martes, octubre 06, 2009

La ignorancia lleva al desprecio (2)

Han llegado ya las explicaciones "con la atención y el respeto debidos" que había prometido Vicente Molina Foix a quienes no fuimos capaces de entender su furibundo e injustificado ataque contra los dibujos animados y el cómic en un artículo que publicó en la revista Tiempo hace un par de semanas. Y han llegado en una segunda columna en las páginas de la misma revista. Reconozco que esperaba otra cosa, supongo que porque mantengo cierta ingenuidad en los debates y nunca pienso que alguien defiende algo sin motivo. Y es que cuando uno lee o escucha a alguien, normalmente de cierto prestigio, soltar algún improperio contra un tercero, espera encontrar alguna justificación, alguna explicación, algo que motive el razonamiento posterior. En el primer artículo no la había, y en este segundo tampoco. Es más, de alguna forma, Vicente Molina Foix pretende ahora situarse como el agredido en este caso, cuando es él quien ha iniciado una polémica absurda e injustificada.

Decía Vicente Molina Foix en su blog que quería responder a quienes le hicieron críticas razonadas. Y, sin embargo, ha contestado a todos los demás, como deja claro con el título de su réplica: Fobias y amores locos. Ha respondido a los fanáticos que le insultaron, no a quienes pidieron educadamente una explicación. "Escribo, por desgracia, para una minoría, pues, junto a la legítima argumentación razonada de una queja o un rechazo a mi texto, lo predominante en esas ofendidas reacciones ha sido la expresión de un grotesco fanatismo propio de secta de iluminados", dice en este segundo artículo. La única interpretación que puedo hacer de esta arranque de su nuevo comentario es que he caído en la trampa. Además de buscar un motivo, cuando leo algo como el artículo original me planteo si merece la pena responder, si en mi intento de aclarar cuestiones no estaré en realidad cayendo en la provocación de quien intenta crear una polémica falsa y estéril, y hacer que su nombre se pronuncie. Aunque sea rodeado de insultos.

Y, sí, tengo la sensación de que eso, y no otra cosa, es lo que ha pretendido Vicente Molina Foix. Yo me decanto normalmente por contestar, y más cuando creo que lo que se dice se debe a una ignorancia que puedo ayudar a solventar, porque me gusta el debate serio, sosegado y argumentado. Ni sé de todo ni sé todo de nada, por lo que siempre me es grato escuchar puntos de vista diferentes, incluso discrepantes. Enhorabuena, señor Molina Foix, conmigo ha triunfado. Hablar de su segundo artículo supone reconocerle eso, que he caído en su trampa, que he perdido mi tiempo en intentar encontrar una explicación a algo que no la tenía. La polémica por la polémica, no hay nada más. Porque no encuentro otra forma de entender que no responda a los profesionales y aficionados que rebatieron su pobre argumentación original, y, sin embargo se dedique ahora a ensalzar a amigos suyos que idolatran las historietas o a defender que otros artículos suyos sobre sus particulares gustos no hayan encontrado tanta respuesta como éste.

Lo único que le puedo decir, además de hacerle notar que si ha tenido una respuesta mayoritaria no estaremos ante un arte tan minoritario como decía, es que la crítica a una obra concreta no puede equipararse al desprecio a todo un género o una industria. Por ponerle un ejemplo práctico, el desprecio hacia su columna no va a llevar a nadie a dejar de leer columnistas, igual que quien se haya aburrido con Lolita (no es mi caso, no se alarme) no dejará por ello de leer novelas. Respondiendo a sus incorrectas equiparaciones, le diré también que una cosa es censurar el cine de Kiarostami, y otra muy distinta censurar a sus seguidores. Una cosa es decir que no le gusta Up, y otra muy distinta que le produzca vergüenza que le guste a otros. Una cosa es proclamar que el cómic no le gusta, y otra muy distinta decir que como no le gusta el cómic habría que acabar con todos los reconocimientos que reciba porque a usted le gustan otras cosas, que son las que por lo visto debieran gustarle a todo el mundo. Haga lo que quiera, pero a mí ya no me pilla más. He aprendido la lección.

Hay un detalle que se me pasó por un alto al leer la primera columna. Vicente Molina Foix llama a su sección Visiones. Supongo que, en base a su defensa, escogió ese título por la tercera definición que ofrece la RAE del término visión: "punto de vista particular sobre un tema, un asunto, etc." Visto lo visto, yo prefiero entender que se trata de la quinta: "Creación de la fantasía o imaginación, que no tiene realidad y se toma como verdadera". Tenga cuidado con los molinos. O con los Skrulls, por hacerle una referencia a un cómic de esos que me gustan.

9 comentarios:

Jo Grass dijo...

Ole y ole y ole, Juan. Este tipo no merece más publicidad. Acabo de leer su réplica y da grima.

Acaso han bajado las ventas de sus novelas y necesita ser lo suficientemente polémico para subir el ranking de su popularidad??????? Empiezo a pensar en ello seriamente. Con quién sino podía caldear el ambiente más que con un colectivo que goza de tamaña popularidad y responde en masa porque la mayoría son usuarios de alguna red social??

Al tanto con este hombre que no tiene un pelo de tonto. En cualquier caso, a mí, personalmente, me ha dejado de interesar.

Suscribo todas y cada una de tus palabras.

besos

Casandra dijo...

¿¿¿Una "secta de iluminados"??? O.O Anda que... Jajajaja!!!

(A mí me molan Death Note y Fullmetal Alchemist, adoro el manga. Soy una sectaria iluminada). xDD

Casandra dijo...

Por cierto, un abrazo y feliz puente, solete!!! :-)

muchachadeojostristes dijo...

hola, ya dije en mi anterior comentario sobre el mismo tema que no era una asidua lectora de cómics, aunque me gustaría, y sólo decir que el "señor" Molina Foix debería visitar, por ejemplo, el salón del cómic de A Coruña: "Viñetas desde o Atlántico" y viera la cantidad de visitantes lectores de cómics que encontraría.
Aunque después de sus palabras mejor que ni se acerque...

Nombro el Salón del cómic de A Coruña, porque es el que conozco, pero estoy segura que en cualquier otra ciudad podría comprobarlo
besitos

Lola dijo...

Muy buena tu réplica, Juan. Yo creo que no vale la pena seguir hablando de este señor que se cree en la posesión de la verdad en todo lo que escribe. Ya basta.
Te mando un beso Lola

Simone Marie dijo...

Llevo intentando escribirte un comentario desde ayer por la tarde y no puedo, creo que nuestros respectivos blogs odian al contrario jajaj..a ver si tengo hoy más suerte..

No me gustan NADA los escritores que desprecian y ridiculizan las lecturas y gustos de los demás.Como dice Jo cualquiera diría de todos ellos que pierden ventas o simplemente están frustrados, porque no se entiende que ellos mismos, creadores de arte como son, critiquen el arte que hacen los demás, sea de su agrado o no.

También te deseo feliz puente, aunque aquí en Valencia tenemos un día más, hoy también es fiesta jejeje.

Muchos besos y que disfrutes del merecido descanso!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Jo, a mí me pasa lo mismo. Este hombre ya no me interesa, porque ya he visto cómo piensa y cómo actúa. Muchas gracias.

Casandra, pues lo mismo tendría que registrarla para que fuera legal, je, je, je... Me apunto tus recomendaciones, a ver qué tal...

Muchacha, el caso es que estos salones proliferan, con lo que tan, tan, tan minoritario no será el género.

Lola, tienes razón, ya está, no hablo más de él, se cierra el círculo y él por su lado y la gente respetuosa por el otro...

Simone, vaya con nuestros blogs, je, je, je... Yo es que nunca he entendido que para reivindicar algo que nos gusta tengamos que contraponerlo con algo que le gusta a otros... En fin, que él sabrá...

Reverendo Pohr dijo...

Habría que comprender que cuando se hieren sentimientos pueden llegar respuestas vehementes. Tú lo has dicho: es un debate esteril, aún cuando este señor al que aludes se pueda sentir herido en su orgullo.

De todas maneras, no te ofusques. Prácticamente cualquier cómic tiene y tendrá muuuuchos más lectores que cualquier artículo de opinión.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Reverendo, cada vez soporto menos a quien provoca y después se hace el ofendido con los insultos que recibe. Tranquilo, éste ya no me ofusca más...