Quejarse por quejarse es el deporte nacional, eso está claro, pero las quejas hay veces que llegan a puntos que me parecen un poco ridículos. Os cuento. Por lo visto, debe de haber un clamor social para pedir la retirada de la última campaña de Burger King. Dicha campaña tiene, que yo conozca, dos spots. En uno, un pollo gigante baja un globo de un árbol y se lo da a una niña, para después pincharlo y dejar a la cría llorando. En el segundo, y este es el que ha soliviantado a las masas, primero acaricia a un cachorro de gato y después lo tira a un contenedor de basura para coger un tostador. Dulce... o no tan dulce, quiere decir Burger King que es su nueva hamburguesa.
El caso es que ya nos han salido las habituales asociaciones de lo que sea para pedir la retirada del segundo anuncio porque, dicen, fomenta el maltrato animal. Os confieso que alucino... Anda que no existen series, películas, anuncios y dibujos animados que simulan (insisto, simulan, porque dentro de poco alguien hará correr el rumor en Internet de que rodaron 16 tomas de este anuncio y utilizaron un gato distinto en cada una que acabaron enterrando en un descampado por ahí perdido...) situaciones como ésta. Al final alguien pedirá la retirada de los dibujos del Coyote, perpetuamente maltratado por el Correcaminos, o los de Silvestre, que no hace nada más que sufrir a manos del aparentemente inocente Piolín...
Encuentro en un foro a algunos internautas que se muestran indignados por el anuncio y explican sus razones. "Intuyo que deben haber maltratado al animal y no me parece bien si es así", dice uno (yo podría decir que intuí en El Padrino que le cortaron la cabeza a un caballo de verdad para aquella escena tan gloriosa...; ¡qué gentuza!). "A ver si lo quitan y dejan sólo el de que le pincha el globo a la niña, ese si me gusta", dice otro (o sea que no se puede tirar un gato a la basura pero sí maltratar a una chiquilla pinchándole un globo, ¡eso sí que no es maltrato, tiene razón!). "Un niño podria llegar a entender mal el significado y por ahi empieza la decadencia", añade otro más (lo dicho, nos acaban prohibiendo un día de estos al Coyote pensando que los niños, en vez de niños, son idiotas perdidos...). Y sentencia una internauta más: "Pues me parece fatal tirar un gato a la basura, son seres humanos y no hay que tratarlos así" (este argumento no lo voy a comentar, resistiré la tentación...).
Este asunto puntual me lleva a una reflexión de fondo. En realidad, no nos preocupa el maltrato animal. Nos estamos autoengañando. Lo que nos preocupa la imagen del maltrato animal. No nos preocupa el racismo, sino la imagen del racismo. Tampoco el machismo, sólo la imagen del machismo. Quejas como ésta me parecen inapropiadas y la publicidad suele ser un objetivo prioritario de los diferentes colectivos que se sienten agraviados y aludidos. Creo que ya va siendo hora de que nos preocupen los problemas y no la imagen de los problemas. El daño preocupante es el maltrato animal en la vida real, no un anuncio como éste. Me imagino que no todo el mundo estará de acuerdo conmigo, pero estas polémicas me parecen frívolas y desproporcionadas.
A mí este anuncio no me genera ni simpatía ni rechazo, pero ni mucho menos me convierte en un psicópata deseoso de maltratar gatos. Quizá peco de ingenuo, pero ¿de verdad alguien considera posible que una persona se sienta incitada a tirar a un gatito a un contenedor de basura sólo por haber visto en un anuncio a un tipo disfrazado de pollo haciéndolo...?
2 comentarios:
La verdad es que no he visto estos anuncios, pero sí recuerdo que pasó algo semejante en un anuncio (creo que de jamón, o pavo, o algo así) en el que un perro iba corriendo ansioso de poder cazar al vuelo una loncha que caía al suelo... y al final se lleva un portazo en las narices por parte de su dueña, que cogía triunfal la loncha en cuestión. Algunas reacciones fueron antológicas: recuerdo especialmente una carta al director en la que una mujer confesaba haber llorado de pena por el pobre perro...
A mí me parece una muestra más del fundamentalismo de lo políticamente correcto, de aquellos que quieren que el mundo se ajuste milimétricamente a su ideología, sin admitir desliz alguno. El otro día Petrarca comentaba en su blog que había quien quería quitar "Escenas de matrimonio"... porque fomenta la violnecia de género y reproduce estereotipos tradicionales de la mujer. Sin comentarios.
Lo del gato y su condición de ser humano es una genialidad. ¿Qué importa si la intención de la frase no fue irónica?
Yo tengo una teoría de la conspiración y es que las propias empresas generan a sus propios enemigos para que trabajen para ellos. Los anuncios famosos de Dolce&Gabanna (machista), Bocatta (pueblerino) o Burger King (adiposos unos y maltratadores otros) yo no los había visto hasta que los denunciaron. Y en cuanto al amor por los animales... Dejé de creer en él cuando descubrí que los medios dan más publicidad a tres osos polares muertos que a miles de ratas polares aniquiladas. ¿A que es una cucada?
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