lunes, julio 23, 2007

La carrera pefecta

La Fórmula 1 es de esos deportes que han entrado y salido de mi vida según las épocas. Dejé de verlo cuando se mató Senna. Fue un golpe duro ver morir al mejor piloto del mundo, sobre la pista y sin saber qué demonios había pasado. Cuando entró en este mundillo tan particular un jovencito asturiano que todo el mundo decía que era un borde, me volví a enganchar. Vaya por delante que no tengo ni idea de coches ni de automovilismo. Pero es que el tío me hace vibrar. Salto con sus adelantamientos casi como si mi Real Sociedad marcara un gol. Y mi admiración por él crece cada vez que le veo enfrentarse a sus particulares molinos de viento. Porque el tío se crece y disfruta como nadie. Y me hace disfrutar a mí, qué demonios.
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Por eso, la carrera de ayer fue perfecta. Alonso tenía que ganar, y ganó. Lo hizo como un auténtico maestro. Controlando cuando tenía que controlar la distancia con el Ferrari que lideraba la carrera, sobreviviendo cuando tenía que sobrevivir bajo la lluvia torrencial que tantos coches se llevó por delante, y atacando cuando tenía que sacar los dientes y morder como un perro de presa, cuando el agua le daba ventaja por ser el mejor piloto sobre la pista. Si no fuera porque Massa le dio un toque cuando le estaba adelantando, el brasileño ni se habría dado cuenta de que una bala plateada le pasada por el costado.
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Inmenso ese momento. Como inmenso fue ver a un Spyker liderando la carrera y saliendo primero tras la bandera roja (seguiré a Winkelhock, que me cayó bien y se portó estupendamente al no interferir entre Massa y Alonso). O como lo fue ver a siete coches salirse en la misma curva, convertida en una auténtica piscina por la tromba de agua que cayó en apenas dos minutos, como si fuera una escena de los inolvidables autos locos. A la victoria de Alonso se suman más circunstancias felices. Hamilton fue noveno... justo el puesto que le deja sin puntos (sublime, auténticamente sublime...) y deja al asturiano sólo dos puntitos por detrás en el mundial.
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Cuando mucha gente no aguanta a Alonso, yo al que no aguanto es al británico. Siempre dudo de quien muestra una sonrisa profident perpetua que cada vez parece más falsa. Además, da la sensación de que los poderes fácticos de la Fórmula 1 quieren que sea él el campeón, como el año pasado querían que fuera Michael Schumacher. ¿Cómo es posible que una grúa devolviera a la pista el coche de Hamilton, algo que el propio De la Rosa confesaba en directo que no había visto nunca, cuando se comió la inundada curva que se llevó por delante a otros seis pilotos? ¿Porqué a él y no a alguno de los otros seis? ¿Y cómo es posible que se le permita desdoblarse y luchar por llegar a los pistos manteniendo el safety car en pista?
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Esas ayudas de la FIA y el favoritismo absoluto que McLaren muestra por el británico están haciendo que me caiga gordísimo. No pongo en duda que sea un gran piloto, aunque eso lo tendrá que demostrar en el futuro. Hasta ayer, no había tenido ninguna carrera en la que tuviera que demostrar en pista que sabe lo que hace. Siempre ha ido en cabeza, nunca ha tenido serios problemas con otros coches y apenas ha tenido enfrentamientos directos, ya sea aguantando o atacando, con los Ferrari. Está arriba, entre otros motivos, porque la diferencia entre los Ferrari y McLaren con los demás es inmensa. Si no hay problemas mecánicos, eso te garantiza estar entre los cuatro primeros en todas las carreras. Y ayer, un gran premio después de reconocer que su error estuvo en no copiar en una carrera la configuración de Alonso, tuvo problemas. Fue noveno. ¡Y cómo me alegró!
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La de la dichosa grúa no es la única circunstancia rara que vi ayer. ¿Alguien es capaz de explicarme por qué Fisichella se lanza como un poseso contra Alonso para adelantarle en el pit lane cuando entraron a poner neumáticos de lluvia? ¡Su ex compañero en Renault era un piloto doblado y estuvo a punto de interferir de forma decisiva en la lucha por la victoria con Massa! Ay, dónde estaba Renault con Alonso y dónde está ahora... No pasa nada, ganar así se disfruta más, y seguro que volverá a ganar el Mundial enfrentándose a los dioses de la Fórmula 1 incluso con Michael Schumcher retirado (algo que hizo como subcampeón gracias a Alonso, que a nadie se le olvide nunca). Y para completar la satisfacción, Raikonen rompe su segundo Ferrari de la temporada, demostrando que no hay coche que no se pueda cargar el finlandés.
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Vamos, que lo de ayer fue una gozada impresionante... Además de todas las celebraciones del final, el pique de Massa que Alonso zanjó celebrando la victoria ante la cámara y lo exultante que se vio al asturiano en el podio, la imagen del día fue para mí la que nos dio el campeón del mundo antes de la reanudación de la carrera. Sentado en su monoplaza, sin el casco, tomando el sol tranquilamente y con una marcadísima sonrisa de satisfacción. Seguro que ya sabía que iba a ganar el tío...

4 comentarios:

Zar Polosco dijo...

Yo soy de los de Maniaalonso frente a los de Alonsomanía.

No soy experto. Siempre he seguido las carreras pero por ver quien ganaba y por quien iba líder, desde los tiempos de Miki Lauda y James Hunt. Las carreras me aburrían y me siguen aburriendo. Las tácticas consisten en adelantar en los cambios de ruedas y en los repostajes. Sólo mola la presalida, cuando están las tías con los paraguas.

No me cae bien Alonso. Ese "estoy solo en este mundo de ineptos pero, aún así, gano porque soy la requeteleche y ninguno merecéis que ni os salude" mientras los de telecinco dan palmas con los cuernos viendo molinos de viento en todas partes porque Alonso se defiende de la gran conjura universal. Puede que McLaren prefiera que gane Hamilton, pero no creo que le paguen a Alonso con billetes del Monopoly ni le den un coche a pedales ni saquen a sus mecánicos de la ONCE. Están creando una sensación similar a cuando Pedro Barthe comentaba los partidos de la selección de la baloncesto. Si le quitabas la voz, veías un partido en el cual perdíamos. Si le escuchabas a él estabas indignado por el tremendo atraco y la tremenda injusticia que estábamos sufriendo.

Y es que no es mala idea el victimismo. Si se pierde, es por culpa de los elementos. Sí se gana es a pesar de los elementos y gracias a mi grandeza.

Con todo, prefiero que gane a Alonso a Hamilton, desde luego. Pero no me quita el sueño. Y al calvo de telecinco, que lo manden al Gobi unos lustros.

Zar Polosco dijo...

Niki Lauda. Nicolás, no Miguel.

Anónimo dijo...

Pues yo me fui a echar la siesta a falta de quince vueltas o así y cuando me levanté me encontré la sorpresa.
Menos mal que existe Youtube! Qué adelantamiento!
Es un crack!

Roi dijo...

Los primeros pasos son siempre difíciles, y si no que se lo pregunten a Schumacher y cuál era la opinión sobre él del resto de pilotos, aficionados e incluso la propia FIA. Él hizo más méritos que Alonso para ser criticado: echó varios coches de la pista (Senna incluido), su conducción era tan agresiva como impredecible (al más puro estilo Sato) y sus comentarios hacia otros pilotos eran dignos de su patético hermano.

El tiempo pone a cada uno en su sitio, y con todo el carácter del alemán, es hoy el mejor piloto de F1 de todos los tiempos, con permiso de Senna.

Alonso comenzó a despuntar con el 5º coche más potente del mundial (tras Ferrari, McLaren, Honda y BMW). En 2003 fue 6º con 55 puntos y en 2004 4º con 59, con un coche poco fiable. En 2005 Renault evoluciona, pero sigue sin ser el coche más potente, esta vez a la sombra de Raikkonen y un poderoso McLaren, mientras Ferrari se toma un año de vacaciones. Alonso gana, sin el mejor coche, y todo el mundo dice que Raikkonen es mejor piloto (ese rubio soso que ahora rompe hasta los fiables Ferrari, y que de mecánica debe saber lo mismo que yo de la liga NFL).

En 2006, el coche más potente es Ferrari, pero Alonso vuelve a ganar, sin el mejor coche del mundial, tras las innumerables trampas de la FIA y Ferrari, y dejando a todo el mundo callado donde sólo hay que ser el mejor, en la pista, lejos de los comentarios de los mandamases que no saben de nada.

En 2007, por fin, Alonso tiene el mejor coche del mundial, o al menos, muy igualado con Ferrari. Pero le sale un rival, que sin duda es un gran piloto, pero que en su primera temporada todo el mundo ve como "el gran campeón" "el mejor piloto de la historia"... Un tío que si no llevara un McLaren habría terminado más veces fuera de la pista que Albers, no hay más que ver su cámara subjetiva y echarse a temblar.

Alonso es un gran piloto ya que, además de conducir, sabe lo que lleva entre las manos. Hoy es el mejor bajo el agua, como en su día lo fueron otros grandes pilotos como Schumacher o Senna; pilotar bien bajo el agua queda reservado sólo para los mejores (bueno, y también para el raro ese de Vermeulen en MotoGP).

Lleva años aguantando dentro y fuera de la pista, como un auténtico caballero, y tras la lección de la última carrera el tío explota y hace gestos de victoria y recrimina (al oido y sin querer montar un escándalo) el recriminable adelantamiento de Massa. Y halaaaa!! qué borde!! lo que ha hecho!!!

A estas alturas ya me da igual que gane o pierda, que digan de él que es bueno o malo, la Alonsomanía me parece igual de absurda que la manía hacia Alonso. Es un piloto que da emoción a las carreras, y eso hace mucho tiempo que no ocurría en la F1. Es bicampeón mundial y es un gran piloto, mal que le pese a la FIA, a los ingleses, a Ferrari y a Ecclestone.

Si Alonso gana ha tenido suerte. Si pierde y se queja es victimista (curioso que se queje de que Hamilton le copiaba su puesta a punto del McLaren y desde que la protege al estilo espía 007 su coche vaya más rápido). Si gana otra vez el mundial, para mi es un crack. Si queda segundo, para mi es un crack. Si queda tercero, para mi es un crack. Cuando se retire de la F1, seguirá siendo un crack.

¿Soy Alonsomaniaco? No, me gusta la F1, y soy tan Alonsomaniaco como Sennaadicto, Schumachermaniaco y Prostseguidor.

Menuda parrafada!!!, Ciao, Juan! NY was better than this race!