jueves, marzo 29, 2012

"Había una vez una huelga general"

"Había una vez una huelga, una huelga, había una vez una huelga general". Creo que la primera vez que escuché ese cántico deje de tomarme en serio esto de las manifestaciones y de las huelgas. No pretendo con esa frase ponerme en contra de quienes legítimamente paran en un día como el de hoy o a favor del Gobierno y sus recortes, en absoluto. Al contrario, comparto en buena medida las razones por las que se convoca este paro, soy de los que considera necesario la protesta social. Lo único que me chirría es que se haga una huelga general a un Gobierno votado hace pocos meses cuando ya sabíamos todos lo que iba a hacer (ahí sí que no entiendo la ingenuidad), por mucho que Mariano Rajoy lo ocultara durante la campaña. Lo que me chocó de aquella primera vez que escuché ese cántico, teniendo yo bastantes años menos que los que tengo ahora, fue ese ambiente excesivamente festivo en un acto que yo visualizaba como algo diferente, que veía como algo importante, trascendente, cargado de responsabilidad. Hoy, pasados los años, no entiendo las huelgas por otros motivos. Sobre todo, la obligatoriedad de tomar partido, la eliminación de los grises entre el blanco y el negro, la creación de trincheras.

Veo esta primera página y, podéis pensar de nuevo que soy un ingenuo, me asalta la tristeza. Desde el punto de vista periodístico, esto es justo lo que tendrían que enseñar en las universidades a los estudiantes de periodismo para que aprendieran. Pero no como modelo. Esto es justo lo que no hay que hacer. No es relevante para un trabajo periodístico digno que un medio de comunicación tenga una línea editorial o una ideología. Eso no hace daño a nadie. Lo que sí hace daño es tergiversar, manipular, orientar de una forma tan desacarada el pensamiento de los lectores (de los que se dejen, por supuesto) con informaciones sesgadas intencionadamente, con manipulaciones emocionales de cualquier tipo, con la cuidada selección de datos y fotografía siempre para respaldar un pensamiento único y, por tanto, irreal. Tristemente, es lógico y razonable que la del periodista sea una de las profesiones menos valoradas entre los ciudadanos. Es la consecuencia lógica de primeras páginas como ésta, final de un larguísimo proceso que nadie ha querido detener o denunciar en serio. Es el efecto de haber convertido el periodismo en altavoz de los nuestros. Y, sí, eso es triste. Y como la prensa no cumple su papel, convocantes y afectados pueden dar las cifras de seguimiento que quieran. Yo no me creo ninguna.
Ha dicho Mariano Rajoy, presidente del Gobierno para más señas, que hay absoluta normalidad. Lo ha dicho a su llegada al Congreso de los Diputados esta mañana. Más tarde que cuando en la anterior huelga general que sufrió un Gobierno del PP fue Pío Cabanillas lo de la normalidad. Supongo que en el paro convocado con el PSOE en el poder alguien saldría a decir lo mismo. No entiendo por qué hay que decir semejante estupidez sólo por estar en el Gobierno. Un día de huelga general no es un día de normalidad. Será un paro más o menos seguido, pero normalidad no hay cuando un número importante de personas, sea mucho o sea poco, insisto, decide ausentarse de su trabajo para protestar. Y protestan con razón o al menos con sus razones, pues el propio Rajoy ya dijo que sus medidas provocarían esta huelga general y su Gobierno ha anunciado que esas medidas no crean empleo por sí solas (para mí es justo lo contrario, crearán desempleo) y que en 2012 el paro va a aumentar. Un poco de respeto a las decisiones de los ciudadanos tampoco estaría de más. Vale, sí, de nuevo podéis llamarme ingenuo.
Como decía antes lo de los frentismos, cada vez que hay una huelga me pasa lo mismo. Ya se han anunciado 58 detenciones. Supongo que de gente que intentaba evitar que otros vayan a trabajar, es lo típico de una jornada como la de hoy. Y no me entra en la cabeza. Tanto derecho tienen los que quieren hacer huelga como los que quieren trabajar. Y los que intentan evitar lo segundo por medios ilegales, con ser pocos, una minoría, hacen tanto ruido que contaminan los mensajes que hay en la huelga. Me parece absurdo, tanto en el plano personal, no sé qué pretende conseguir alguien agrediendo (verbal o físicamente) a otras personas y haciéndose detener por ello, como en el general, manchando la imagen de la propia huelga. Los manifestantes se quejan de la amplia presencia policial hoy en todas partes, pero luego hay unos cuantos incontrolados que se dedican a hacer la vida imposible a quien quiere trabajar. Un equilibrio imposible. Desde luego, una jornada de huelga nunca es una jornada de respeto, se mire desde el prisma que se mire. Abro la prensa, veo los informativos y lo único que hay son enfrentamientos. Y luego veo a estudiantes gritando en la playa "¡viva la huelga general!" y no me queda más remedio que reír. ¿Eso es una huelga? Sí, a día de hoy, sí.

5 comentarios:

Doctora dijo...

Lo de La Razón es acojonante, ya no les vale simplemente con falsear la información y manipularla según les interesa, ahora van más allá y hacen peticiones-recomendaciones a la peña.
No se sabe si es la portada de un periódico o un folleto del PP.
Aunque estuviese de acuerdo con su mensaje, me jodería que lo diesen de esa forma en un periódico que supuestamente está para contar noticias, no para pastorear al personal.

José Vte. dijo...

La manipulación que ha tenido esta huelga por parte de la derecha mediática y política ha sido de las de verguenza histórica. Portadas manipuladas y ridículas, comentarios como los del reloj de Cándido Mendez o los viajes de lujo de Toxo. Mentiras y falsedades una tras otra.

Todo para ahora aclararnos que van a hacer una amnistía fiscal para todos los delincuentes de corbata y cuello blanco que falsean dinero en negro y evaden capitales a paraisos fiscales.
Para cuando otra amnistía a violadores, ladrones o asesinos. Son igualmente delincuentes.

¿No fue Rajoy el mismo que hace un año cuando simplemente se corrió el rumor por parte de un peródico, dijo que aquello era un auténtico disparate?.

¿Cuando se cansará este gobierno de mentir y manipular tan descaradamente?
¿Y lo más importante, hasta cuando podremos soportarlo?

En el fondo todo esto me lo esperaba, pero reconozco que mi asombro cada día es mayor.

Saludos

maria del mar dijo...

Mucha gente no ha hecho huelga por el convencimiento de que no va a servir para nada, o por que la situación no se lo permite; pero que no haya habido un seguimiento mayor no significa que estemos de acuerdo con lo que se esta haciendo ni con lo que se hizo antes

El Impenitente dijo...

El descrédito de los sindicatos es tal que una convocatoria suya nace emponzoñada, por muy cargada de razones que esté. En imposible que la huelga no estuviese ni politizada ni (con perdón) "trincherizada". Si uno toma partido, el comportamiento del rival (a quien odiamos. En España no se está a favor, se está en contra) es vergonzoso e indignante. Si uno es capaz de abstraerse y verlo desde fuera, todo es vergonzoso e indignante. ¿Razones para apoyar la huelga? Sí. ¿Razones para seguir la convocatoria de los dos sindicatos mayoritarios? Ninguna.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, eso he pensado siempre yo, que ni estando de acuerdo con ciertos mensajes habría que tragar con una forma mezquina de transmitirlos, pero bueno...

José Vicente, yo ya sólo me asombro por casos concretos, no por la siutación en general que, como dices, es la que esperaba. Seguiremos viendo cosas así, no lo dudes...

María del mar, tienes toda la razón. Pero es tan difícil calibrar las razones de cada uno para hacer o no hacer la huelga que siempre habrá quien sume a unos u otros en su propia explicación. Una pena.

Impenitente, no sé si puedo estar más de acuerdo contigo...