viernes, mayo 11, 2007

Pues ya estamos de campaña...

Pues sin habernos dado ni cuenta, ya estamos en campaña electoral. Esos quince días protagonizados por discursos, soflamas, ataques viscerales o meditados al adversario político, banderas, mítines, algún que otro debate y promesas, muchas promesas, que en ocasiones más que puntuales caerán en el más absoluto de los olvidos una vez que los pobres ciudadanos hayamos depositado nuestro voto en las urnas. A veces uno piensa que es mejor pasar estos quince días como los monos de la imagen, sin ver, oír ni hablar, pero al final uno sabe que eso no es posible. Porque pasan tantas cosas en una campaña electoral, que siempre acaba llegando el momento en que a uno le entra mono de cubrirla como antaño.

Todavía no recuperado del shock que me produjo la promesa electoral del PP valenciano en forma de carrera de Fórmula 1 (avalada por el propio Mariano Rajoy, todo un demócrata que avala al mismo tiempo que Valencia se quede sin carrera si gobierna el PSOE; a quien castigaría es a los valencianos y a los españoles, no a los socialistas), llega la encuesta del CIS para estos comicios en 13 comunidades autónomas y miles de municipios. El sondeo no refleja demasiados cambios con respecto al mapa actual, si acaso la posibilidad de que el PP pierda dos de sus autonomías, Baleares y Navarra. Para gobernar en ambas, y siempre que los populares no alcanzaran finalmente la mayoría absoluta, los socialistas tendrían que pactar con otros partidos.
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Madrid no cambiaría de manos y seguiría en las del PP, y eso me atañe por partida doble. Primero, porque ahí es donde resido. Y segundo, porque el PSOE lleva tiempo buscando un golpe de mano en esta comunidad autónoma, desde hace ya algunas convocatorias electorales. Casi consigue darlo hace cuatro años a nivel autonómico, pero el Tamayazo lo impidió. El CIS le da a Espernaza Aguirre el 51,2 por ciento de los votos y más diputados que en la anterior cita electoral. Quedan quince días para rascar ese 1,3 y dejar sin la Presidencia a la candidata popular que no llega a final de mes con 8.000 euros de nómina. Lo de la Alcaldía sí que parece utópico, y muy poco seguro que ha ayudado la polémica sobre la CNMV en la que se ha visto envuelto el candidato socialista, Miguel Sebastián. Por sorprendente que nos parezca a quienes no apoyamos a Gallardón, el PP conseguiría dos ediles más gracias a un 52,7 por ciento de los votos, imposibilitando un pacto entre PSOE e IU.
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Y la mirada, por supuesto, también se va a ir a Euskadi, donde no hay autonómicas. Allí, ANV puede recuperar para la izquierda abertzale muchos feudos tradicionales de las ilegalizadas Batasuna y HB. El mapa político va a cambiar bastante. Y, como siempre, me manifiesto entre la alegría que supone que una buena parte del electorado vasco (sea de la ideología que sea, que éstas son libres) va a tener un partido cercano a su pensamiento y el temor que me produce que ETA pueda resurgir con la fuerza de antaño gracias a esta situación. Hoy pesa más la segunda impresión, pero el beneficio de la duda y la presunción de inocencia deben prevalecer sobre las sospechas que podamos tener hoy. Veremos cuál es el comportamiento de ANV tras las elecciones. Y el de la ilegalizada Batasuna también.

1 comentario:

Margot dijo...

A mi también me importa Madrid pero estoy convencida de que el PP y la AVT harán lo imposible para seguir mintiendo y que nada de lo que hagan o digan los demás prospere.

De todas forma no entiendo cómo, después de lo que estamos viendo en el juicio del 11M, todavía alguien tiene el mal gusto de votarles. Pero bueno, así es la democracia.

Yo sólo digo una cosa. Te figuras que se cambiara la oración por pasiva y quien estuviera pringado hasta el cuello en lo del 11M fuera el PSOE? Aquí no quedaba títere con cabeza. Ganaba el PP por mayoría absoluta. Creo que los votantes de izquierdas somos tontos de remate.