No tengo ni la más remota idea de si José Montilla, el primer presidente de la Generalitat de Cataluña no nacido en Barcelona, desempeñará bien su cargo en los próximos años. Pero con lo poco que lleva en el cargo ya ha realizado dos gestos que me han parecido de lo más oportuno, y por ello le felicito.
Primero, ha obligado a colocar las banderas catalana y española en todos los edificios de la Administración autonómica. Aunque no haya gustado a algunos dirigentes de ERC, eso no es un gesto de agresión, no es una imposición, no es un ninguna barbaridad ni tampoco optar por España por encima de Cataluña, ni mucho menos. Es, simple y llanamente, cumplir la Ley, que dicta que ambas banderas deben ondear en estos edificios.
Segundo, acudió a la recepción en el Congreso de los Diputados con motivo del aniversario de la Constitución, rompiendo una larga tradición de ausencia del presidente de la Generalitat catalana. Ya sólo queda que llegue un lehendakari vasco que tenga el valor de dar ese paso. Pero me da que para eso aún tendremos que esperar mucho tiempo.
Felicidades, señor Montilla.
3 comentarios:
Estoy completamente de acuerdo contigo.
Romeo
¡A lo que estamos acostumbrados para tener que felicitar a los políticos por cumplir con la ley!
Cuanta razón tienes, C.C.Buxter, pero ya que estamos tan acostumbrados a que se salten todo a la torera, felicitémosles cuando no lo hacen. Es un primer paso. Pequeño, pero un paso...
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