sábado, octubre 22, 2011

La prensa, tras el comunicado de ETA

Una noticia como la del comunicado en el que ETA anuncia que se acaba el terrorismo, sea o no un anuncio fiable (y eso sólo el tiempo lo dirá), es un caramelo desde el punto de vista periodístico. Hace tiempo, un becario me dijo que le hacía ilusión vivir un momento histórico en la redacción (la anécdota es que unos veinte minutos después de que dijera eso llegó el flash de aquel accidente de helicóptero de Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre, del que ambos salieron prácticamente ilesos pero que en ese momento le hizo pensar a aquel becario aquello de "ten cuidado con lo que deseas"), y el jueves fue un momento de esos que gusta vivir dentro del ajetreo de la profesión. Yo ahora estoy lejos, pero he estado allí. Sé lo que digo. Quien quiere ser periodista siente un gusanillo especial cuando sucede algo trascendente. Porque el comunicado es trascendente y forma ya parte de la historia de España, sea porque en el futuro se confirme ese final del terrorismo, sea porque los criminales quieran seguir actuando contra la democracia. Una noticia siempre da a un periodista oportunidades. Y esta, como demuestran las portada de la prensa de ayer, dio muchas.

Por ejemplo, tenemos la constatación de que en España ni se hace ni se va a hacer nunca más un periodismo cercano a la objetividad. Editorializar desde la portada es algo ya obligatorio. Para bien o para mal. Y en este caso, quienes más han editorializado han sido los periódicos más tendentes a la derecha. El Correo, el mayor periódico vasco expresó (con mayor o menor ingenuidad, según quien lo quiera analizar) el sentir de la gente. Público optó por apelar directamente a la juventud y a las nuevas tecnologías cogiendo el hashtag que se hizo popular en Twitter (#agureta), aunque a mí su diseño me chirría para un periódico y lo veo más cercano a la revista. Clásico que es uno. El País apostó por un titular llamativo con aspiración literaria y datos aséptivos. La suya fue la primera página menos editorializante, menos dependiente de los sentimientos, de toda la prensa española. Es, sin duda, el tipo de periodismo que más me gusta, con el que más cómodo me siento y, por qué no decirlo, el que considero más adecuado siempre pero sobre todo cuando se produce una noticia de este alcance. Muy similar es la apertura de La Vanguardia. Ambos, sintomáticamente, incluyen el comienzo de su editorial en la portada, indicando lo que es y diferenciándolo de la información.

El Mundo y ABC son dos periódicos que ya no saben diferenciar información de opinión, muchos menos información de editorial. Sus titulares buscan dejar bien claro lo que piensan, lo que ellos piensan de una noticia, lo que sus lectores tienen que pensar. Para mí, un camino equivocado. Fundamentelmente, porque confunde a la gente, que pasará a identificar lo que su periódico piensa de una noticia con el hecho en sí mismo. Es, seguramente, lo que se busca, pero yo entiendo que una primera página de un periódico, y menos un titular a cinco columnas, tiene que cumplir con la función informativa en primer lugar. El Mundo no da una noticia. El Mundo dice qué debemos pensar de ella. "ETA alardea de sus asesinatos y emplaza al Gobierno a negociar", dice. No hay un solo comunicado de la banda terrorista en el que no haga exactamente eso. Luego no es esa la noticia. La noticia está en lo demás. No en la retórica del lenguaje de los terroristas, sino en su anuncio. El anuncio, la noticia, es que hablan del fin de la violencia terrorista. Eso es nuevo, es inédito. Es noticia. "ETA ni se disuelve ni entrega las armas", dice ABC. Tampoco comparto que la noticia sea lo que no se hace. La noticia es lo que se hace. Lo que ABC expone en primer lugar es para mí una explicación necesaria a la noticia, pero no la noticia.

ABC, de hecho, es el periódico que más me ha decepcionado con su tratamiento de la noticia, pero sobre todo por las dos portadas que colgó en su página web minutos después de conocerse el comunicado de ETA.


"Zapatero pide un 'compromiso unitario' con ETA tras el 20-N" es el titular más extraño que he leído de la comparecencia del presidente del Gobierno en la tarde del jueves. Parece que quieren decir una cosa que no se atreven a poner en el tiular porque saben que el protagonista no la ha dicho, pero la quieren insinuar de todas formas. La composición de la página una vez producidas las reacciones de todos los dirigentes políticos es aún más clara y reveladora. El presidente del Gobierno es una figura que no tiene importancia para ABC, pues se queda en un recuadrito al mismo nivel que la del candidato del PSOE a la Presidencia en las elecciones qué tendrán lugar dentro de un mes y que el lehendakari. El que importa es Mariano Rajoy. Es el presidente del PP, una figura relevante en el panorama político español, y pocos dudamos de que será el próximo presidente del Gobierno. Pero a día de hoy no tiene ningún cargo institucional. Ninguno. No existe como tal el jefe de la oposición. Pero ABC ya coloca la suya como la voz más importante. Sobra decir quién quiere este periódico que gane las elecciones. Y yo que pensaba que no queríamos hacer política partidista con el terrorismo... Se predica con el ejemplo.

6 comentarios:

Camilo dijo...

El "problema" es que a mí la de El Mundo me parece la más cercana a la realidad objetivo y la de El País la que menos. Si una tregua permanente no fue permanente una definitiva no tiene por qué ser definitiva. Total, que el problema del periodismo español debo de ser yo.

José Vte. dijo...

A esta derecha sólo le importará la noticia del abandono del terrorismo de ETA cuando el PP gane las elecciones, hasta entonces se esforzarán todo lo posible por hacer ver que se está negociando, aun cuando Rajoy dijo que "sin concesiones" y que se ha claudicado.
No les importa el terrorismo, les importan los votos.

Alguien que no conozco, pero del que he visto el mismo comentario en otros lugares, me ha escrito:

Mariano dijo:
"Ya, hombre, pero, después de tantos años, podían haber esperado un par de meses más para anunciarlo...
¡Qué cabron_s!.

Este comentario-chascarrillo a modo de broma indica bien claramente el verdadero sentir de la derecha de todo este asunto.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Un buen análisis de las portadas. Una lección de periodismo. Me identifico con ella.
La separación de la información y la opinión es un problema en los medios de comunicación españoles. No solo en la prensa. También en la radio y en la TV.
Los lectores, oyentes, espectadores, tienen que saber cuando se trata de una y otra. Los titulares-editoriales son una plaga. Las "primeras" que conducen al lector hacia una opinión interesada, también.
Eso se llama sensacionalismo. Y periodismo amarillo. De la peor especie cuando se trata de asuntos graves.
La prensa de derechas -El Mundo, ABC, La Razón- ha sido implacable al teñir de amarillo sus páginas
a propósito del terrorismo con el fin de favorecer a un partido muy concreto.
Es un periodismo indigno.
Saludos.
Luis

El Impenitente dijo...

Yo vuelvo a repetirme. Los periódicos (radios, televisiones) buscan un segmento de mercado y dan a sus clientes lo que estos quieren. ¿Periodismo? No, oferta y demanda, economía de mercado. Hay que subsistir. Hay que comer.

¿Uso partidista del terrorismo? Por supuesto. Hasta en la fecha de emisión del comunicado. Hasta en las lágrimas de Rubalcaba. Hasta en las palabras de ayer de Alfonso Guerra. Todo vale. Nuestros políticos viven de la política (¿cuántos que viven de la política podrían ser alguien en la empresa privada?) y por un puñado de votos, lo que sea. Pero lo que sea. Lo mismo, hay que comer y la cosa está muy mal. Se acabaron las recalificaciones y los planes urbanístimos. Se acabó el chollo de las Cajas, intervenidas y privatizadas.

Lola dijo...

No nos calentemos la cabeza, sabemos de sobra de que pie cojea cada periódico.
Creo que soy una ingenua pero cuando leo un titular no me planteo demasiado a quien le dan más importancia. Yo creo que por mucho que el cuarto poder nos machaque, cada cual sabe ya a quien va a votar dentro de unos dias. Yo lo tengo muy claro. Un abrazo Lola

Juan Rodríguez Millán dijo...

Cris, algún día de verdad que me encantaría que me contaras algo más de eso... Para lo que quieras, aquí andamos...

Petrarca, en absoluto eres el problema. Simplemente es que miramos con ojos y concepciones diferentes.

José Vicente, sí, vi el comentario y pensé lo mismo que tú. Es lo que hay, pero incluso simplemente por alertar sobre esos pensamientos y comportamientos ya se nos miraría con malos ojos. Y la verdad es que estoy de acuerdo contigo. Mucho.

Luis, claro, en televisión y en radio casi es hasta más acusado, pero no tenía tantos elementos de juicio (ventajas de Internet). "Indigno" es un buen término para ese periodismo, sí, pero ni a los periodistas parece importarle.

Impenitente, si yo entiendo esa concepción mercantil, pero me sigue doliendo. Y estoy de acuerdo con tu análisis, pero me siguen chirriando muchas cosas...

Lola, es que sigo pensando que tendríamos que conseguir que la cojera se notara lo menos posible. Eso indicaría que se hace más periodismo y menos propaganda y así saldríamos ganando todos. Me preocupa eso que dices, que el periodismo sólo quiera orientar votos e ideologías. Tenemos que ser algo más y es evidente que hoy no lo somos.