martes, mayo 19, 2009

La muerte, la respuesta y el canon

Al enterarme de la muerte de Mario Benedetti, lo primero que pensé es que tenía que escribir algo aquí. Pero me di cuenta de que, en realidad, no sé mucho sobre él o sobre su obra, no tenía mucho que aportar a lo que ha dicho gente que sí la conoce. Pensé entonces en hablar sobre cómo afrontamos la muerte de alguien que ha entretenido y hecho feliz a tanta gente durante tantos años. Y así fui entrando en blogs, en vuestros blogs. Vi que todos los que habéis hablado del tema, sin excepción, habéis transcrito una poesía del escritor. Una distinta en cada caso. A veces con algún texto vuestro, a veces con un agradecimiento tan sencillo en apariencia como sentido en el corazón. Y entonces me di cuenta de que, en realidad, he leído más a Benedetti en los dos últimos días que en toda mi vida. Una falta imperdonable, lo sé, pero una falta que tiene una solución sencilla. Así, me fui a la biblioteca a coger un libro de Mario Benedetti. El que fuera, el que me llamara la atención. No debí ser el único en pensarlo, ya que de los 38 volúmenes que hay en mi biblioteca, sólo tenían dos disponibles. Un artículario y un libro de relatos cortos, Con y sin nostalgia. Ese título llama. Y me lo llevo.

Por alguna extraña asociación de ideas, me viene a la cabeza el famoso canon que pagamos por todo lo que se acerque a la cultura. Pienso, no sin cierta malicia, si algún avispado defensor de los derechos intelectuales habrá pensado en cobrar a los blogeros cada vez que quieran rendir un sincero homenaje a un poeta como Benedetti. Y después me dio por pensar si estoy pagando por el volumen viejo, usado y manoseado (¡bendito volumen que por tantas manos ha pasado!) que tengo debajo del brazo. Investigo un poco en Internet y descubro que sí, que las bibliotecas pagan un canon por cada libro que prestan. Después de leer esto, me reafirmo en que el canon es el auténtico cáncer de la cultura, en absoluto una medida para preservar la supervivencia de quienes nos iluminan el rostro, la mente y los sueños, sino una forma ruín de ganar dinero por todas partes. Nos mienten. Y por eso me sumo a este manifiesto. Lo que hay que promover es que la gente tenga motivos para sonreír, para aprender, para descubrir el mundo que le rodea. Que la gente lea. Y en España tenemos un serio problema en este sentido.

Ayer me decía alguien que la triste noticia de la muerte del poeta convertía el día en una ocasión perfecta para reivindicar la alegría. Eso es Mario Benedetti. Eso es la ilusión por la lectura. Eso es la vida. Y eso es algo por lo que merece la pena luchar, sonreír y compartir.

6 comentarios:

Camilo dijo...

El problema es que nadie se toma la cultura en serio y, lo que es peor, que nadie cree que la cultura sea algo serio. (Por nadie me refiero a los que pueden hacer algo.)

Hoy en día no se subvencionan obras sino símbolos: se subvenciona al Cine Español, se subvenciona al Arte Moderno y se subvencionan Memorias, Libertades y Estupideces Varias que vienen a ser los monumentos que hoy, como ayer, se erigen a sí mismos los que mandan.

Acabo de leer que Gamoneda (premio Cervantes del año pasado) ha hecho unas declaraciones en las que da a entender que no le gustaba Benedetti porque se le entendía: "Utilizaba un lenguaje normalizado, el lenguaje de la comunicación coloquial que, aunque lo respeto, no lo comparto. En eso era un poeta menor." El barroco es otro síntoma de la vida palaciega.

Anónimo dijo...

Vaya, qué gran artículo has traído esta vez. Que la cultura debería ser gratis lo sabemos todos (bueno, gratis en la medida en la que el artista tampoco pase hambre), pero pagar por escuchar una canción o leer un libro de una biblioteca me parece un crimen. Hay quien dice que todo lo contrario es delito.

Y lo de Gamoneda es hablar por hablar. Ambos eran grandes poetas, aunque hablasen para públicos distintos (no tanos). Por lo menos él respeta el lenguaje de Benedetti, aunque dice que no lo comparte. Góngora también era ininteligible y ahí está, leído por algunos, imitado por muchos poetas. Y no era coloquial. Ahora parece que se haya puesto de moda serlo y que poesía sólo pueda ser eso, cuando no, son dos lenguajes poéticos diferentes, dos intenciones diferentes, y ambas poéticas. Ambas maravillosas. Aunque ahora a algunos les haya dado por decir que sólo es válida una (la de Benedetti). Pero eso son los mismos que se masturbaban frenéticos con los poemas de Gamoneda (que, dicho sea de paso, no me parece tan difícil de leer) cuando se lo dieron.

S. Dedalus dijo...

La parrafada es mía.

Anónimo dijo...

Juan, aunque no comente, te leo.

Hace poquito pasaron por mi trabajo para cobrarnos por poner la radio. Esto ya es todo una locura.

Besos mil!!

Anónimo dijo...

No es cultura, lo que es negocio. Y si no saben adaptarse a los tiempos.... que se jodan.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Petrarca, tienes toda la razón al señalar el problema. Así nos va. Qué interesante sería saber los motivos de Gamoneda para decir eso justo en ese momento...

Bebita, hay que seguir gritando. No sé si por la revolución, pero desde luego para evitar muchas cosas. Y comparto tu posdata al cien por cien: la cultura es del pueblo. Ahí mandamos nosotros, por muchas subvenciones que nos pongan en el camino.

S. Dedalus, muchas gracias. No sé si la cultura tiene que ser gratis, pero desde luego tiene que ser accesible. Si no, no es cultura. Defiendo además la completa subjetividad del arte. Arte es lo que uno cree que es arte. Y lo que hay que hacer es disfrutar eso, no atacar lo que otros pueden considerar arte y uno no.

Leyre, me has dejado de piedra. No porque no crea que sean capaces de ir tan lejos, pero... ¿de verdad son capaces de ir tan lejos...? Gritemos todos juntos para oponernos.

Anónimo, esa respuesta es la que están provocando por la intransigencia. Con la de posibilidades que tienen para hacer llegar la cultura a la gente y lo retrógrados que son algunos pensamientos...