El atentado en Bilbao de esos terroristas que buscan no sé muy bien qué objetivo comportándose como alimañas ocupó ayer todos los informativos y las portadas de los medios en Internet. Sin embargo, ayer se conoció una de esas noticias que debería inquietar a los ciudadanos, que debería preocupar a nuestros políticos y dirigentes de toda clase, que debería avergonzar a nuestros empresarios... ¡Y lo digo como si eso todo fuera posible...! En fin, el caso es que ayer conocimos que once millones de españoles, repito, once millones de españoles, el 56,85 de los trabajadores por cuenta ajena en nuestro país, cobra menos de mil euros mensuales.
No son estimaciones ni datos de una encuesta, no. Son los datos que aparecen en un informe de los Técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda (Gestha) correspondiente al 2006. La información aporta las diferencias que hay entre autonomías, pero no me parece demasiado relevante ya que el coste de la vida no es igual en unas y otras comunidades. Sobre todo en los gastos más grandes (y todos estamos pensando ahí en la vivienda).
Si los datos macroeconómicos son siempre tan estupendos en este país (no seré yo quien lo ponga en duda), si las grandes empresas año tras año presentan unos beneficios espeluznantes y elevadísimos (sobre todo la banca), que haya once millones de mileuristas refleja un problema gravísimo. La economía española funciona de maravilla, pero sólo unos pocos se benefician de ello. Y los ciudadanos de a pie no forman parte de ese grupo. Me parece sencillamente indignante. Y lo digo mirando mis últimas nóminas, que apenas pasaban de esos mil euros, a costa de trabajar algunos fines de semana y de que me incluían mes a mes la parte proporcional de las pagas extraordinarias.
A cuenta de esta noticia, escuchaba en los informativos de La Sexta a una chica, una teleoperadora, que comentaba que su sueldo apenas era de unos 850 euros y que por trabajar un domingo el daban un plus de... ocho euros. Vergonzoso, sencillamente vergonzoso... Y luego dicen que el rendimiento de los españoles en el trabajo es malo... ¿Cómo no va a serlo? ¿Quién se puede dejar la vida por sus empresas? Sólo los jóvenes ilusionados con sus primeros empleos (como me pasó a mí en su día; luego uno va aprendiendo), porque quien ya conoce este lamentable mundo laboral en el que nos movemos sólo puede optar por la vía del mínimo esfuerzo... Que se preocupe quien se enriquece, no quien malvive con esos sueldos miserables...
Y ahora, pasado este intermedio social-reivindicativo, vamos a seguir hablando de banderas, independencias, nacionalidades, políticas de Estado y todo eso que preocupa tanto a nuestros políticos...
5 comentarios:
Pues eso, que once millones son la pedrea y a algunos les toca el gordo... yo no me puedo quejar pero este país se está endeudando demasiado con hipotecas imposibles y sueldos de pacotilla, por mucho que la economía vaya bien.
Claro que si por trabajar un fin de semana me dan 8 euros... ¿dónde decías que pagaban eso?...
Yo soy uno de esos once millones... ni mileurista puedo decir que soy, qué tristeza. el caso es que... es lo que hay...
qué pena, además, la resignación...
buenos días!
Que razón tienes, en este santo país sólo se habla de entelquias estúpidas, las más de las veces, y no de los problemas que realmente afectan a los ciudadanos. Aunque tengo que decir, que parte de la culpa la tienen los periodistas, amplificando las tonterías que dicen algunos políticos. Aunque supongo que es difícil poner un límite.
Bss.
No pasa "nada". Lo "importante" es el orgullo nacional. No solo alimenta el espíritu (el estómago lo alimentamos con los productos DIA y alguna megacomilona esporádica) sino que las arengas de turno que nos "ayudan" a no pensar en los 30-40 años que estaremos pagando la hipoteca y... qué demonios! nos "ayudan" a no pensar!!! La culpa la tienen los otros!!!!
yo también soy una de esos once millones... tampoco llego a mileurista... estoy de acuerdo, es vergonzoso... ¿así como vamos a pagar una vivienda?... ¿cómo vamos a trabajar bien? cobrando tan poquito se te quitan las ganas hasta de trabajar... es contraproducente y parece ser que las empresas no se dan cuenta! es increible!
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