miércoles, febrero 18, 2009

Algo estamos haciendo mal...

Cuando escucho los pormenores de un caso como el de Marta del Castillo, la niña sevillana asesinada por su ex novio, siempre pienso lo mismo: algo estamos haciendo mal. No puede haber otra explicación a que un niñato de 20 años decida asesinar a otra persona (me da igual que sea hombre o mujer, mayor o menor que él, conocido o desconocido) y, de paso, tirar su vida a la basura. ¿Tan poco aprecio tenemos hoy en día por la vida de los demás? ¿Incluso por la de uno mismo? ¿Qué le puede pasar por la cabeza a un chaval así para decidir que la mejor forma de solucionar los problemas que pueda tener con una chica que le gusta es matarla? ¿Y cómo llega a la conclusión, una vez cometido ese error, el mayor que cometerá en su vida, de que lo mejor que puede hacer es ocultarlo y, de paso, apelar a una mal entendida amistad para arruinar la vida de otros chavales también?

Le doy vueltas a estas cosas y no termino de entenderlas. Será porque siempre me gusta pornerme en el lugar de los demás para saber cómo afrontar las situaciones que nos coloca la vida en nuestro camino, y en estas situaciones no sé cómo hacerlo. Y me viene a la cabeza una frase de una película que acabo de volver a ver, El tren de las 3.10: "hay una gran diferencia entre querer que alguien muera y matarlo". Hoy en día parece que hay demasiada gente que no ve esa diferencia. Y eso me asusta. Porque es obvio que, en nuestras propias vidas, no nos podemos llevar bien con todo el mundo. ¿Y si ese tipo al que no soportamos o no nos soporta alcanza un punto en el que tampoco sabe marcar esa diferencia? La idea, insisto, es terrorífica. Acabará detenido, seguro, como el chaval de Sevilla y sus complices o encubridores, pero el daño es irreparable.

¿Es un problema de educación? Seguro que sí tiene algo que ver (¿el asesino nace, se hace o las dos cosas?), pero ¿cuántas veces hemos escuchado a los familiares, amigos y vecinos de un asesino aquella frase de "parecía buena gente"? En casi todos los casos. Luego, ¿cómo se previene esto? ¿Puede aprender respeto por sus semejantes alguien como este asesino? Ojalá tuviera una respuesta. Ojalá se le pudiera dar una respuesta a los padres de Marta, porque son ellos los que van a tener que vivir toda su vida con el dolor, la angustia y la pérdida que acaban de sufrir. Porque, por mucho pena que cumpla este chaval, es más que posible que los padres algún día le vuelvan a ver la cara al asesino de su hija. ¿Cadena perpétua como solución? Tampoco lo tengo claro. Hace años me enseñaron que no se debía legislar en base a casos puntuales, sino a creencias e ideales. Y esa frontera la veo rota desde hace tiempo.

Como la frontera de la decencia informativa. ¿Por qué vemos continuamente a menores en televisión hablando de sucesos como éste? ¿Por qué se cree valioso desde el punto de vista informativo saquear las cuentas que pueden tener en las redes sociales de Internat una asesinada o un asesino y mostrar sus fotos a todo el mundo? ¿Qué pensaría el redactor jefe o director que decide apostar por estos contenidos si la asesinada fuera su hija, su hermana, su mujer o su madre? Y la pregunta más importante de todas: ¿por qué no se abre, de una vez por todas, un debate serio y riguroso para fijar unos límites a toda esta miseria periodística? Definitivamente, algo estamos haciendo mal. En la vertiente periodística es fácil decir qué. En la social, complicadísimo.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer en House oí una frase fenomenal del propio House. Para quien no lo viera: una adolescente necesita un trasplante de médula ósea, y los mejores donantes serían lo padres. La pobre chiquilla, que hace tiempo que no ve a sus padres, miente sobre la causa, y no quiere que les avisen, prefiere morir. Su hermano murió accidentalmente, estando a su cuidado, y se siente culpable: "Yo maté a su hijo", dice. Entonces House dice algo grandioso: "Te dirán que fue un accidente, que no te preocupes, pero es mentira, claro que te preocupas, claro que tiene importancia, claro que es grave, y eso no se puede arreglar, pero podría empeorar: podrías matar a su hija".

Eso me pasa a mí con la cadena perpetua, la muerte de Marta ya no tiene arreglo, pero podría empeorar si de aquí a unos años, los que sean, sueltan por la calle a esa alimaña, porque eso no es un ser humano, y las alimañas tienen que estar enjauladas, punto. A mí no me valen los buenismos, ni los falsos igualitarismos ni las falsas equidistancias, si tengo que elegir entre la libertad de esa mala bestia sin entrañas y evitar el riesgo de que, una niña hoy, y una adolescente o una mujer adulta dentro de unos años, pueda ser asesinada -simplemente el riesgo- lo siento, elijo lo segundo.

Una cadena, presuntamente progresista, Tele 5, que ha perfeccionado su propia inmundicia, aceptando en un concurso a uno que asesinó a sus padres (que está en la calle beneficiándose de la Ley del Menor) y haciendo como que no lo sabía, y a costa de este hijo de la gran puta, Tele 5 hace caja, desgraciadamente, porque a la gente le atrae este tipo de morbo -apunta otra cosa que estamos haciendo mal- y para mayor podredumbre, este asesino cabrón se va a hacer famoso, a lo mejor hasta escribe un libro. Es un buen negocio asesinar, a poco que te lo propongas, unos añitos en el trullo, y luego, a vivir, que son dos días.

A lo mejor también, gracias a que nuestro bienamado presi promociona a tías que son de chiste, a las tías se nos toma cada vez más a chufla. A lo mejor, con eso de que con los asesinos hay que dialogar, pues resulta que los asesinos piensan que cuanta más gente maten, mejor les irá, y más beneficios sacarán. A lo mejor, con el desprestigio de la autoridad, de la disciplina, del esfuerzo, como cosas fachas, los "chavales" se piensan que sus antojitos son prioritarios, y que no hay barreras morales que valgan -¿moral, qué es eso? Una cosa de los curas esos de mierda, ¿no? ¡Pues a tomar por el culo la moral!- A lo mejor porque en un texto de Educación para la Ciudadanía se dice que los jóvenes tienen derecho a no hacer caso a los mayores -los padres, los profesores, los policías, los jueces, los carceleros...-

En fin, podría seguir, que ahora te quejarás de exceso de argumentos, y no de ausencia.

Te extrañas de que, a pesar de no estar de acuerdo con tus argumentos, te lea...analiza la frase, y a ver qué conclusiones sacas tú solito. A mí me interesa saber lo que opina todo el mundo, para poder sacar mis propias conclusiones. Yo no oigo a alguien llamar sectario a Gabilondo, y voy y me lo creo, y digo que no le escucho, porque me daría asquito. No, yo, aunque se me revuelvan las tripas, veo y escucho, de vez en cuando, a Gabilondo, y he sacado mis propias conclusiones: Efectivamente, es un sectario propagandista fanático parcial y elegantemente agresivo e insultante, porque lo he oído yo con estas orejas que se ha de comer la tierra.

¿Losantos? A Losantos le pasa un poco como a mí, o a mí me pasa un poco lo que a él (que ahora no caigo en lo que es más cortés, táchese lo que no proceda) Utiliza la chunga para no rabiar de asco ante cosas que sí que son graves, gravísimas, pero, como él dice, la ironía es peligrosa. Así que, no, no te voy a pedir disculpas por mi chunguita, que es altamente inofensiva con la que está cayendo.

Saludos no crispados. Te guste o no, te seguiré leyendo, y comentaré la jugada como me dé la gana -tú estás en tu perfecto derecho de borrarlo- pero no te he ofendido, amigo, ¿que me he cachondeado un pelín de ti? Pues sí, pero, ¿a que en algunos párrafos no has podido evitar reirte? Pues eso que me debes, chatín.

Patricia dijo...

yo tampoco entiendo éstas cosas... y me pregunto si es que valoran tan poco su vida que no valoran la de los demás... si son tan egoistas que jamás se ponen en la piel del otro... no se, está claro que lo estamos haciendo mal, y lo pienso cada vez que miro a mi alrededor y veo sobre todo a las generaciones posteriores a la mia.
Y cuando pienso todo ésto me sale del alma una frase que le he escuchado cientos de veces a mis mayores: ¡¡a dónde vamos a parar!!
Pues no lo se... pero desde luego no me está gustando el camino.

Besos

Anónimo dijo...

Lejos de justificarle, yo creo que entiendo que ocultase el cadáver. No sé bien las circunstancias que rodearon el asesinato, pero lo más plausible es que discutiesen y al chaval se le fuese la mano. Imagina que por un error te encuentras con un cadáver en tu casa. A mí me invadiría el pánico y trataría de deshacerme de él aunque fuese tirándolo al WC. Que está mal, claro que sí, pero he visto noticias mucho más surrealistas.

En el caso del ex novio me parece que hay demasiados atenuantes.

C.C.Buxter dijo...

En su autobiográfico "Discurso de mi vida", Alonso Martínez, un militar español del siglo de oro, cuenta en las primeras páginas que de pequeño tenía un amigo con el que, un día, faltó a clase (o a lo equivalente de la época). Al enterarse el profesor, dio azotes al pequeño Alonso, ya que la familia del padre de su amigo era muy rica. El jovenzuelo Alonso (no sé si llegaba a la decena, ahora no recuerdo) se vengó del castigo apuñalando hasta la muerte a su amigo, que no tenía culpa... Cuento esto porque es común achacar a los "tiempos modernos" los crímenes atroces e incomprensibles, cuando el asesinato es lo más antiguo que conoce la humanidad.

¿Qué pasó por la cabeza del tal Miguel? Quién sabe. Una vez leí una sentencia que ejemplificaba a la perfección el absurdo al que puede llegar el hombre en determinadas circunstancias. Trataba el caso de un hombre que estaba construyendo una urbanización, aunque desviaba dinero de los clientes a su propio bolsillo. Uno de esos clientes, un jubilado, se puso a remover papeles, se dio cuenta del engaño y le dijo que le iba a denunciar. El hombre, ante esto, mató inmediatamente al jubilado. Para evitar una condena por estafa... matas a una persona y te ganas una condena por asesinato. ¿Racional? No, pero quién ha dicho que actuemos racionalmente...

Con la legislación actual, existen mecanismos suficientes para que en determinados casos la condena efectiva tenga una duración de hasta cuarenta años, lo que equivale en la práctica a cadena perpetua. Por otra parte, la cadena perpetua no siempre dura toda la vida del recluso, sino que está sometida a revisión periódica. En cualquier caso, ninguna modificación de la ley penal resultaría aplicable a este caso.

Cuando pasan cosas como estas, es normal que la gente sienta dolor e impotencia, pero cambiar una ley no va a evitar que sigan pasando (como ya han descubierto quienes pensaban lo contrario con la violencia doméstica). Uno puede imponer cadena perpetua, pena de muerte o lo que sea, pero volverá a pasar una y otra vez, porque así es el ser humano y no se va a poder evitar. Esto no significa, sin embargo que la ley sea inútil e insignifacnte; es muy valiosa, y por eso no tiene que redactarse al calor de la ira.

Anónimo dijo...

Es fantástico, o sea. ¿Que qué estamos haciendo mal? ¿Llamar a un maldito asesino, maldito asesino desgraciado, "chaval", por ejemplo?. ¿Apresurarnos a buscarle atenuantes, que nos sacamos de la manga y, por contra, atacar a una madre que habla con las entrañas, con mayor o menor fortuna?

¿Ser tremendamente asépticos, colocarnos en una magnífica posición de superioridad moral frente a esos que, llevados por la ira, piden la cadena perpetua? No son esos los que sienten impotencia, no, los que sienten impotencia son quienes se resignan, con esa elegante racionalidad, "es inevitable, estas cosas pasan y han pasado siempre". ¡claro que han pasado siempre, y seguirán pasando, pero que sólo pasen una vez en cada caso, si podemos evitarlo.

Lo que no ha pasado siempre es que seamos tan tolerantes, tan comprensivos con "los malos", porque en el mundo, queridos beatíficos, hay malos, hay gente mala, porque sí, ya está, y nunca como ahora, los malos habían gozado de tanto prestigio.

Pero, como la ira está ahí, es algo tan visceralmente humano, pues la descargamos contra los otros "malos", estos sí, curiosamente, contra quienes, según vuestro punto de vista, exigen venganza, no justicia ni prevención, porque la mala gente airada, puede que un poco del PP o sus cercanías, "sólo sabe que pedir de venganza". Porque esta gente, además, se expresa muy mal, no tiene nuestro nivel, que seguro que ni saben quién es Aristóteles.

A los malos fetén les concedemos el beneficio de la duda, les queremos conceder beneficios penitenciarios. ¿Hacemos un trato? O ningún beneficio penitenciario, ni uno solo (para asesinos, pederastas, violadores, quiero decir, que para otro tipo de delitos, yo sí creo en la reinserción) o cadena perpetua, cualquiera de los dos me vale, porque de lo que se trata es de no poner en la calle a gentuza, gentuza, beatíficos míos, gentuza que aprovecha los beneficios penitenciarios para volver a matar, para volver a violar, para volver a agredir. ¿40 años? ¿Quién cumple 40 años de pena? ¿Quién? Vale, cadena perpetua sometida a revisión, cuando el reo se caiga en pedazos, vale, un poco de piedad, pero se tiene que estar cayendo en pedazos. Una de las dos posibilidades, elegid.

¿Impotencia? Impotencia no: quien exige soluciones para un problema muy gordo, de valores, de seguridad, de supervivencia casi, no es el impotente, el impotente es el que se resigna a lo que hay, el que cree que es inevitable, fatalidades del destino, pero encima lo disfraza de racionalidad, de serenidad, se viste con un manto de civilidad, de sangre fría, eso, frente a los exaltados, esos exaltados que están más vivos que vosotros, y que, lejos de sentirse impotentes, proponen soluciones, pero ¡ya!

No sé, es sólo una aportación, porque el dueño de este chiringuito se ha preguntado qué estamos haciendo mal. Pero si se trata de sentirnos muy chachis con lo mucho que lo lamentamos, y hacemos preguntas retóricas a las que, previamente, le negamos una posible respuesta, porque son hechos inevitables, entonces me callo y os dejo con vuestros etéreos soliloquios en unos casos, y con vuestras iras contra las víctimas en otros.

Eso sí, para demostrar nuestra conciencia social, criticamos el morbo de las teles, y decimos que no lo vemos porque somos intelectualmente superiores, y, desde luego, nosotros no hablaríamos con esa imperdonable irracionalidad, la de una madre a la que le han arrebatado a la niña de sus entrañas ("un empujón brutal te ha derribado", mi niña) Para ésta no tenemos atenuantes, pero para el maldito asesino, sin conciencia de culpa, sin un gramo, para ese podemos echar mano a todos los atenuantes de nuestro catálogo, que no se diga que somos unos exaltados...o del PP o cercanías, que para estos tampoco tenemos atenuantes.

En fin, que yo alucino.

Anónimo dijo...

La explicación a estos sucesos es muy sencilla, es una mezcla de falta de educación, chulería, ignorancia y consumo de drogas. Lo cual atrofia el cerebro y hace reaccionar con violencia despiadada a estos individuos ante cualquier negativa, en este caso cargaría contra la chica sin ningún remordimiento. Desgraciadamente podemos ver este tipo de casos casi todas las semanas aunque no con personas tan jóvenes sino de todas las edades.

En este caso lo que me cuesta creer es que una chica normal estuviera saliendo con semejante ejemplar de persona. Aunque como me dijo una amiga hace poco "a las chicas nos gustan los chicos malos".

Anónimo dijo...

La explicación a estos sucesos es muy sencilla, es una mezcla de falta de educación, chulería, ignorancia y consumo de drogas. Lo cual atrofia el cerebro y hace reaccionar con violencia despiadada a estos individuos ante cualquier negativa, en este caso cargaría contra la chica sin ningún remordimiento. Desgraciadamente podemos ver este tipo de casos casi todas las semanas aunque no con personas tan jóvenes sino de todas las edades.

En este caso lo que me cuesta creer es que una chica normal estuviera saliendo con semejante ejemplar de persona. Aunque como me dijo una amiga hace poco "a las chicas nos gustan los chicos malos".

Anónimo dijo...

...O también podemos culpar a la asesinada, que, un poco se lo ha buscado, ¿no? ¡Me voy a meter un chute de Pacharán, que ya sé que no son horas!

Princesa dijo...

La verdad es que todas estas cosas sorprenden a propios y extraños... Se me ponen los pelos de punta cada vez que escucho ciertos detalles y no deja de pasar por mi cabeza la idea de ¿qué se le tiene que pasar por la mente a alguién para matar a otra persona? ¿Tan poco nos queremos para arruinar nuestra vida? ¿Y para arruinar, no tanto la de la persona que arrebatamos la vida, sino de sus familiares que son los que se van a quedar aquí sufriendo, llenos de recuerdos y dolores que marcan de por vida..?

Es alucinante que la gente haga tales cosas. Desde luego, algo falla, Juan.

Por cierto, igualmente no dejo de pensar en los padres de estos muchachos... porque inevitablemente pienso en los mios si pasara algo así en mi casa... y os aseguro que mi madre se moría!

El Impenitente dijo...

Pues a mí me altera un tanto el comportamiento de los padres. No dudo de su dolor, pero siempre he pensado que el verdadero dolor es mudo, y verlos salir públicamente, pidiendo reunirse con Zapatero y Rajoy y exigiendo no sé qué sobre la cadena perpetua no me gusta. No me gusta. Una vez plantee si únicamente el dolor es legitimador y creo que no. El hecho de sufrir más no te da más autoridad. El caso es que cuánto daño ha hecho la televisión. Cuánto daño ha hecho el minuto de gloria, al precio que sea.

Anónimo dijo...

Pienso que no nos debe preocupar tanto el hecho de que se les dicte cadena perpetua como plantearnos el fallo que existe en nuestra sociedad.
Resulta aterrador ver como se educa a la gente o como no se educa .Algunos jovenes carecen de principios y sobre todo no saben aceptar un no por respuesta ....a la minima contingencia no saben responder más que con la violencia.No tienen recursos para superar los traspiés que se encuentran a su paso ,quieren obtener resultados inmediatos y sin esfuerzo y desde luego tienen una gran falta de autoestima y carecias afectivas que no sé si serán las que les llevan a no saber afrontar situaciones de desamor etc.
Creo que eso si que es preocupante.
Una educación correcta en casa ...Los padres hoy día (en su mayoría )están demasiado ocupados trabajando y no hacen gran caso de sus hijos ,les compran de todo con tal de tenerlos callados y les recompensan aun suspendiendo las asignaturas ,no controlan sus amistades,sus horas de ocio televisión etc. Por otro lado la televisión ofrece una imagen de la vida de lujos que no todo el mundo puede tener ,da prioridad a la imagen sobre otros valores etc ,el colegío también está falto de valores y los profesores desmotivados con todo esto ¿qué esperamos que crezca en nuestro entorno?

Juan Rodríguez Millán dijo...

Pitita, una precisión porque creo que me has malinterpretado. En absoluto pretendo que no me leas, y la prueba la tienes en que contesto a tus comentarios de la mejor forma que puedo. Me encanta contrastar pareceres y visiones, y está claro que enriquece mucho más una mirada opuesta que una alabanza porque sí. Dicho eso, te agradezco que aportes cosas, como a todo el mundo que pasa por aquí.

Entiendo tu visión de la cadena perpetua, que es también la de mucha gente. Mis dudas surgen de los países que tienen ese sistema e incluso la pena de muerte pero no han solucionado los problemas (incluso se podría decir que los ha agravado en algún caso). Ese pensamiento, el de que acaba siendo rentable asesinar, ya me había pasado a mí también por la cabeza. Y también coincidimos en la falta absoluta de valores. Pero no en la interpretación política puntual que le das. Creo que esa es la fácil, culpar al político de turno (o a sus ministras o su Educación para la Ciudadanía), y me da que tendríamos que rebuscar más.

Lo de las televisiones no lo critico por ser moralmente superior a nadie, en absoluto. Lo critico porque me parece asqueroso. Como periodista sin cargo, es parte de lo que puedo hacer.

Sonrisa, no, a mí tampoco me gusta el camino, porque tienes razón en eso: es un camino. Desde hace tiempo le doy vueltas a las cosas que ha cambiado desde que yo pasé por el instituto, en forma de valores, de comportamientos y de actitudes ante la vida... y tampoco me gusta el cambio.

S. Dedalus, yo entendería el momento de ofuscación, pero ¿toda esa planificación, el llamar a tus colegas, conseguir la silla, llevarla en la moto, tirarla al río...? Todo eso dice demasiado...

C.C.Buxter, magníficas las dos historias, sí señor, y muy ilustrativas. La verdad es que todo acaba siendo muy irracional en estos casos, pero mantengo mi pretensión de racionalizarlo como forma de intentar entenderlo. Algo tiene que haber en la cabeza de la gente que mueva a hacer cosas así.

Como dices, esto ha pasado siempre, pero el poderoso ojo mediático nos inclina a pensar lo contrario. Antes, claro, no había televisiones que pudieran hacer negocio con los asesinatos. Estoy contigo en que la ira no es buen compañero de viaje a la hora de redactar la Ley, pero también es verdad que en los últimos tiempos vivimos muchos cambios al calor de estos sucesos. Desgraciadamente.

Anónimo 1, ojalá fuera sencillo, porque si lo fuera se podría prevenir de alguna forma. Pero creo que algunas de las causas son las que apuntas, sin duda...

Princesa, sí, es un punto de vista que se ha tratado poco en este asunto (a pesar de las horas y horas de televisión que ha llenado...): los padres del asesino. Y, curiosamente, en casa tuve esa conversación con la misma conclusión: mi madre se moriría si en algún momento yo me revelara como un monstruo. No es cuestión de comparar, pero esa también es una pena enorme con la que vivir...

Impenitente, estoy de acuerdo en el fondo. Yo también creo que el dolor no es legitimador. Pero ese mismo dolor me hace ver con ojos de comprensión todo lo que digan los padres de una cría asesinada. Es dificilísimo lograr un equilibrio entre ambas posturas, eso sí.

Anónimo 2, estoy totalmente de acuerdo. Hay un grave problema de educación. Pero es tan difícil de resolver... Supongo que lo mejor que podemos hacer todos es poner nuestro granito de arena. Porque seguro que podemos ahcer más de lo que creemos.