viernes, noviembre 27, 2009

No sé de qué hablar

Supongo que a muchos de vosotros os habrá pasado alguna vez. Tener ganas de hablar de muchas cosas, que se desborden las ideas, que las frases vayan cobrando forma en tu cabeza... y que ese ánimo vaya diluyéndose poco a poco hasta que al final no sientes la misma necesidad de escribirlo. Pues bien, así estoy yo. Veo los informativos, leo la prensa, salgo a la calle y encuentro mil cosas de las que hablar... pero luego me enfrento a la pantalla en blanco y me doy cuenta de que no encuentro las palabras necesarias, no alcanzo un motivo real para decir lo que pienso o pienso que lo que voy a decir es tan radical y políticamente incorrecto que no lo va a entender nadie.

Aunque con el suceder de los acontecimientos me apatecía hablar sobre el Alakrana, ya dije que al final no quería hacerlo. Y no quiero hablar porque si hablo tengo que empezar diciendo que todo esto nace de una irresponsabilidad de los marineros que se fueron a pescar lejos de la protección militar que habían solicitado, y me duele que no se esté diciendo. Como no se está diciendo que hay trece barcos secuestrados. O tendría que decir que rechazo por completo el pago de rescate a piratas porque de esta forma envalentonamos a cualquier criminal (o terrorista, ya que estamos...) a pedirnos dinero por cualquier animalada. O que me sorprende que algunos sepan tanto ahora de tareas diplomáticas o tácticas militares. O que me parece descorazonador que el Gobierno tenga una política de comunicación tan horrible.

Y entonces me sale el editorial conjunto de doce periódicos catalanes. Y me muero de ganas por decir lo que pienso, pero al final caigo en el desánimo, devorado por la situación actual y pierdo el interés. Porque tendría que decir que los editoriales son un signo distintivo de cada medio y precisamente por eso no entiendo que haya una unanimidad tan grande en este tema entre esos doce periódicos. Como tampoco entiendo que los medios tengan tanta arrogancia como para hablar en nombre de todo (¿todo?) un pueblo. O que se extienda a "todo el pueblo catalán" la defensa de un Estatuto respaldado en una votación que contó con tan poca participación. O que el respaldo, respeto o presión a los jueces por parte de políticos y periodistas sea siempre a conveniencia. O que la Justicia no para de asombrarme. Muchas cosas que me cansan, vaya...

Pero, claro, ¿cómo no hablar de la reforma de la Ley del Aborto que estudia el Congreso de los Diputados? No, lo dejo, porque entonces piso arenas movedizas. No tengo una posición clara y tajante, y eso me convierte en enemigo de ambos bandos (¿hay dos bandos?). Tendría que recordar la contradicción que nadie quiere tocar y que se manifiesta, por ejemplo, en que una menor de 16 años se pueda poner silicona en los pechos, casarse o tener hijos sin consentimiento de sus padres pero no abortar. O poner el grito en el cielo las presiones inmorales de algunos grupos y personas antiabortistas que se dedican a mandar cartas a los domicilios personales de los políticos

También podría hablar de una variante de este asunto, la manipuladora amenaza de la Iglesia de negar la comunión al político que no se oponga a esa ley. Porque por lo visto no les vale ya con la confesión para purgar el pecado, sino que además tienen que decir públicamente que se arrepienten de ese voto. Y, claro, me hace gracia teniendo en cuenta que el clero tiene el privilegio del secreto de confesión. Y me hace más gracia todavía cuando leo casos como el de Irlanda, en el que la Iglesia, con la connivencia del Estado, ocultó no sé cuántos casos de violaciones de menores a manos de curas. Y ante semejante incongruencia y falta de vergüenza, renuncio también a hablar de esto...

Pienso entonces en hablar de algo ligerito, del Barça-Madrid. ¿Cómo no voy a hablar del Barça-Madrid si todo el mundo habla del partido en cuestión? Pero, claro, resulta que ni soy del Barça ni soy del Madrid, así que en este fanatizado mundo (¿sólo del deporte?) en el que vivimos lo más normal es que los fanáticos me digan que les deje en paz y me vaya a ver a mi equipo. Pues nada, eso haré, que ya que me juega la Real en Madrid, en el campo del Rayo, no vamos a perder la ocasión. Lo mismo después de eso recupero las ganas de hablar de algo. ¿O ya lo he hecho sin darme cuenta...? Vaya, es que cómo son las cosas del lenguaje, que uno empieza a divargar y resulta que dice más de lo que le gustaría...

9 comentarios:

Lola dijo...

Me ha encantado tu post, Juan. Tu sentido del humor salta a la vista pero tu cansancio de ver tanta cosa que no te gusta, salta a la vista también.
Estoy en todo de acuerdo contigo esta vez y como siempre, como tu con el Madrid y el Barsa, ni soy de aquí ni soy de alla. ¡Que cosas! Un beso Lola

Claire dijo...

¡¡Hola!!, pues al final te ha salido un buen post, comentando de pasada gran parte de los temas de la actualidad. Dentro de nada, han quedado atrás y nuevos asuntos ocuparán las noticias, porque en la sociedad en la que vivimos no se para nunca. Saludos y que pases un buen fin de semana.

muchachadeojostristes dijo...

me encanta que no sepas de qué hablar, cómo será tener una "no conversación" contigo sobre cualquier cosa....
besitos

La Tilde Perdida dijo...

Para no querer decir nada has dicho mucho. Buenas reflexiones.

Anónimo dijo...

Desde luego eres un tipo muy peculiar. Seguidor de la Real Sociedad (espero que no fanático, aunque ya veo que tienes un blog dedicado a los de Donostia, otra peculiaridad, me parece a mi)que se niega a comentar el Barça-Madrid, el gran acontecimiento del siglo, pero no los otros asuntos tan "ligeros" que abordas en tu artículo. Como dice uno de los comentarios, sentido del humor no te falta. Ni amargura o decepción o irritación, o todo junto. No se si acierto
Estoy de acuerdo en casi todo lo que dices. El desacuerdo son solo matices.
Un saludo

Anónimo dijo...

Pues menos mal que no tienes ganas de hablar que si lass tuvieras...
Habla y deja que te diga que puestos a opinar dejemos que la Iglesia también diga lo que le parezca...y que cada uno sea mayorcito para asumir sus responsabilidades.
Del Madrid-Barcelona...pues que gane el Madrid aunque no sea el mejor.Bss

El Impenitente dijo...

Cuando alguien dice "yo no quiero decir nada, pero..." me siento porque sé que va a ser para largo.

Pensaba que ibas a explicar eso de la "economía sostenible" pero te imagino tratando de comprenderlo a ti también, viendo si detrás del humo hay algo.

Reverendo Pohr dijo...

Me temo que ya somos dos. Solo que yo llevo ya casi un mes sin escribir nada. Supongo que me ha tocado leer y escuchar tantas cosas que me han parecido "gilipolleces", que ha entrado el "modo bloqueo", esperando que la luz de la cordura se abra un poco de paso.

Debo decir que el comentario de De la Morena haciendo referencia a "que hay más seguidores merengues en España que culés por culpa de cosas como el Estatut" me hace pensar que vivimos en una sociedad mediática dónde lo importante es hablar. Da igual de lo que se hable o que se sepa mucho,poco o nada del tema. Y eso cada vez me desagrada más.

Aún así, siempre aperecerá algo de qué hablar (con algo de criterio,claro)

Juan Rodríguez Millán dijo...

Lola, muchas gracias. Cansa, desde luego, pero habrá que seguir denunciando lo que haga falta... Tú lo dices: ¡Qué cosas!

Claire, cierto, la actualidad lo devora todo, y cada día tendremos cosas nuevas que comentar... No sé si eso es bueno o malo, pero...

Muchacha, pues no sé, tendría que probarlo, je, je, je...

Tilde, es que como no reflexionemos vamos a acabar muy mal...

Anónimo, por lo que dices veo que es la primera vez que pasas por aquí, así que te doy la bienvenida. Puede que sea todo junto. Los matices abren grandes debates, me encantará que en el futuro los compartas aquí.

Inés, claro que sí, que todo el mundo tenga libertad de opinar. Y eso incluye dos cosas, la que tú dices, la responsabilidad, y la que intento humildemente aportar yo, la crítica. Siento que fallara tu deseo para el partido.

Impenitente, eso es otra de las cosas de las que no sería capaz de hablar. Creo que ni con sentido del humor...

Reverendo, ya te veo, ya, que nos tienes abandonados, je, je, je... A ver si vamos encontrando los dos la tecla y asuntos que merezca la pena comentar. Y, sí, con criterio siempre...