
Como cojo pocos, no tengo muchas historias de esas que casi todo el mundo tiene metido en un taxi. Bueno, me acuerdo de un día que, volviendo de la rueda de prensa en la que nos presentaron un Congreso del PSOE (como el que se ha celebrado este fin de semana, pero cuando todavía uno esperaba encontrar algo que rascar en estas citas políticas...), nos tocó un taxista facha, facha. La compañera con la que iba en el taxi le acabó regalando al taxista el poster de Zapatero que nos habían dado... Y me acuerdo de otro taxista que, en la madrugada madrileña, me interrogó sobre mis gustos musicales para poder poner el CD más adecuado a mis preferencias. Me decía aquel taxista que lo más importante era que el cliente se sintiera a gusto.
Pero ayer un taxista consiguió llamar mi atención de verdad. Hablando de todo un poco, nos dijo lo siguiente: "Como dijo Chaplin, me gustan mis errores, no quiero renunciar a la deliciosa libertad de equivocarme". Es la primera vez que un taxista me cita a Chaplin. Y admito que me encantó el detalle...
4 comentarios:
pues yo tampoco soy de taxis.. a decir verdad, creo que sólo he cogido uno yendo sola en mi vida, y me encantaría haberle dicho eso de "conduzca, nada más", haber recorrido Madrid de noche sin rumbo... otra fuga, pero sin ser yo la que pisara el pedal ;)
Estoy con Chaplin, y con el taxista: me gustan mis errores, porque de ellos aprendo.
Besos
La última vez que cogí un taxi en Madrid, no hace mucho, el taxista no me citó a Chaplin pero me sopló treinta y seis euros. Yo le cité el santoral entero.
jejeje, muy majo él, no?? Yo sólo digo que todo el mundo es capaz de sorprendernos, aunque nos creamos que no :)
Esto de los taxis es la monda, a mi me han contado los taxistas anésdotas para morise.
Publicar un comentario