Las campañas electorales son como las Navidades. Se supone que duran quince días, pero cada vez empiezan antes. Si bien en el caso de esas fiestas la decisión de alargarlas hasta el hartazgo obedece a una campaña de promoción de las firmas comerciales para ganar más dinero, en el caso de las campañas son los partidos los que nos cansan con su publicidad.
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Al menos en Madrid, carteles de los candidatos del PSOE pueblan la ciudad desde hace ya algunas semanas. Y las elecciones son en mayo. Así que, si no tenemos en cuenta los mítines, sólo con la publicidad tenemos una campaña electoral de cinco meses por delante.
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Creo que ya es hora de que la Ley Electoral prohiba estas cosas. Los partidos políticos tienen el noble propósito de llegar al poder. Y cuando están en él, el de mantenerse. Pero no a costa de dilapidar el dinero público que se les hace llegar. Eso es una campaña electoral, dinero dilapidado, gastado de forma casi compulsiva y que, en realidad, no sirve para nada. Porque en la campaña no se dicen cosas que se vayan a cumplir. Se dicen cosas que la gente quiere oír. Es hora de que se acabe el tono mitinero y pasemos a una etapa en la que el debate supla al acto de partido. Es mucho más valiosa una confrontación diálectica de propuestas en un debate que una algarada pública rodeado de banderas. Y mucho más barato.
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Por cierto, ilustro esta entrada con una foto del cartel del candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián. Dicen que el principal problema al que va a tener que hacer frente para ganar a Alberto Ruiz-Gallardón es que nadie le conoce. Si en el cartel el PSOE no pone ni siquiera que es candidato a la Alcaldía de Madrid, ¿cómo demonios va a saber la gente que es el rival del ínclito Gallardón...? Ya que gastan el dinero, podían gastarlo bien...
2 comentarios:
Muy acertada tu entrada...
El problema esque el fotógrafo y el asesor de imagen de Miguel Sebastián no son muy del PSOE, xq vamos, no le an sacao en su mejor momento, y la imagen es importante.
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