Minuto 31 del partido que jugaron el pasado domingo el Villarreal y el Atlético de Madrid. Pablo, colchonero, cae sobre Guille Franco en un corner. El delantero del Villarreal cae lesionado prácticamente sobre la línea de gol. La jugada continúa. El atlético Agüero centra el balón y su compañero Eller, aprovechando que Guille Franco está en el suelo rompiendo el fuera de juego marca gol. El partido acabó 0-1.
Cuando pasa algo como esto, me lo pienso mucho antes de abrir la boca. Y me lo pienso porque sé que en el mundo del fútbol (cada vez más en la vida en general) uno sólo habla cuando tiene algo que ganar. Siempre habrá alguien que te diga aquello de "claro, como a ti te conviene". A mí el partido no me importa ni podía sacar nada en claro para mi equipo, como todos sabéis la Real Sociedad. Es más, ni siquiera lo estaba viendo, pero oí la jugada en el restaurante en el que estaba cenando con unos amigos y me acerqué a la televisión a ver qué pasaba. Así que me considero un observador objetivo en este asunto.
Y por eso me atrevo a decir que lo vivido fue un cúmulo de circunstancias en el que todos actuaron mal, pero sólo hay un perjudicado. Como en la vida misma. Actuó mal, muy mal, el Atlético de Madrid. Decir que no vieron al jugador del Villarreal en el suelo es simplemente inverosímil. Se cabree quien se cabree. Siguieron la jugada a conciencia. Y punto. Actuó mal el Villarreal. Porque hay que ser muy confiado para no atender al desarrollo del juego porque un compañero esté en el suelo. Hay que seguir la jugada por si acaso. Y este caso lo demuestra claramente y es una lección a seguir en el futuro.
Pero hay más. Mal, muy mal, horrorosamente mal, el árbitro, Muñiz Fernández. Él es quien tiene la potestad reglamentaria de detener el juego en una circunstancia como ésta y no lo hizo. Negligencia y de las grandes por los efectos de la jugada. Mal los medios de comunicación. Porque no tienen el valor de decir las cosas tal y como suceden salvo que les pase a su equipo (¿os acordáis de la "picardía" de Agüero al marcar con la mano? ¿o de la de Ronaldinho por forzar un penalti? Y así hasta el infinito...). Si esto hubiera sido contra el Atlético, la prensa madrileña habría atacado con uñas y dientes al árbitro, al Villarreal, a la Federación y a todo el que se mueva. Y eso lo sabemos todos. Como sabemos qué hubiera pasado si esto le ocurre, a favor o en contra, al Real Madrid o al Barcelona.
Y sólo un perjudicado en todo esto: el Villarreal. El Atlético de Madrid se llevó tres puntos y ninguna sanción. El árbitro seguirá pitando como si no hubiera pasado nada. Los medios de comunicación seguirán vendiendo perióidicos o aglutinando audiencias. Pero el Villarreal perdió el partido y se quedó con la cara de idiota que se nos hubiera quedado a cualquiera de nosotros que sufra una injusticia como ésta.
Me dirán algunos que vaya tontería de tema que he sacado hoy para hablar. Pero es que esto del fair play (que es la expresión, tan hipócritamente por cierto, que se utiliza en este mundo del fútbol) es cada vez más extrapolable a la vida en general. Sólo nos quejamos cuando nos pasa algo a nosotros. Y no dudamos en hacer lo mismo que ha generado nuestra queja cuando nos vemos en la oportunidad de hacerlo. El objetivo es siempre el beneficio personal. Y yo estoy harto de eso. En el fútbol y en la vida real. Con este caso me pregunto si habrá seguidores del Atlético de Madrid (jugadores, técnicos y directivos ya he visto que no) que piensan que su equipo se ha equivocado y que ha llevado a cabo una acción censurable, marcar un gol con un contrario en el suelo. Espero que sí. Confío en que sí. Porque si no los hubiera, y extrapolara el caso al resto de la vida, qué asco de sociedad tendríamos...
1 comentario:
Como dices, es de risa pensar que no vieron al jugador del Villarreal en el suelo: qué curioso que Eller remate justo al poste contrario... Además, no se trata de ver, porque los jugadores ya se lo dicen unos a otros.
Ahora bien, y aunque no me refiero a este caso concreto, también es cierto que últimamente los jugadores se tiran al suelo simplemente como medio para evitar contrataques que pueden perjudicar a su equipo, exigiendo al equipo contrario que tire la pelota sin más, y mediáticamente tampoco se les da la importancia que merece.
Creo que, al final, lo que se tiene que hacer es lo que algunos ya apuntan: que sea el árbitro quien pare el juego.
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