No importa con cuanta fuerza pidas que se no se vote a los políticos de turno, que en las siguientes elecciones se batirá el récord de participación. Si proclamas a gritos que hay que cuidar el medio ambiente, lo más probable es que tengas en el garaje de tu casa dos coches y que recicle el vecino porque es un coñazo tener tres cubos de basura en casa. Cuando exiges a alguien que haga su trabajo para no complicarte la vida, seguro que te estás olvidando de todas las veces que tú mismo no has cumplido tu cometido con la eficacia que le exiges a los demás. Es injusto que haya tanto joven sin poder acceder a una casa, pero mi segunda residencia que no me la quite nadie. Racista no soy, pero los moros esos de la calle de al lado podían irse a su país. Soy de derechas, pero me lo callo. Soy de izquierdas, pero reniego de ello. ¿Los bancos? Unos ladrones contra los que está moralmente permitida cualquier acción, pero por supuesto que me presten unos cuantos kilos para comprar mi chalecito. Tomemos el espacio público, pero que se callen a partir de las doce de la noche que tengo que dormir. ¡Hay que acabar con los empresarios explotadores! Pero firmo un contrato que no contempla las horas extras por el que percibo poco más de 800 euros a final de mes.
Al final, la conclusión es que no sirve de nada tener principios. La sociedad lo penaliza, los individuos lo castigan. Lo que funciona es no ser competente en el trabajo. No tener ideales que sean acordes con el comportamiento. Decir una cosa pensando en el qué dirán, en la imagen, en lo políticamente correcto y después hacer lo que uno realmente quiera. Mis principios, que queden claros desde el principio. Pero si no gustan, siempre habrá otros con los que uno quede mejor ante otras personas. Qué pena.
4 comentarios:
Sí, sólo cuenta el egocentrismo, en pensar en un mismo y decir lo que queda bien de cara a la galería.
Pues tengo que reconocer que a veces, en mi vida, he tenido que olvidarme de mis principios y "tragar". Es la vida la que manda y existen momentos difíciles que no puedes obviar.
No se si me explico. Yo me considero una persona con principios, pero...
Un abrazo Lola
Cris, eso lo valoro mucho en la gente, que sea consecuente con lo que piensa y con lo que le define. Me alegro de que sea momentáneo. Pero que dure poco, ¿vale?
Arual, a mí me parece tristísimo que la gente opte por decir lo que queda bien. Sobre todo cuando el único motivo es egocéntrico.
Lola, no es lo mismo cuando hay imposiciones externas, y ya sé que tú has visto y vivido unas cuantas. Pero aquí estás y ahora eres como eres, es decir, honesta contigo misma y con los demás, y por eso lo valoro tanto. Tú sí tienes principios, pero también cerebro para calibrar si las cosas merecen la pena.
Vautrin, un personaje de Balzac, afirmaba en "Papa Goriot" que no existen los principios, sólo las circunstancias.
Publicar un comentario