
Zapatero puso empeño y se jugó su propio prestigio personal y política. Durante años ha sido objeto de burlas, insultos y vejaciones de todo tipo por este asunto, se le han convocado manifestaciones y se le han hecho centenares de preguntas parlamentarias sobre el tema, ya desde antes de ser presidente del Gobierno, y no vale la pena recordar hoy cómo ni quiénes protagonizaron las campañas contra él, porque todos lo sabemos. Se le ha dicho de todo y él lo ha aguantado estoicamente. Hoy es la crisis económica el motivo central de las críticas y desprecios a Zapatero (estos mucho más argumentados y justificados en buena medida), pero hasta hace nada el principal argumento de acoso y derribo al presidente del Gobierno ha sido ETA. Convendría que no lo olvidáramos, aunque sé que vivimos en un mundo y especialmente en un país en el que la memoria es selectiva y sólo se usa para lo que es conveniente en cada momento y por cada interés particular. Y a pesar de ello, el empeño de Zapatero siempre ha sido el final del terrorismo. Siempre. Nunca llegaré a aplaudirle lo bastante por ello. Creo en el sentido de Estado. Creo en que todo dirigente político con responsabilidad debe tenerlo. Y ejercitarlo. Zapatero, en la lucha contra el terrorismo, siempre lo ha tenido.
Hoy Zapatero ha salido a la sala de prensa de La Moncloa a valorar un comunicado de ETA en el que la banda terrorista anuncia el final de lo que ellos llaman la lucha armada, una noticia sin precedentes y de capital importancia (una de esas, aunque esa es otra historia, que me hacen añorar la redacción en la que tantos años trabajé). No dudo en absoluto de que se han cometido errores en la estrategia a seguir con los terroristas en los años de Gobierno de Zapatero. Pero siempre he creído firmemente en su empeño, que siempre he visto por encima de cualquier voluntad de ganar votos con ello. Hoy Zapatero ha sido generoso y ha reconocido el mérito de todos los presidentes del Gobierno y de todos los ministros del Interior de la democracia. De todos. Eso incluye a gentes que nunca han mostrado la más mínima generosidad hacia él, como José María Aznar, Jaime Mayor Oreja o Mariano Rajoy. Irónicamente, el propio Rajoy ha reconocido, no sé si sin querer o por culpa de ese subconsciente traicionero que todos tenemos, que la estrategia contra Zapatero en estos ocho últimos años se ha basado en falsedades. "Se ha producido sin ningún tipo de concesión política", ha dicho Rajoy de este esperado (y ojalá duradero) fin del terrorismo, contradiciendo lo que en su propio partido se ha dicho hasta ayer mismo.
Sinceramente, y sé, insisto, que no será una opinión popular, creo que Zapatero se merecía una noticia como ésta antes de dejar La Moncloa. Creo que hace justicia con su esfuerzo en esta materia. Con este anuncio arranca un tiempo difícil, en el que siempre va a haber grupos que no van a estar contentos con el desarrollo de los acontecimientos. Pero lo más difícil ya está hecho. Los terroristas han dicho públicamente que se acaban los asesinatos. Los libros de historia recogerán lo que ha sucedido hoy, sobre todo si los hechos de las últimas horas encuentran continuidad en los próximos meses y años. Y esos mismos libros tendrán que recoger, irremediablemente, que el presidente del Gobierno entonces se llamaba José Luis Rodríguez Zapatero. Es lo que siento y así lo digo.
3 comentarios:
Yo si que creo que es definitivo. Zapatero ya va a pasar a la historia, y yo tambien creo que se lo merece.
Hoy todos estamos de enhorabuena y es un buen momento de acordarse de todas las victimas.
Un abrazo
Es una gran noticia y punto. Y yo me creo que sea definitiva. Llamadme positiva!
Cris, yo creo que éste puede ser un paso importante, pero ahora hay que trabajar para confirmarlo.
José Vicente, de acuerdo en todo. Por esto, se lo merece, y espero que esto tenga el final que merece.
Arual, por lo que rodea a este asunto, yo de momento también me lo creo. Pero la cautela es imprescindible para mí...
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