jueves, marzo 06, 2008

Un correo electrónico, un mensaje que merece ser escuchado


En el mundo moderno, hay muy pocas formas más efectivas que el e-mail para hacer llegar un mensaje. En las últimas semanas me han llegado muchos. Y seguramente muchos de ellos podrían servir por sí solos para escribir una entrada en este o en cualquier blog. Pero, además de adherirme a estas causas, lo que quiero es proclamar lo maravilloso que es Internet. Por encima de todos los cafres que utilizan Internet para fines deplorables, la Red es un invento impresionante, una herramienta de comunicación inigualable. Estos tres mails son sólo un ejemplo, quizá el más trivial por no por ello menos importante, de la relevancia de Internet. A lo mejor algunos de estos mails tiene datos falsos, ese es el peligro de Internet, pero todos tienen un mensaje de fondo. Y eso es lo importante.

Me llega una denuncia ecologista. Un tal Guillermo Vargas Habacuc expuso el año pasado en una galería esta supuesta obra de arte: un perro abandonado de la calle, atado a una cuerda cortísima unida a dos paredes, abandonado a su suerte para muriera lentamente de hambre y sed. Al parecer Bienal Centroamericana de Arte ha invitado a este personaje a recrear su creativo logro artístico. Parece ser que Habacuc ha dicho que buscaba destapar "la hipocresía que hay en todos nosotors" porque Natividad, nombre del perro en cuestión, "era una criatura muy enferma que hubiera muerto de todos modos en la calle". Hay un vídeo en Youtube que recoge la existencia de esa obra de arte(http://www.youtube.com/watch?v=O6vP8CgTonQ) y una recogida de firmas en Internet para censurar su presencia en ese certamen, por si alguien quiere firmar (http://www.petitiononline.com/13031953/petition.html).

Con el asunto "Creo que es bueno que todos conozcamos estas cifras", me llega un documento "sobre lo que la Iglesia ahorró al Estado español" para contrarrestar "tanta calumnia barata en contra de la Iglesia". Me apunto a la labor de la Iglesia en hospitales, centros de ayuda y conservación del patrimonio artístico. En cuanto a la educación... es un tema más peliguado y no lo acabo de ver claro, así que prefiero no valorarlo. Que la Iglesia hace cosas buenas está fuera de toda duda. Pero también es indudable que la cúpula eclesiástica lleva caminos que no puedo considerar correctos. Yo no soy religioso y no creo en la Iglesia. Tampoco creo que haya que medir su labor en un "ahorro" de más de 30.000 millones de euros al Estado, pero que aporta dinero al bienestar social está clarísimo. Tan claro como que el papel de la Iglesia daría para un post muuuuuuuuucho más largo...

Me llega otro que me genera muchas más simpatías. Es un texto del escritor y filósofo José Luis Sampedro que relata las excelencias de las bibliotecas para defender su pervivencia. "Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo", se denuncia en el texto."Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?", añade Sampedro. Por supuesto, esta es una iniciativa más de la SGAE para sangrarnos a los consumidores de cultura. La SGAE no defiende a la cultura o a los creadores, sino a su propio bolsillo. Yo seguiré enriqueciendo la cultura prestando y buscando en Internet. Hasta el día en que me cobren por salir de casa con un libro en la mano por si se me ocurre prestarlo, claro...

Claro, que el mejor correo electrónico que me ha llegado en los últimos días es uno que me pide que reenvíe el mensaje al menos a diez personas y después vaya a una web en la que voy a leer... ¡¡¡el nombre de la persona que me ama!!! Dice este correo que "sólo pierdes unos pocos segundos y te evitarás muchos males de amor". Y no le falta razón, no... Porque mira que si estoy perdiendo el tiempo a lo tonto y ya conozco a la mujer de mi vida... Si tuviera diez personas en mi libreta de direcciones que no pensaran que me he vuelto loco al reenviar este mail, casi, casi que lo mandaría... ¡Qué grande es Internet...!

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