miércoles, abril 08, 2009

¿Cien días o cien segundos...?

Cien días de cortesía. Eso era lo que se solía dar a todo aquel que era nombrado para desempeñar una función. Digo era porque eso, si es que en realidad llegó a existir alguna vez, forma parte del pasado. Zapatero cambia el Gobierno y hay críticas casi desde antes de que nombre a los nuevos ministros. El rey de la confusión, otra vez más, fue Mariano Rajoy, que se puso a hablar ante los medios antes incluso de que el presidente del Gobierno concluyera su comparecencia. Bien pensado, daba igual porque dijera lo que dijera Zapatero y nombrara a quien nombrara, el discurso de Rajoy habría sido el mismo. Previsible, aburrido y poco argumentado en la realidad. Si yo hubiera estado delante de él, le hubiera pedido que me dijera los nombres de los nuevos ministros, así de convencido estoy de que ni siquiera se los sabía. Porque luego hay mucho valiente a la hora de interrogar a una aspirante a Miss España, pero, ah, la valentía se evapora cuando delante está el líder de la oposición...

De entre los nuevos, parece que hay cuatro que no van a tener esos cien días de cortesía. Los afortunados que sí da la impresión que disfrutarán de ellos son Trinidad Jiménez y Ángel Gabilondo. En ambos se da la circunstancia de que debutan como ministros y eso juega a su favor en este mezquino aspecto de la evaluación precipitada. En el caso de Gabilondo, además, está el desconocimiento absoluto que demasiada gente tiene sobre él. Eso indica dos cosas. La primera, que la educación pasa por un nivel bajísimo de reconocimiento social y político, puesto que estamos hablando del rector de una universidad. La segunda, que parece que el Gobierno apuesta por la educación a través de la educación. Y ya era hora. Reconoce un error (dar la competencia de universidades al Ministerio de Ciencia de Cristina Garmendia) y coloca a quien sabe de educación al frente de esa cartera. Ojalá lo haga bien y por fin España consiga un mínimo consenso en esta materia, tan despreciada y vilipendiada durante tantos años por todos los agentes implicados.

A los otros cuatro ya se les ha juzgado y, por lo general, condenado. Manuel Chaves y Elena Salgado han sufrido un juicio político por lo que ya sabemos de ellos, aunque no comparto muchas de las cosas que he oído. A mí me parece lógico que un político que ha sido presidente de una comunidad autónoma durante casi dos décadas se ocupe de las relaciones con las distintas administraciones territoriales. Y lo de Salgado también tiene cierta lógica. La ya vicepresidenta tiene muy buena fama entre la gente que ha trabajado con ella, goza de la confianza absoluta de Zapatero, ha pasado por ministerios técnicos que le ayudarán a gestionar la economía, y si algo ha marcado su participación hasta ahora en el Gobierno ha sido su habilidad para no crear polémicas artificiales. Es fiable. ¿Está preparada para asumir la vicepresidencia económica? En realidad no lo sé. ¿Cien días de cortesía para averiguarlo...?

El juicio a José Blanco y Ángeles González-Sinde ha sido social. Pepiño cae mal a la gente. No conozco a nadie, de izquierdas o de derechas, que hable bien de él en una tertulia política. Pero suelen ser juicios sobre su fachada, no sobre su trabajo, porque aquello y no ésto es lo que más se conoce de él. Que sea un tipo aparentemente antipático, que sea a Zapatero lo que Guerra fue a Felipe, que haga de vez en cuando declaraciones altisonantes (que a mí tampoco me suelen gustar demasiado), no oculta (o no debiera ocultar) sus méritos: ha ganado todas las elecciones en las que la maquinaria socialista ha dependido de él y ha sabido pacificar en torno a su líder aun partido que, cuando Zapatero llegó a la Secretaría General del PSOE, estaba divivido por broncas y peleas varias. Caldera se moderó mucho cuando llegó a ministro. ¿Le sucederá lo mismo a Blanco? Por otra parte, siempre he pensado que Fomento necesita de un ministro más técnico que político, pero volvemos a lo anterior: cien días de cortesía y después ya veremos.

Lo de González-Sinde es más peliagudo. Por supuesto que habrá que esperar un tiempo para conocer sus primeros movimientos, pero no me ha gustado su nombramiento. El cine español es un sector ultraprotegido por las subvenciones cuyo modelo (por razones económicas, de prestigio y de pura lógica) no puede extenderse al resto de la cultura de este país. No comparto su enconada defensa de la lucha contra la piratería que penaliza el consumidor más que al auténtico ladrón y temo que su nombramiento endurezca leyes que ya de por sí veo absurdas. Ella misma ha dicho en su toma de posesión que entiende la cultura como "generadora de bienestar". Multar a quienes se bajan una película con más dureza que a quien arrampla con toda una estantería de DVDs en un centro comercial no es el camino para ese bienestar. Hagamos cultura y hagámosla bien, y entonces todo lo demás vendrá solo. Porque no sólo se tiene que poner a disposición de los creadores, como dijo, sino también a disposición de los consumidores. Internet, en todo caso, ya es un clamor contra su nombramiento. Ni cien días ni nada, claro.

La salida de Solbes me parece adecuada, entendida como el mismo revulsivo que busca un club de fútbol al cesar al entrenador. La crisis económica, sin ser culpa suya, demandaba ese relevo. Lo de Magadalena Álvarez parecía cantado, pero me parece una decisión a destiempo; debió suceder antes y con un mínimo de autocrítica (aunque no por lo que dijo de ella la oposición en ciertas ocasiones; en ningún país del mundo se genera un linchamiento como el que padeció por una nevada o por el cierre de Barajas para evitar accidentes en un temporal). Bernat Soria se queda como una decepción, porque apuntaba mucho y no legó demasiado. Y tres cuartos de lo mismo con Molina, que tampoco pareció cogerle el pulso al Gobierno. De los cambios de competencias, me gusta mucho que la Secretaría de Estado para el Deporte pase a depender de Presidencia. Nunca le he encontrado mucha lógica a que estuviera en Cultura y tampoco me parece el momento de crear un nuevo ministerio específico, que supondría crear nuevos altos cargos y una nueva y cara estructura en base a la ya existente.

¿Cien días de cortesía? No, esta vez no han sido ni cien segundos. La filtración de alguno de los cambios ha provocado que muchos tuvieran ya pensado su juicio antes de que los nombramientos fueran oficiales. Hablando de la filtración, se me ocurren dos cosas. Primero, que no veo la gravedad por ningún lado. No estamos hablando de un secreto de Estado ni de un sumario judicial que sólo pueden conocer las partes. Estamos ante unos nombramientos. Zapatero podrá lamentar el error de haber confiado en alguna persona en concreto a la que pidiera silencio, pero conocer sus intenciones por una filtración no es un rasgo de control o descontrol de ningún Gobierno. La segunda, que no creo que haya que darle más importancia a una filtración que a la propia crisis de Gobierno. ¿Qué es lo trascedente? Supongo que no habrá dudas a la hora de responder.

4 comentarios:

Pitita Pescuezo dijo...

Yo sé que tu natural modesto te impide alardear de tus triunfos, personales o colectivos, pero, ¡qué carajo, un día es un día!

Enhorabuena, chiquitín. Ignoro cuál es el patrón de los periodistas, pero yo propongo a San Vicente Ferrer, cuya onomástica se celebra el 5 de abril, que este año cayó en domingo. Oh, bloody sunday!

¡Pero, patrón católico fetén de los periodistas progresistas y laicos! ¿Qué? ¿Dónde está la contradicción? Ese glorioso domingo, en el cual, la profesión periodística se cubrió de gloria, se lo debeis, camaradas, al sector más reaccionario de la iglesia católica, del Opus p´arriba, chiquitín. ¿Qué menos? Se lo debeis. No os será difícil cambiar el patronazgo, porque vuestro líder espiritual, ¡ojo!, ya tiene un hemmano menistro y tó.

Os habeis transversalizado con los deseos de la carcundia y de Rajoy. ¡Eso sí que es Reconciliación Nacional, qué coño! Cada uno en su casa, pero Dios en la de todos.

Lo dicho, que enhorabuena.

Y espero que tú tardes más de cien segundos en borrarme.

Anónimo dijo...

Hola Juan, sólo un par de cositas.
Damos generalmente por supuesto cosas que muchas veces son erróneas, dices que la gente debería conocer a Ángel Gabilondo porque es rector de una Universidad. ¿Conoces tú acaso a Juan Juliá ó Francisco Tomás que también son rectores?, posiblemente no, porque son rectores de universidades de Valencia.
A veces pensamos que el conocimiento que tenemos nosotros es obvio, mientras que para otros puede no serlo tanto.

En cuanto a González-Sinde, pues que quieres que te diga, yo no le he dado ni un segundo de tregua y en internet menos y creo que con razón. Es un pulso de Zapatero a los internautas y creo que se lo va a pagar muy caro, o si no lo pagaremos muy caro el resto de los españoles. Este es un tema del que podría hablar largo y tendido, pero no se si te interesa o le interesa al resto de los participantes de tu blog
Saludos,
Edurne

C.C.Buxter dijo...

Es que yo tampoco estoy muy seguro de que alguna vez se hayan dado esos cien días... quizá en siglos pasados, cuando las noticias tardaban más en conocerse ;P

Que la oposición critique al gobierno entra en la lógica política, aunque los ministros acaben de llegar al cargo. Por lo demás, las críticas han sido previsibles: a los veteranos, porque son veteranos; a José Blanco, porque es el "poli malo" oficial del PSOE y, por ende, uno de los más odiados del PP; y a González-Sinde, porque es pro-cánon y, además, procede del mundillo del cine español ("los untados", ¿te acuerdas?).

Juan Rodríguez Millán dijo...

Pitita, el patrón de los periodistas es San Francisco de Sales y se celebra el 24 de enero.

Edurne, no es eso lo que quería decir. Yo mismo me incluyo en el saco de quienes desconocemos a la gente que hace posible que funcione la maquinaria educativa. Lo que digo es que sería bueno que les conociéramos, porque sería darle un valor que hoy no tiene a la educación. Y con respecto a Rajoy, me hubiera gustado que se informara antes de reaccionar, eso es todo.

Del tema de Internet, espero escribir algo en breve, porque es un tema que me interesa mucho y que vengo siguiendo desde hace tiempo. Y estaré encantado de conocer más en profundidad tus opiniones. Con lo que apuntas estoy plenamente de acuerdo. Pero también es verdad que una cosa es defender los intereses de la industria del cine y otra bien distinta ser ministro. A ver qué hace González-Sinde con su cartera...

C.C.Buxter, no, probablemente los cien días no se hayan dado nunca en España, no... Podríamos probarlo a ver qué tal, ¿no...? Tendrías que haber oído lo que Telemadrid dijo de González-Sinde... Mira que no comparto las ideas que ha expresado hasta ahora para combatir la piratería, pero como no me gustan los linchamientos estoy casi por ponerme de su lado, je, je, je...