miércoles, febrero 14, 2007

El amor ciega

El amor ciega. Si no, no es posible explicar que una persona escriba "naranja" con "g", como lo ha hecho algún pobre individuo en este anuncio. Confieso que estaba buscando información sobre San Valentín para hablar algo de esta fiesta (¿fiesta?) en este pequeño rincón del ciberespacio que tengo, pero es que cuando he visto semejante barbaridad ortográfica (en una web que no voy a identificar por decoro) se me ha roto todo el encanto...

Y es que en realidad San Valentín nunca ha significado mucho para mí, no he tenido ocasión todavía de celebrarlo en condiciones y en estas lides del amor en mi mente han estado mucho más presentes otras fechas, de distinto significado, antes que este 14 de febrero. Lo más cercano que he tenido ha sido el 18 de febrero, pero ya ha pasado tanto tiempo desde aquel 18 de febrero...

Como este año no ha habido tanta avalancha comercial por esto de San Valentín (será que la Navidad y las rebajas han ido demasiado bien para los centros comerciales...), me voy a permitir el lujo de felicitar en este día a todos los enamorados, sobre todo a los que conozco. Me dais envidia, eso ya lo sabéis, pero también y sobre todo la satisfacción de veros felices. Y se acabó la cursilería, en el próximo post volveré a dar guerra sobre otros asuntos...

2 comentarios:

Victoria Cáceres dijo...

Ainsssssss, ciega y atonta pq lo de la "g" es de libro, de ortografía, claro.

Cuando piensas que ningún San Valentín será igual, llega la vida y te sorprende. Quién sabe, queda un año lleno de posibilidades.

Mil besos, y ese ánimo ¡arriba!

Anónimo dijo...

El amor ciega, el amor abre los ojos, el amor da la vida y puede quitarla, va y viene cuando quiere te da la vuelta del revés, te eleva al cielo y te arroja a la tierra desde allí, el amor te acerca y te aleja, te hiere, te cura, te engaña, te dice la verdad por que cuando crees que lo tienes bien cogido te das cuenta de que un día lo perdiste y cuando piensas que te abandonó de nuevo aparece sin ser llamado.

Cuidate del amor que no hay medicina que lo cure.