jueves, marzo 15, 2012

Las deudas de los poderosos

Salen estos días las cifras del dinero que el mundo del fútbol adeuda a Hacienda (752 millones entre 14 equipos de Primera, no se sabe cuántos de Segunda y de divisiones inferiores) y a la Seguridad Social (10,6 millones más), demostrando el incremento que se ha producido en los últimos cuatro años (el fútbol debía 150 millones menos al comienzo de la pasada legislatura). No pretendo caer en ejercicios de demagogia ni en lanzar argumentos a favor o en contra del fútbol, como deporte, como espectáculo de masas o como pan y circo de distracción para el ciudadano. Pero sí me parece evidente que el fútbol, visto desde este prisma económico, es el ejemplo de todo lo que funciona mal en esta sociedad que hemos construido durante tanto tiempo, en la que los irresponsables campan a sus anchas y son precisamente los más beneficiados del sistema.

El caso es que me muevo entre dos aguas, porque soy un ferviente defensor del deporte profesional. Creo que es un motor de la economía (turismo, hostelería, transportes, ropa deportiva, entradas...), que es uno de los mejores y más accesibles espectáculos a los que uno puede asistir hoy en día (a pesar de los desorbitados precios que adquieren las entradas en algunos casos), que fomenta valores que ni siquiera los cafres que se infiltran entre los aficionados (o la actuación de la prensa más perniciosa, que se empeña en generar enfrentamientos y polémica donde no las hay y somete al ostracismo a todos menos a dos equipos que todos saben ya cuáles son) pueden socavar. Y, sí, soy un apasionado aficionado que disfruta con el fútbol como uno de esos entrenenimientos que le ayuda a llevar el día a día.

Pero, al mismo tiempo, eso no me cierra los ojos y veo con claridad que el funcionamiento del fútbol es lamentable y cuenta con unos beneficios que no le corresponden. Durante años, muchos clubes se han movido entre el perdón de sus deudas y el injustificable sustento, sobre todo por exagerado, de las administraciones públicas. No hay más que mirar fotografías de temporadas anteriores para ver en las camisetas el exagerado patrocinio institucional que tenían muchos equipos de Primera. El dinero público llega de forma incontrolada a algunos clubes, en primer lugar generando unas desigualdades que adulteran la competición y lo que en cualquier otro sector llamarían libre mercado. El único freno a esta situación ha venido por la ruina económica de las administraciones. No por un improbable ejercicio de responsabilidad, no por la madurez empresarial de los clubes, no. Simplemente porque no se les puede dar más dinero.

Y ahí entran las deudas. Va un ejemplo. Según un informe publicado por El Confidencial, de los 752 millones que debe el mundo del fútbol a Hacienda, de los 490 millones que adeudan los 14 clubes de Primera División que tienen que pagar dinero a esa entidad que dicen que somos todos, 120 corresponden a un solo equipo, el Atlético de Madrid. Que no se me molesten los colchoneros, que nada tiene que ver mi argumento con lo que piense o deje de pensar de su equipo, pero ¿es razonable que a un equipo que debe 120 millones de euros se le consienta afrontar un fichaje (Falcao) por 40 millones de euros? No caeré en la trampa (acertada, pero demagógica) de decir que a un ciudadano normal se le embargarían de inmediato las cuentas si tuviera una cantidad pendiente de pago a Hacienda, pero sí es pertinente decir que el propio fútbol tendría que tomar medidas. Si no hay dinero, no puede haber fichajes.

Ahí entraría la Federación Española de Fútbol o la Liga de Fútbol Profesional. Bueno, entrar no entran, porque si entraran tendríamos un fútbol diferente desde hace muchos años, pero creo que eso es discusión ya para acometer entre aficionados a este deporte. Ya que no lo hace el fútbol, tendría que hacerlo la administración, pero tampoco lo hace, y me temo que el motivo está en la mala prensa que eso le provocaría entre los aficionados (no hay que olvidar las masivas manifestaciones de hace casi dos décadas cuando se decretó el descenso administrativo de Sevilla y Celta; ¿quién protestó contra aquellos dirigentes deportivos que no hicieron bien su trabajo y provocaron que sus equipos perdieran la categoría que después recuperaron por decisión política?).

Y el caso es que no creo que el mundo del fútbol sea una excepción, en todo caso uno de los picos más pronunciados de una situación que afecta a demasiados sectores. Ejemplo de que no hay nada mejor que tener algo de poder para que nadie te pueda toser. Si eres un don nadie, no habrá banco, institución o acreedor que te perdone el pago de un solo euro durante un día. Si tienes nombre, herencia o mando, puedes abusar de forma ilimitada del dinero de todos. Demagogias al margen, ¿a nadie más le parece eso terrible?

2 comentarios:

El Impenitente dijo...

No me doy por aludido. De hecho estoy de acuerdo con que los equipos de fútbol no han de estar al margen de la ley y pagar como todos. Y si no tienes para gasolina no puedes comprarte un Ferrari (y más un Ferrari que se cree que tirar un penalti consiste en darle un balonazo al portero).

Respecto a las ayudas locales o autonómicas, en principio te diría que no, aunque entiendo los argumentos que dicen lo contrario. Hizo más (bastante más) por el nombre de Valencia en Europa y el mundo las dos finales de Champions que jugó el equipo que el ínclito Calatrava y que todos los multieventos estratosféricos posteriores. Y no te hablo de un pueblo de Castellón que se llama Villarreal. Dar sin recibir nos puede gustar al principio pero, al final, Dios nos hizo hermanos y no primos.

Así que, a pagar como todos. De lo otro, pues depende.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Impenitente, es que todo es bastante de acajón si se piensa... El caso es que una gestión correcta serviría para hacer lo bueno sin tener lo malo, pero en este país es deporte nacional el hacer mal las cosas...