Ya está, ya lo he decidido. He tardado, que ya paso de la treintena, pero por fin lo he visto claro. De mayor quiero ser eurodiputado. Digo de mayor, a pesar de mi tardanza, porque ya voy a tener que esperar cinco años para poder conseguir el billete a Bruselas o Estrasburgo (que como no soy cervecero, tanto me da un destino que otro...). Me da que los partidos ya deben tener más o menos cerradas las listas para las elecciones que se celebran en junio, así que tendré que presentar mi candidatura para las de 2014. Y digo quiero ser eurodiputado porque si ya pensábamos que ese es el chollo de la política actual, el mejor retiro posible para un político, a partir de ahora la cosa mejora. Y es que resulta que después de la votación de junio entra en vigor un nuevo estatuto que regula las condiciones en las que sus señorías van a desempeñar su labor durante los próximos cinco años.
Para empezar, se fija un sueldo único para los eurodiputados de todos los países miembros de la Unión Europea. Esta medida viene a eliminar las desigualdades que producía el hecho de que cada eurodiputado cobrara el mismo sueldo que los parlamentarios que trabajaban en su propio país. Y ese sueldo único se ha fijado en 7.665 euros al mes. Dado que los eurodiputados españoles están cobrando, hasta las elecciones de junio, 3.126 euros (chínchense los italianos, que antes ganaban 11.703 euros al mes y ahora van a perder cuatro mil cada treinta días...), creo que podemos concluir que su subida salarial será ligeramente superior a la del IPC. Y hago esa comparativa porque nunca jamás en mi vida he visto en mi nómina una subida superior a la del IPC anual.
Supongo que llegar al primer día del curso parlamentario y encontrarte una nómina de más del doble de dinero del que cobrabas hasta el final del curso anterior debe ser una experiencia alucinante y recomendada por diez de cada diez médicos. Por si alguien se lo está preguntando, el presidente del Gobierno gana más que un representante en el Parlamento Europeo. Concretamente, dos euros y cuarenta céntimos más, justa retribución a la distinta carga que tiene con respecto a un eurodiputado. Si sólo fuera cuestión de salario, uno podría sentir la tentación de opositar a presidente del Tribunal Supremo (146.342,58 euros anuales, 12.195 al mes) del Congreso de los Diputados (193.398 euros anuales, 16,116,5 mensuales) o incluso de la Generalitat de Cataluña (169.446 euros al año, 14,120 cada treinta días). Pero, amigos míos, es que ahí no acaba todo para el eurodiputado.
Para empezar, me gusta su jornada de trabajo. Mientras el Parlamento Europeo llegó a debatir que se ampliara la jornada laboral de 48 a 65 horas semanales (quizá en un atisbo de vergüenza torera, la Eurocámara acabó rechazando esa propuesta), resulta que sus señorías trabajan de lunes a jueves. No se vayan a cansar, oiga, que tienen que estar frescos para hacer lo suyo. Y para solucionar cualquier tipo de incomodidad que estos cuatro días de trabajo pudieran generan en nuestros representantes electos, resulta que cada día que un eurodiputado pase en alguna de las dos sedes parlamentarias recibe 241 euros en concepto de dietas. Seguro que si les busco en Internet, encuentro para nuestras señorías algún restaurante local en el que puedan degustar un magnífico menú por diez o doce euros, que no se vean apurados por cuestiones económicas, no...
Pero no paréis de leer, que hay más. Con el nuevo reglamento, los eurodiputados tienen la potestad de contratar, a cuenta del Parlamento por supuesto, a "colaboradores personales libremente seleccionados por ellos". Comentan que en la práctica eso suponía hasta ahora que te llevabas a Bruselas o Estrasburgo a tu pareja o amigo del alma para vivir la vida loca. Y por si eso pudiera parecerle poco ético a alguien, lo ponemos en el reglamento y así le damos una estupenda cobertura legal. Un punto a favor del nuevo reglamento es que ahora la Cámara va a pagar lo que cuesten los billetes de avión de los europarlamentarios, y no una cantidad fija como sucedía hasta ahora. Antes sus señorías se andaban peleando con las páginas web para conseguir vuelos baratos y ofertas de última hora porque se quedaban con la diferencia. Para compensar esa pérdida de poder adquisitivo, el Parlamento Europeo abre la posibilidad de que viajen en clase businness, que en turista ya viaja el populacho y además no te dan de comer.
Dentro de unos pocos días, nuestros políticos comenzarán sus discursos para intentar convencernos de lo importantísimo que es el Parlamento Europeo y de lo imprescindible que es que todos, absolutamente todos, vayamos a votar. No soy del todo capaz de entender para qué sirve en realidad el Parlamento Europeo (y si alguien quiere saber más sobre esta institución, para eso está la Wikipedia), pero me parecer perverso que estas elecciones sean solo una especie de primarias para las generales. Porque eso es lo que van a ser. Si el PP gana, pedirán a Zapatero que adelante las elecciones al Parlamento patrio. Si es el PSOE el que vence, conseguirá un respiro que le permitirá, seguramente, llegar al final de la legislatura a poco que los datos económicos siquiera comiencen a mejorar. Reconozco que esa lectura, y no otra cosa, desde luego ninguna ilusión especial de carácter europeo, es lo que me va a llevar a votar dentro de mes y medio.
Y mientras tanto, 50 españolitos se irán a trabajar al Parlamento Europeo. Pero bien pensado, yo de mayor no quiero ser eurodiputado. Creo que no sería capaz de vivir con tanto lujo a cambio de semejante carga de trabajo.
6 comentarios:
La verdad que nunca te acostarás sin saber una cosa más,pero lo de los sueldos y esas cosas de los eurodiputados habia leido y oido algo,nose,ellos sabrán...Pero si mas de uno cobrara como nosotros habria muchos niños que no moririan de hambre...En fin..
Un placer pasar por tu blog¡¡
Un saludo
Siempre pensé que sólo había dos trabajos perfectos: rey en el exilio y presidente del COI. Pero el caso es que me has convencido. Lo de ser Eurodiputado no es mala idea, no.
Acabas de darle un vuelco a mi visión de la vida en global y de la laboral en particular. Esta tarde mismo voy a ir a comprarme una camiseta que luzca claramente "De mayor seré EURODIPUTADA".
M@r@, es una de las incongruencias más de este mundo... Encantado de recibir tu visita, prometo devolvértela.
Impenitente, lo de rey en el exilio no me va mucho (salvo que el exilio sea muy, muy, muy interesante), pero lo de presidente del COI tampoco suena mal. No se lo digas a nadie, pero yo en realidad lo que quiero ser es secretario de Estado para el deporte...
Antonella, un placer volver a leerte por aquí, que hacía tiempo que no te veía... Ya sabes, oposita, oposita...
Arual, si no es tarde, encárgame otra camiseta para mi, ¿vale?, je, je, je...
Bebita, no, no tienes madera de eurodiputada... Te gustan demasiado esas pequeñas alegrías... ¿Queda claro que te estoy haciendo un halago...?
Buenos días,
quería escribir un artículo titulado "yo de mayor quiero ser eurodiputado" y antes de hacerlo ..... he realizado búsqueda en internet para saber cuántos antes habían pensado lo mismo. jejejejeje
Desisto de escribir pues me ha encantado tu post. Con tu permiso lo reproduciré en mi blog.
Un saludo
Jaume Timoner
Te has quedado corto Juan Rodriuez. Pueden llegar hasta 18 o 20.000 eurillos al mes, si hacen viajes dentro de la CEE,si asisten a dos comisiones el mismo dia, si el viernes cuando están en su pais dan una conferencia.... En fin, orgasmos bien pagados
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