El día 17 de marzo, el Gobierno navarro convocó una manifestación por las calles de Pamplona con el objetivo de rechazar una negociación política con ETA y en defensa de la autonomía y los fueros de Navarra. Mariano Rajoy, presidente del PP, anunció cinco días antes que acudiría y lo argumentó así: "Como creo que Navarra es Navarra y que Navarra es España, allí estaré". Esa manifestación y esta clarividente declaración han formado parte de una sistemática propaganda según la cual el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tenía pensando bien pactar con los "secesionistas" (como se califica en la televisión autonómica controlada por una destacada dirigente del PP a Nafarroa Bai, que yo sepa un partido legal) para gobernar en Navarra o bien, directamente, entregársela a ETA. Mentiras, todo mentiras, como en tantos otros asuntos.
¿Ejemplos? Todos los que queráis. El 10 de marzo el líder del PP pidió a todos los ciudadanos que salieran a la calle para defender la unidad de España y acusó al Gobierno de negociar el futuro de Navarra con Batasuna "a escondidas y en secreto". El 16 de marzo Rajoy afirmó que si Zapatero no aclaraba las intenciones del PSOE con Nafarroa Bai es que "oculta algo". El 19 de mayo afirmó que "hay algunos que quieren que Navarra sea pieza de ese fantasmagórico proyecto llamdo Euskal Herria y lo peor es que hay un líder político, que además es presidente del Gobierno, al que da todo igual con tal de salirse con la suya".
"Hay dos formas posibles de acabar con ETA, darle lo que pide o parte de lo que pide, o aplicar la Ley y exigir su disolución. Si se quiere darle lo que pide o parte de lo que pide para eso hay que negociar. ¿Y de qué se va a negociar? Pues de los presos, o de la legalización de Batasuna, o de las mesas de partidos, o de la autodeterminación, o de Navarra", dijo el 25 de junio. Tres días después añadió que el Gobierno estaba intentando convertir a Navarra en "parte del precio político que exigen los terroristas". Miguel Sanz ha hecho declaraciones parecidas, incluso mucho más altisonantes, pero creo que se entiende suficientemente lo que digo.
Para Rajoy y su partido, todo vale. No importan las consecuencias, no importa la fractura que provoque. Sólo importa el poder. Podemos decir que el Gobierno ha entregado Navarra a ETA, podemos darlo por hecho y firmado, podemos incluso manifestarnos en defensa de la unidad de España y el mantenimiento de Navarra tal y como está como si los demás no lo pudiéramos defender (o criticar, que si hay libertad ideológica y de expresión me imagino que lo será para todo, ¿no?). Y todo ello basándonos en un delirio, en un espejismo, es una mentira. ¿Alguien se va a disculpar ahora por todo lo que han dicho? ¿Ahora que Sanz va a seguir gobernando? No, al contrario. Con la boca pequeña dicen que la decisión de la Ejecutiva Federal del PSOE, vetando el pacto al que habían llegado los socialistas navarros con Nafarroa Bai, es lo más acertado que podían hacer.
Mentiras y engaños. Más de lo mismo en un partido, este PP que sigue sin tragar su derrota en las generales de hace tres años y medio, que ha decidido que esa y sólo esa sea su estrategia de oposición al Gobierno hasta que consiga derribarle. Cuánto daño hace a España, a Navarra, a Euskadi y a todo el mundo, quiera ser consciente de ello o no, tener una oposición como ésta.
Dicho esto, y esperando así aplacar las furibundas acusaciones de rojo, sectario y socialista que me lanzará cualquier rajoyista convencido (si es que en realidad existe alguno) al leer esta crítica al líder de la oposición (como ya me ha sucedido en algún post anterior), también tengo que decir que no me ha gustado la forma en que ha resuelto esta situación el PSOE. Si los socialistas navarros tienen libertad para negociar, que sea con todas las consecuencias. Si no la tiene, no se puede llegar a la situación de cerrar un pacto con Nafarroa Bai que sea después vetado desde Madrid.
Otro aspecto a analizar es la situación que dejaron los comicios de mayo. Desde hace mucho tiempo estoy convencido de que es necesario reformar la Ley Electoral para evitar situaciones como la que ha vivido Navarra. Han pasado ya dos meses y medio desde las elecciones autonómicas y la comunidad foral todavía no tiene gobierno. Inaudito. Y ya que estamos, reformemos la Ley para evitar tanta demagogia cuando gobierna un partido que es el menos votado o para evitar mociones de censura a la semana de tomar posesión de los cargos. Todo eso va en contra de la propia política. Y luego se sorprenderán nuestros dirigentes de que cada vez le interese menos a la gente lo que hagan...
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