No había escrito todavía ni una sola línea sobre lo que está pasando en el PP tras la derrota en las elecciones generales. Ha sido un mes y medio muy intenso en el primer partido de la oposición. Me hace cierta gracia lo que veo porque creo que en el PP está pasando ahora lo que ya pasó en el PSOE hace una década. Una sucesión dirigida que no gusta a las bases, una severa derrota en las urnas, posibilidades de que surjan candidatos alternativos al oficial, gente ya pidiendo primarias, y, sobre todo, palabras y cuchillos cruzados. En mi casa se generalizó en su día la expresión "guirigai socialista". Comenzó a escucharse con un tono más o menos serio en los tiempos de Almunia y Borrel y se ha seguido utilizando de forma más jocosa por algunos, ya con Zapatero, cada vez que hablaba Bono o Ibarra. Hoy no se habla de "guirigai popular". Como poco, curioso...
La lección que se puede sacar de todo este embrollo político es que la nominación digital es muy mala para un partido, sea el que sea. En el PSOE lo descubrieron con el nombramiento a dedo de Almunia por parte de Felipe. En el PP parecen darse cuenta ahora, con el de Rajoy y Aznar. Cuatro años tarde de lo que debiera haberse dado cuenta el ahora líder popular (porque sigo sin entender porque ha tragado todo lo que ha tragado durante los últimos cuatro años; ¿estaba actuando antes o está actuando ahora?). O diez, si se mira el ejemplo socialista.
El caso es que la figura de la que más se habla estos días es la de Esperanza Aguirre. La presidenta de la Comunidad de Madrid estuvo ayer en 59 segundos, para ser magníficamente entrevistada por la subidrectora y presentadora del programa, Ana Pastor, y los seis periodistas que le acompañaban en la mesa (una entrevista excelente, directa al grano, sin esquivar preguntas). Fueron 40 minutos intentos e interesantísimos porque, aunque a simple vista no hubiera grandes novedades, lo cierto es que deja una sentencia clarísima. Y es el valor que se le da en política a la palabra dada. El nulo valor, debiera decir. Aguirre sentenció en numerosas ocasiones que no tenía intención de presentarse como alternativa a Rajoy y que su voto en el Congreso iba a ser para el ahora presidente. Pero sentenció al final que las posturas no eran inamovibles, que las adhesiones no eran inquebrantales. O lo que es lo mismo, que por mucho que ahora diga que no se va a presentar, puede hacerlo. Que por mucho que diga que apoya a Rajoy, puede no hacerlo.
Parece un razonamiento banal, pero es muy interesante. Aguirre no opta por eludir la respuesta o decir que no sabe lo que va a hacer. Dice lo que va a hacer pero ella misma garantiza que puede no suceder lo que está proclamando y cambiar de opinión. ¿Entonces de qué sirve que adopte una posición o la contraria? Si no está segura de apoyar a Rajoy en el Congreso de junio, que no le apoye ahora. Si no está segura de no presentarse en ese cónclave, que no diga con firmeza que no lo va a hacer. Todo lo demás es una tomadura de pelo, que creo que es lo que estuvo haciendo la presidenta de la Comunidad de Madrid durante la entrevista, lo que está haciendo desde el día de las elecciones generales. Escuchar a Aguirre se ha convertido en una auténtica pérdida de tiempo. No hay muchas opciones: o no sabe lo que quiere hacer o está calibrando las posibilidades que tiene de ganar.
Se lo señalaron muy bien durante la entrevista. Mal debe estar comunicando sus pensamientos e intenciones cuando todo el mundo (la gente, votantes o no del PP, y los medios de comunicación) parece estar convencido de que dará el paso o, al menos, está maniobrando para conocer los apoyos que podría tener en caso de darlo. Y no es que me parezca mal que se presente, todo lo contrario. Me parecería un buen ejercicio de pluralidad en el PP, un ejercicio que todavía no ha sabido hacer desde la Transición (Fraga nombró a dedo a Aznar y Aznar hizo lo propio con Rajoy). Que la gente se pregunte si tiene derecho a presentarse o si es una traición al partido me parece un tanto irrisorio. ¿Desde cuando ejercer la democracia es algo negativo? Y eso que la elección no la harán las bases, sino unos compromisarios (es decir, no son unas elecciones primarias, sino un Congreso para las élites).
Pero todo esto tiene una trampa, que sútilmente dejó entrever Aguirre en 59 segundos. Los estatutos del PP señalan que los congresos deben realizarse cada tres años. Siguiendo ese calendario, eso quiere decir que el próximo cónclave sería en junio de 2011. Es decir, antes de las próximas elecciones generales y después de las próximas europeas, gallegas y vascas. En la práctica, eso quiere decir que Aguirre tiene motivos muy fundados para no ser candidata ahora. ¿Para qué? Mejor que Rajoy se coma el desgaste de tres duras elecciones de muy dudoso éxito para el partido. Las tres anteriores citas de este calibre fueron victorias del PSOE y, si en las otras dos hay dudas sobre el resultado final, es seguro que en las vascas el PP repetirá el mal dato de las últimas convocatorias. Así que Aguirre puede sentarse plácidamente a ver cómo Rajoy sufre tres varapalos electorales más y presentarse en 2011 como la salvadora.
No tengo ni la más remota idea de lo que puede pasar en el Congreso que el PP celebra en junio, pero cada vez tengo una sensación mayor de que se cerrará en falso. Sin debate, sin candidato alternativo, y sin reflexión sobre por qué han logrado movilizar de una forma tan espectacular a tanto votante de izquierdas. Ellos sabrán...
5 comentarios:
A mí estos días me están pareciendo fascinantes. Soy un enamorado de las palabras que esconden palabras y de las frases que llevan la vista al espacio (aparentemente vacío) que hay entre renglón y renglón. Y ahora mi vocación detectivesca está disfrutando por partida doble: con lo del "trasvase" y también con lo de Esperanza Aguirre. Lo que pasa con Esperanza es que está tanteando el ambiente y dejando pasar unos días que, puesto en su pellejo, yo tendría por muy reveladores. No hay que ser un lince para ver que ya se ha postulado.
Créeme: hay debate y hay candidata alternativa. Y si los hay es porque ha habido reflexión.
Sé que soy un poco bruja, pero yo disfruto viendo como estos se tiran los trastos a la cabeza, jajaja.
Bss.
Todo es paripé y distracción de cara a la opinión pública para ocultar el verdadero objetivo, la privatización de la sanidad Madrileña.
Vaya persnaje que es María Teresa de La Vega!!!
ains dios!
curioso rincón ;)
pasaré a vistarte.
un saludo
Pues si no tiene intención de ser alternativa que deje de ser tan plasta¡¡¡ que tia oye jajajaja aún no se enteró de la magia del dedito pepero.
Muacks¡
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