viernes, noviembre 16, 2007

Buenafuente y ZP

Anoche estuve viendo la entrevista de Buenafuente al presidente del Gobierno. Me interesaba por ver lo que decía Zapatero (siempre he pensado que hay que prestar atención a lo que dice un jefe o ex jefe del Ejecutivo, aunque Aznar se empeña en demostrarme lo contrario día tras día) y también por lo inédito de la situación. Era la primera vez que un presidente del Gobierno era entrevistado por un humorista. A priori no me disgustó la idea, aunque había oído comentarios (no sólo de votantes del PP, aviso) sobre cómo era posible que un presidente del Gobierno se rebajara a estos extremos y se prestara a circos como éste. Pero después de ver la entrevista me quedé un poco frío.

Me explico. En la media hora que duró la entrevista, no encuentro titulares (me resisto a considerar como tal que al presidente del Gobierno le gustan los frutos secos...). Mira que Zapatero habló y habló, se extendió muchísimo en sus respuestas e incluso se adelantó a preguntas de Buenafuente, sacando temas que el humorista no mencionaba. Pero, más allá de los temas obvios por los que cualquiera habría preguntado al presidente del Gobierno (lo del Rey con Chávez, lo del AVE de Barcelona), no hubo preguntas con miga. Me imagino que, por muy bajo que sea el nivel del periodismo actual en nuestro país (por calidad y por intereses), un periodista seguirá siendo más adecuado que un humorista para entrevistar al presidente del Gobierno.

No fue, por tanto, una entrevista valiosa desde el punto de vista periodístico. Ni hubo grandes titulares (casi toda la presa subrayó como línea más destacada aquella en la que Zapatero hablaba de lo inédito que era que el PP le criticara por defender a Aznar), ni las preguntas pudieron sacárselos. Y yo tampoco encontré en esta entrevista un gran contenido para un programa de humor. Las risas que se escuchaban me parecían forzadas por un operario con el clásico cartel de "Risas" o "Aplausos". Tampoco es que sea un gran fan de Buenafuente, ni mucho menos, pero la entrevista, insisto, me dejó un poco frío.

Debo estar equivocado, de todos modos, porque los resultados de audiencia fueron espectaculares para La Sexta. 1.048.000 personas vimos la entrevista, un 10,8 por ciento de las personas que estábamos viendo la televisión en aquellos momentos, pasada la medianoche. La Sexta tiene una audiencia media del 4,5 por ciento y el programa de anoche de Buenafuente no sólo superó el doble del share habitual de este canal, sino que se convirtió en el espacio más visto de la historia de la cadena, si descontamos las retransmisiones deportivas.

Todo esto me lleva a una reflexión más profunda. Empieza a ser cada vez más obvio que cualquier puede actuar como periodista sin que la mayoría de la gente note la diferencia. Eso es un golpe muy duro para una profesión como ésta, la mía, que vive momentos muy malos. También me preocupa la enorme influencia que el entretenimiento está teniendo en el mundo de la política. La entrevista de Buenafuente a Zapatero o la candidatura a las elecciones generales que el programa Noche Hache va a presentar son dos buenas muestras de ello. No es que me parezcan mal estas iniciativas, de hecho estoy convencido de que siempre ha habido un intento del mundo del espectáculo de formar parte de una u otra forma de la política, pero creo que nunca como ahora ha suscitado tanta expectación.

Me parece una lástima, porque todo esto empezó con brillantez. Le doy el mérito de ser el programa pionero en estas lides al Caiga quien caiga original, ese que el Gobierno de Aznar consiguió hacer desaparecer de la parilla de Telecinco por molesto para sus intereses. Aquel era un programa inteligente, que fue ganándose al público poco a poco, con auténtica denuncia social y política, conducido por un Wyoming que, desde mi modesto entender, nunca ha conseguido volver a esas cotas de talento. Desde aquel Caiga quien caiga, todas las cadenas quisieron tener su sucedáneo (también lo es la versión actual, qué lejos está del original...), quisieron entrar en el mismo terreno que los reporteros de negro. Y no lo consiguieron. Hoy tampoco creo que se esté consiguiendo, pero proliferan programas de este tipo. Lo atribuyo a que el nivel de todos estos campos (política, periodismo, entretenimiento) está bajando alarmantemente. ¿Estaré equivocado...?

1 comentario:

Silvia dijo...

Pues yo pensaba ver la entrevista, pero al final se me olvidó, se me va ya la cabeza...
Y lo que dices de los periodistas, yo creo que en la televisión apenas se hace periodismo, y no me parece que sea ni bueno ni malo, es así. Para encontrar verdadero periodismo yo creo que hay que irse a la radio o a los periódicos. Y espero no ofender con esto, porque no se en que medio trabajas tú. Pero bueno, es sólo mi opinión.

Bss.