jueves, octubre 04, 2012

La democracia tendría que estar triste

Llevo días pensando cómo escribir algo sobre las protestas cerca del Congreso, las cargas policiales, los delitos que se quería imputar a los detenidos y las reacciones de dirigentes del PP a todo este asunto. Creo que no lo he hecho hasta ahora por tristeza. Tristeza es lo que sentí mientras veía a través de la web de El País y en streaming las carreras de los antidisturbios y de los manifestantes, pero mucha más tristeza es la que me invade con lo que ha venido después. Si me pongo ahora a escribir es porque se ha cerrado el círculo vicioso de la ignominia y la desfachatez y tiene que haber algún momento en el que todo el mundo se plantee decir algo. El mío ha llegado hoy escuchando a ese gran estadista que ha demostrado ser Rafael Hernando, portavoz adjunto del PP en el Congreso de los Diputados.
Vamos por partes. Hay manifestaciones porque hay un evidente descontento entre la población. No me importa que sean diez, cien, mil, diez mil o un millón de personas. Hay malestar. Eso parece evidente. Aunque se supone que se le paga para solucionar los problemas de los ciudadanos, para el presidente del Gobierno no hay problema, porque él cree que está viviendo una situación "fascinante". Eso lo dijo en una entrevista concedida a un medio extranjero y, supongo que siguiendo su costumbre, después de tomarse su whisky en el avión ante de irse, esta vez a Naciones Unidas a hablar sobre Gibraltar ante un auditorio abarrotado. Nótese que lo de "abarrotado" es una ironía, gracias. Sí, es el mismo presidente del Gobierno que solventó la manifestación independentista de media Cataluña con un ahora no toca porque hay que hablar de temas serios. Es decir, Gibraltar. Porque allí de la economía del español no habló.

El caso es que teníamos unas protestas en marcha. La idea era rodear el Congreso de los Diputados. Es evidente que estoy bastante de acuerdo con las quejas por la situación actual de España, pero no acabo de tener claro por qué se rodeó el Congreso. ¡Si allí no había ni un solo ministro del Gobierno en el momento de la protesta! No es que eso sea noticia, porque ahora el presidente se va a pasar un mes sin pisarlo, esa es la consideración que tiene por el Parlamento. Casi mejor, porque da más explicaciones cuando se marcha al extranjero que cuando está aquí. Nótese de nuevo la ironía. Supongo que la idea de rodear el Congreso pasa por esa extendida idea, no muy desencaminada pero a la que hay que hacer algunos matices importantes, de que todos los políticos son iguales. Y no, no lo son. En esto no.

¿Por qué? Pues por todo lo que ha sucedido a continuación que, moleste a quien moleste, no pasa cuando gobiernan las otras siglas y no las que ahora ostentan el poder. Lo primero es el despliegue policial para blindar el Congreso. Solo eso ya tendría que producir una tristeza inmensa a cualquier demócrata. No por quien protesta, sino por el hecho de que haya que recurrir a eso ante una protesta. Es el centro de la soberanía popular y el pueblo no lo siento como suyo. Algo estarán haciendo mal quienes se sientan allí, pero "autocrítica" es una de las dos palabras desconocidas para los políticos españoles (la otra es "dimitir"). Supongo que, por coherencia, este año no habrá jornadas de puertas abiertas. Digo yo. Palabras de tristeza sí se han escuchado de miembros de algunos partidos. Del que está en el poder no. Es más, se escucharon términos muy gruesos para definir la protesta. Los motivos de la protesta, obviamente, no les interesaban.
Con o sin razón, con o sin motivos, carga la Policía. La actuación acaba con decenas de heridos y con unos cuantos detenidos. Si eso, independientemente de las razones de unos y otros, no le produce tristeza a cualquier persona que lo vea, es que algo estamos haciendo mal. Rematadamente mal. Llegar a eso evidencia un fracaso social y democrático importante. ¿Qué hace el Gobierno? Felicitar efusivamente y condecorar a los responsables policiales que han coordinado la operación. Sí señor, con un par. Eso dará sin duda a la Policía Nacional el respaldo de los ciudadanos. Sobre todo de aquellos que recibieron palos sin hacer nada o los que vivieron lo que para mí son unas escenas terroríficas, las de los antidisturbios entrando en la estación de Atotcha. A mí me parecieron imágenes de otros tiempo con otro color en el uniforme de las fuerzas de seguridad.
La reacción del PP no acaba ahí. En primer lugar, se pueden encontrar noticias que explican en una llamadita de Moncloa que la protesta se cayera de la programación en directo del canal de información 24 Horas, de RTVE (con nuevos dirigentes desde que que los populares llegaron al Gobierno). Después sale Jaime Mayor Oreja, que fue nada menos que ministro del Interior y algo sabrá por ello de todos estos temas, y justifica que no se den por televisión porque no son imágenes edificantes. Lo de la libertad de prensa y el derecho a la información como que parece que no entra en los cálculos del ahora eurodiputado. Pero luego sale la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y lo supera, planteando la necesidad de legislar sobre el derecho de manifestación. Cifuentes no tenía inconveniente en manifestarse cuando gobernaban los otros, pero, ¡ah!, cuando gobiernan ellos las manifestaciones es que no son tan divertidas. La calle es suya. O de Fraga, no lo tengo claro.

Resulta que a los detenidos se les quiere imputar un delito contra las instituciones del Estado. Nada menos. Habría que saber a qué clase de gente se le ha imputado eso desde que España es democrática. Me gustaría saberlo. Quizá así entendamos que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, relacionara estas protestas con el Golpe de Estado del 23-F. Pero llega el juez Pedraz, que por encima de todo es eso, juez, y evidentemente archiva la causa porque no hay por donde coger el asunto. Si el Congreso ha celebrado su sesión sin interferencias, si al Congreso no han llegado los ecos de la protesta porque se ha impedido que los ciudadanos se acerquen, ¿qué delito contra las instituciones del Estado se puede perseguir? Ni idea. Pero, claro, no soy jurista. Y entonces sale el ya mencionado Hernando y dice que Pedraz es un "pijo ácrata" al que responsabiliza, porque él lo vale, de todo acto de agresión o coacción que sufra un político a partir de ahora. De la presunción de inocencia de los detenidos o del respeto a la justicia ese del que se habla cuando los procesados son del PP, nada de nada.
Todo esto evidencia qué hemos perdido de una legislatura a otra. Porque aunque Rajoy diga que estamos mejor que hace un año (¿en qué? ¿se lo pregunta alguien por mí?), no creo que hayamos progresado mucho en economía, educación, sanidad, justicia y otros terrenos básicos para la vida del ciudadano. En la pasada legislatura estaríamos mal, tendríamos unos gobernantes lamentables. Pero en esta estamos retrocediendo a otras épocas que a este paso nunca terminarán de olvidarse en España. Hemos perdido en democracia. Hemos perdido en derechos. Hemos perdido en libertades. Y, qué cosas, eso solo pasa cuando gobiernan unos. Cuando gobiernan los otros, hay manifestaciones que no acaban a golpes, se ponen por televisión y se respetan desde las instituciones, y a los jueces no se les lanzan insultos de patio de colegio cuando no gustan sus sentencias. La democracia tendría que estar triste, pero luego llega la hora de votar y las urnas no evidencian esa tristeza. A lo mejor que no hay tanta gente triste por todo esto.

7 comentarios:

Doctora dijo...

No me canso de decirlo, si el PP pudiera eliminaría el derecho a manifestarse y a hacer huelga, reinstaurarían la ley contra vagos y maleantes y cuando les apeteciese pondrían toque de queda.
Pero nada, si mañana hubiera otra vez elecciones volverían a ganar.

Claire dijo...

Desprecian a los manifestantes. A mí también me da tristeza ver todas esas imágenes. Y más tristeza me da ver como pagamos la crisis nosotros, el pueblo. Pagamos los platos que ELLOS han roto.
Besos.

El Impenitente dijo...

Estando de acuerdo contigo, he de decir que me hace gracia que un juez emita un auto criticando a los políticos. Jueces, descrédito, políticos (y ausencia de autocrítica también), todo en la misma frase. ¿Cuál es la sartén y cuál es el cazo?

José Vte. dijo...

Dirán lo que quieran, pero esta gente del PP lleva la represión en la sangre, les gustará oirlo más o menos, pero la realidad es que la mayor parte de sus ideas y propuestas vienen de donde vienen (¿porque les cuesta tanto aplicar la ley de memoria histórica para cambiar el nombre de calles, plazas, etc.?)
La mayor parte de las reformas que están llevando a cabo son ideológicas y pretenden acallar el clamor popular a base de palos, como en los mejores tiempos franquistas y Aznaristas y gobernando a base de decretazos. El Parlamento, ese que ahora tanto les preocupa que se asalte, ni siquiera les sirve para votar leyes.

Un abrazo

ElQuintoPuntoCardinal dijo...

A mí también me produce tristeza las reacciones del PP ante las manifestaciones (pacíficas recordémoslo) que se han vivido. Aunque tampoco entiendo por qué rodear el Congreso. Sí, es símbolo de la soberanía popular pero se pueden hacer cosas por otras vías (legales y que llevan a lo que de verdad queremos)
No estoy nada a favor del comportamiento de los antidisturbios y no comprendo cómo hay personas que pueden defenderlos e incluso condecorar a las fuerzas que han reprimido la libertad de expresión y manifestación.
Muy de otro tiempo...
¿Tenemos la democracia por la que tanto luchamos?

Un saludo.

Lola dijo...

Sí, Juan, yo también estoy triste con todo lo que veo, con todo lo que se avecina, con España rota y arruinada y sin un futuro por delante. Tengo pena y también miedo. Un beso Lola

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, tantas veces se les ve esa ideología en sus discursos públicos que me parece imposible verlo de otra manera... Eso último tampoco lo dudo.

Claire, efectivamente, es un desprecio claro. En este caso de los manifestantes, casi siempre de los que no piensan como ellos.

Impenitente, cierto, y con ganas me he quedado de ponerlo, pero me iba un poco demasiado del tema y ya me estaba quedando demasiado largo... Mete a los periodistas si quieres, que tal y como tenemos el panorama...

José Vicente, con esto del Congreso les pasa lo mismo que con la Constitución. Se llenan la boca con ella, pero luego ni caso.

ElQuintoPuntoCardinal, yo tampoco le veo la utilidad a rodear el Congreso. Tuve una conversación con amigos el pasado sábado y ellos, si tienen que elegir, se quedan con la postura de los antidisturbios porque lo entienden como cosas que pasan cuando hay una manifestación en la que hay incidentes. Debatimos largo rato sobre eso, no te digo más...

Lola, la verdad es que es para tenerlo. A ver si la cosa puede mejorar, que lo dudo...