Otra vez, todo el mundo habla hoy del programa Tengo una pregunta para usted, el srgundo en el que el protagonista es el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Punto a favor de TVE, sin duda, porque consiguió una audiencia muy elevado y el seguimiento de todos los medios de comunicación. Pero, aún a riesgo de colocarme frente a toda la opinión pública, no termino de ver las bondades de este formato. Me explico. Que un medio de comunicación delegue en los ciudadanos su misión de entrevistar a todo un presidente del Gobierno supone la asunción de un cierto fracaso. Colocar al presidente del Gobierno frente a un centenar de ciudadanos supone pensar que las respuestas de Zapatero van a aportar en este formato un valor distinto al que ofrecerían si las preguntas las hicieran los periodistas. O dicho de otra forma: el papel del periodista acaba por ser irrelevante, porque cualquiera puede plantear preguntas a un presidente del Gobierno con la habilidad suficiente como para que sean objeto de debate.
Y es verdad que algunos hacen buenas preguntas (supongo que ahí radica el valor de este programa), pero se pierde la esencia de la entrevista. En un cara a cara de este tipo, el objetivo tiene que ser uno: que el entrevistador dirija al entrevistado hacia donde él quiere llegar, nunca deja que el entrevistado se escape a su terreno. Eso, con este formato, es absolutamente imposible, porque apenas hay réplica. Valoremos las preguntas a Zapatero de una en una. ¿Cuántas cuestiones directas dejó sin contestar? Bastantes. E hizo bien (unas porque no le corresponde, otras porque no tiene los datos concretos, y otras, por qué no decirlo, porque las quiere eludir), que nadie piense que con ello estoy criticando la habilidad del político para solventar una pregunta con evasivas. Entre otras cosas porque muchas de las preguntas no tenían una respuesta que pudiera darles el presidente del Gobierno. La de si piensa que un feto o un embrión son seres humanos no me parece una pregunta para él, porque no puede darle una respuesta personal. No se trata de creencias, se trata de legalidad.
De lo que hizo Zapatero, tengo que lamentar su cada vez más inverosímil uso de la gramática. Como he tenido la suerte de ejercer de periodista desde unos meses antes de que el ahora presidente del Gobierno saltara a la primera línea política, puedo decir que le he escuchado en casi toda su carrera política. Y al principio Zapatero era un orador brillante, inteligente y coherente. Sigo recordando su primer Debate sobre el estado de la Nación, un debate magnífico por su parte, que protagonizó sin papeles que leer. Aunque la entonces controladísima (por Moncloa) prensa le dio la victoria inmediata a Aznar en aquel Debate, lo cierto es que las encuestas dos semanas después, sobre todo la del CIS demostraron que la gente vio vencedor a Zapatero. Yo vi vencedor a Zapatero y me alegró enormemente que los ciudadanos hubieran visto lo mismo que yo. Me reafirmó en mi vocación periodística. Pero hoy Zapatero se ha olvidado de hablar. Ya no sabe hacerlo. Y a mí, por eso, me ha periddo un poco.
Eso sí, el presidente dejó algunas cosas interesantes. Al margen de la polémica que algunos quieren montar ahora con lo de las armas vendidas a Israel (¿buscamos en los archivos para ver a quién vendía armas el Gobierno del PP...? Mira que si nos llevamos alguna sorpresa...), su presencia en el programa demostró que los mensajes no suelen llegar efectivamente al público. Hasta dos veces tuvo que aclarar que no se ha regalado dinero a los bancos. Otra más tuvo que negar que se haya mostrado en contra del plan de Bolonia. Y creo que otras dos veces tuvo que recordar que el eslogan del pleno empleo no pudo ser jamás una promesa (porque, entre otras cosas, Zapatero no firma contratos ni nóminas). Los mensajes no llegan. Me encantaría saber qué parte de culpa tienen (tenemos) los periodistas y comunicadores. Y, sobre todo, me encantaría saber qué porcentaje obedece a un trabajo mal hecho (algo que siempre se puede corregir si se conocen las causas) y qué porcentaje se debe a la manipulación de frases, cifras y noticias.
No voy a entrar en la diferencia de agendas y preocupaciones que tienen ciudadanos y medios de comunicación porque me parece un debate estéril y muy tramposo. Es obvio que al españolito de a pie en el fondo le da igual la financiación autonómica, quién gobierna una u otra comunidad autónoma o que en el PP anden espiándose o contraespiándose. Lo que le preocupo es el sueldo, la hipoteca y poder comer todos los días. Lógico. Pero los medios de comunicación no pueden informar sólo de eso, el espectro es y debe seguir siendo mucho más amplio. Si no se informara de todas esas cuestiones, estaríamos dejando al poder un marco de impunidad enorme.
5 comentarios:
Yo también de lo primero que me dí cuenta fue del uso de la gramática tan... sui generis que tiene el presidente.
Lo que más me intrigada me dejó fue el asunto de que Zapatero se hubiese podido posicionar, en su día, contra Bolonia. La pregunta se la hizo una chica ilicitana y él contestó que eso era mentira y que él sólo se había manifestado contra la LOU. Personalmente, no tengo ni idea, pero me despertó bastante curiosidad.
El resto... no me dijo nada. Ni para bien ni para mal. Total indiferencia.
No creo que se pretenda substituir a un periodista por un ciudadano. Más bien, se pretende vender una imagen: un presidente accesible a los ciudadanos,acompañándolos en estos momentos tan difíciles. Me recuerda el estilo algo populista empleado en EEUU, en el cuál cualquier político, aunque sea multimillonario, parece (mediaticamente hablando) próximo al Pueblo. El contenido, es lo de menos.
Creo que el Reverendo Pohr tiene mucha razón en su comentario y por ahí van los tiros.
En mi opinión, sí que es un fracaso el estado de los medios de comunicación y de los periodistas que en ellos aparecen completamente mediatizados y al servicio del partido con que simpatizan (o directamente están afiliados).
Y puede que el formato sea mejorable pero es en el único en que he visto en problemas a los entrevistados y resquebrajarse las máscaras de discurso vacio que les preparan sus asesores de imagen.
Mismamente, en la pregunta que señala Bebita se notó la limitación de Zapatero para dar una respuesta sincera a la pregunta formulada.
Impacientes Saludos.
Pues yo voy a confesar que no vi el programa, sino CSI Miami... La verdad es que ya no me interesa mucho, viendo que, al fin y al cabo, todo acaba resumido en las cuatro chorradas de siempre (que si el café, que si el sueldo de Rajoy, que si me llamo Josep Lluís). Algo así he visto también en los resúmenes posteriores, en los que ya hasta los ciudadanos buscan salir con la pregunta ganadora (en este caso, la mujer que le preguntó cómo se sentía cuando se acostaba con su esposa).
También he escuchado la pregunta sobre Palestina, y es doblemente tramposa. Primero, porque si uno vende armas, se supone que quien las compra las va a utilizar, así que o no se venden armas a nadie, o se venden a quienes pueden utilizarlas. Y segundo, porque es demagógica. También se podría preguntar: ¿cuánto dinero de la UE ha dedicado Hamas a lanzar cohetes contra ciudadanos de Israel? Y mejor no preguntar cuánto dinero de los españoles ha dedicado ETA a matar españoles...
S.Dedalus, eso es lo malo. ¿Que hable un presidente del Gobierno y nos produzca indiferencia? Malo, muy malo...
Bebita, mencionando al PP me refería a la moralmente indignada reacción de Sáenz de Santamaría, como si ellos no hubieran roto jamás un plato. Y al hablar de una polémica así me refiero que no se avanza si nos detenemos sólo en la anécdota. Si analizartamos en serio y en frío con qué países mantenemos relaciones comerciales, qué les vendemos y qué les compramos, la cosa sería mucho más interesante, ¿no crees...? Pero estoy contigo en que no debemos conformarnos. Eso nunca.
Reverendo, por parte del político puede ser positivo, pero mi opinión iba más encaminada al punto de vista del medio de comunicación. Y ahí creo que fallamos. Mucho.
Pablo, muy triste la mediatización de los periodistas, uno de los muchos problemas que afectan ahora mismo a la profesión. Y una pena la limitación de nuestros supuestos líderes, sin duda. Más que en esa pregunta, yo lo vi en otras.
C.C.Buxter, sí, es obvio que hubo gente dispuesto a ser la noticia del día siguiente. Y, sí, yo también pensé que había algo de trampa y de demagogia en esa pregunta, y por eso, como decía antes, creo que (al menos la prensa) deberíamos apuntar más alto, al fondo de las cuestiones y no sólo al detalle.
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