viernes, septiembre 24, 2010

¿Y la confianza...?


"Secretos y facetas nunca contadas a lo largo de treinta años y cinco presidencias de Gobierno en un mismo entorno: el palacio de La Moncloa, la residencia oficial de los jefes de Gobierno en la democracia española. Una visión novedosa de la vida política desde centro (sic) del poder. Un relato en el que toman especial relevancia los datos de la vida cotidiana que generalmente no se incluyen en los libros de historia. Una narración fluida y bien construida desde el primero (sic) momento". Así describe la editorial Espasa uno de los últimos libros que ha publicado, Los presidentes en zapatillas. Lo ha escrito María Ángela López de Celis, ex secretaria en La Moncloa de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, los cinco presidentes que ha tenido España desde que se instauró la democracia.

Sé que todos llevamos un cotilla dentro. Sé que a todos nos hace gracia (que sea más o menos dependerá de la persona) conocer detalles desconocidos de personajes públicos, y un presidente del Gobierno no es una excepción. ¿Pero que ocurre con la confianza? Desconozco si el libro tiene la autorización, siquiera el conocimiento previo, de los personajes en él retratados. Pero a mí no me gustaría ver publicado un libro con confidencias personales que yo he decidido hacerle a una persona o que he permitido que esa persona las presenciara gracias al cargo que ocupaba. Uno quiere pensar que una secretaria de Moncloa, como tantos otros, es un cargo de confianza, y para mí esa confianza queda traicionada cuando se publica un libro así. No se ha generado polémica alguna con esta publicación, algunos medios se han hecho eco de algunos extractos del mismo y ya está. Pero a mí no me gusta.

No me gusta sobre todo por esa cuestión de confianza a la que hacía relación, pero también porque evidencia una forma de trabajar y vivir que estamos premiando con exceso: la de acercarnos a alguien, sea por motivos personales o de trabajo, para después contar su vida, sus miserias, sus secretos, sus ilusiones. Algo propio de la deleznable información del corazón que se hace en España, pero que por lo visto se extiende sin freno por todos los ámbitos de la vida. ¿Dónde está el límite? ¿Qué vamos a considerar inaceptable en esta carrera? Visto lo visto, probablemente ya vale todo. Este libro no es el peor ejemplo, pero se enmarca en esta peligrosísima pendiente en la que vivimos. No se trata de ocultar delitos o actitudes denunciables. La confianza de la que hablo no es eso. Pero se trata de que la confianza vuelva a significar algo a todos los niveles. Y cada vez me parece más difícil que eso suceda.

10 comentarios:

María dijo...

He visto este libro en muchos sitios aunque nunca me he animado a comprarlo para leerlo. Me gusta mucho la política y me apasiona la historia de España, pero me parece más bien que será tipo cotilleo no?.

El abuso de confianza es una de las cosas peores que tenemos los humanos. No me gustaría que alguien que quisiera ganar dinero contase hasta el color de mis sábanas, ya sea en un libro o en una televisión.
Me ha gustado la reseña.
Muchos besos!!!

La Tilde Perdida dijo...

Hace unos días me encontré en la prensa digital con una noticia de la publicación del libro, pero como tú dices, y me sorprendió, no como algo que hubiera creado polémica. Y digo me extraña porque esta mujer escribe sobre asuntos personales de los distintos presidentes (si discute con su mujer o sus hijos se han salido del plato en la adolescencia). Tuve la misma impresión que tú, no me parece bien que se aireen ese tipo de intimidades, y menos de políticos: ellos están ahí para cumplir su papel, no para que conozcamos los entresijos de sus vidas. Ya bastante tenemos con aguantar a los del corazón. Me pregunto qué habrán pensado los diferentes presidentes y sus familias, porque yo me sentiría traicionada. Besos.

José Vte. dijo...

Yo no he leido el libro, aunque si que había oido hablar de él en algun medio de comunicación.
Efectivamente creo que es abusar de la confianza el contar secretos dichos en la intimidad, aunque tambien es verdad que muchas veces si no quieres que se comenten cosas, no se deben de hacer o decir delante de terceras personas, y esta secretaria no deja de ser una empleada a sueldo.
De todas formas visto el escaso eco que las supuestas "indiscrecciones" han creado en el mundo mediático en general y en los protagonistas en parcucular, me temo que sea algo relativamente pactado, o filtrado para que escueza poco.

Saludos

david dijo...

Bueno, yo sí que me he leído el libro (y sospecho que soy, de aquí, el único que lo ha hecho) y puedo decir que invalida tu argumento ese del "no me gustaría a mí confidencias personales", porque no las tiene.

Esta buena mujer ha tenido el gusto de escribir sobre los 30 años y pico que se ha pasado trabajando en algún sitio. Conrad escribía sobre marineros, García Márquez sobre burdeles colombianos y Cortázar sobre exiliados en París... bueno, esta mujer trabajó en la Moncloa, y lo ha contado. Y habla, además, de unos señores, los presidentes, que son gente pública, que nos han dirigido y que han sido elegidos por nosotros y que en muchos sentidos son personas públicas, sobre los que además todos hemos hablado. Yo no veo el problema de que ahora esta mujer venga a contarnos que Calvo Sotelo era un windsurfista competente o que a Zapatero le pierde la ensaladilla rusa. Y si el problema lo viera quien debería poder verlo, que son el presidente y los ex y sus entornos y familias, siempre cabe la alternativa de demandar a la editorial y a la autora, cosa que ninguno de ellos ha hecho. Que se puede escribir, como es el caso, un libro sin "secretos dichos en la intimidad", caray: por mucho que el cotilleo sea plaga no tiene por qué ser norma.

Claire dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Por supuesto que siento curiosidad por conocer detalles de la vida privada de los presidentes que han pasado por La Moncloa pero si alguien contara mis intimidades por ahí, no me haría mucha gracia. Aunque en nuestra sociedad cuando eres famoso por H o por B, cualquier nimiedad interesa, así que no me sorprende la publicación de este libro.
Besos.

Lola dijo...

Ví por las librerias este libro y pensé que francamente no tenía mucho interés para mi. Ahora que leo tu post, con mayor razón no quiero leerlo. Me ha gustado tu manera de contarlo. Besos Lola

El Impenitente dijo...

Antes no se aplaudían los fallos en el tenis. Ahora se hace. Antes los personajes públicos se comportaban en un palco. Ahora llevan bufandas y saltan como forofos. Antes los altos cargos eran grandes dignatarios, grandes mentes. Ahora el exceso de información los convierten en seres cercanos. Incluso sus jefes de propaganda (creo que los llaman jefes de prensa) se esfuerzan por filtrar fotos y gestos comunes y ridículos en plena campaña electoral. Con ese exceso de cercanía se pierde el respeto no por la persona sino por el cargo. Y aquí se está empezando a no respetar a nadie. Y sin respeto mal vamos a obedecer. Y sin obediencia, pues...

Juan Rodríguez Millán dijo...

María, tiene pinta de ser muy de cotilleo, sí. Bueno, no sé si llega a ser una reseña, pero el tema me llamó la atención, muchas gracias por tus palabras.

Tilde, ahí está el quid de la cuestión, en saber qué han pensado los protagonistas. Pero no creo que lleguemos a saberlo, no hay en España costumbre de pedir explicaciones desde la política.

Jose Vte., igual tienes razón y es algo medio pactado, pero aún así me sorprende. Me parece duro pensar que el presidente del Gobierno tenga que tener secretos de esta índole con su secretaria, no vaya a ser que los divulgue. Eso es lo que me asombra, pero...

David, no creo que lo invalide, simplemente lo vemos desde distintos puntos de vista. Me encanta que des el tuyo, sobre todo porque, como dices, has leído el libro. Pero una idea del contenido se puede hacer cualquiera con los fragmentos que se han publicado. Confidencias personales sí tiene el libro. No escabrosas, pero sí, por ejemplo, de la educación de sus hijos o del comportamiento de los presidentes como pareja. Sigo pensando que, en cierto modo, es una traición a la confianza ganada en función de un cargo muy concreto.

Claire, está claro que ya no sorprende nada, y menos en este ambiente en el que hemos hecho famoso a vecinos/amantes/amigos/enemigos de casi cualquier persona mínimamente conocida...

Lola, muchas gracias, un placer volver a leerte por estos lares.

Impenitente, qué puedo añadir yo a esta espectacular secuencia que has descrito...

SK dijo...

Absolutamente de acuerdo contigo. Me parece vergonzoso que se aplauda el que una persona de confianza hable de las vidas de los que en ella han depositado su intimidad.
Lo vemos a diario en una televisión plagada de programas que jalean estas actitudes.
Por eso mismo no lo voy a leer, por eso mismo no me pica en absoluto la curiosidad, por esa misma razón hace exactamente un año que no tengo televisor :-)

C.C.Buxter dijo...

Pues yo no tenía ni idea de la publicación de este libro, y la verdad es que no sé qué pensar. Creo que en general dependerá bastante de cuál sea el contenido, si se limita a hacer un recuento morboso de algunas curiosidades u ofrece un retrato personal, a partir de sus recuerdos, de los presidentes.

Desde un punto de vista histórico, este tipo de documentos siempre han sido valiosos a la hora de escribir biografías, porque ofrecen una perspectiva inédita de los personajes, distinta de su imagen pública. Si no recuerdo mal, hace poco vi que se habían publicado en España los diarios de una secretaria (o un cargo similar) de Winston Churchill. Pero bueno, como digo, creo que el tono general del libro es importante para valorarlo, y que en este caso sería bueno que los presidentes hubiesen consentido su publicación.