jueves, mayo 10, 2007

Gobernar para tu partido, no para tus ciudadanos

Me he llevado una gran alegría cuando me he enterado de que Valencia va a albergar un Gran Premio de Fórmula 1 a partir del próximo año. Con el de Barcelona, España tendría dos pruebas del mundial en los próximos años. A mí siempre me ha encantado que acontecimientos deportivos del más alto nivel se celebren en nuestro país (aunque la vela no me interese lo más mínimo, que Valencia esté acogiendo la America's Cup me parece genial). Además, esta cita traerá seguro un gran beneficio económico para la ciudad, para la región y para el país.

Pero mi alegría la han tirado por el retrete cuando me he enterado de la condición que pone el mandamás de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone: que gane el PP las elecciones. "El contrato, aunque está todo preparado, no lo firmaré hasta después de las elecciones, cuando gane Camps", ha dicho. Y me he quedado de piedra. ¿Cómo es posible que un proyecto externo, que nada tiene que ver con el programa electoral de un partido, que beneficia tanto a una ciudad, esté supeditado a una candidatura política? ¿Se imagina alguien que cuando Madrid se presentó para organizar los Juegos Olímpicos se hubiera dicho algo parecido desde el COI? Esto es una barbaridad me atrevo a decir que sin precedentes en la historia electoral de nuestro país...

Camps, claro, ha quitado hierro al asunto y ha dicho que, aunque agradece la vinculación del proyecto a su persona, "esta carrera es para España y para Europa". Pero como ya he dejado claro en anteriores entradas que no creo en las coincidencias, y menos en fechas electorales como las que vivimos, no soy capaz de tragarme que el comentario de Ecclestone se haya producido sin que nadie lo supiera. Y más cuando se ordenó la retirada de logotipos institucionales en la comparecencia de Ecclestone, que ya habían sido instalados, para evitar sanciones de la Junta Electoral. Para mí, una muestra más de que hay demasiada gente en este país que gobierna pensando en su partido y no en sus ciudadanos. Ya no me queda ingenuidad para creerme otra cosa. Ojalá Camps no gane. Sólo así veremos qué hace el todavía presidente de la Comunidad Valenciana y demostrará su auténtica talla moral.

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