lunes, febrero 16, 2009

Consenso periodístico, rutina política

Durante unos cuantos años, hemos estado leyendo casos menores de corrupción que afectaban al PSOE en las páginas del diario El Mundo. Y casos que afectaban al PP en las páginas de El País. Triste, pero cierto. Con lo que está sucediendo ahora mismo en las filas populares hemos llegado a un raro consenso: tanto El Mundo como El País parecen estar de acuerdo en que algo hay, en que algo de lo que está investigando el juez Garzón puede ser cierto. Pero como no todo puede ser perfecto, los medios escorados hacia la derecha han intentado elevar a la categoría de noticia y escándalo sin parangón en nuestra democracia que el ministro de Justicia se haya ido de cacería con Garzón. Pues vale. Plantan la semilla de una acusación de prevariación al juez que nadie se atreverá a afirmar categóricamente. Difunden las mismas sospechas de las que reniegan cuando exigen el respeto a la presunción de inocencia de sus protegidos políticos.

Volviendo a la parte política del asunto, todo este tinglado me ha hecho recordar aquella pomposa afirmación de José María Aznar, en la que sentenció con su arrogancia habitual que el PP era un partido incompatible con la corrupción. Brutal osadía la suya al poner la mano en el fuego por más de 700.000 afiliados y unos cuantos alcaldes, presidentes autonómicos y cargos políticos de todo tipo. El tiempo demuestra que las afirmaciones vacías se pueden decir todo lo alto que se quiera, pero con más bien poco fundamento. La corrupción, por desgracia, puede afectar a todos los partidos (todos, sí, todos...) y a todos los ámbitos del poder (desde la presidencia del Gobierno hasta la presidencia de la comunidad de vecinos). El error está en empecinarse en lo que la realidad termina por revelar como falso. Y en esas sigue el PP en estos momentos.

Por ejemplo, hace un par de semanas, Mariano Rajoy se declaró fan incondicional de la comisión de investigación que, en la Asamblea de Madrid, iba a investigar el asunto del espionaje cruzado entre cuerpos parapoliciales que no deberían existir. ¿Y qué ha hecho el PP para demostrar ese fervor absoluto de su líder? Vetar la comparecencia del propio presidente de los populares. Una vez más, las palabras y los hechos van por caminos diferentes. Las palabras son rotundas, pero los hechos son aún más tozudos. El PP ha rechazado 13 de las comparecencias propuestas por PSOE e IU. Es lo que tiene la mayoría absoluta, que uno hace y deshace del modo que le parece más oportuno. Casi tan democrático como reprochable. Pero ya tienen experiencia en estas lides. Ya vetaron todo lo que podían vetar en la comisión que investigó el Tamayazo, una comisión que no estudió documento alguno porque el PP no quiso y se basó sólo en testimonios contradictorios y, en algún caso, surrealistas.

Y a todo esto, se supone que en menos de dos semanas tenemos dos elecciones que el PP, probablemente, no va a ganar. Según las encuestas, en Galicia sumará más votos que ningún otro partido, pero no podrá pactar con nadie y seguirá cuatro años más en la oposición. En Euskadi, la lucha es por no sufrir un varapalo demasiado severo y tener el suficiente poder para condicionar un hipotético gobierno socialista, porque si gana el PNV la cosa seguirá como hasta ahora. Es decir, sin influencia alguna del PP en Euskadi. Los resultados de ambos comicios (a la espera de las próximas elecciones europeas) parece, y digo parece, que sólo pueden empeorar la situación del principal partido de la oposición.

"Mejor para nosotros", me decía hace unos días alguien que votó al PSOE en las últimas elecciones generales. Pero yo no lo tengo tan claro. La pasada legislatura fue la del tiro al blanco al socialista, la de la crispación, de la de la negación de la realidad. Esta legislatura está siendo la de una lucha encarnizada entre las diferentes facciones dentro del PP. Y me da miedo el partido que pueda salir de ese proceso y lo que puedan hacer a partir de entonces. Me da miedo que triunfen quienes están empeñados en considerarse perseguidos, víctimas de una gran conspiración mundial, en lugar de admitir que hay gente en su partido que se ha aprovechado de sus cargos políticos para cometer actividades ilegales. Me da miedo que, en lugar de colaborar con la investigación, los dirgientes del PP se coloquen en actitudes poco democráticas (que lo son, le pese a quien le pese...) como dudar de la Justicia, de la separación de poderes o de la prensa sólo cuando no les conviene lo que se investiga o publica.

Lo que más pena me da de todo esto es que sólo sirve para confirmar que la política está muy podrida. Por eso no me hace gracia un caso de estos, le pase al PSOE, al PP o al partido de los no fumadores. Pero el caso es que hay cierta justicia poética en que esto le esté pasando precisamente ahora a este partido, con todo lo que se ha escuchado desde la sala de prensa de la calle Génova en los últimos años... Porque, claro, hay que recordar que Garzón era un héroe cuando destapaba escándalos del PSOE...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo tuyo es como un frustrante coitus interruptus, y el caso es que no satisfaces ni a unos ni a otros.

Me explico: unos, los fanáticos, ven de primeras que haces un amaguillo de crítica a El País, ¿no?, y, dado que están un poco hartos de la parcialidad y el hooliganismo de Losantos, pues siguen leyendo, para airearse, ¿no?, y, poco a poco, ¡ay, mi vida!, la desilusión: que no, que te escoras, que te escoras, que tú gimes entusiasta, pero que aquello se va poniendo flácido, así que, en puridad, esto no sería coitus interruptus, porque les dejas llegar hasta el final, hasta tu final, digo, y lo único que comentan es: "¿Ya está? ¿Eso es todo? ¿Lo mismo de siempre? ¿Cuándo te vas a decidir a ir al terapeuta?" Que quien dice terapeuta, puede decir desprogramador.

Mas luego, querido, le niegas también el gustirrinín a los tuyos, a tus hooligans, porque leen el remedo de crítica a El País, y que llamas pequeños casos de corrupción...¿Corrupción? ¿PSOE? ¡Ni pequeña ni grande! (¿Pillas el chiste?) Porque en vuestro clus, la autocrítica no está bien vista, vamos, no se ve por ningún lado, así que, ¡pobres!, creyendo que eres un traidor, dejan de leerte y les privas del gustirrinín posterior del "tiro al blanco al socialista", y la "crispación", y todas esas memeces que llevais disparando desde hace cinco cansinos años, provocando una insufrible crispación. Siempre lo mismo, siempre lo mismo, pero, ¡oyes!, hay gente que disfruta con el sexo rutinario, y a esos, chatín, a esos, les has dejado a dos velas. En realidad no sería coitus interruptus, sino incomparecencia o huida de la contraria o del contrario (que no sé tus gustos, por si acaso, no te vayas a sentir discriminado). Da igual, tú me has entendido, ¿no?

Sírvate de consuelo que yo me río mucho contigo, chiquitín, que a falta de pan, buenas son tortas.

Anónimo dijo...

A mí es que todo esto ya me suena ha vivido. No hay nada nuevo bajo el sol y por desgracia aburre y apena mucho.

Impacientes Saludos

Anónimo dijo...

Sinceramente Juan, deberías vetar, o al menos ni siquiera contestar a las personas, que, sin ningún argumento se burlan de tus opiniones y por extensión de las del resto.
Me gusta tu blog por que ofrece opiniones, pero basadas en el respeto y en hechos o argumentos objetivos, con lo cual, cada uno decide y opina sobre ello libremente respetando tambien la opinión y a los demás.

Desgraciadamente parece que hay comentarios por aquí, que, como en muchos sitios de internet, ni respetan, ni ofrecen argumentos, ni nada positivo a este blog.

Por supuesto, esto no es más que una opinión personal.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Pitita, no escribo para satisfacer a nadie en particular, no me debo a nadie, no tengo club alguno (sólo el de fútbol, pero a ese también le critico cuando lo merece) y nadie me paga por escribir lo que escribo. Soy libre y ejerzo mi libertad. Esa libertad es lo que hace innecesario que visite a un terapeuta o un desprogramador, como dices.

Pero puestos a analizar, me parece curioso que, no compartiendo nada de lo que digo y sin ánimo de entrar en un debate serio sobre los temas que propongo (que no lo haces), sigas entrando aquí a dejar comentarios que bordean la falta de respeto. Por mi parte, no te preocupes, que no siento ofendido por nada, porque no ofende quien quiere sino quien puede (no te conozco lo suficiente, más bien nada aparte de tus fobias políticas y sociales, como para que te hayas ganado ese privilegio). Y si te ríes, me alegro por ti. No es fácil hacer reír a alguien y si lo he conseguido contigo no me lo puedo tomar más que como una satisfacción.

Pero, como habrás leído un par de comentarios más abajo del tuyo, hay gente que no entiendo tu forma de expresarte. La primera vez que me dejaste un comentario lo único que te pedí es respeto, y sigo manteniendo esa petición. Ya sabes, aquello de que tu libertad comienza donde termina la de los demás. ¿Que no estás de acuerdo conmigo? Me parece genial. Explícamelo. Pero entrar en un blog a reírse de la gente no me parece correcto.

Pablo, sobre todo apena, porque la política tiene que ser mucho más que esto. Pero tienes razón, es un deja vu constante que no tiene visos de acabar...

Anónimo, acepto encantado tu opinión. Verás que, una vez más, he contestado, pero está claro que no hay nada de positivo en una confrontación dialéctica imposible. Confío en que la cosa se reconduzca. Y si alguien se ha sentido molesto, pido disculpas, porque al fin y al cabo éste es mi blog.

Messinha dijo...

Yo tanto como vetar no se, pero desde luego, contestar si que me parece una perdida de tiempo, no aporta nada sobre lo que debatir, en fin, qué paciencia tienes majo