lunes, marzo 23, 2009

Presentadoras

En Íntimo y personal (simpática películita sobre la televisión que une a dos de los galanes ochenteros de Hollywood, Robert Redford y Michelle Pfeiffer, que narra la ascensión de una aprendiz de periodista desde secretaria-becaria hasta presentadora de informativos, pasando por mujer del tiempo), hay un par de escenas curiosas. En la primera, están reunidos la presentadora de informativos de cuarentaytantos (interpretada por Stockard Channing), la jovencita que le quita el puesto (Michelle Pfeiffer) y el director de la cadena. La primera pone una cinta (que, por si alguien no se acuerda, es lo que se usaba allá por 1996...), con la grabación de un rap emitido por una emisora de radio. La letra afirma que el canal en cuestión tiene "a la chica que me pone cohete", y es obviamente, la jovencita, que, añade el rapero "me pone ciego". “Me está robando el programa”, dice la presentadora de más edad en alusión a la más joven. “Convierte mi emisión y por extensión a mí, en objeto de vulgares insinuaciones”, añade, ahora sobre el rapero.

Con el relevo ya consumado en los informativos, se produce la segunda escena que me ha llamado la atención para escribir sobre ella. La mujer de más edad (por algún extraño motivo, me niego en rotundo a llamar vieja a una mujer de cuarentaytantos) le está explicando a su sustituta los motivos por los que acepta un puesto en una cadena de menor relevancia. "Cuando llegas a los 42, sabes a lo que te expones si saltas desde el último trampolín", le dice. La pregunta es obvia y la más joven de las dos se la hace: ¿a qué te expones en ese caso? "A los 42 no lo preguntarás. No es culpa tuya, ya lo sabes. No es culpa de nadie. Esto funciona así", sentencia. (Inciso: Paradojas de la vida, las dos actrices cayeron en el mal del que hablan y se quitaron años para sus personajes. Michelle Pfeiffer tenía 38 y en la película quería representar alguno menos y Stockard Channing tenía 52, y nos los 44 que después confesaba tener su personaje).

Viene todo esto a cuento de algo que me llama la atención desde hace tiempo. Uno mira los informativos de televisión en España y esas reglas no escritas sobre la edad y el aspecto físico parecen cumplirse a la perfección en la amplia mayoría de los casos. Hay una clara apuesta por las mujeres, ya sea para presentar los informativos, los deportes o el tiempo. Además, el fenómeno del rapero de la película ha encontrado acomodo (como casi todo en esta vida) en Internet. Proliferan los blogs y foros que se dedican día tras día a colgar capturas de pantalla de las más variadas presentadoras de informativos (y, por tanto, se supone que periodistas). Si uno entra en Youtube encontrará vídeos de estas mujeres con reclamos como "tetas perfectas y sin sujetador", "pOOtente con esas tetazas" (nótese el fino uso de la mayúscula; si es que en el fondo hay unos poetas por ahí sueltos...), "bestial", "diosa del tiempo", "ajustada", "marcando melonar", "muestra sus muslitos"...

¿Estoy en contra de que aparezcan mujeres hermosas en los informativos? Desde luego que no. ¿Impide la belleza física a una mujer ejercer como periodista seria? No, eso sería como decir que los calvos tampoco pueden presentar, o los altos, o los de ojos grises, o... Sólo plantearse esa pregunta en serio sería un severo síntoma de machismo. ¿Acaso es mejor que una mujer guapa no sea periodista? Ni mucho menos, cómo si tuviera eso algo que ver... Además, conozco (por la pantalla y a algunas personalmente) a auténticas bellezas que son grandes periodistas, televisivas o no. ¿Importa la más mínimo que sea una mujer y que sea preciosa para valorar su trabajo? Desde luego que no, y he aquí el punto más importante de este debate (¿debate?). ¿Y entonces dónde demonios está el problema? A eso voy.

El problema lo veo en el mensaje. Toda esta gente que se vuelca en colgar fotos y vídeos de presentadoras y periodistas no escucha las noticias. Se pone la televisión para ver a una tía buena. Punto. ¿Qué está diciendo esa tía buena? La respuesta seguramente sería a quién le importa, si está buena (argumento que también he escuchado, por cierto, en conversaciones sobre cine). En España se leen pocos periódicos y si las noticias en televisión las da una mujer hay gente que no presta atención a lo que dice. Es decir, que no importa la noticia, no importa el trabajo periodístico. Importa sólo la imagen. Y llegamos al punto esencial de esta materia: ¿alguien puede plantearse siquiera que esa situación se dé con los hombres...? ¿Alguien se pregunta por la edad de un presentador de un informativos...? ¿De verdad alguien cree que el relevo de un hombre en un informativo será cuestión de imagen y/o atractivo...? ¿Alguna vez se ha hablado de un hombre florero en un espacio informativo...?

Pues eso, que ahí tenemos un problema de machismo. Por parte del ejecutivo televisivo y también por parte del espectador. Yo no le doy la más mínima importancia, me interesa que un periodista sea bueno, y me da igual que sea hombre o mujer, guapo/a o feo/a. Pero los dos diálogos de la película en cuestión y un pequeño paseo por Internet me han recordado que a veces la realidad no tiene nada que ver con lo que yo pienso...

8 comentarios:

*V* dijo...

Por desgracia, el estereotipo de "tia buena" no se aplica sólo al periodismo. Durante mi maravillosisima experiencia en el mundo de los RRHH me enseñaron que a una mujer se le pide que sea joven, con formación y, por supuesto, impresionante (es decir, no vale la buena presencia, quieren lo siguiente...) y, en tiempos de crisis, más.
A mi me resulta repugnante basar un proceso de selección de personal centrándote en si la chica en cuestión tiene o no raices en el pelo... pero el problema es que por mucho que tu seleccionases a una persona ateniendote únicamente a su CV, el "cliente final" la iba a rechazar porque quizás lo único que le fallaba era que no era un pivon.

El otro día yo también pensaba que ultimamente proliferan las presentadoras de informativos "monas" y llegué a la misma conclusión que tu, a que sin duda es culpa del machismo que procede de ejecutivos y, por supuesto, de consumidores.

Una penita.

El Impenitente dijo...

Hubo un tiempo en España en que los telediarios los presentaban los telebombones (v.gr.: Pedro Macia).

Poner tías buenas es un reclamo. Lo mismo con las camareras. ¿Mujeres objeto o profesionales? Bueno. De todo un poco.

Hablando de machismo, tu amiga Trinidad Jiménez ha dicho que las críticas a Chacón por lo de Kosovo tienen un tufo machista. No se puede criticar a una mujer si hace algo mal. Las mujeres tiene patente de corso. No se te ocurra volver a meterte con Esperanza Aguirre. Acojonante.

Como se te ocurra llamar viejos a los cuarentones te crujo.

Arual dijo...

Mi suegra está coladita por el presentador de las noticias de la 1 del fin de semana. Se pasa todo el telediario diciendo lo guapísimo que es el buen hombre. Con esto quiero decir que lo de la buena imagen es una ley irrefutable en la televisión de hoy en día, y no sólo ahí, por desgracia.

Reverendo Pohr dijo...

El periodismo quizá no entienda de edades o sexos, pero sí es curioso el tema de los estereotipos en los presentadores/as. La figura del presentador madurito con la presentadora jovencita es bastante común. Los "expertos" en imagen sabrán porqué lo hacen. En los informativos de madrugada no es tan común.

¿sexismo en prime time?. La televisión es, sobretodo, imagen. Y potenciarla a través de cánones clásicos de belleza quizá no sea lo más políticamente incorrecto que podamos ver. Aunque, en este caso, hacer atractivo al emisor para conseguir más receptores aunque se sacrifique parte del mensaje, puede parecer que se emplea la comunicación para tener un mayor control sobre el espectador. ¿Será ese el objetivo de alguna cadena de televisión?

Juan Rodríguez Millán dijo...

V, una pena, sin duda. Otro ejemplo más el que pones. Seguro que el periodismo ni siquiera es el peor terreno para esto, pero es el que más me toca...

Impenitente, hace tiempo también me quejé de esos mismo: que criticar a una mujer te convierta irremediablemente en un machista. Eso es también intolerable. Y tú tranquilo, que lo de viejo lo reservo para mayores de 80 años... y a veces ni eso.

Arual, el problema es donde marcar la línea. ¿Se contrata a alguien sólo por su buena imagen o porque, además y sobre todo, es buen profesional? Lo primero me sigue pareciendo aterrador y, a tenor de lo que se ve día a día, muy común.

Reverendo, seguro que es lo peor que se puede ver en televisión. Lo verdaderamente triste sería eso, que todo sea consciente y estudiado, porque ningunea el papel del periodista.

Bebita, está claro que la imagen engancha. Lo que me asusta es que las noticias se vendan e interesen sólo por la imagen. A mí también me gustan físicamente algunas presentadoras pero sé diferencias ámbitos. Como tú y como muchas personas que utilizan la cabeza para algo más que ponerse el sombrero. De ser cierto este enfoque, estoy de acuerdo contigo en lo de la dificultad. Sobre todo para una mujer creo que es una losa, porque cuando cumpla cierta edad se queda sin trabajo en televisión. Así de duro y así de realista.

Reverendo Pohr dijo...

Cierto, pero, a tenor de lo que se ve en un telediario (o en un programa) un presentador tiene bastante más de actor que de periodista. Aunque sea solo en apariencia.

Anónimo dijo...

Yo también soy periodista, aunque no ejerzo. Tengo 38 años y creo que en todas las profesiones puede pasar algo parecido, aunque en el mundo de la televisión sea más evidente. Aquí, en Valencia, en Canal 9 hay unas reporteras muy monas, pero curiosamente nunca me han llamado la atención sus compañeros hombres. La culpa de este machismo, culto a la imagen y a la juventud muchas veces también la tenemos las mujeres, que nos aprovechamos de ello cuando nos conviene y luego nos quejamos cuando nos arrinconan porque se nos van notando las arrugitas.
Es agradable ver que hay hombres como tú que no ven a las mujeres sólo como reclamos sexuales. A veces te decepcionan "inteligentes" escritores, intelectuales, actores, etc. y no te queda más remedio que bajarlos del pedestal cuando te hacen recordar que en demasiadas ocasiones "tiran más dos tetas que dos carretas".

Juan Rodríguez Millán dijo...

Reverendo, tienes razón. Pero es justo eso lo que no comparto, lo que me chirría. Primero periodista, después lo que tenga que ser. Mujer, hombre, actor o florero. Eso es secundario. O tendría que serlo.

Anónima, muchas gracias. Esa es una parte también a analizar, la de las mujeres (confío en que sean menos de lo que parece) encantadas de ser tratadas como objeto pero que se quedan de la situación al llegar a esa edad límite en la que las televisiones ya no parecen interesadas en ellas. Eso también es una pena. Tenemos la costumbre de sexualizarlo todo, y cada vez me da más rabia. Aquí quiero buena información antes que cualquier otra cosa. Lo demás debiera ser secundario. A veces incluso irrelevante.