domingo, marzo 27, 2011

La visión del aeropuerto de Castellón

En la temporada 2004-2005, el Villarreal Club de Fútbol comenzó a lucir en sus camisetas una nueva publicidad, que sustituía, qué cosas, a la de Terra Mítica ("un ejemplo de libro de cómo se utilizaron las cajas de ahorro en la Comunidad Valenciana, fundamentalmente durante la época de Eduardo Zaplana al frente de la Generalitat, para que financiara determinados proyectos ideados desde el Gobierno autonómico", según publicó Cinco Días el 30 de junio de 2010). La nueva decía "Aeroport Castelló". Ingenuo que era uno hace siete años (a ojos de muchos lo sigo siendo, y probablemente no les falte razón), uno se preguntó si había aeropuerto en Castellón, pues no le sonaba que lo hubiera. No lo había, no. Estaba en construcción. Hace tres días, siete años después de que comenzara a publicitarse en las camisetas de un equipo de fútbol, el aeropuerto tuvo su fiesta de inauguración, que no su inauguración. Parece lo mismo, pero no lo es. A una fiesta de una inauguración, uno va de fiesta. A una inauguración, uno va a inaugurar. Fiesta hubo, inauguración no.

Dejando de lado la interesantísima y colateral cuestión a debatir sobre el nulo efecto de hacer publicidad de algo de lo que no se puede sacar beneficio y de quién y por qué la está pagando, que podría dar para líneas y líneas, me voy a quedar en ese matiz que decía antes de la inauguración. Y es que resulta que el Aeroport de Castelló, que ha costado nada menos que 150 millones de euros, no es todavía un aeropuerto como cualquier persona normal podría entenderlo. De nuevo dentro de mi ingenuidad, yo tenía claro que un aeropuerto era un lugar en el que despegaban y aterrizaban aviones que llevaran en su interior personas o cargo, un centro de comunicación que facilitara la vida a la gente y permitiera el comercio entre puntos lejanos. Esos son los aeropuertos que yo he utilizado en mi vida y los que salen en las películas también. Pero no. Resulta que ahora un aeropuerto no necesita esos pequeños detalles para ser un aeropuerto. En el de Castellón no hay aviones ni, por tanto, pasajeros. ¿Sabéis por qué? Porque no tiene permiso de navegación. Pero se inaugura, porque no hace falta ya que algo entre en funcionamiento para que sea inaugurado. Detallito sin importancia, claro.

¿Por qué se inaugura entonces? Sencillo. En la placa que ya presidirá este aeropuerto para siempre (siempre me ha encantado el contradictorio dilema de saber cuánto dura un "para siempre" y confío en que algún día alguien le ponga fecha de caducidad a este "para siempre" concreto) aparece el nombre de Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, un tipo que abandona la política con las próximas elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo de este mismo año. Qué cosas. Se acerca un llamamiento a las urnas y se dispara la inauguritis política a un ritmo desenfrenado que estos días alcanza su cúspide en tierras valencianas y madrileñas, dos de las tres piezas de aquel eje del bienestar en el que se autoproclamaron reyes los dirigentes del PP (cuya tercera pieza era Baleares). Y bienestar hay, ya lo creo que sí. Pero en este aeropuerto no para los pasajeros. Veréis, si este Aeropuerto de Castellón por el que no pasan aviones registra pérdidas en los próximos ocho años, las pagará el Gobierno valenciano. O, lo que es lo mismo, las pagarán los valencianos y los españoles. Los de a pie. Los que tienen nómina. Los que pagan impuestos. ¿Por qué? Eso ya sí que no lo puedo explicar.

El caso es que a la fiesta de inauguración acudieron unas 1.500 personas, llevadas hasta el lugar de la fiesta en decenas de autocares (¿quién los pagó?). 1.500 personas que, según presumo por las imágenes y declaraciones que se vieron en televisión, serán enfervorizados seguidores y votantes de los maestros de ceremonias, el propio Fabra y el presidente valenciano, Francisco Camps. Ellos mejor que nadie describieron la situación. Fabra aseguró que la inauguración de las instalaciones en estos términos se hacía para que "cualquiera ciudadano que lo desee pueda visitarlas y pasear por ellas, cosa que no podría hacer si fueran a despegar aviones". De perogrullo. "Eres un visionario", le dijo Camps a Fabra. Cuánta razón. ¿Quién, si no un visionario, podría construir un aeropuerto de 150 millones de euros, sin permisos de navegación, sin aviones y con pérdidas sumadas a las cuentas públicas durante casi una década? "Dicen que la semana que viene hay un avión", decía una de las mujeres que asistió a la fiesta. Si lo dicen, será verdad. Y si no, la culpa será sin duda de Zapatero.

9 comentarios:

Camilo dijo...

A mí lo de la inauguración sin aviones no me inoportuna demasiado en tanto que (en teoría) se trata de una inversión de futuro. Lo que me molesta es 1. Si en ese futuro la inversión será rentable (que lo dudo mucho) y 2. Las explicaciones del mismo Fabra sobre el tema. Abro comillas: “Hay quienes dicen que estamos locos por inaugurar un aeropuerto sin aviones, no han entendido nada. Durante mes y medio cualquier ciudadano que lo desee podrá visitar esta terminal o caminar por las pistas de aterrizaje, algo que no podrían hacer si fueran a despegar o a aterrizar aviones.” Qué suerte, faltaría decir. Y para suerte la suya, tan afortunado como es jugando a la lotería. Propongo cambiar el nombre de las tres provincias valencianas por los de Fabralandia, Gürtelandia y Brugalandia.

Lola dijo...

Poca verguenza le llamo yo a esto. Y cuando esté en funcionamiento, casi no habrá tráfico de aviones. Empiezo a quedarme igual que estaba al leer estas noticias, me estoy acostumbrando a los chorizos. Un abrazo Lola

Trilce dijo...

Después de las comillas que ha puesto Petrarca ya no quiero ni opinar. Yo no entiendo qué hace esta gente todavía en el poder, no lo puedo entender.

Arual dijo...

Un impresentable es este Fabra! Ya va tarde dejando la política.

Anónimo dijo...

Genial la entrada Juan.
Yo iba en el coche oyendo por la radio a Fabra que decía lo que apostilla Petrarca y no podía salir de mi asombro. No pueden creer que seamos tan imbéciles pensaba, inocente de mí, y vaya si era verdad lo que estaba oyendo.
Lo más lamentable no es que nos tomen continuamente el pelo (además de vaciarnos el bolsillo), sino que encima aún van a sacar mayoría absoluta en las próximas elecciones, porque por lo visto a una buena parte de los valencianos les parece bien lo que hacen, yo añadiría que piensan que ellos harían lo mismo de estar en su lugar.
En cuanto al retiro de Fabra de la política no os preocupéis, que ya lo deja todo atado y bien atado; con su hija y su yerno perfectamente instalados.

Edurne

El Impenitente dijo...

El aeropuerto de Castellón, también conocido como el "aerotuerto".

Se habló hace tiempo en Valencia de hacer un aeropuerto en Sagunto (terreno había de sobra) que sirviese para Valencia y Castellón. Manises se había quedado pequeño y los aviones que vienen a Valencia, aunque lo hacen por el mar y entran por el nuevo cauce, cualquier día tendrán un accidente y el desastre será mayúsculo, así que, por seguridad, también era buena solución. No se hizo. Se amplió (y se sigue ampliando) Manises y se ha hecho Castellón ¿Por qué? No lo sé.

Los aeropuertos y las cajas de ahorro. Los políticos, las cajas de ahorro y su total impunidad. Mario Conde estuve en la cárcel. Tres cuartos de hora, pero estuvo. Los políticos dejan agujeros acojonantes ( a pagar entre todos) en las cajas y salen impunes.

José Vte. dijo...

Aquí en la Comunidad Valenciana ya empezamos a estar un poco hartos de éstos dirigentes, que muestran ésta desverguenza y desfachatez. La chulería que, dia a dia, exhiben es tal, que situaciones y discursos como éste de Fabra, ya es lo habitual, diario, podeis creerme, y lo peor de todo es que se lo creen, están convencidos de que es lo correcto. Hacer un aeropuerto de 150 millones de euros que no tiene licencia ni aviones, y que aun tardará mucho tiempo en tenerlos, que las pérdidas, que van a ser muchas y durante muchos años, las va a asumir la Generalitat Valenciana, es decir todos los valencianos, cuando es una empresa privada.
En fin, solo es una más de las muchas que llevamos.

Pero la gente, los votantes valencianos, siguen sin verlo, les están estafando en sus propias narices y siguen convencidos que toda la culpa la tiene ZP porque nos tiene manía y nos margina.

Alguuno de ellos se ha parado a pensar en cuanto dinero se ha ido en despilfarros y cosas absurdas como ésto del aeropuerto, la visita del papa, los sobrecostes de la Ciudad de las Ciencias, la ciudad del cine, Tierra Mítica, etc. etc. etc.

Sencillamente inconcebible e indignante.

Saludos

Anónimo dijo...

Al loro con esto:
http://www.levante-emv.com/comarcas/2011/03/31/fiesta-rave-aeropuerto/794913.html

Llamar a esto esperpento ya se queda un poco corto,

Edurne

Juan Rodríguez Millán dijo...

Petrarca, ya ponía yo parte del entrecomillado pero completo es terrible, sencillamente terrible. Obviamente, lo importarte es lo que diga el futuro, si la inversión es rentable o si era un caprichito caro sufragado con dinero público. Lo de renombrar las provincias casi habría que estudiarlo viendo los resultados electorales, sí...

Lola, eso es lo malo, que al final son tantos y tan descarados que nos acostumbramos a los chorizos. Por eso hay que seguir insistiendo en estos temas.

Trilce, no es que sigan todavía, es que van a seguir después de las elecciones. Eso es lo que me parece grave, por lo que suponen que les dejen, por lo que supone que hay en el otro lado y porque evidencia que la democracia no termina de funcionar.

Arual, ya te lo dice Edurne. Se va, sí, pero cómo se va y cómo deja a tanta gente colocada...

Edurne, muchas gracias. Estoy de acuerdo contigo, es esa asombrosa sensación de que nos toman el pelo la que me inquieta. Al menos sigue habiendo gente como tú, que se asombra de que estas cosas sucedan, eso es un rayo de esperanza. Lo de fiesta ya es increíble...

Impenitente, desconocía lo de la ampliación de Manises y que se tenga una sensación de inseguridad, eso es aún más grave. La impunidad política es otro de esos asuntos que me genera un asombro descomunal. A ver si al final tú también vas a ser tan ingenuo como yo en el fondo...

Jose Vte., eso ya es un mantra establecido, "la culpa es de Zapatero", y lo demás... ¿para qué analizarlo? Se escapan muchas cosas y personas indignantes gracias a tener un único enemigo. ¿Qué harán el día que no esté Zapatero? Eso tengo ganas de verlo, no creas...