martes, septiembre 21, 2010

Carbonero

Mira que no quería hablar sobre Sara Carbonero. Desde poco antes de que comenzara el Mundial de fútbol, allá por el mes de junio (toda una vida, por lo visto), esta mujer se ha convertido en el centro de conversaciones, tertulias, análisis, polémicas y no sé qué más cosas. Y no quería hablar sobre ella. Pero al final voy a caer. Me pasa muy a menudo. No quiero hablar de algo y a fuerza de ver la presencia constante y machacona en todas partes de un asunto determinado, acabo cediendo. Soy así, qué le voy a hacer. En este caso concreto, no quería hablar de Carbonero porque el asunto me parece interesado (cómo disfruta Telecinco con la notoriedad que consigue de asuntos así), tramposo, engañoso, artificil y estéril. Y sobre el que todo el mundo quiere tener una opinión autorizada que proclamar a los cuatro vientos. Después de unos cuantos meses evitándolo, y tras escuchar las últimas palabras de esta periodista, las noticias sobre esas palabras y las reacciones sobre las noticias, toca escribir mi opinión.

Desde mi humilde punto de vista, una de las peores decisiones que puede tomar un periodista es convertirse en noticia. No de forma puntual, que eso nos puede pasar a todos por millones de motivos, sino de forma continuada y permanente. Sara Carbonero lo hizo cuando decidió compaginar una relación sentimental con un futbolista con su profesión de periodista deportiva. Es una decisión libre. Yo no la hubiera adoptado. Si mi novia fuera Elsa Pataky, no creo que pudiera hablar de sus películas con la objetividad debida. Si fuera Shakira, el Waka Waka no podría parecerme tan malo. Si fuera Carme Chacón, la crónica política y yo no seríamos buenos compañeros. Así es la vida. Creo que tu trabajo se ve seriamente comprometido desde el momento en que tienes que informar sobre asuntos o personajes relacionados con tu vida privada. Ella ha escogido ese camino, y es un camino que supone que se preste más atención a imágenes como la que encabeza estas líneas que a la valía profesional de su protagonista. No obstante, ese camino, por sí solo, es totalmente lícito.

Ahora bien, además de las lícitas dudas personales sobre los méritos que le garantizan un hueco en este mundo profesional, hay un asunto que me plantea muchas dudas de ética profesional. En esas últimas palabras de la periodista de Telecinco, en el programa de Ana Rosa Quintana, ella habla del trato personal que da Mourinho a sus jugadores, de los enfados que tiene el técnico del Real Madrid, de que no es verdad que Cristiano Ronaldo visitara a un psicólogo o del carácter egoísta como jugador del portugués. ¿Está hablando Sara Carbonero o está hablando la novia de Casillas? O lo que es lo mismo, ¿estamos escuchando el resultado de lo que Casillas le ha contado a su novia o lo que una periodista ha averiguado por otras fuentes? Por supuesto, no tengo la respuesta a estas preguntas, pero si tuviera que decir algo creo que hablamos de lo primero. Y eso no me parece bien, entre otras cosas porque daña al propio Casillas. Si yo fuera jugador del Real Madrid, y aunque tengo una imagen fantástica de su capitán y portero, me cuidaría mucho de contarle ciertas cosas porque sé en manos de quién pueden acabar. No digo que lo haga o que lo haya hecho. Digo que puede suceder, y ni siquiera con mala intención sino por un desliz.

Diga lo que diga y haga lo que haga, Sara Carbonero se ha convertido en noticia. Por eso se publicaron tantas fotos suyas durante el Mundial sin necesidad de vestir la camiseta de ninguna selección. Por eso se publican ahora sus palabras, porque han cobrado una relevancia que antes no tenían. Una de las críticas que se hace a ese juego absurdo es que nadie le hacía tanto caso antes de ser la novia de Casillas, aunque ya entonces fuera una periodista deportiva. Claro. Se llama notoriedad y es uno de los motivos que en las redacciones lleva a plantearse si es un asunto es o no una noticia que pueda interesar al público. Otra cosa es que yo esté de acuerdo, pero no creo que pueda sorprender a nadie el aumento en el interés de las palabras, gestos y presencias de esta periodista tras saberse con quien comparte tantas cosas. Y no es que ella se haya ocultado precisamente, pues en los últimos meses ha visitado platós, ha concedido entrevistas a revistas del corazón y, también es importante recordarlo, ha aumentado su currículum gracias a este asunto. ¿Sólo por sus méritos profesionales?

Y un último asunto. Estoy cansado de que cualquier crítica que se la haga a Sara Caronero convierta a su autor en un machista. La última en llenarse la boca con este término ha sido Ana Rosa Quintana, quien dice que es eso, machista, decir que Sara Carbonero es "la novia de Casillas". Pues ya lo siento, pero es una de las cosas que es esta muchacha. Volviendo al ejemplo de antes, si yo estoy con Shakira resulta que soy "el novio de Shakira", de la misma forma que si lo fuera de una desconocida. Y, por cierto, es un título que llevaría a mucha honra, el de "novio de". Machista podría ser que sólo mencionarámos a Sara Carbonero como "la novia de Casillas". Pero ése es uno de los sustitutos ideales para su nombre cuando en un texto tienes que referirte a ella en numerosas ocasiones. Es "periodista de Telecinco" y es "novia de Casillas" por igual, igual que Casillas es "jugador del Real Madrid" y "novio de Carbonero".

Lo que sí es machista, tanto como oportunista, es darle a un profesional un trabajo por ser la novia de alguien. Si las dos partes están de acuerdo en contratar a alguien por ese motivo y en aceptar el trabajo a pesar de las connotaciones, dudas y problemas que pueda plantear, es su problema. Pero ambas pierden derecho a quejarse cuando alguien, de forma crítica y respetuosa, llama la atención sobre este tema.

15 comentarios:

Sonix dijo...

Mira que yo no soy muy futbolera ni aficionada de los deportes, y sin embargo con todo lo del mundial conocí de golpe a la señorita Carbonero. Y no por ser periodista, no, porque creo que labores de periodismo en el Mundial muchos otros lo hicieron bastante mejor que ella, sino por ser noticia. Lo que no sabía es que después de eso haya circulado por revistas, platós y demás. Como se suele decir, ahí se ha terminado de retratar.
(Ah, por cierto, si a los hombres que la criticáis se os llama machistas, a las mujeres se nos llama envidiosas... que no es cierto, ya que lo menciono)
Como siempre, un análisis acertado por tu parte. Cómo se nota que eres del gremio. ;D
¡Besos!

Sonix dijo...

(Cuando digo del "gremio" me refiero a periodistas, no a Sara Carbonero xD)

Simone Marie dijo...

Acabo de leer tu artículo gracias a Facebook, (lo siento, últimamente estoy muy ausente del mundo blog), y debo decirte que BRAVO!.

No puedo estar más de acuerdo contigo, es noticia por lo que es independientemente de que sea buena o mala profesional, vale ya de querer meternos en la cabeza lo contrario o de denominar como "machistas" o "envidiosas" a todo el que tenga una opinión en contra.

Enlazo tu texto en Facebook;)

Besos!

La Tilde Perdida dijo...

Tampoco soy muy futbolera, pero comentaré algo al respecto. No pongo en duda la profesionalidad de esta muchacha como periodista deportiva, pero, ¿no creéis que Telecinco sólo quiere carnaza y que utiliza a sus empleados y que éstos se dejan usar? Ella, ante todo, es un reclamo visual.

Silvia dijo...

Muy bueno tu artículo, ahora quiero introducir otro tema, respecto a esta chica. Antes de ser 'la novia de Casillas' habría llegado a ser jefa de deportes de Telecinco, o algo similar (un puestazo, vamos) si no llega a tener el físico que tiene??? Sobre todo teniendo en cuenta, que como dijo su madre, no tiene acabada la carrera... En fin...
Ya sé que ella no se puede 'poner fea', que es así, pero es un poco aprovecharse de la situación. Es que a mí lo de que no tenga terminada la carrera me deja ojiplática.

Bss.

El Impenitente dijo...

¿Y dices que los periodistas debieran huir de convertirse en la noticia? Chico, no sé cuánto hace que saliste de la facultad, pero después seguro que incluyeron la asignatura "El periodista ha de ser siempre el protagonista. La noticia sólo un medio para que el verdadero protagonista se luzca".

Sobre Carbonero...pues esto es España. Al día siguiente de ser campeones del mundo (¡Campeones del mundo!) la mayoría de la gente, sobre todo mujeres (¿es esto machismo?) sóo hablaba del beso de marras.

Jo Grass dijo...

Me parece muy acertada tu reflexión y creo que me sumo también al comentario de la Tilde Perdida. No tengo idea de si esta chica es buena o no en su trabajo porque no la he visto, aunque reconozco que el bombardeo publicitario es espectacular y no puedo negar que es muy guapa y fotogénica pero me temo que ha caido en las garras de sus jefes de telecirco, y parece que no le importa demasiado explotar su noviazgo y dejarse explotar.
Besitos

Arual dijo...

Ser la novia de Casillas le ha dado el empujón final a la fama, esto es así, nos guste o no, ya lo dice Impenitente, estamos en España!!!

Reverendo Pohr dijo...

Coincido contigo en que esta mujer es algo más que una periodista en el mundo televisivo. Precisamente el mundo televisivo y la prensa rosa se aprovecha de su figura más allá de su condición de reportera. Es más, incluso ella misma saca rendimiento (no solo profesional) de ello. Y todo ello se debe a es un producto mediático más, que sirve como herramienta para prensa y televisión (y de la que ella misma saca partido, como es lógico) para ganar lectores y audiencia.

El "Fenómeno Carbonero" no es un caso aislado. En EEUU cuentan con Erin Andrews y con "El Culo" (la reportera mexicana Inés Sainz, que denunció a un equipo de fútbol americano (JETS) por sus comentarios groseros de contenido sexual en una entrevista en sus vestuarios), Francia con Mel Thuriau y Gran Bretaña con Georgie Thompson. Todas son periodistas supersexies que añaden un plus de imagen su labor periodística. Es algo que no tiene porqué ser visto como algo negativo ni una afrenta contra la concepción de la "Mujer". Simplemente, hay que asumir que, más allá de machismos,feminismos e ideologías varias, cada uno/a explota e intenta sacar rendimiento de lo que tiene (en este caso, imagen hermosa).

C.C.Buxter dijo...

Siguiendo el hilo de lo que plantea Reverendo Pohr, otro caso, no muy conocido en España pero parecido al de Casillas y Carbonero, se dio en la NBA hace unos años con el romance entre Jason Kidd y Joumana Kidd (es obvio que acabaron casándose). Kidd era entonces la superestrella de los Nets de New Jersey (además de mi jugador preferido), y Joumana una periodista que trabajaba para una televisión local de New Jersey que retransmitía los partidos. Mientras estuvieron juntos no hubo demasiados problemas, pero años después se divorciaron de modo ciertamente tormentoso, y en el vestuario de los Nets cundió el pánico ante las posibles revelaciones que Joumana pudiese hacer no sólo de Kidd sino del resto de la plantilla (incluso se hablaba de bisexualidad de un jugador). Al final el asunto no dio para tanto, pero muestra los peligros que este tipo de asuntos tiene para la credibilidad y profesionalidad de un periodista. Ya lo dice el refrán: donde tengas la olla...

Por lo demás, el romance de Carbonero y Casillas tiene algo positivo: es públicamente conocido. Esto para el espectador es bueno, ya que sabe a qué atenerse. Es algo que no suele pasar con otros periodistas, tanto deportivos como políticos, que opinan más como "amigos de" que como profesionales sin que nosotros lo sepamos.

AdP dijo...

No veo el programa de Ana Rosa Quintana, pero según tengo entendido los que en él aparecen se pueden clasificar en dos categorías: la de los periodistas del cotilleo y la de los personajes que han saltado a la fama porque le han dado carnaza a los primeros. Si Quintana no ha creado una sección de deportes, queda claro a qué grupo de la plantilla del programa pertenece Carbonero.

De todos modos, al hacer ciertas declaraciones debería indicar en calidad de qué está hablando. Aunque no aclararía mucho la cuestión (sólo hay que ver que para ciertos informativos es noticia que Marcelo se divierta con Cristiano Ronaldo en un entrenamiento), sí quedaría constancia de que está informando o de que está contando chismes...

Saludos.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Sonix, ahora está en la etapa de revistas y anuncios, antes del Mundial fue a La Noria con sus compañeros de retransmisión, se supone que para hablar de la cobertura de Telecinco para ese Mundial pero ya te puedes imaginar de qué habló... ¡Es cierto, se me olvidaba que vosotras sois todas unas envidiosas, je, je, je...!

Simone, muchas gracias por la visita (que se te echa de menos por la blogsfera) y por el enlace.

Tilde, no es que lo crea, es que estoy convencido de ello... A Telecinco le encantan estos circos. Y en ellos participan, sobre todo, quienes se dejan. Por eso digo que, desde mi punto de vista, no puede quejarse mucho de los efectos secundarios que tenga su actual posición.

Silvia, lo del físico, por desgracia, me parece una batalla perdida. La realidad me demuestra que una mujer preciosa tiene muchos, pero muchos más puntos que una gran profesional para ocupar un puesto en televisión. La imagen importa, sí, pero creo que estamos sacrificando la calidad en su beneficio.

Impenitente, eso me pasa por irme a jugar la liga interna de fútbol sala en lugar de ir a clase... Igual tengo que reciclarme en las nuevas artes periodísticas... Fíjate qué tontería, que yo pensaba que en el contexto de ganar un Mundial el protagonista para las masas de ese beso tendría que haber sido Casillas...

Jo, pues la verdad es que nunca se ha encontrado entre mis periodistas favoritas, no te voy a engañar... Yo creo que es eso, no es que haya caído en las garras, es que se ha dejado atrapar.

Arual, esta claro que una gran porción de su fama se debe a ser la novia de Casillas. Lo que no sé es por qué hay tanto interés en que eso parezca algo horrible o que supone un menosprecio de su trabajo. Esto es España, sí, indudablemente...

Reverendo, está claro que no es un caso único. Lo que me preocupa es precisamente eso. ¿Por qué todas las periodistas (y más las deportivas) que aparecen en televisión parecen personajes potenciales de las revistas del corazón, los desfiles de moda o el mundo publicitario? ¿A alquien le importa todavía la calidad de su trabajo más allá de su imagen? A los periodistas no se les pide ser perfectos, pero como a las periodistas este machismo les conviene, se callan. Eso me parece criticable.

C.C.Buxter, ah, el refranero español, je, je, je... Eso sí es cierto. Al menos si un espectador es engañado en este caso, es porque quiere.

AdP, las fuentes, ese gran caballo de batalla del periodismo. Yo soy ampliamente partidario de citarlas, porque de otro modo las informaciones parece que han surgido de la nada. Y ojo, citarlas no quiere decir venderlas. Yo puedo hablar de fuentes de la plantilla del Real Madrid sin decir que me lo ha dicho Casillas. Pero, claro, si quien habla es la novia de Casillas, no hay más que sumar dos y dos... Por eso creo que Sara Carbonero está en una posición muy difícil cuando habla, por ejemplo, de Cristiano Ronaldo.

Claire dijo...

Llego tarde, pero no me quiero quedar sin añadir que si Sara Carbonero no fuera todo lo guapa que es, no se hablaría tanto de ella, aún siendo novia de Casillas. La belleza vende. Más que todo lo demás.
Besos.

María dijo...

Me levanto y te aplaudo. ¡Qué bien lo has expresado!
Soy mujer, periodista como ella y más o menos de la misma edad. No todo lo que se opine sobre Sara Carbonero tenga que tener obligatoriamente tintes machistas.
De ser periodista deportiva ha pasado a ser la novia de Casillas, a pelo Pantene y cuerpo Special K.

Como dices tú, un periodista no puede ser la noticia. El día de la final ella se convirtió en noticia, el día que perdimos el primer partido ella se convirtió en noticia, el otro día cuando soltó lo de C. Ronaldo ella se volvió a convertir en noticia.
Mal juego le está haciendo a Casillas. ¿No ha pensado en las consecuencias que puede tener para su novio un enfrentamiento con Cristiano en el vestuario?. Mal va y mal hace T5 en aprovecharse así de ella.
Como dice Sonix a nosotras se nos tacha de envidiosas: 'Anda más quisieras ser tan guapa como ella'... A muy bonito!! Qué la profesionalidad a la hora de dar los deportes se base en que tiene unos ojos grandes.
Cómo mujer y periodista que soy este tema me saca de quicio. Se está convirtiendo en una especie de Belén Esteban con estudios (inacabados).
Juan, no opino precisamente que los hombres seáis machistas por opinar así de ella. Opino que los hombres son machistas cuando dicen que da muy bien los deportes por lo buena que está.
Carbonero va mal, ese no es el camino. Se tendría que haber apartado desde un primer momento y haber puesto un límite entre su vida profesional y privada.
Me ha encantado tu artículo.
Muchos besos!!!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Claire, de tarde nada, encantado de tener tu aportación en el tema. Tienes razón en que la belleza vende. Lo que no entiendo, y no lo digo sólo por este caso, pero me duele que el único mérito de una persona para desempeñar un cargo u oficio sea ese...

María, sí se nota que este tema te afecta, sí... Y con razón. Porque me sigue pareciendo bastante triste que, como dices, unos ojos bonitos (por no hablar de otras tristemente poderosas razones) superen a la profesionalidad y a la categoría como periodista. Como parte interesada, un placer leer tu opinión.