lunes, diciembre 05, 2011

Dos caminos

Lo habitual cuando uno toma una decisión es que haya al menos otro camino posible, cuando no muchos más. Pero uno siempre hay, más allá del que hayamos elegido. Dos caminos y una elección, la que tenemos que tomar siempre que alcanzamos un cruce de caminos. Y esa elección, sumada a todas las que todos nosotros adoptamos, los movimientos conscientes o inconscientes de todos los que convivimos en una sociedad, son lo que marca nuestras vidas. Muchas veces es la sociedad la que nos arrastra a seguir un camino concreto. Y a fuerza de repetir que ese camino es bueno, es bonito, es beneficioso, es necesario o es, simplemente, el mejor, acabamos creyendo que ese, el que escoge la sociedad mayoritariamente, es el camino correcto. Incluso quienes no lo creen así, pueden acabar arrastrados por el poder de la masa y claudicar ante esa avalancha. Pero de vez en cuando surgen esos hermosos ejemplos que evidencian que la sociedad se puede equivocar, que la mayoría no tiene por qué tener razón, que hay otras alternativas posibles.

En Italia se publicó hace unos días una noticia que llamó mucho mi atención. Por motivos en realidad desconocidos y que tampoco influyen en la cuestión, un empresario llamado Enzo Rossi decidió hacer un experimento que consistió en tratar de vivir un mes con 1.000 euros de salario, algo más incluso de lo que paga a sus empleados. Y el día 20 se quedó sin dinero. Como consecuencia de haber averiguado de una forma tan directa cómo viven quienes trabajar para él, decidió subir el sueldo de sus empleados en 200 euros mensuales. Siempre he dicho que lo que gana un trabajador normal es la base, no sé si la única pero sí una importante, de los actuales problemas sociales y económicos. Los de verdad, no los de los grandes estudios o las cifras macroeconómicas. Si el sueldo fuera una recompensa real a nuestro trabajo, habría más ahorro, habría más gasto, habría más satisfacción con el modelo económico y laboral que hemos escogido. Habría más vida. Pero no. La tendencia obliga ahora a bajar los sueldos. Que estamos en crisis, dicen como explicación. Y más crisis habrá si cada vez ganamos menos. Otro camino es posible.

En España hubo otra noticia que, en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre, se quedó en una anécdota o, casi, en una breve anotación. IU consiguió un escaño por la provincia de Málaga. El número uno de la candidatura de la formación de izquierdas se llama Alberto Garzón, ex portavoz del movimiento 15-M. Decían que las protestas de los llamados indignados no podían acoplarse en el sistema porque precisamente luchaban contra ese sistema. Decían que el movimiento no podía tener portavoces visibles porque iba en contra del espíritu del movimiento. Decían que lo importante era la protesta, y no la valía de sus cabezas visibles. Alberto Garzón ha dado la cara, ha entrado en el sistema, se ha demostrado portavoz eficaz y sabemos que se licenció en Economía, que tiene un máster de Economía Internacional y Desarrollo y otras muchas más cosas de su extenso currículum. El paso de Alberto Garzón es decidido, es el que consideraba necesario para el desarrollo real del 15-M y sus ideas. Hace unos meses, muchos me dijeron con virulencia, aquí mismo en este blog, que estaba equivocado cuando sugerí algo así. Yo, desde luego, veré con mucha atención lo que haga este valiente y comprometido diputado. Y seguiré su camino.

4 comentarios:

El Impenitente dijo...

Lo de los sueldos es complicado. Si aumentas los sueldos aumentará el dinero en el mercado y aumentará el consumo. Dejando aparte el efecto en la inflación, consumirás más. ¿Y qué productos consumirás? Calidad precio, es decir, buenos y los más baratos. ¿Y por qué son más baratos? Porque sus costes son menores. Y son menores porque su coste en mano de obra es menor. La bajada de los sueldos no es sólo para aumentar los beneficios. Ahora mismo es por poder ser competitivos y mantenernos en el mercado. ¿Se puede competir con chinos, indios y brasileños? No. Jugamos en el mismo terreno de juego pero con reglas muy distintas.

Con respecto al 15M, recuerdo una entrevista a Enrique Bumbury cuando estaba en los "Héroes del Silencio". Entonces afirmaba que todos los miembros del grupo eran convencidos antisistema. Me levanté, fui a una tienda de discos, busqué un disco suyo y, aunque no te lo creas, ¡se vendían en pesetas! Pues vaya mierda de antisistemas que comercian con sus productos en el mercado utilizando la moneda de cambio establecida. Y mucho me temo que los del 15M irán por el mismo camino.

Lola dijo...

Buena entrada y en todo de acuerdo contigo. No cabe duda de que debemos pensar antes de actúar como borregos e ir siempre donde todos van. Un beso Lola

José Vte. dijo...

¿Yo es que no se porque no se puede luchar contra el sistema desde dentro del sistema?. ¿Por eso ya no se es antisistema. ¿Que uno no puede ser republicano y tener claro que vive en un estado monárquico y aceptarlo?, ¿o acaso tiene que ponerse a colocar bombas y a destripar contenedores para demostrarlo?. Lo de las sentadas fue un inicio, un tour de force para que la sociedad se mentalice, pero no se puede estar así en esa situación toda la vida, hay que actuar como y donde se pueda, intentando cambiar las reglas del sistema caducas y que ya no sirven.

En cuanto a lo de la subida de sueldos, también en algunas partes de Europa hubieron algunos richachones que pidieron pagar más impuestos, a Botín y los de su calaña les pareció una mala idea.
La cuestión es que los que lo pasen mal a fin de mes sean siempre los mismos, a los que tienen buenos sueldos ¿Que más les da?.
¡¡¡Es que el pobre no sabe ni gastar!!!

Un abrazo

Juan Rodríguez Millán dijo...

Impenitente, no, claro, ya sé que no todo el mundo baja sueldos para aumentar beneficios, sino que lo hacen para sobrevivir. Lo sé. Pero no es de esa gente de la que hablo. Halo del gran empresario que lo hace para mantener su margen de benificio. Lo hay. Lo he vivido. Efectivamente, sí, es lo que tienen los antisistema que se benefician del sistema. A mí tampoco me han gustado nunca. ¿Principios? Que pena que no haya ya de eso.

Lola, a mí me encanta que todo el mundo tome sus decisiones y no se deje llevar por lo que deciden los demás. No importa que yo, o cualquiera, esté de acuerdo, sino que las cosas se hagan en conciencia.

José Vicente, estoy contigo, me gusta luchar contra el sistema con el que no estoy de acuerdo desde el interior del sistema, pero hay demasiada gente que no lucha, sino que se aprovecha. Eso es lo negativo, además, para todos. Para los del sistema y para los que luchan contra él. Y sí, plenamente de acuerdo en que esto consiste en que no lleguen a fin de mes los mismos. No porque los que sí llegan sean malos malísimos, sino por el egoismo de que le toque a cualquiera mientras no sea a ellos.