miércoles, julio 11, 2007

Lo que enseña un niño


“Un niño puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea” (La quinta montaña, Paulo Coelho). La frase la guardé en mi memoria hace ya bastante tiempo, esperando una oportunidad propicia para utilizarla. Ayer estuve visitando a una gran amiga que tiene una chiquitina de 15 meses y la oportunidad se presentó gracias a que soy incapaz de no sacar a la enana un montón de fotos cada vez que estoy con ella.

Estuve con ellas algo más de horas. Y es fascinante ver cómo ha crecido tanto en tan poco tiempo, cómo sabe hacer montones de cosas ella sola, cómo entiende casi todo lo que le dices (¡y lo que no le dices; hay que tener mucho cuidado con cada palabra que se pronuncia delante de ella, que las caza todas!), cómo anda, cómo se ríe, cómo te mira, cómo juega...

La chiquitina de la foto me demostró que la frase de Coelho encierra muchas verdades, pero sobre todo una: que una niña como ella pone contento a cualquiera, por encima de cualquier cosa. Más de lo que ella misma se da cuenta todavía. Conseguir una sola sonrisa suya vale más que todo el oro del mundo. Y creo que alguna le saqué, así que os podéis imaginar cómo estoy...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando un niño llega a tu vida se produce un terremoto, todo se mueve de sitio para reconstruir una nueva realidad.

Con solo mirarlo te olvidas del espacio y del tiempo y solo deseas verle sonreir. Es tan sencillo conseguir la felicidad en las pequeñas cosas que a veces los adultos lo olvidamos.

Un niño te pone unas gafas para ver el mundo con otros ojos y te enseña miles de cosas. Yo no sabía que el agua estaba tan fresquita y que salpicar fuera tan divertido, que una mantita pudiera ser tan suave y que sirviera de cueva o que una cuchara y un plato fueran el mejor instrumento musical.

Con un niño te conviertes en un superlicenciado con mil carreras: eres medico para curar sus heridas, maestro para enseñarle a leer y escribir, abogado para mediar en sus peleas con los niños, ingeniero para reconstruir sus juguetes, veterinario para enseñarles los animales, cantante y bailarin para acompañarle en sus fiestas, socorrista para enseñarle a nadar y hasta chofer para sacarle de paseo. Todo por verlos feliz.

Y ellos solo sonrien, miran y te deshacen. Sin palabras te dicen gracias y sin voz te gritan lo mucho que te quieren.

A veces quieres para el tiempo para congelar un momento y hacerlo eterno. Eso es imposible pero sería tan hermoso.

"Hace muy poco que llegaste a mi vida pero ahora no la imagino sin tí"

Reverendo Pohr dijo...

Inmenso lo que puede enseñarnos un niño. Me ha encantado la frase.