No es la primera vez que se me ocurre algo sobre lo que escribir viendo ese interesantísimo programa de TVE que es 59 segundos (al que hay que felicitar por llegar a los cien programas y del que no me cansaré de decir que magnígicamente conducido por Ana Pastor). Anoche, viendo la entrevista con el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y el posterior debate se me pasaban muchas cosas por la cabeza sobre la labor del periodista. Cada vez tengo más claro que el cuarto poder no está cumpliendo con sus obligaciones, y anoche encontré algunos ejemplos.
Mis cabilaciones comenzaron cuando Blanco aseguró que el papel de los medios de comunicación a la hora de centrar la atención mediática en uno u otro asunto era tan importante como el de los políticos. Y explicó que él mismo ha protagonizado ruedas de prensa para hablar de medidas sociales o económicas en las que los periodistas estaban cruzados de brazos, esperando que llegara el turno de preguntas para hablar de otras cuestiones. Y es verdad. Me acuerdo de uno de los primeros actos que cubrí en Ferraz, la sede del PSOE. Era una rueda de prensa de Jordi Sevilla para presentar una propuesta para reformar la financiación autonómica. Claro, yo fui de periodista joven y pardillo y apuntaba de todo en mi libreta, escuchando con atención lo que decía. Y nadie escribía nada, para mi asombro. Las preguntas que se hicieron depués al ahora ministro no tenían nada que ver con esa materia, sobre la que nadie publico nada.
Poco después, me llamó muchísimo la atención un comentario que hizo Margarita Sánez-Díez, de El Periódico de Catalunya. Dijo que los periodistas debían evitar seguir la agenda que les marquen los partidos políticos afines. Lo dijo a raíz de un comentario que Isabel San Sebastián había hecho sobre el Sáhara (cuestión que sacó para rebatir un comentario de Blanco sobre Irak), con el mismo argumento que horas antes habían llevado a los medios algunos portavoces del PP. E Isabel San Sebastián saltó muy indignada, sintiéndose claramente aludida y defendiendo su independencia. No entro a valorar este caso concreto, pero sí es cierto, y así lo denuncio, que los periodistas se ven continuamente dirigidos por los políticos. ¿Que toca hablar de De Juana Chaos? Pues medio telediario con De Juana Chaos. ¿Que ahora nos interesa volver a hablar del 11-M? Exclusivas y más exclusivas sobre los atentados de Madrid. ¿Que la guerra de Irak conviene? Pues hagamos un especial de media hora.
Y eso nos lleva a llenar los medios de comunicación con asuntos que realmente no tienen la relevancia que se les da. Por ejemplo, el juicio ayer a Arnaldo Otegi, portavoz de la ilegalizada Batasuna, como apuntó el casi siempre acertado José María Calleja con cierta ironía. Yo no digo que se esquive este asunto, ni mucho menos, pero ¿merece en serio conexiones en directo, un empleo de recursos técnicos y humanos como el que se ha visto para cubrirlo? Mi respuesta es que no y añado que, si se le da, es porque interesa a un poder superior o ajeno al mundo periodístico. Ni al periodista, ni al medio de comunicación, ni al espectador. De eso estoy bastante seguro. Y creo que muchos coincidirán conmigo.
Lo mismo pasa, por ejemplo, con la cuestión sobre De Juana Chaos, del que me he prometido a mí mismo no hablar más en este blog a menos que cambie la situación de forma radical. Es que no hay más que fijarse en los temas de cortísimo recorrido que durante algunas semanas llenan páginas y páginas de periódicos, minutos y minutos de emisión de televisiones y radios. Ahora se habla de Navarra, pero ¿os acordáis cuando eran Ceuta y Melilla las plazas cuya españolidad no garantizaba el Gobierno de Zapatero? Ahora se habla del etarra De Juana Chaos, pero ¿os acordáis cuando el mayor problema de la democracia, según Rajoy, era la inmigración? Ahora se habla del Sáhara, pero ¿os acordáis cuando la alianza con Venezuela nos iba a llevar poco menos que a los confines del infierno? Ahora España se va al garete porque se la estamos dando a ETA, pero ¿os acordáis cuando eran los catalanes con su Estatut (¿dónde habrá quedado esta polémica...?) los que se iban a apoderar del país? Y ahora el mayor problema territorial parece estar centrado en la política sobre el agua, pero ¿os acordáis de ese Plan Ibarretxe que los socialistas estaban poco menos que apoyando?
Todo esto nos está llevando a una situación en la que el periodista tiene que tener un partido. Si no, no es periodista. Y pongo un ejemplo muy gráfico. Entrevista a José Blanco en este mismo programa que me ha servido de excusa para empezar mi reflexión. Isabel San Sebastián (perdón por la insistencia en ella, todo el mundo sabe que no es santo de mi devoción) se niega a hacer preguntas al portavoz socialista porque dice que no el formato no le garantiza el derecho de réplica (lo que rápidamente le desmiente Ana Pastor y queda además claro viendo la entrevista) y se limita a lanzar una proclama contra el Gobierno, que por supuesto está en su derecho de hacer pero que firmaría cualquier portavoz del PP (si es casualidad o no, lo dejo a la elección del lector). Pero después, cuando llega el turno de entrevistar a un obispo y periodista, no tiene ningún inconveniente en lanzar dos preguntas a este segundo entrevistado, a pesar de que aquí no contó con turno de réplica. No es bueno, ni mucho menos justo, hacer una entrevista con esa animadversión que se está haciendo tan común entre los periodistas y de la que seguramente habrá que dar gracias a personas como Federico Jiménez Losantos.
Y llegamos a otra parte curiosa del periodismo actual. Decía Fernando Ónega que él debía vivir en otro país, porque no tenía constancia de muchas de las cosas que se dieron como hechos absolutos y probados en la tertulia. Y tiene razón. El periodista ya puede decir lo que quiera sin asumir responsabilidad alguna y sin probar lo que dice. En la mesa de debate de anoche se llegó a afirmar con rotundidad, como hechos probados, que el Gobierno ha negociado con ETA sobre Navarra (¿Quién lo dice y en base a qué? ¿Dónde están las pruebas? Que alguien saque el documento con la firma de los enviados del Gobierno o que se admita de una vez que eso forma parte de la especulación hasta que no quede probado), que el Gobierno ha adquirido el compromiso de que Otegi no vaya a prisión y el de liberar a De Juana Chaos (por Dios, critiquemos los beneficios que pueda tener, pero dejemos de lanzar esa falsedad de que está libre, porque no lo está; está cumpliendo condena y por un proceso impulsado por el actual Fiscal General del Estado).
Llegado el punto de que alguien desmienta y pruebe todas estas afirmaciones, ¿dónde queda la responsabilidad del peridista? ¿Van a pedir disculpas si se demuestra su equivocación? ¿Se van a retractar de todo lo que han dicho? Obviamente no. Porque todo forma parte de una perversa dinámica en la que el periodista de partido toma el protagonismo. Seamos serios, todos los medios de comunicación están ya encasillados en una ideología o en la contraria. Y algunos periodistas se les ve enormemente felices en ese papel. Son más o menos de derechas, son más o menos del PP y más o menos del PSOE. No pondremos freno nunca a esta situación mientras no consigamos que la libertad de prensa sea total. No hay censura, no. Hay ideología necesaria. Y me parece casi peor.
10 comentarios:
Ahora sí que lo has dejado claro no como yo lo hice el otro día en mi blog. Bueno, para eso eres tu el profe.
Sabes lo peor de todo, pues que con esta forma de periodismo de salón de té, no nos enteramos de lo verdaderamente importante. Hoy seguimos con el tema de Otegi y con una nueva manifestación de la AVT (falange, PP etc...), profiriendo insultos y nos dejamos en el camino el verdadero problema. Las amenazas de Alcaeda a todo lo que huela a España.
Francamente, poco puedo aportar al tema (no pertenezco al gremio y no soy objetivo) pero si quisiera compartir con vosotros un artículo que leí hace unos días, y trata sobre unos de esos "elementos" del "nuevo periodismo"
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=47041
Ya comentaréis, si es caso.
Muy cierto, pienso lo mismo pero no habría sido capaz de expresarlo tan claro.
Yo creo que la raíz del problema es más obvia que las ideologías particulares de cada periodista, que dentro de unos límites me parecen razonables. El problema radica en que los grandes grupos de comunicación son empresas al servicio de los grandes capitales y su función no es otra que gestionar la opinión de la gente. Nos ocupan y confunden con polémicas irreales e insustanciales con el fin de que pasemos por alto los problemas reales al no ser capaces de asimilar todo el volumen de información que hay a nuestra disposición.
Hoy tiene más importancia el tema de Otegi o de De Juana que, por ejemplo, los diarios abusos, asesinatos, ausencia de derechos humanos que hemos asumido como normales y no nos afectan. Tampoco nos hablan de los verdaderos intereses que motivan las guerras y las "intervenciones humanitarias".
Es muy triste pero estamos gobernados, dirigidos y adoctrinados por el capital. ¿Captáis ahora el sentido de la película "Matrix"?
Por cierto, yo tampoco soy del gremio, no se si se nota mucho, pero tengo esta opinión, aunque sea equivocada
Un saludo
Complicado e interesante tema el que planteas. Lo que yo pienso es que es muy difícil, por no decir imposible, ser totalmente objetivo. Todo el mundo termina por deslizarse, aunque sea levemente, hacia un lado o el otro, llámese un lado derecha y el otro izquierda o un lado Real Madrid y el otro Atlético.
Si es el Cuarto Poder es porque realmente lo tiene, y se utiliza para mover a las masas, además de para informar. No es que esté de acuerdo, pero al final es así.
Sin embargo, existe una clara diferencia, por lo menos para mi, entre los medios de comunicación que tiran hacia la derecha y los que empatizan con la izquierda. No es lo mismo escuchar Telemadrid, la Cope o leer La Razón, cuyas MENTIRAS con mayúsculas provocan la náusea continua en cualquier individuo que conecte un mínimo de dos neuronas, que las mentirijillas con minúsculas de El País, TVE o Cuatro. Al final todos mienten, pero hay MENTIRAS y mentirijillas, y la banda de Rajoy y compañía se pasa unos cuantos pueblos. Lo de las banderas falangistas les está haciendo un daño que probablemente no estén ni calculando, en su afán de volver a saborear las sillas azules.
La derecha, o al menos la derecha de nuestro país, TAPA las verdades que no le gustan. La izquierda, o al menos esa izquierda de nuestro país, BUSCA soluciones a verdades que no le gustan, y a veces, muchas, se equivoca.
Y claro, todo es en función de lo que nos contáis, porque al final la verdad no la sabe nadie.
Nos vemos, ciao!
Pues yo creo Roi Piñeiro que lo del cuarto poder, en principio, se refería a que el periodismo actuaba de freno ante los demás poderes porque ejercía la misión de decir la verdad. Vamos, por lo menos eso es lo que yo entiendo.
Ahora, como decía ayer Jesús de Polanco, es difícil mantenerse fuera de tus propios ideales políticos viéndo por dónde va la derecha de este pais. Bueno, la derecha y la Iglesia, que también tiene delito.
Gracias a todos por las aportaciones, es muy interesante para cualquier periodista que se precie de serlo conocer las opiniones de la gente. Al fin y al cabo, trabajamos para vosotros. O deberíamos.
Muy interesante el texto que añades, Sprocket. No es que Leo Bassi sea santo de mi devoción y no creo a pies juntillas todo lo que dice, pero es un perfecto ejemplo de lo que quería decir con esta entrada.
Elucubrante, te doy la razón en que la raíz del problema está más allá de la ideología personal de un periodista. Pero al mismo tiempo me da rabia que profesionales con una posición consolidada y con poder para trabajar a su gusto (no el currante que está en la base de un periódico o una televisión, que al final sigue órdenes para conservar su puesto de trabajo) se pliegue a estos mismos intereses. Eso roza con la cobardía o el interés personal.
Roi, yo nunca he creído que el periodismo sea totalmente objetivo, es prácticamente imposible aunque sea el ideal al que intentamos acercarnos algunos. Pero esos leves deslices a un lado u otro no deben impedirnos buscar la verdad. Como dice Margot, la expresión de cuarto poder nació precisamente por ser un freno de los otros tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). En lo que sí estoy totalmente de acuerdo es en que la maquinaria de propaganda de la derecha es hoy mucho más deleznable que la de la izquierda.
Por lo que se refiere al tema central de la entrada, otras veces ya he dicho que lo que me parece es que está habiendo una "futbolización" (perdón por el palabro) de los medios de información general. Cada vez, "El País" se parece más al "Marca" igual que "El Mundo" se parece más al "Sport": nadie oculta ya sus colores futbolísticos o deportivos. En este proceso pueden haber muchas causas, como las que se han comentado aquí, pero hay una que no lo ha sido y que me parece igual de relevante: el ciudadano busca y exige esa identificación. Igual que el madridista compra el "Marca", el votante socialista compra "El País" y el del PP compra "El Mundo".
En un principio se podría decir que esto es lógico, y yo estaría de acuerdo siempre que el lector buscase información rigurosa desde un prisma determinado, pero para mí no es eso lo que pasa en muchos casos. Simplemente, se busca la información desde una ideología, y si es rigurosa o no es lo de menos. Me recuerda a un amigo mío que, a raíz de una eliminación europea del Madrid, me dijo: "Me he comprado el "Mundo deportivo" y el "Sport", jajaja". No lo hacía para leer información del partido, sino porque sabía que iban a darle cera e incluso a mofarse de su equipo rival, y con eso le bastaba.
Con los medios de comunicación pasa un poco lo mismo, y creo que en general con la demanda de información. Quien compra un libro de Pío Moa ya sabe por dónde van a ir los tiros (por suerte, ahora sólo metafóricamente), y todo lo que no siga esa línea lo considerará falso sin más.
En lo que no estoy de acuerdo es en esa separación moral tan tajante entre la izquierda y la derecha. Yo no veo mucha diferencia entre "Libertad digital" y "El plural", y "Rebelión.org" no me merece ningún crédito (lo digo en general, porque no he leído el artículo mencionado en otro comentario). Es cierto que el tono de la SER no es el de la COPE (hasta el punto de que oigo programas de la SER pero no de la COPE), pero la tendenciosidad y la unanimidad ideológica no dista mucho de una a otra. Igual que en la derecha se centra la cuestión en De Juana o en Otegi, en la izquierda en cuanto ven a alguien con una bandera con el escudo franquista lo meten corriendo en portada...
No debería aspirarse a unos medios que no sean tan mentirosos como los rivales, sino simplemente a que no mientan.
C. C. Buxter... lo de la "futbolización" de la Política lo he dicho yo tantas veces que parece que me estaba leyendo a mi mismo, por lo que no hace falta que te diga que estoy totalmente de acuerdo.
En cuanto a que los medios no mientan ni manipulen, esa es la utopía que quizás algún día se consiga. Mientras tanto me conformo con el menos mentiroso.
En cuanto a lo del Cuarto Poder:
Con esta expresión solía designarse a la prensa, en alusión a la extraordinaria influencia que ésta ejercía en los años previos a la Revolución Francesa, hasta la llegada de los todavía más poderosos medios de comunicación
Su creación es atribuida al escritor, orador y político anglo-irlandés, Edmund Burke (1729-1797).
El supuesto Cuarto Poder era solo cuarto tras los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. En tiempos modernos muchos consideran ya este Cuarto Poder el más poderoso de todos, porque no se limita a reflejar la opinión pública en la que supuestamente se basa toda democracia, sino que puede crear esa misma opinión pública, proporcionando la casi totalidad de la información con la que ésta cuenta en cualquier momento dado.
Considerando el tremendo impacto que los nuevos medios de comunicación tienen en las autopistas de la información de la nueva Aldea Global, y la facilidad con que éstos manipulan el consciente y subconsciente colectivos, su poder real es considerado por muchos el primero, inmenso y creciente.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Cuarto_poder", Saludos!
Estudio Periodismo y sigo mi firma teoría de que el Periodismo se va a la mierda cuando se confunde opinar con informar. Es una teoría simple pero que resume el Periodismo actual (en mi franca y humilde opinión).
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