Una colega que vale un montón, aunque ella, según lea esto, tenga tentaciones de responderme que exagero, me hace llegar este chiste. Y, claro, inevitable me acuerdo de episodios vividos hace mucho tiempo (¿o no ha sido tanto...?) en una redacción. Sobre todo me acuerdo de aquel admirable compañero, M., ese del que ya he hablado alguna vez aunque ahora mismo no recuerde cuándo. Veréis, uno de sus (muchos) males era que tenía la insoportable costumbre de copiar párrafos enteros, qué digo párrafos, a veces noticias enteras. Cogía un teletipo, lo fusilaba (copy - paste) y tan pancho. Afortunadamente, no firmábamos con nuestros nombres, pero la práctica no deja de ser el triunfo de lo mediocre.
Y ya lo creo que triunfaba, porque nadie más que yo, que era un redactor como él, del mismo rango profesional, le llamaba la atención por ello. En su mente poco esforzada se trazaba una ecuación infalible: media hora haciendo como que trabaja era equivalente a media hora de trabajo. Copy - paste. Viva la profesionalidad, el esfuerzo y la integridad periodística. Pero, insisto, le funcionaba casi siempre. A pesar de que con su copy - paste incluso mantenía las erratas que pudiera tener el texto original. Pero qué más da, a quién le importa ya en los medios de comunicación que sus noticias no contengan faltas de ortografía o de gramática, erratas o errores...
Recuerdo, no obstante, el único día que le falló. Estaba escribiendo (bueno, ya me entendéis...) una crónica sobre la reforma del Estatuto valenciano, y la crónica era de lo más sencilla. El titular era que Federico Trillo iba a defendier la postura del PP en el debate en el Congreso, y no Eduardo Zaplana, que en su día fue presidente de la Generalitat Valenciana. En la noticia se apuntaba la enemistad que tiene Zaplana con el ahora presidente valenciano, Francisco Camps, pero, obviamente, no se decía que esa era la causa. Como es lógico, el PP siempre desmentiría rápida y rotundamente que Zaplana no fuera su portavoz en dicho debate por su enemistad con Camps.
M. cogió el teletipo y sólo cambió una frase. Una. Pero es que convirtió ese dato nada menos que en el titular. Y encabezó su crónica con algo así como "Zaplana no defenderá el Estatuto valenciano por su enemistad con Camps". Justo lo que no se podía decir tan abiertamente ni siquiera en el quinto párrafo, M. lo elevó al titular. Ya la hemos liado, claro. Ya es mala suerte, oye, que para una vez que cambia algo lo hace así. Y encima no estaba su jefa. Y encima Prensa del PP llamó directamente al director, claro. Y el director vino a decirle que no, que eso no era así. No aprendió de la lección, no creáis que era tan listo. Siguió con su técnica. Una vez se lo reproché. "Cada vez copio menos", me dijo. Qué cara de asombro le puse, claro... Cada vez menos. Ya. Claro.
Eso sí, siendo sinceros, siempre es mejor eso que lo que hizo un periodista de La Razón con una intrascedente crónica rutinaria de las mías. En octubre de 2004, Manuel Fraga era todavía presidente de la Xunta de Galicia y tenía movidas con los suyos en la provincia de Ourense. Y decían que eso le podía llevar a adelantar las elecciones. Vamos, un tema apasionante de estos que suceden en la política española cada dos o tres semanas, nada histórico pero necesario para los periódicos que nos daban de comer. Y hay que reconocer que el periodista en cuestión, que firmó únicamente con su nombre (ni "agencias", ni "redacción", ni nada por el estilo, sólo su nombre, autor absoluto del texto, por lo visto), se tomó su trabajo.
Donde yo escribí "Ya no oculta Fraga que hay una crisis. Utilizó esta palabra, aunque la quiso desdramatizar", el periodista de La Razón escribió "el presidente gallego ya no oculta que hay una crisis. Ayer utilizó esta palabra, aunque quiso desdramatizarla". Cambio hay, sin duda... Después de este ejercicio de periodismo puro y duro decidió que estaba perdiendo el tiempo y copió los tres párrafos siguientes tal cual los había escrito yo. Copy - paste, vamos. Periodismo moderno, por lo visto...
6 comentarios:
no si... que lo hicieramos en el instituto ya era grave...
por eso de que siempre habia 15 trabajos iguales, pero en el trabajo?
yo es que estoy aprendiendo lo q es trabajar en serio y claor...
un beso!!!!
Jeje, me encanta cuando cuentas los entresijos de tu antigua redacción. Sigo esperando ansioso la biografía sobre tu jefa :-)
Hace poco leí una noticia que tenía toda la pinta de ser consecuencia de un cortar/pegar, aunque no recuerdo los detalles. Se trataba de que una ciudad (no recuerdo cuál) había denunciado a una empresa publicitaria porque en el anuncio que les habían encargado para promocionar el turismo en la misma, había puesto imágenes que correspondían a una ciudad distinta pero del mismo nombre. Ya me imagino a algún avispado trabajador de la empresa publicitaria buscando en Google imágenes de una ciudad de la que no tenía ni idea. Ya es mala suerte que hubiesen varias con el mismo nombre...
Pero hablando del copiar/pegar en periodismo, lo que más me sorprende es que: 1) crean que los lectores no nos damos cuenta; 2) les dé igual que nos demos cuenta. En la edición digital de Marca, por ejemplo, las noticias sobre los partidos de la NBA están (normalmente mal) traducidas de la página web de la NBA. Y la gente se lo escribe en el foro y pasan olímpicamente... Te das cuenta de cuándo han "creado" algo porque se equivocan y dicen que un jugador juega en un equipo o en una posición totalmente equivocadas.
"El rincón del vago" fomentó esta insana costumbre... xdddd qué generación la nuestra!!!
Me ha gustado la viñeta, jaja, aunque no me imaginaba que eso pasara en la realidad, aunque ya veo que no es la norma general.
Bss.
Bebita... ¿Quién, yo...? Me confundes con otro, je, je... Es una hipérbole, está claro, pero seguro que hay algún que otro caso así...
Mon, yo nunca fui capaz de copiar un trabajo ni siquiera en el instituto. Os vais a reír de mí, pero es que no me parecía lícito, ni siquiera para conseguir un triste aprobado.. En el trabajo creo que es imprescindible más seriedad.
Antonella, el periodismo es una profesión apasionante, no lo dudes, y exige mucha dedicación. Pero las manzanas podridas nos dan mala fama. Si te gusta el periodismo, que ésto no te desanime. M. es el mismo, sí, veo que hace tiempo que me lees y de verdad que te lo agradezco. Te devolveré una visita pausada para leer todo lo que has escrito, prometido.
C.C.Buxter, muchas gracias por tus elogios, de verdad. Algún día pondré más sobre mi ex jefa... Tienes toda la razón, pero por algún extraño motivo nos toman por tontos y creen que cuela.
Arual, sí, probablemente el rincón del vago potencio esto... Pero lo sorprendente es que sean hábitos juveniles que se mantengan en la vida laboral... Qué cruz, je, je...
Silvia, ya lo creo que pasa, pero por suerte todavía quedan muchos periodistas serios por ahí. Aunque se les vea menos de lo que merecen...
Juan, no creo ya que llegues a ver este comentario, a "post cerrado", pero es que, jajaja, yo tengo una compi que hace (o hacía) exactamente lo mismo... ¡¡¡¡¡con los artículos de opinión!!!!! Lo más fuerte de todo es que quien lo tiene que saber, lo sabe, y aquí no ha pasado nada. Chimpún, manto de silencio, cada cual a lo suyo y Dios en la casa de todos. Qué, ¿cómo se te queda el cuerpo?
Cuando digo hace (o hacía) es porque creo que, al menos, le indicaron que dejara de hacerlo.
En fin, vida esta.
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