiciones laborales.

¿Tiene de eso la culpa Zapatero? Igual sí por no meter mano en el asunto como debería, pero a mí me ha hecho más daño siempre mi jefe que el presidente del Gobierno. Quizá tendríamos que pasar más tiempo pensando en la situación del trabajador y en la actitud del empleador que en la crítica al poder político. Y no digo que ésta no se haga, ni mucho menos, pero sinceramente la crítica no va a mejorar las condiciones laborales de nadie, especialmente si la respuesta en la calle llega, como decía al principio, después de que las medidas se hayan adoptado y tras dejar un enorme e incomprensible plazo de tiempo. Además, ya ha habido una huelga, la de funcionarios, y tuvo escaso seguimiento, a pesar de que este colectivo es uno de los más afectados por los recortes del Gobierno.

Y un detalle más que afectará sólo a algunos sectores. Muchos trabajan día a día y sus labores se van renovando en cada jornada. Pero otros muchos trabajan con plazos y objetivos. La huelga no va a afectar esos objetivos, con lo que el daño al empresario tirano con el paro del día 29 va a ser nulo. Simplemente, cada trabajador tendrá que trabajar un poquito más en los días siguientes o anteriores para llegar a tiempo a los plazos, hará horas extraordinarias que tampoco le pagarán o incrementará su tiempo de trabajo en la jornada, perpetuando el mito (con mucho de realidad) de la escasa productividad en España, el mito de que el tiempo que pasamos en el trabajo no lo pasamos necesariamente trabajando. O quizá, en otros sectores, sólo provoque que quien no haga huelga ese día tenga que hacer su trabajo y el de algunos compañeros. Esto quizá es el aspecto más nimio y anecdótico de la huelga en terminos de trascendencia general, pero seguramente también el más cercano a la realidad de muchos trabajadores.

¿Huelga general? Es un derecho de cada uno. Para mí es una convocatoria muy dudosa. Por usar un eufemismo. Yo no la apoyo.

martes, septiembre 14, 2010

No es un buen tenista

¿Sabéis qué? En mis conversaciones deportivas todavía escucho a alguien decir que Nadal no es un buen tenista. Que el bueno de verdad es Federer. Que Nadal es sólo físico. Que gana por aburrimiento. Que es muy parecido a quien aquí se rebautizó como Frontón Sánchez Vicario (por Arantxa, claro). Tiene que haber de todo en esta vida. Conste que respeto todas las opiniones, que en la diferencia está la gracia de cualquier debate. Pero uno también tiene derecho a asombrarse por algunas opiniones.

Hasta ayer, nunca había trasnochado por ver un partido de tenis. Creo que ni siquiera en Juegos Olímpicos, que es la cita que cuando se la llevan al otro lado del mundo más madrugadas deportivas me ha hecho vivir. No me suele entretener tanto un duelo de raquetas que se prolongue durante tantas horas, aunque me maraville la plasticidad de puntos concretos. Ayer me fui a dormir a las cuatro y cuarto de la madrugada. Y no vi sólo puntos concrentos. Vi un partidazo antológico. Qué golpes. Qué carreras. Qué saques. Qué voleas. Qué carácter. Qué bestia. Qué maravilla. Y eso que no es buen tenista.

jueves, septiembre 09, 2010

El premio y el mundo de los blogs

Esto de los premios es lo que tiene, que uno está moralmente obligado a realizar un discurso de aceptación. María, jefa de ese pequeño gran espacio llamado De todo un poco, me ha nombrado a la hora de conceder este colorista premio y por ello le doy las gracias. En realidad, lo que ella mencionó fue mi blog cinéfilo, La Sala de Cine, pero como decía que podía ser para cualquiera de mis sitios me permito la licencia de hablar de la condecoración en Un Mundo Peculiar. El caso es que poco a poco uno va encontrando gente interesante por la blogsfera, va conociéndola poco a poco con lo que escribe y va entablando relación mediante los comentarios. María es una de esas personas interesantes y además es una colega de profesión, así que tengo doble motivo de alegría por esa pequeña relación que ya tenemos entablada a través de muchas cosas, pero sobre todo de la literatura en su blog y a través del cine en el mío.

María le concede el premio a seis blogs, pero como no hay obligación ni normas concretas, voy a hacer algo diferente. Hace poco comprobé que Blogger ha incluído estadísticas de visitas en el escritorio, así que voy a tirar de ellas para, de paso, seguir agradeciendo a otros blogeros que me sirvan de enlace privilegiado para llegar hasta aquí y hasta La Sala de Cine. Al final, esto de los premios entre blogeros (al igual que los comentarios que dejamos en tantos sitios que probablemente ya ni nos acordemos) me parece importante por esto mismo, porque sirve para conocer a otras personas que deciden pasar parte de su tiempo libre delante del ordenador para contarnos sus vidas y sus historias. En mi caso, son tres los blogs que me aparecen en esas estadísticas.

No soy Patricia Conde es el lugar que más visitas me ha dado para La Sala de Cine. No es extraño, porque ella, Beatriz, habla mucho de cine en su blog. La verdad es que esta blogera tiene un mérito increíble porque actualiza todos los días. ¿Con qué? Con todo lo que os podáis imaginar. Con cine, con música, con su propia vida, con curiosidades, con personajes. Yo llegué hasta ella gracias a mi afición por el cómic y una entrada que había publicado sobre un personaje del universo de Batman, aunque podría haber sido por cualquier tema futbolístico (ya sabe que me acuerdo de ella cuando el Atlético de Madrid es el pupas, pero sobre todo cuando deja de serlo). Como me pareció un blog interesante y divertido, me quedé. Y a pesar de algún susto que nos dio su autora, sigo encantado por allí, esperando que repare su escáner o se compre uno nuevo, que algún día llegue de nuevo a tiempo para entrar en alguno de sus más que originales concursos y que siga contándonos su convivencia con la señora Fletcher.

La Ciudad Dorada es el que más visitantes ha llevado hasta aquí. Tampoco me extraña, porque no es raro que crucemos temas para entradas cuando nos interesa mucho lo que dice el otro. C. C. Buxter (ya con esa referencia cinéfila deletreada de otra forma al protagonista de El apartamento es fácil ganarse mi presencia por allí) es un hombre de leyes que algún día tendrá e impartirá justicia. Fan tan particular de las conspiraciones como del Real Madrid, me sorprendió desde el principio encontrar en su forma de escribir un enfoque similar al mío (aunque igual él no lo ve así) de las circunstancias de la vida que comentamos en nuestros blogs. Como yo, él siempre se explica con mucho detalle. Como yo, siempre intenta vender aquello que le gusta (sí, de verdad, intentaré ponerme con The Wire). Es un tipo interesante al que además ya he tenido la suerte de conocer en persona. A ver si la próxima vez que nos veamos en el mundo real es para celebrar lo que ya le toca.

Los cariacontecidos es el segundo blog en mi ranking de procedencia a Un Mundo Peculiar. Y eso tiene un mérito añadido porque a su autor lo conocí en un blog anterior que tuvo que cerrar por circunstancias de la vida. El Impenitente es otra de esas personas de las que me acuerdo cuando el Atlético de Madrid gana algo, es un tipo que cuenta las cosas con una gracia diferente, con un toque de ironía no exenta de verdad en muchas ocasiones. Es alguien con quien da gusto debatir y compartir recuerdos (por cuestión de edad, él tiene más recuerdos que yo, pero no vayáis a pensar que es un viejo, no...), que siempre que te deja un comentario es porque realmente tiene algo interesante que decir o que soltar. Y que siempre que escribe en su blog es porque algo le asombra, le gusta o le apasiona. Como lo de correr. Mira que eso no lo entenderé nunca, que siempre me quedé con aquello de que correr es de cobardes. Pero resulta que me has demostrado que no. Qué cosas aprende uno desde tierras valencianas y desde el secarral.

Sobra decir que no es necesario que os hagáis eco del premio, que cada uno es muy dueño de su blog y de sus escritos. Pero aquí queda esto por si alguien se anima a pasar por sus casas y dejar constancia de esa forma en las estadísticas de Blogger de que habéis llegado allí a través de mí.

sábado, septiembre 04, 2010

El mejor discurso sobre cultura y piratería

Os presento a Mark Waid. Los que tengáis conocimientos sobre el mundo del cómic, sabréis quién es. Para los que no, os diré que es un guionista norteamericano que tiene 48 años y que lleva unos 25 trabajando en la industria de la historieta. Cuando escribió Kingdom Come (una maravillosa y recomendable obra dibujada por Alex Ross), publicada en 1996, ya era uno de los nombres más reconocibles del cómic norteamericano. En realidad, yo le empecé a apreciar bastante más tarde. Fue en 2003, cuando empezó la publicación en España de su etapa en Los 4 Fantásticos.

Me andaba yo preguntando en aquellos días si seguía comprando la colección o no, puesto que los últimos números me habían decepcionado bastante. Nada que ver, para mí, con las grandes etapas de sus creadores, Stan Lee y Jack Kirby, o la de John Byrne (que es la que me hizo adorar al cuarteto cuando yo era niño). Aquí en España, Fórum decidió empezar un nuevo volumen, con numeración desde el número 1, coincidiendo con la etapa de Waid a los guiones y el fallecido Mike Wieringo a los lápices. Y decidí darle una oportunidad. Total, por 1,70 euros, si no me gusta lo dejo de comprar y listo. Y resulta que me encantó. Ese número, el 60 del tercer volumen norteamericano, el 1 del quinto volumen en España, constituía la mejor forma de explicar qué son los 4 Fantásticos y por qué los adoro. Waid me ganó para siempre.
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Y ahora lo ha vuelto a hacer. Gracias a los chicos de Entrecomics, he llegado hasta el discurso que pronunció Waid en la entrega de los Premios Harvey. Él mismo comentó que sus palabras nacieron en parte de los efectos del vodka. El discurso en cuestión le provocó un enfrentamiento con el español Sergio Aragonés, autor de cómics español que no está de acuerdo con las ideas de Waid. Para mí, lo que dijo éste es el mejor análisis sobre los derechos de autor, cultura y piratería que he leído en mucho tiempo. Podéis leer el discurso entero aquí. Yo destaco algunas de sus frases.
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"Lo que la mayoría de la gente no entiende sobre el copyright es que originalmente fue concebido no para proteger a los artistas, sino al dominio público. (...) Cierto, deberías beneficiarte, y deberías tener protección legal, pero me parece interesante que la idea inicial fuera devolver las ideas al dominio público".
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"La cultura es más importante que el copyright".
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"(La defensa del copyright por las megacorporaciones) ha llevado a la mentalidad entre los creadores de que la única recompensa aceptable por la creatividad son dólares y centavos... y eso deja a la cultura y al dominio público desamparados".
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"Si estás aquí para ganarte la vida y al mismo tiempo encontrar una manera de devolverle al mundo, entonces los archivos compartidos no son un problema... Son una oportunidad".
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"Somos el medio más inteligente y creativo de América. (...) Hay más ideas en una tienda de cómics un miércoles que en Hollywood en tres años. Somos claramente malos negociantes, pero no hay quien nos iguale en creatividad e inventiva, y hay maneras de hacer que los archivos compartidos trabajen para nosotros en lugar de encogernos temiendo que vayan a destruirnos".
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Me quito el sombrero ante el discurso, y más teniendo en cuenta que parte de un nombre establecido en la propia industria. Y si de verdad nació del vodka, espero que sea una demostración de que los borrachos no mienten y de que, por tanto, hay gente en esa industria del entretenimiento que sabe leer la realidad más allá de la ecuación "descargas=piratería". Ojalá esta forma de ver las cosas se extendiera, ojalá se aprovechará Internet para difundir la cultura y el entretenimiento en lugar de verlo como el enemigo de los creadores, ojalá habláramos de la importancia de que la cultura llegue a cuantas más personas mejor, que para eso no hace falta arruinar a ningún creador.

miércoles, septiembre 01, 2010

Políticos en los palcos deportivos

El pasado viernes, el Atlético de Madrid ganó en Mónaco la Supercopa de Europa de fútbol. Al día siguiente, algunos medios de comunicación destacaron y criticaron la ausencia en el palco de autoridades del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y que el Consistorio de la capital sólo mandara un edil como representación. Que al mismo tiempo se alabara a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, por estar allí presente junto con sus dos vicepresidentes, da una idea de que tanto la crítica como el elogio es por el "quién" y no por el "qué" de esta noticia. Pero yo me voy a quedar con el "qué". Y es que, al margen de lo cansino que es leer siempre críticas a alguien (si va porque va, si no va porque no va), yo ya empiezo a estar bastante harto de la presencia de dirigentes políticos en los palcos de recintos deportivos.

En el pasado Mundial de fútbol, celebrado en Sudáfrica, trascendieron las críticas que recibió en su país la canciller alemana, Angela Merkel, por plantarse en el país africano para ver el partido que jugó su selección en cuartos de final. Se hablaba de despilfarro, y con toda la razón del mundo. Y es que las cosas son así: si un político está presente en el palco de un recinto deportivo el viaje se lo han pagado los ciudadanos. Yo añadiría más. Creo que es un capricho que nada tiene que ver con el ejercicio de las funciones públicas de un cargo electo. De ahí que, con ese necesario y leve toque de ironía, siempre haya dicho que Jaime Lissavetzky tiene el mejor trabajo del mundo: ser secretario de Estado para el Deporte. Viajas por todo el mundo viendo acontecimientos deportivos de primer orden para los cuales siempre es dificilísimo (y carísimo) conseguir entradas, te haces fotos con los mejores deportistas del mundo, y todo ello a gastos pagados.

Como resulta que el deporte español está en su momento de oro y es un escaparate espléndido para esta deleznable política de fotos que se practica hoy en día, no hay acontecimiento deportivo que no ofrezca una cuantiosa presencia de cargos electos en los palcos. ¿Tienen alguna utilidad allí? Pues en la mayoría de las ocasiones, y desde mi punto de vista, no. Se podrá hablar de una labor de representación, pero no creo, por seguir con el ejemplo inicial, que a Madrid le sirva de mucho que en el palco monegasco estén la presidenta y los dos vicepresidentes del Gobierno autonómico. Y más si tenemos en cuenta que era el Atlético de Madrid, una entidad privada, la que estaba disputando la contienda deportiva sobre el terreno de juego. La cosa podría tener cierto pase si estamos hablando de una selección nacional, ¿pero entonces para qué sirven las federaciones y sus presidentes si no es precisamente para esa labor de representación?

Ojalá llegue el día en que conozcamos cuánto dinero se gastan nuestros políticos en estos viajes, porque para mí no son más que una forma encubierta de turismo a gastos pagados (¿también de dejación de sus responsabilidades diarias?) y una manifestación más de, como decía, la política de fotos que se ha impuesto ya definitivamente a la política de hechos. Y ya que estamos, ojalá llegue el día en que también en España, donde dicen que criticar es deporte nacional, se censure con fuerza este gasto supérfluo y por desgracia socialmente admitido de nuestros políticos.