Beckham ya es historia en España, ya es una estrella más de esas que viven en Los Angeles y el fútbol europeo pierde a una de sus joyas. Sí, sí, he dicho una de sus joyas. En España, ese país en el que creemos saberlo todo sobre fútbol a todos los niveles, nunca se acabó de valorar a Beckham en su justa medida. Hasta que fue demasiado tarde para retenerle. Todavía me acuerdo de cómo se reían algunos de él cuando estaba en el Manchester o cómo trataron de desprestigiarle en su desembarco en España. Y por eso no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar bien de este futbolista. Yo voy a echar de menos ver a Beckham todas las semanas sobre el campo, voy a echar de menos ver ese guante que tenía en su bota derecha, esos centros imposibles que sólo él sabe dar en el panorama futbolístico actual.
Hagamos memoria. Cuando llegó Beckham al Real Madrid, la mayoría pensó (y muchos periodistas publicaron; qué traicioneras son las hemerotecas si alguien quisiera revisarlas...) que venía un figurín, un tipo que se iba a quedar quietecito en su banda esperando que le llegara algún balón que central al área, que era un jugador que el Madrid no necesitaba y todas esas cosas que se dicen desde el tópico y el desconocimiento en la prensa deportiva. Cuando llegó había disputado 373 partidos con el Manchester United, entre Liga, Copa y Champions y había marcado 81 goles. Había ganado 5 ligas, una Champions, una Intercontinental, dos Copas y otras tantas Charity Shields (equivalente a la Supercopa española). Pero, por algún extraño motivo, se dudaba de él, como en su momento se dudó de la rodilla de Ronaldo o de la posición en la que podía jugar Zidane en Madrid.
Los tres primeros años de Beckham en el Madrid sorprendieron a muchos. Sobre todo por su capacidad de trabajo. La gente vio que Beckham no paraba de correr sobre el campo. Pero también porque no marcaba tantas faltas como se esperaban de él (algunas sí que clavó en las escuadras rivales) y porque no metía tantos centros al área como decían. Normal. Ningún entrenador se atrevió a explotar las condiciones de Beckham. Paradojas de la vida, sólo el nefasto Capello se enteró, al final, de que tenía al mejor extremo derecho del fútbol europeo. Y le colocó allí. Estábamos ya en el cuarto y último año del inglés en España.
Antes Beckham tuvo que pasar por la humillación de ser apartado del equipo por haber anunciado que al acabar la pasada temporada se marchaba a Estados Unidos. Todo un criminal este Beckham, sí señor... El Madrid no quería renovarle y él se buscó equipo. Normal que le aparten, claro... La situación, además, vino aderezada con ingratas palabras tanto del presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, como del entrenador, el ya mencionado Fabio Capello, que ponían en duda la profesionalidad del inglés. Le acusaban de haber utilizado al Madrid. Los Angeles Galaxy sería su nuevo equipo. Y Calderón y Capello nos anunciaron que Beckham ya no iba a vestir más la camiseta del Madrid, como si fuera el primer jugador de la historia que anuncia su marcha y sigue jugando con el mismo compromiso.
Rectificar esa estupidez ha sido uno de los motivos por los que el Madrid ha sido campeón. Y gracias a eso, Beckham se ha podido marchar medio bien del Madrid. Me alegró mucho verle a él en Cibeles y en el Bernabéu festejando el título medio cojo. Aunque algún que otro culé se piensa que soy madridista (y algún madridista se piensa que soy culé; paradojas de mi vida, cuando mi corazón sólo puede ser blanquiazul), casi el único motivo de satisfacción por esta Liga merengue ha sido ésta, ver a Beckham por fin siendo campeón con este equipo. Él, seguramente más que nadie en la plantilla del Madrid, se lo merecía.
Ahora se convierte en uno de los emblemas de la Liga norteamericana de fútbol (o soccer, como llaman por aquellos lares a este deporte). No deja de ser curioso que su nuevo equipo haya incluso cambiado los colores de su camiseta (es lo que tiene no poseer la tradición que tienen los clubes españoles...) para que se parezca a la del Real Madrid. ¿Será que allí sí han entendido lo que representa Beckham sobre el cesped? Al menos me quedan los partidos de la selección inglesa (donde el iluminado seleccionador McLaren, nada que ver con los coches que yo sepa, quiso cargárselo después del último Mundial y ha tenido que recuperarlo para no ver peligrar la clasificación para la Eurocopa y su propio puesto). A los grandes jugadores sólo cabe desearles toda la suerte del mundo allá donde vayan, porque su labor de promoción del fútbol es la mejor que se puede hacer.
2 comentarios:
A mí lo que pueda decir la prensa deportiva no me sorprende nada, porque se mueve por el puro forofismo y el interés económico propio. El otro día, por ejemplo, en un programa de radio local en Onda Cero, dedicado al futbol, un periodista desveló que Larsson se fue del Barcelona enfadado porque no jugaba de titular, en vez de por la bonita historia de amor que se vendió en su momento. Y lo más curioso es que añadía: "los periodistas a veces tapamos historias para no perjudicar al club que QUIZÁ (¡¡¡quizá!!!) el público tendría derecho a conocer". Ese "quizá" es el más claro indicio de cuál es la idea de información imparcial que se tiene en este país...
Pero a lo que iba. Beckham en su momento no era un jugador necesario para el Madrid, no porque fuese malo, sino porque su puesto estaba cubierto muy bien. Y precisamente esa ha sido la clave de que hasta este año no haya cuajado al completo: le hacían jugar de Makelele en el centro del campo... Quedará para la historia la frase del "ser superior" Florentino Pérez: "además de correr [como Makelele] sabe dar pases a cuarenta metros".
Yo también me he alegrado por Beckham (claro que, principalmente, me he alegrado por mí): vino al que era el mejor equipo de Europa y acabó pasando año tras año de crisis. Al menos ahora sabrá que no era gafe... Siempre recordaré a Beckham, eso sí, como un magnífico profesional, que aún estando apartado del equipo no "rajó" ni una sola vez e iba a ver todos los partidos al Bernabéu.
Pues la verdad que estoy de acuerdo. Para mi Beckam ha estado infravalorado en el Real Madrid. Yo no soy nada del Madrid, más bien todo lo contrario y en su dia, cuando se anunció el fichaje de Beckam no me gustó nada, no porque no fuera bueno para el madrid, sino porque me parece un grandísimo jugador, un crack en el campo (fuera de él, es innegable su valía en publicidad), no quería ver a Beckam metiendo goles de falta cada dia, ni dando esos centros que solo con tocarlos son gol y aunque ni raul ni ronaldo son grandes rematadores de cabeza, esos centros los mete el delantero de cualquier equipo de 2ª, por eso, al verlo (haciendo de Makelele) alucine, no digamos cuando ha jugado prácticamente de lateral derecho con cicinho por delante, Beckham es uno de los mejores extremos del mundo, sólo al final han sido justos con él, al ponerlo en su puesto, y vaya si lo ha notado el madrid.
A mi Bechham me ha sorprendido en dos aspectos, y eso que hace muchos años que le seguía. Primero por su entrega en el campo, no me los esperaba y menos teniendo en cuenta que no jugaba en su puesto y segundo, que no ha sido nada conflictivo, hay muchos jugadores que sin ser nada, (sin tanta fama, ni títulos, ni dinero, ni nada), por cualquier cosa montan un circo en el vestuario y él, siendo una estrella en todos los sentidos y sabiendo que muchos no entendían su suplencia, no ha abierto la boca, ha asumido todo como pocos profesionales suelen hacerlo, chapeau por Beckham, para mi, un grande, que tenga suerte.
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