lunes, julio 28, 2008

Politizando el cine

Navegando a través de una muy buena página sobre el noveno arte llamada Entrecomics, me encuentro con un sugerente artículo de opinión publicado en The Wall Street Journal. El título lo dice todo: Lo que Bush y Batman tienen en común. Obviamente, se refiere al Batman que retrata El Caballero Oscuro, la última, brillante y muy exitosa película sobre uno de los personajes de cómic más conocidos y reconocidos. Este artículo demuestra que existe una tendencia muy acusada en el moderno análisis cinematográfico a catalogar las películas como conservadoras o liberales, de derechas o de izquierdas. Etiquetas políticas no siempre válidas, en muchos casos abiertamente inadecuadas, y que muchas veces no son más que visiones interesadas que nada tienen que ver con la motivación de los cineastas.

Por ejemplo, cuando se estrenó La venganza de los Sith, la tercera entrega de la nueva trilogía de Star Wars, hubo quien quiso ver un reflejo de la guerra contra el terrorismo emprendida por George W. Bush. "O estás conmigo o estás contra mí", le dice en una escena de la película Anakin a su antiguo maestro, Obi-Wan. "Sólo un Sith es tan extremista", le responde el caballero Jedi. Ya está, los liberales norteamericanos encontraron ahí una metáfora de la política actual, una aguda crítica a la gestión de Bush. George Lucas se partió de risa cuando alguien se lo sugirió en una rueda de prensa. ¿Bush en la saga galáctica? No, no iban por ahí los tiros, no...

En el caso de El Caballero Oscuro, Andrew Klavan nos explica su teoría. Sentencia que la nueva de Batman es "una película conservadora sobre la guerra contra el terror". Dice que los filmes de izquierdas que tratan este tema (cita a Redacted o En el valle de Elah) se permiten hablar con claridad de la cuestión, pero son un fracaso. Y que los ideológicamente conservadores se ocultan tras un mundo de fantasía. Cree que eso es lo que caracteriza no sólo a El Caballero Oscuro, sino también a otras películas como 300 (que no gana para etiquetas, de icono gay ha pasado a ser ya, por lo visto, un canto a los valores conservadores), Las crónicas de Narnia, Spider-Man 3 o la trilogía de El Señor de los Anillos. Y, va aún más lejos, está convencido de que esa claridad de ideas conservadoras ("las de la Administración Bush") está detrás del éxito de todos estos títulos.

El autor insiste en que estos filmes conservadores, de ficción pero anclados en la realidad, se basan en valores morales como la moral, la fe, el sacrificio personal o la nobleza de luchar por lo que se considera justo. "En el momento en el que los cineastas abordan el problema del terrorismo islamista en films realistas, de repente esos valores desaparecen. Los buenos ya no se distinguen de los malos y acabamos por denigrar a los auténticos héroes que nos defienden. ¿Por qué? Las respuestas a estas preguntas están para mí en la historia de El Caballero Oscuro. Hacer lo correcto es duro y decir la verdad es peligroso. Muchos han sido odiados por ello, algunos asesinados, uno crucificado", sentencia Klavan.

Partiendo de la base de que me produce cierta repugnancia moral ese paralelismo entre Batman y Bush, lo cierto es que lo veo totalmente equivocado. ¿Tiene el presidente norteamericano un trasfondo humanitario en sus acciones o él y sus amigos han salido beneficiados de sus acciones? ¿Busca realmente Bush el fin del terrorismo internacional o hay debajo de la mesa oscuros intereses como el dominio del petróleo? El autor del artículo, y los defensores de teorías como ésta, presuponen en Bush una bondad que no parece existir. Batman, en cambio, es un héroe. Sí, con todas las letras: un HÉROE. Pensar otra cosa es no entender al personaje. Por muchos recovecos oscuros que se le quieran buscar (que los tiene y son parte del encanto de un personaje inigualable), el trasfondo heróico es innegable.

En un magnifico documental emitido hace muy pocas fechas por el canal History titulado Batman unmasked: The psychology of the Dark Knight, el director de las dos últimas películas sobre el héroe, Christopher Nolan, explica que el paralelismo que siempre ha visto con el detective de Gotham City es con otro presidente norteamericano, Theodore Roosevelt. Como en el caso de Bruce Wayne (el asesinato de sus padres), su figura nace de una tragedia, la muerte el mismo día de su madre y de su mujer, ésta dando a luz a su hija. Como Wayne llevó su cuerpo al límite, Roosevelt tenía devoción por el ejercicio físico y la vida sana, después de haber sufrido asma desde niño. Ambos utilizan medios discutibles para lograr sus objetivos (en Batman es la violencia fuera de la Ley, en Roosevelt, por ejemplo, la invención del hundimiento del Maine para arrebatar a España su poder en Cuba). Y muchas más cosas que convirtieron a Roosevelt en un hombre poderoso hecho a sí mismo, por muy discutible que pueda ser desde el punto de vista ideológico. Como Bruce Wayne/Batman.

El paralelismo Batman/Roosvelt es una motivación más de un director que tiene muchas ideas en su cabeza. Pero trazar un paralelismo tan claro entre un personaje de ficción y uno real como análisis de una película a posteriori tiene sus peligros. Supone no entender que son universos que se rigen por reglas muy distintas. Por supuesto que en El Caballero Oscuro hay metáforas de la sociedad actual (es una parte importante de lo que distingue a esta película como una maravilla), pero no están tan claramente orientadas a las ideas conservadoras como quiere hacer ver Klavan. Su análisis prescinde de muchos aspectos del guión, de la historia y, sobre todo, de su resolución. Decir más destriparía la película y no voy a hacerlo. Pero el componente de heroísmo que es intrínseco a Batman, en ésta y en todas las interpretaciones que ha tenido en sus casi 80 años de vida, desmonta por completo el paralelismo con Bush. Guerra contra el terror sí (¡por fin alguien ha entendido que el Joker es un terrorista!), pero no en los mismos términos.

El propio Klavan, casi sin quererlo, da con la respuesta a sus dudas precisamente con una pregunta. "¿Porque la izquierda se siente libre para hacer sus películas directos y realistas mientras que los conservadores de Hollywood tienen que ponerse una máscara para poder hablar de lo que saben que es la verdad?". Quizá porque no están tan seguros de tener la verdad de su lado, quizá porque saben que hay muchos puntos oscuros detrás de lo que defienden, quizá porque se avergüenzan en privado de ciertas cosas de esa lucha contra el terror y por eso no se atreven a defenderlas en público. Pero, como casi todo en esta vida, ni siquiera en ese análisis habría blancos y negros, sino muchos grises. ¿Batman como Bush? Eso sí que no me lo creo.

3 comentarios:

C.C.Buxter dijo...

Lo de la señal "W" en el cielo me ha gustado... este tío tiene imaginación. ¿Te imaginas asomarte a la ventana y ver el cielo iluminado con una "ZP"? ;P

No he visto la película, así que sobre este caso en concreto no puedo hablar. Sin embargo, sí que es molesto que haya oportunistas que quieran adueñarse de productos de éxito para sacar un beneficio propio (y más si es en contra del autor).

Por cierto Juan, ya que hablamos de héroes de comic y política: hace unas semanas vi un reportaje en el que se acusaba a la Marvel de servilismo histórico hacia el gobierno estadounidense, ya que, según contaban, habían utilizado a algunos de sus más famosos héroes en luchas políticas (contra los nazis, contra los comunistas y, ahora, legitimando también la guerra contra Irak). ¿Es cierto, o exageraban?

Reverendo Pohr dijo...

No tengo ni idea de quién es ese Klavan pero a tenor de su "brillantez" no me extraña que no lo conozcan ni en su casa. Hombre, algo en común sí que tiene Wayne con los neocons de turno: son millonarios y tienen doble personalidad (una aparente y otra real). Pero creo que las intenciones son diferentes: el heroe es desinteresado; El neocon prototipo solo busca una manera de perpetuar su gloria en la tierra, a ser posible sin violencia, pero sinó... mejor que la gente se pelee entre ella a que te mire malhumorada.

Nunca me había planteado a Batman como modelo de Conservador occidental. No sé, dejamé pensar: no tiene familia (nuclear); aunque igual vista como un sacerdote, ni predica verbalmente la Palabra Divina ni va a la Iglesia; no afirma odiar a los comunistas ni los mata; No constituye ninguna fundación con su nombre para recaudar un dinero que nadie controle; No le he visto nunca jugar a golf en visperas de una guerra; No se queja por el pago de impuestos y no hace arengas contra el Estado. Se me ocurren tantas cosas que debo reconocer que como neocon es un auténtico bluff. Por no salvar, no salvó a Enron.

Ah, se me olvidaba: con los traumas que ha tenido, no recuerdo (corrígeme si me equivoco) que le hayan detenido en tres ocasiones por conducir borracho como G.W.B., ni que haya hundido ninguna empresa, ni que haya instigado a un pucherazo electoral,...

Juan Rodríguez Millán dijo...

C.C.Buxter, me ha dado miedo lo de la ZP-Señal, je, je...

Lo de Marvel es un tema complejo. Para empezar, todos los héroes de cómic 'sirvieron' en la guerra. Hay portadas de Batman y Superman animando a comprar bonos de guerra, por ejemplo.

Me imagino que el artículo se referiría a la reciente 'Civil War', de la que sí se pueden sacar muchas y muy ricas lecturas políticas. La situación es que se crea un registro de superhéroes en el que TODOS están obligados a inscribirse. Quien no lo haga, será perseguido. Iron Man encabeza los defensores del registro (y, se supone, las teorías conservadoras de Bush), el Capitán América la resistencia a ese registro (y, por tanto, los valores de la libertad). ¿Legitimar la guerra de Irak? No sé, yo después de leer la saga no creo que se pueda llegar tan lejos, pero la historia es fascinante...

Reverando, espléndido comentario, je, je... Por conducir borracho, no, pero que sepas que Bruce Wayne fue detenido y juzgado nada menos que por asesinato en una saga de hace no demasiados años, je, je...

Me imagino que el paralelismo que traza el autore del artículo se agota en la materia de la lucha contra el terrorismo, pero, claro, tampoco se lo avisa a sus incautos lectores que sacarán lecturas por elevación (y serán perjudiciales, claro...).