Sin que se haya enfriado todavía la hipocresía vivida durante los Juegos Olímpicos (y, además, como ya nadie habla de esto, me imagino que el Tibet será libre y China respetará ahora los derechos humanos...), los medios de comunicación me siguen dando motivos para denunciar la hipocresía que nos rodea. Nada parece estar a salvo de este mal tan extendido en el siglo XXI. Ahí van dos ejemplos que me parecen dignos de mención.
El fotograma que podéis ver arriba es uno de los poquitos que se podrán ver del primer episodio de la nueva temporada de Hospital Central. ¿Por qué? Porque no se va a emitir, esta noche sólo se podrá ver un pequeño resumen (al que me imagino que pertenece la imagen) para poder seguir la trama antes de la emisión del segundo capítulo. ¿Y eso? Pues resulta que dicho episodio, grabado en junio, tenía como una de sus tramas principales un accidente de avión, dicen, muy parecido al de Barajas. "Hemos querido evitar que todos los que se vieron implicados en el accidente tuvieran que revivirlo", dice Alberto Carullo, director de Antena de Tele 5, quien añadió que el equipo de la serie consideró "implanteable" la emisión de este capítulo tras el accidente que se cobró la vida de más de 150 personas en Madrid.
O sea que no podemos ver una historia de ficción porque se parece al accidente de Barajas pero sí podemos mercadear con los SMS que las víctimas (las de verdad, las personas de carne y hueso) mandaron a sus familiares antes de morir. No podemos ver una simulación de un accidente (ni siquiera el de Barajas, sino uno de ficción), pero sí imágenes de los cadáveres reales carbonizados en el aeropuerto de Madrid. No podemos ver en pantalla el sufrimiento de un personaje, pero sí regodearnos con el de una mujer que de verdad ha perdido a su marido, unos padres que han perdido a hijos y nietos o un hombre que ha perdido a su familia. Después de todo lo que hemos visto y oído sobre el accidente de Barajas, que ahora nos hablen de la protección a los afectados me parece una broma de mal gusto, una tomadura de pelo, una muestra más de la inmensa irresponsabilidad de los medios de comunicación de este país. Y, sobre todo, una hipocresía.
De todos modos, y aunque suene políticamente incorrecto, yo soy partidario de la emisión del capítulo y de no dejar que una tragedia sea un impedimento para la libertad de expresión artística. ¿No enseña esa misma serie otro tipo de tragedias? ¿Accidentes de coche, explosiones domésticas, navajazos producto de peleas o cosas similares? ¿Por qué a las víctimas de sucesos más cotidianos no se les quiere demostrar el mismo respeto que ahora dicen sentir por las del accidente de Barajas? Por pura hipocresía. Una serie de ficción es eso, ficción. No hay que darle más vueltas.
Por supuesto que respeto a quienes no deseen verlo y estoy convencido de que si yo hubiera vivido en primera persona una tragedia como la de Barajas no querría ponerme delante del televisor. ¿Pero por qué esconderlo en una lata? ¿Por qué esquivar temas o imágenes en la ficción audiovisual? El11-S, una tragedia que afectó a muchas más personas que el accidente de Barajas, nos dejó United 93 (una grandísima película, un relato estremecedor sobre el vuelo que, se supone, los pasajeros consiguieron estrellar en una zona deshabitada sin que llegara al objetivo de los terroristas). Con la misma moral con la que se oculta este capítulo, no habríamos visto esa magnífica obra. O se habría mutilado el climax de V de Vendetta, que presenta un vagón de metro cargado de explosivos (la película se estaba rodando cuando se produjeron los atentados de Londres). O cientos de casos similares.
La segunda hipocresía destacada de estos últimos días ha venido del mundo del deporte y de su magnificación a cargo de los medios de comunicación. El tenista David Ferrer cayó eliminado el otro día del US Open ante un jugador japonés que no tengo el gusto de conocer. Con el cabreo que llevaba encima el español por lo mal que le estaban saliendo las cosas en el partido, dio una respuesta poco correcta a la juez de silla que lo arbitraba. Dicha juez (sí, una mujer, por si había dudas), le dio un aviso por elevar su voz durante un descanso (dos avisos le cuestan un punto). "¿Por qué warning? Es normal, tú eres una chica. Las chicas no pueden hacer nada". La juez no le dio importancia alguna al hecho y soltó una sonrisa que sirvió para que el incidente no pasara a mayores en la pista.
Tras el partido, Ferrer pidió disculpas en un comunicado. "Lo que dije fue una tontería, producto de los nervios y sin pensar lo que estaba diciendo. Por supuesto jamás he subestimado a la mujer respecto al hombre, y quiero pedir perdón a todas las personas que se hayan podido ofender. (...) Estaba enfadado conmigo mismo y lo pagó el árbitro. Espero que aceptéis todos mis disculpas", concluye el tenista, confiando en que "no se le dé la mayor trascendencia" a este asunto. Pero como la cámara le cazó y los medios huelen la carnaza, pues resulta que el hecho sí ha tenido trascendencia. Mala suerte, David, porque la hipocresía ataca de nuevo, además en un campo en el que dicho argumento suele ser demasiado recurrente, y te ha escogido como víctima. Menos mal, eso sí, que no ha actuado el Ministerio de Igualdad (que yo sepa...).
A ver quién puede decir que no ha soltado alguna inconveniencia (machista, racista o de cualquier otro tipo) en un momento de ofuscación, por un revés deportivo, personal, laboral o en otro momento de la vida. ¿Nadie? Pues eso. Pero resulta que a este tenista no se le aceptan las disculpas, no sé muy bien por qué. He llegado a leer textos en los que se establece una conexión entre la reacción de David Ferrer y la muerte de decenas de mujeres en España a manos de sus parejas o ex parejas. Es como si un tipejo fuera a matar a su mujer gritándole algo así como que "si hasta David Ferrer dice que no podéis hacer nada bien, ¿cómo no te voy a matar?". No tengo ni la más remota idea de si este tenista es un hombre machista o no, no puedo defenderle en este sentido porque no le conozco. Pero ese comentario no se puede magnificar hasta los obscenos extremos que ha alcanzado.
Reconozco que a mí esto de la "igualdad" y el "machismo" ya me está empezando a fastidiar lo suyo. No me considero superior a la mujer (sí a algunas mujeres; ¿seré por ello un machista peligroso o será que por ser políticamente correcto y esquivar las críticas tengo que decir que TODAS las mujeres son más listas que yo...?), jamás en mi vida me he metido con una mujer por el simple hecho de serlo, pero sigo convencido de que muchas (y muchos que, en realidad, me temo que sólo quieren quedar bien) equivocan el enemigo. El linchamiento público a David Ferrer, siento decirlo, no va a permitir que un energümeno mate a su ex pareja. O que los sueldos de un hombre y una mujer a igual trabajo sea idénticos. O a que las empresas decidan incorporar a mujeres válidas en sus puestos de dirección. Tenemos el enemigo equivocado. Y así no se pueden solucionar los problemas.
4 comentarios:
Lo suscribo todo. Sobre las cosas del machismo y el feminismo es de ver la escasa repercusión que han tenido las palabras de Violeta Santander, novia del agresor de Jesús Neira. Cuando el esquema mental tiembla los medios parece que se asustan, como si quisieran evitar las dudas de sus lectores.
Siempre pienso que el día en que dejemos de indignarnos por la doble moral estaremos muertos.
Suscribo, por supuesto. Si tuviésemos micrófonos abiertos mientras vamos conduciendo estaríamos todos en la cárcel por las barbaridades que decimos. Y los que se escandalizan por todo estarían la mar de felices. Ay, cómo nos gusta cogérnosla con papel de fumar.
Respecto de lo primero, he de decir que no me parece mal que se retire la emisión (pese a la hipocresía). Confesaré que pensé mal de Telecinco cuando, unos días después de hallarse el cadáver de Mari Luz, emitió un capítulo de CSI en el que el culpable de turno era un pederasta, así como cuando al día siguiente del accidente de Barajas programaban en FDF una película en la que había un accidente de avión... No emitiendo este capítulo pierden bastante dinero, así que después de todo es un buen gesto. Espero, eso sí, que cuando saquen el DVD no pongan bien grande: "¡Incluye el capítulo CENSURADO sobre el accidente de Barajas!"
Lo de David Ferrer suena a cachondeo. Ayer lo presentaban así en TV 3: "Dos muestras del machismo imperante en el mundo del tenis", y daban paso a esta "noticia" y al casting de recogepelotas de Madrid. Lo más gracioso, como dices, es la actitud de la juez de silla: le amonesta cuando protesta en castellano (supongo que no le entendería) pero se ríe al escuchar su comentario en inglés. Esto de decirle a una mujer cuándo se tiene que sentir ofendida o no sí que es machista (aunque normalmente lo hagan las feministas).
En el mundo de lo políticamente correcto, lo que está mal no es decir o hacer algo, sino que te pillen. Todo el mundo dice barbaridades, o se ríe de chistes de humor muuuuuuy negro, y no pasa nada. Pero en cuanto hay posibilidad de presumir de alta moralidad...
PD: Te lo comento porque sé que sois amigos. Por ahí dicen que Aznar ha dejado preñada a una ministra francesa. Vaya vaya... primero Cayetana Guillén Cuervo, y ahora la francesa... ¿qué les dará? ;P
Petrarca, tienes toda la razón. Lo que no es de la cuerda, asusta. Y así es imposible hacer un buen análisis de la realidad.
Impenitente, pues nada, como seguimos vivos, habrá que seguir indignándose por cosas como éstas...
C.C.Buxter, yo criticaría la programación oportunista. Hay un asesinato, ponemos un episodio de asesinato. Pero no comparto la alteración de la emisión de una serie que tienes sus fechas previstas antes incluso de empezar a rodarse... Ya estoy temiendo esas pegatinas en el DVD... Lo de Aznar, otra muestra de 'gran' periodismo, sin duda...
Bebita, de tu comentario me alegro aún más precisamente porque viene de una mujer que entiende la realidad y no se deja llevar por el correctismo imperante. Gracias a ti por leerlas y comentarlas, niña...
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