domingo, enero 18, 2009

La importancia de lo anecdótico

No, no aprendemos. Hace diez días teníamos un tema de debate trivial que copó el espacio de la información reservado a la política, el vestuario de Carme Chacón en la celebración de la Pascua Militar. Hoy tenemos otro: el vestuario de Soraya Sáenz de Santamaría en la entrevista que concede al suplemento dominical de El Mundo. Y yo que no soy capaz de ver el interés informativo de ninguno de estos dos arriesgados e intelectuales debates... No sé por qué motivo pretendemos que un político tenga limitaciones que otros seres humanos no tienen. ¿Que quiere hacer un reportaje con fotos de estudio? Pues adelante, no veo por qué su función política tiene que afectar a lo que haga con su tiempo libre. El asombro es inmenso cuando me doy cuenta de que la gente debate en serio sobre la conveniencia o la influencia política (¡y en la carrera de Mariano Rajoy!) de estas fotos. Y el asombro pasa a ser carcajada cuando oigo a Isabel Durán decir que "los políticos están para eso", siendo "eso" el recibir críticas...

Por supuesto, no me voy a colgar medallas, porque en realidad tenía ya había olvidado por completo (lo que demuestra la importancia real de estas noticias supérfluas, de las críticas absurdas e intrascendentes, de los debates estériles), la polémica por aquel reportaje que la revista Vogue hizo con las ocho ministras del primer Gobierno de Zapatero. Pero es cierto que la comparación es inevitable e incluso necesaria. El mérito es de quien lo recordado este tema, Mariano Rajoy, a quien algún asesor le habrá dicho que estas fotos de Soraya se parecen demasiado a aquellas de las ministras. Se lo habrá recordado porque mira que dieron cera desde el PP con este asunto. Esas críticas sí que exceden el ámbito en el que se deben mover nuestros políticos. Vamos, que un político debe dedicar su tiempo a cosas más importantes que un reportaje de una revista en el que aparezca una ministra... En su día, esas críticas me parecieron banales y estúpidas. Las de hoy a Soraya Sáenz de Santamaría me merecen los mismos calificativos.

Eso sí, hay un asunto colateral en el que merece la pena detenerse. Que Rajoy rectifique hoy una crítica de 2004 da mucho que pensar (aunque pocos lo vayan a hacer). El líder de la oposición nos deja dos opciones: que hiciera aquellas declaraciones sabiendo que eran injustas o que realmente se haya dado cuenta de un error con casi cinco años de diferencia. La segunda me parece un tanto inverosímil (aunque, quién sabe...), y la primera me parece una constatación más de la poca categoría que tiene la actual política española. Da a entender (y en el fondo eso es lo que pensamos muchos que hace, él y otros muchos políticos) que es disparar a todo el que se mueva. ¿Que alguien del Gobierno hace algo? Se critica aunque nos parezca bien o, en el mejor de los casos, irrelevante. Y así la política no avanza. Más bien se hunde más en el pozo de la falta de competencia, categoría y trascendencia.

Que la foto de Soraya haya saltado a las primeras páginas de los medios de comunicación y a las tertulias supuestamente política es uno de los dos síntomas de clara enfermedad que hemos visto esta semana. El otro es la crisis (¿crisis...?) del Real Madrid que ha desembocado en la dimisión de su ya ex presidente Ramón Calderón. Lo primero que me asombra de este asunto es la impunidad con la que los medios de comunicación emprenden campañas de acoso y derribo. Lo que Marca y La Sexta han hecho con Calderón (del que pienso que ha hecho una lamentable gestión, no vaya a creer nadie que le estoy defendiendo) es de juzgado de guardia. Insultos, descalificaciones y, sobre todo, una desmedida atención que uno no puede entender sólo desde la libertad de información. Hay intereses detrás, los veamos o no. Los queramos ver o no.
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Decía Calderón al irse que era víctima de una conspiración. Y va a ser que me ponen las modernas teorías de la conspiración (porque sí me creí que el hombre llegó a la Luna...), pero le creo. Me acordaba de una entrevista que concedió hace algún tiempo Luis María Ansón a La Noria, en Telecinco. Le preguntaron si hubo conspiración para sacar a Felipe González de La Moncloa (aquí se puede ver el vídeo). Anson dijo que no, que nada de conspiración, que nunca la hubo. Pero matizó que algunos directores de periódicos, entre los que se encontraba, decidieron que lo mejor era que González no siguiera siendo presidente del Gobierno e hicieron "una operación de acoso y derribo" para que dejara el puesto. Pero conspiración, lo que se dice conspiración, no, ¿eh...? No confundamos términos... Pues aquí, creo que se puede aplicar algo parecido.
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Y, claro, también me produce asombro la atención dedicada a este tema. Que las noticias deporitvas hablan cada vez menos de deporte no es algo que pueda sorprender. Pero que un diario deportivo como Marca saque una portada doble con este tema (hasta ahora dedicada exclusivamente a las mayores gestas deportivas, desde el Wimbledon de Nadal o la Eurocopa de fútbol, por citar las más recientes) o que una cadena generalista como La Sexta corte su programación para ofrecer en directo la rueda de prensa en la que Calderón se despidió de la Presidencia del Madrid me parece como poco hilarante. Y más si recuerdo aquel viejo episodio que marcó mis creencias periodísticas para siempre. Cuando ETA decretó la tregua de 1999, ninguna televisión española cortó su programación para dar esa noticia. Ninguna. Como entonces Internet no tenía la difusión que tiene hoy, como tampoco las cadenas españolas de noticias, yo me enteré a través de Sky News, que sí ofreció un flash para dar esa información. Chocante entonces, triste ahora.
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Creo que casi todos podemos coincidir en que el vestido de Soraya y la dimisión de Calderón no son las noticias más importantes de los últimos días, no son las que aparecerán en los libros de historia, no son las que van a influir en las vidas de los ciudadanos. Pero la prensa tiene hoy otros enfoques y otros intereses. Lo anecdótico y lo irrelevante ocupa ya los grandes titulares. Lo importante al menos sale en otras páginas. Quizá la lucha que tengamos que emprender sea para evitar que lo noticioso desaparezca del todo de los medios.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A lo mejor el político sí está un poco para recibir críticas, pero para recibir críticas a su papel como político, no a su vestuario o a las fotografías que decide incluir en sus reportajes. Me parece peligroso que últimamente nos guste tanto debatir sobre estas nimiedades. O el periodismo está mal, muy mal, o pretenden tapar temas más importantes. Preferiría lo primero pero, muy a mi pesar, me temo que no es incompatible con lo segundo.

Las rectificaciones de Rajoy está claro que se deben a lo primero, pero es algo que también nos encanta. Primero critico, luego hago lo mismo y, finalmente, rectifico. Y todos a dormir tranquilos. Peor es cuando se hace al revés: primero hago, luego hace el adversario y yo tiro piedras. Eso es seriedad y lo demás tonterías.

Anónimo dijo...

la verdad es que ninguno de los dos temas me resultan de ningun interés
creo que, por desgracia hay temas mucho más importantes que éstos
besitos

El Impenitente dijo...

Pues algo disiento. Las formas son importantes, no son algo anecdótico. Si tu querida Real Sociedad saltase al campo de Anoeta vestida de fucsia sería algo anecdótico. El escudo sería el mismo, el estadio el mismo, el equipo el mismo, pero estaríais hablando de atentado contra la historia y de falta de respeto a la tradición. A mí no me han gustado las fotos. Y tengo peor opinión de Soraya hoy que hace una semana.

Respecto a lo de Calderón, Abellán lleva sacando mugre (como no te gustan los tacos, los omito) de éste desde hace dos años y todos se han callado y le han hecho el caldo gordo a Calderón. De repente, y no sé por qué y me gustaría saberlo, el Marca decide que ya está bien y se lo carga en tres días. Que Calderón era y es un sirvengüenza estaba cantado. El por qué lo han aguantado es lo que nos tendrían que contar.

Casandra dijo...

Pues no te creas, que igual sí que se ha dado cuenta Rajoy 5 años después, porque muchas luces no tiene, no. JAAAAAJAJAJAJA!!!

UN BESITO Y BUENA SEMANA!! Ah, y gracias por tu comment que me emocionó un montón. ^_^

Arual dijo...

El título lo resume perfectamente, estoy contigo!

Juan Rodríguez Millán dijo...

S.Dedalus, esa es la clave. Al político critiquémosle por su labor político. Lo demás es evaluable, pero no debiera incidir en lo primero. Y, sí, parece que la seriedad de nuestros políticos abruma...

Muchacha, y es una pena... No me parece mal hablar de estas cosas, pero no sobredimensionarlas e, incluso, ponerlas por encima de lo relevante.

Impenitente, coincidimos hasta en la leve discrepancia. Las formas son importantes, pero no fundamentales, al menos no en un caso como éste. A mí las fotos tampoco me han gustado, creo que no le van nada a la portavoz popular, pero está en su derecho de hacérselas sin que afecten a la crítica honesta a su trabajo. A mí también me gustaría saber el cambio de opinión de Marca, sí...

Casandra, pues eso sí que sería un drama, je, je, je... El comentario era merecido, niña, ya lo sabes...

Arual, gracias, más concisa imposible, je, je, je...