martes, marzo 20, 2007

Cuatro años después, alguno se ha dado cuenta...



Cuatro años han pasado desde el comienzo de la guerra de Irak, y algunos ahora parece que se dan cuenta de lo que pasó. Han necesitado unos cuantos miles de muertos, un conflicto enquistado, un aumento del terrorismo sin precedentes y que los ciudadanos de otros países que apoyaron al principio la guerra se hayan dado cuenta de su equivocación, pero al menos ya van saliendo más voces que se dan cuenta de la catástrofe que se ha provocado. Pero como no todo es blanco o negro, creo que es necesario dedicar unas líneas de análisis a este reconocimiento de algunos miembros del PP de que la guerra de Irak fue un error.

Jaime Ignacio del Burgo, diputado popular de la foto, hasta ahora se había señalado por difundir el peligro en el que se encuentra Navarra ante la supuesta pretensión del Gobierno de Zapatero de entregarla a ETA (para ese es miembro de UPN, la rama del PP en Navarra) y por apostar constantemente por la teoría de la conspiración sobre el 11-M, poniendo en duda la investigación judicial. Pero ahora ha hablado sobre Irak. No sólo ha calificado el conflicto como "un error", sino que ha dicho que la foto de las Azores fue una "decisión personal" de José María Aznar que no se debatió en los órganos de dirección del PP.

No ha sido Del Burgo el único en salir a la palestra estos días. Jesús López Medel, también diputado del PP, ha dicho coincidiendo con este aniversario que la guerra fue "desproporcionada, injusta y gravemente errónea". Él mismo recuerda, y le doy la razón porque yo escribí aquellas informaciones, que hace cuatro años dijo exactamente lo mismo. Pero fue el único diputado en hacerlo. Por eso ahora dice, tras escuchar a Del Burgo, que "hubiera sido positivo para el PP que hubiera habido más voces que hubieran expresado sus dudas o sus ideas" cuando Aznar adoptó la decisión de hacerse la foto de las Azores.

Y es que en esto hay algo de cobardía en Del Burgo. De acuerdo, admite ahora que fue un error y eso es digno de alabanza. Pero, ¿por qué no dijo entonces todo lo que ha dicho ahora? Dice ahora que no se debatió en el seno del PP la guerra de Irak, y es obvio que no debía debatirse. ¿Desde cuando un partido político toma esas decisiones? Esas corresponden al presidente y si el partido no está de acuerdo para eso tiene el Parlamento, donde se votó sobre Irak y donde ningún diputado del PP asumió públicamente el rechazo al conflicto, a pesar de que la votación fue secreta. Ejemplos hay en otros países de primeros ministros que tienen que dimitir por no tener en el Parlamento el respaldo de su propio partido, y si no que se lo pregunten a Romano Prodi ¿Por qué habla ahora? ¿Es que Aznar ejercía un control más ferreo sobre sus diputados que Rajoy?

Eso sí, es importante reconocer lo importante que es que un diputado del PP, ese partido que de forma numantina defendió la participación española en la guerra de Irak, admita ahora que es un error. También fue un paso importante que el propio Aznar dijera públicamente que ya sabe que no había armas de destrucción masiva, a pesar de que hace cuatro años nos imploro que le creyéramos. Sin embargo, cuando Aznar hizo su reconocimiento, el auditorio le aplaudió, cosa que no entendí. Cuando Del Burgo ha hecho el suyo, ha sentado fatal en el PP, cuyos portavoces tratan de esquivar la cuestión cuando se les pregunta. ¿Por qué a Aznar se le vitorea y a Del Burgo se le censura?

Creen los populares que esto de Irak forma parte del pasado (Rajoy dijo hace pocos días que los que se manifestaban en contra de esta guerra era como si lo hicieron por algo que sucedió en el reinado de Felipe V o en el gobierno de Felipe González; qué hipócrita es usted, señor Rajoy, que permite a su portavoz en el Congreso seguir hablando de los GAL y dice al mismo tiempo estas palabras), pero es lisa y llanamente mentira. Decenas de personas mueren todos los días en este país. No es el único conflicto que hay en el mundo, seguramente no el peor. Pero en él tienen responsabilidad tres mandatarios internacionales que tienen nombres y apellidos. Son George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar. Le pese a quien le pese.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces un político puede tomar una decisión equivocada (aunque generalmente no lo parezca, son humanos). A veces un político puede establecer alianzas que no resultan como se esperaba, y que resultan dañinas a los intereses de su país. Y a veces un político es castigado en las urnas por sus errores.

Pero lo que ya no es normal, es que cierto personaje, que en un tiempo gobernó este país, siga empecinado en mantener, pese a quien pese, su peculiar concepto de la realidad. Sin rectificar ni un ápice. Sin reconocer sus errores. Perseverando en la mentira y la calumnia. Difamando a sus adversarios políticos.

A mi hija trato de enseñarle lo incorrecto que es el insulto gratuito, cómo el hecho mismo de insultar degrada más al que lo lanza que al que lo recibe. Pero también considero que decir la verdad, no es insultar. Por ello me atrevo a decir que el anterior Presidente de Gobierno, es un mentiroso, un prepotente y un genocida. Y hasta que no rectifique y pida perdón por sus actos durante su última legislatura, seguiré pensando así de él.

Otra de las cosas que trato de enseñar a mi niña es que, cuando haces algo mal, no basta con decir “lo siento” sino que, en la medida de lo posible, se debe reparar el mal hecho. Por ello, el que alguno de los compañeros de partido de ese funesto expresidente, quiera ahora desvincularse de lo que en su día apoyó, no lo exime de sus errores. Y lo que debería hacer es pedir perdón y tratar de reparar el daño que hicieron, además de afear la conducta de aquellos que aún siguen insistiendo en los mismos errores.

Es mi opinión, que otros pueden no compartir, pero es la mía. Si estoy equivocado, cuando me lo demuestren, pediré perdón y rectificaré como creo que se debe hacer.

Margot dijo...

Sprocket, no quisiera desilusionarte pero no esperes que Aznar y su corte pidán perdón. Para pedir perdón hay que estar arrepentido y ellos están orgullosos de su hazaña. Seguirán envenenando la situación política hasta las próximas elecciones y, después, si no ganan, también.