Ayer fue el Día sin alcohol. No escribí ayer precisamente para no hacer sentir culpable a ninguno de vosotros a la hora de la cervecita o por tomar un vinito en la comida. Pero hoy uno encuentra muchas noticias en Internet relacionadas con este asunto, para mí uno de los más preocupantes y menos atendidos socialmente de nuestros días.
Van unos ejemplos. Una encuesta de la Comunidad de Madrid revela que la edad de inicio en el consumo de alcohol se sitúa ya en 13,7 años y el 25 por ciento de los que tienen entre 20 y 24 años dice emborracharse a menudo. La misma encuesta dice que el 20 por ciento de los encuestados afirma haber ido, al menos una vez en el último mes, en un coche con un conductor que había bebido. Según datos de la Encuesta Nacional de Drogas de 2004, un 46,1 por ciento de los escolares (¡escolares!) manifestaba haberse emborrachado alguna vez en su vida y un 27,3 por ciento decía haberlo hecho en los últimos 30 días. La Asociación de Alcohólicos Liberados de Córdoba (Acali) ha registrado en lo que va de año un incremento del 59 por ciento de casos de alcoholismo en jóvenes de entre 21 y 25 años. Y podría seguir, pero creo que estos ejemplos sirven.
El consumo de alcohol es un problema en apariencia imparable y que parece que se agravará con el tiempo. Cada vez se bebe más y a menor edad. No se tiene la percepción de que sea un peligro a la hora de coger el coche (¿cuántas veces habéis oído aquello de "si voy bien"?). No se tiene la sensación de que se puede caer en la adicción. Yo no bebo, pero no se me ocurre ir por ahí diciendo que mi postura abstemia es la única posible. Claro que no. Y si no ya saldrán cientos de estudios hablando de las bondades de tomar una cerveza o un vino. Pero es hora de que todos tomemos conciencia de que esto es un problema grave de la sociedad actual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario