miércoles, marzo 28, 2007

Zapatero y la oratoria

En el mismo momento en que un ciudadano le preguntó a Zapatero cuánto valía un café y éste se lanzó a contestar, sabía que esa respuesta ("80 céntimos") iba a ser lo que más interesaría a la cada vez más sensacionalista prensa española. Abre hoy uno los periódicos y el titular de casi todos ellos hace alusión al precio del café. Apasionante análisis de la entrevista de anoche en TVE. Y como todo el mundo se ha lanzado a este aspecto del programa, yo voy a tocar otros.

Lo primero de todo es lo que da título a esta entrada. La oratoria de Zapatero. No sé si muchos se acordarán del primer Debate sobre el estado de la Nación en el que participó el entonces líder de la oposición. Fue una revolución porque subió a la tribuna sin papeles que leer. No leyó un discurso, hizo un discurso. Sabía lo que iba a decir y cómo decirlo. Y a mí me impresionó. La prensa le dio cera aquel día por todas partes, y todo el mundo se tuvo que envainar las críticas cuando apareció la encuesta sobre aquel Debate publicada por el CIS. Zapatero había ganado por goleada a Aznar, la gente le había dado la victoria. Pocos meses antes hizo un discurso fabuloso en el Congreso del PSOE en el que fue elegido líder socialista. Además de por los movimientos detrás de la escena, Zapatero fue elegido por ese discurso. Fue el único de los candidatos que supo mirar al futuro con optimismo.

Pues de aquel Zapatero ya no queda mucho. Aquel líder socialista hablaba suelto. Sabía perfectamente lo que estaba diciendo y cómo defenderlo. No divagaba. Sabía defenderse cuando algún contrincante político le salía por algún sitio inesperado (y de eso Aznar sabía un rato...). Pero el Zapatero que salió anoche ha perdido esas cualidades y lo demostró, más que en la famosa pregunta del café, cuando no supo qué decir al ser preguntado por los juzgados para víctimas menores de edad. No sé si tendrá que ver con los numerosos asesores que seguro que tiene ahora mismo Zapatero y que no debía tener en sus comienzos en la primera línea política. No sé si será por el afán de no ofender a nadie o porque le han inculcado que antes que nada hay que buscar un titular. Desconozco las causas, pero Zapatero ha perdido algo por el camino. Ojalá lo recupere.

Dicen que la faltó cercanía con la calle. No conozco a ningún presidente del Gobierno que la tenga en el sentido más estricto del término. Quiero decir que el presidente del Gobierno pocos cafés pagará. Pocos desempleados tendrá en su familia. Se lo reprocharon durante la entrevista y no les faltó razón a quienes lo hicieron. Cuando se le dijo aquello de "no nos falles" no era sólo por Irak (promesa cumplida, por mucho que se intente olvidar), no era sólo por las mentiras del Gobierno (creo que éste miente bastante menos que el anterior, por mucho que se intente tergiversar), era también por cosas como ésta. El pulso de la calle si está cogido en reivindicaciones que se han plasmado en leyes como la de igualdad, la de dependencia o la de lucha contra la violencia de género, pero empieza a estar de más el triunfalismo en cuestiones como el empleo (cierto, crece, pero los sueldos no suben al mismo ritmo que la vida) o la vivienda (se han hecho cosas y hay que alabarlas pero hoy por hoy todos sabemos que, por el momento, son insuficientes).

Si bien es cierto que Zapatero esquivó algunas respuestas, quizá las que más preocupan al ciudadano de la calle, lo cierto es que dejó algunos titulares contundentes de la política que sale en los medios para quien los quisiera escuchar. Garantizó que Batasuna no tendrá sucesores en las próximas elecciones. Negó rotundamente que el futuro de Navarra esté en cuestión. Se mostró contrario a que José María Aznar sea procesado por su implicación en el inicio de la guerra de Irak. Pero todo eso caerá en saco roto, porque Batasuna y Navarra seguirán siendo ejes de la oposición del PP y seguro que alguien, en un futuro no demasiado lejano, afirma sin rubor que el Gobierno quiere que se procese a Aznar. Y si no, al tiempo.

En cuanto al formato de este espacio, reconozco que me genera dudas. Por un lado, creo que es bueno que sean los ciudadanos (yo no hubiera escogido cien, era obvio que no iba a dar tiempo a tantas preguntas) quienes interroguen al presidente del Gobierno. Supone ampliar el abanico de temas que se tratan y elimina la mediación de periodistas y jefes de prensa, todos ellos con demasiados intereses en juego en el mundo actual. Pero por otro lado, me pregunto si no será el fracaso de la profesión. Me pregunto si los periodistas ya hemos perdido definitivamente presencia, credibilidad y profesionalidad para hacer ese trabajo de mediación entre el mundo de la política y la sociedad. Y mi respuesta, ahora mismo, no es muy optimista...

4 comentarios:

Margot dijo...

Yo también sabía que el análisis de los medios de comunicación se quedaría en los 80 céntimos del café, estaba cantado.

Creo que Zapatero tenía el freno pisado, seguramente fue el consejo de sus asesores como tu muy bien has dicho. Espero que recupere la frescura de sus comienzos.

De todas formas yo valoro muy positivamente su tremenda educación (que no ira contenida) al contestar a las preguntas más incómodas sobre Eta, De Juana, Navarra y el Poder Judicial. Es muy triste tener que defenderse por algo que no has cometido y no perder los nervios.

Por lo demás, te felicito nuevamente por tu estupendo análisis y, no temas, el periodismo sobrevivirá mientras quede un solo profesional como tu.

Anónimo dijo...

http://www.prnoticias.com/prn/hojas/noticias/detallenoticia.jsp?noticia=35519&repositorio=0&pagina=1&idapr=1__esp_1__

Un punto de vista objetivo, seguro que os viene bien que sólo os falta chupársela.

Fernando

Anónimo dijo...

Lo pongo otra vez:

Fracasa la operación de lavado de imagen ante la escasa cercanía de Zapatero

Señor Presidente ¡no me responda siempre lo mismo!!


No vamos a hablar del lo que cuesta un café –anécdota que da cuenta que en Moncloa los cafés son gratis- ni del detalle de las declaraciones de Zapatero en su entrevista ciudadana en TVE, ampliamente recogidas por otros medios. Simplemente nos quedamos con las valoraciones generales. El propio Lorenzo Milá lamentaba a la salida del plató la poca cercanía de Zapatero en los temas concretos, mientras que todos quienes vimos la entrevista nos preguntamos porqué Zapatero insiste en su discurso preestablecido e inamovible, que en nada ayudó a 'lavar su imagen', uno de los principales objetivos de la entrevista según algunos sectores del PP.

Como formato es novedoso. Como entrevista periodística, nada. Las dos horas de ayer en TVE no sirvieron para contestar sobre los temas que están en la calle. Y eso que lo que ocurre en nuestro país interesa, y así lo demuestra la audiencia: un brutal 30.3% de share. La entrevista de Zapatero (técnicamente magistral, por cierto: un 10 para los equipos de TVE) hubiera podido ser una oportunidad de oro para que el presidente se luciera. Pero al final se quedó en un mero masaje, porque el formato demostró que no permite entrar en profundidad en nada, ni tampoco repreguntar cuando no se dice nada al respecto.

Se pudo ver nada más comenzar: la crispación que vive nuestra vida política, y qué está ocurriendo con el entorno de etatiene al país preocupado. Sin embargo, escuchando a Zapatero daba la impresión de que en España vivíamos en los mundos de Yupi: todo iba bien, razonablemente bien o se está trabajando en ello. Pero, pese a tener su parte de razón en algunos aspectos… no todo es tan estupendo.

Alguna de las primeras intervenciones lo dejaba claro: los españoles no estamos demasiado contentos con nuestra clase política. Y a la gente de la calle le preocupa lo que está ocurriendo con el terrorismo, si se sigue negociando con eta, Navarra, el tema de Juana Chaos o la actuación de la Fiscalía en el caso Otegi. Y, por supuesto, el clima de crispación que se respira entre los dos grupos mayoritarios de nuestro país y el poco (o ningún) respeto que se muestran.

Excepto en estos asuntos (que por cierto, no ocuparon ni 10 minutos de las dos horas del programa), el resto de preguntas fue casi un paseo para Zapatero. Y lo peor es que se veía venir. Al programa le faltó que se hubiera podido profundizar más en algunos temas, que Lorenzo Milá hubiera cogido el toro por los cuernos y hubiera repreguntado a Zapatero con insistencia por algunos asuntos de los que el presidente se zafaba con facilidad apelando a esa mala costumbre de los políticos de hablar sin decir nada.

El único momento en el que el subdirector de informativos de TVE se saltó el guión fue para hacer una pregunta obligada: la nueva marca de Batasuna para las municipales, y si se va a permitir al entorno abertzale presentarse a esas elecciones. Y lo hacía tras aclarar que como los ciudadanos habían estado casi encerrados durante todo el día no habían podido enterarse de la que sin duda era la noticia del día.

El único momento de tensión se vivió cuando una ciudadana navarra dejó a Zapatero contra las cuerdas al preguntarle si formaría gobierno con Nafarroa Bai y el Partido Comunista de las Tierras Vascas, sí o no. Y cuando el presidente se fue por los cerros de Úbeda volvió a pedir la palabra para exigir claridad con un claro tono de indignación.

Por lo demás, trabajo, hipotecas y vivienda joven, inmigración, dependencia, igualdad, asuntos en los que Zapatero se mostró seguro pero en su discurso preestablecido e inamovible, que nos recordaba a comparecencias y respuestas dadas mil y una veces . Incluso cuando alguno le preguntara si realmente sabía cuánto cuesta un café: para el presidente 80 céntimos, lo que para el ciudadano quedaba en tiempos del abuelo Patxi. Eso tras decirle una verdad como un templo: que a las familias de hoy no les cunde el dinero. Pese a ser 100 los seleccionados, sólo hubo tiempo para contestar a 42 preguntas: entendible que los elegidos quisieran centrar sus preguntas, o que tardaran más de lo normal al ponerse nerviosos, pero también hubo respuestas eternas de ZP.

En fin, como formato novedoso, pero como formula… floja. No sirvió para que el presidente aclarase nada sobre lo que afecta a día de hoy a la vida política. Ahora bien… también fue un baño de realismo. Que tome nota de dónde se está metiendo: una votante que se reconoce votante socialista le espeta que no entiende por qué se negocia con los terroristas. Y otra le recrimina haber olvidado el ‘no nos falles’ que le aupó a la Moncloa. Y lo peor es que el presidente le reconoció que no le preocupa lo que pensase, porque él, desde su torre de marfil, sigue pensando que ha hecho las cosas bien.

Respecto de los temores del PP de que Tengo una pregunta para usted se transformase en un mitin político, se habrán dado cuenta de que el propio Zapatero se encargó de tirar por tierra estos intereses, a pesar de tener todo a su favor. Se extrañaron asuntos y medidas concretas. En todas las preguntas Zapatero señaló que se estaba haciendo algo, pero nunca especificó a qué se refería. Un adormilado Lorenzo Milá intentaba no desfallecer ante respuestas que a veces llamaban a una buena siesta. El caso es que si Barroso y el equipo de Comunicación de Moncloa pretendía que con esta entrevista Zapatero ganara enteros, estuvieron muy lejos del objetivo. En la tele pública y ante seis millones de espectadores, el Presidente de Gobierno se mostró lejano y en poca sintonía con los problemas reales de la gente (el caso de café a ochenta céntimos es decidor).

Veremos si en su siguiente cita, su entrevista en Antena 3 con Gloria Lomana (e imaginamos que con Urdaci y Valentín), se le puede preguntar con mayor contundencia por todos estos problemas, y si le es más difícil que se escape. Y en el caso de TVE, si los cien ciudadanos de Rajoy se lo ponen tan fácil por un lado, y si le dan también un baño de realismo por otro.

Seguiremos informando...

Juan Rodríguez Millán dijo...

Después de leer atentamente el comentario que nos ha colgado Fernando, tengo que mostrar algo de perplejidad...

Que en este blog suelo hablar mejor de Zapatero que de Rajoy está fuera de toda duda. Pero el objetivo de este post era, precisamente, criticar a Zapatero por lo que creo que debo criticarle. Y además es por lo mismo que critica PRNoticias en su resumen de la entrevista en TVE. Coincido plenamente en que el presidente del Gobierno no supo explicar muchas cosas y que tiró de mensajes prefabricados, aunque discrepó de algunos otros puntos.

Y, por cierto, no creo que PRNoticias, una web que proclama abiertamente su exigencia de dimisión a Zapatero cada vez que tiene la oportunidad, sea el modelo de objetividad que dices. A mí me gusta mucho esta web y suelo consultarla, pero más por sus noticias sobre los medios de comunicación que por sus a veces sesgados análisis políticos.