martes, octubre 04, 2011

Incultura

Me contaban ayer una anécdota de lo más ilustrativa. Se acerca una persona a un establecimiento que vende de todo, incluyendo películas en DVD. Dicha persona se acerca a una dependienta. Le pregunta si tienen Casablanca, porque, claro, es una película como para tener en una videoteca que se precie. La dependienta la pregunta si se escribe Casablanca junto o separado. Real como la vida misma y una anécdota que explica claramente la incultura que preside nuestras sociedades. No pretendo atacar a quien ignora el título de una de las películas más famosas de la historia del cine, no, porque nadie tiene el conocimiento absoluto, ni siquiera en temas que para otros puedan ser de lo más cotidiano o indispensable. Lo que me preocupa, lo que me inquieta y lo que en último término censuro es la falta de interés, la ausencia de inquietudes, el no tener preocupación por el mundo que nos rodea.

Está claro que no se puede saber de todo en esta vida, pero me asusta el mundo en el que vivo. Me asusta que la gente joven no sea consciente de cuándo fue el golpe de Estado del 23-F, algo que quedó de manifiesto en varios reportajes que se emitieron coincidiendo con su 30º aniversario. Me asusta que la gente no conozca los títulos más famosos de la cultura universal. no digo haberlos visto, escuchado o leído, digo siquiera conocerlos. Me asusta ver concursos en la televisión y que la gente exhiba sin pudor alguno su ignorancia. Pero no, insisto, por la ignorancia en sí, sino por la falta de interés o por pronunciar sentencias equivocadísimas con el convencimiento de estar diciendo lo más normal del mundo. Acabo de ver a un hombre medianamente joven diciendo que le suena que hay una película de King Kong en blanco y negro que debe de ser de los años 50. Seguro que se refiere a la de 1933. Seguro que sí. Son unos 20 años de diferencia, un lapso de tiempo que aplicado a su vida y a tenor de su edad aparente le colocan, como poco, en sus años de instituto. Ya es tiempo como para que importe.

Me pregunto por qué tenemos tan poco apego a la cultura, no ya para admirarla sino siquiera para conocerla y respetarla. No es cuestión de saberlo todo. Es cuestión de interés. Y de eso no andamos sobrados, ya lo creo que no. Y me asusta.

6 comentarios:

Jo Grass dijo...

Asustar es poco, Juan. El asunto más bien me aterroriza, porque la cosa llega a unos niveles que rayan en la indecencia, y no me refiero solo a la incultura del hombre de a pié o a las petardas que pueblan las tertulias en la caja tonta. Hace un rato, he escuchado a un periodista en un programa de la televisión pública y en riguroso directo decir que un señor, el señor que se casa mañana con la muejer con más títulos nobiliarios de Europa, que acababa de llegar a su hotel acompañado por nadie. ¿Acompañado por nadie? Después entrevistaba a otra noble añadiendo que había hecho las declaraciones viniendo del Ave.No sé si reirme o llorar.

El Impenitente dijo...

Abundando en los dos comentarios anteriores, si personajes como Belén Esteban, que es la ignorancia orgullosa de serlo, se convierten en referentes, la batalla está perdida.

Pero perderemos la batalla colectiva pero jamás la individual. El resto será ignorante y disfrutará siéndolo pero no conseguirán que nos avergonzaremos de que nuestra cultura nos preocupe. Nuestros referentes culturales nos definirán y siempre estaremos orgullosos de ellos. ¿Somos mejores que ellos? No, pero sí. Sí que lo somos.

Arual dijo...

Ya lo han comentado, pero ahora está de moda ser un ignorante. Los referentes son personas sin cultura alguna que además presumen de ello. ¿Dónde vamos a parar? Pues ya se ve que a ningún lado.

Doctora dijo...

Yo no estoy de acuerdo. Dices que no criticas el hecho de que no supiese el título de la peli, sino su falta de interés... pues igual no le gusta el cine y ya está. Igual le preguntas por ordenadores o por la alineación del Sabadell y te dice hasta la fecha de nacimiento de los jugadores.
A mí por ejemplo me gusta el cine y me gusta el fútbol, pero me pones delante uno de los cuadros más famosos de Velázquez y no sé quién lo ha pintado porque no me mola el arte... ¿soy una inculta por no interesarme por eso?... chico, si no me gusta no me gusta.
Desde luego es alarmante la ignorancia de una parte de la juventud (y me refiero a gente que escribe "llo" con 16 años), pero también había peña así hace 15 años y la habrá siempre.
Lo que no podemos es irnos al otro extremo y tratar como si fueran gilipollas a las personas que, por ejemplo, no les gusta leer.

Key Hunters dijo...

Yo defendería a la gente inculta, porque yo tampoco soy la reina de la cultura general que digamos, pero es que... has visto al elemento del que hablo en mi último post, ¿no? Pues eso. A los canis -que es básicamente de lo que hablas aquí- no los defiendo ni aunque me vaya la vida en ello. Y no me pongo a hablar de las faltas de ortografía porque me pongo muy nerviosa...

Juan Rodríguez Millán dijo...

Cris, es cierto, todo sale del continuo premio a quien no se trabaja lo que tiene, que crea ejemplos negativos.

Jo, pues sí que aterroriza, sí. Y es verdad que hablar bien es otra de esas batallas perdidas que tenemos en los medios, es terrible... Aquí que reírse. Pero denunciarlo. Tantas veces y tan alto como se pueda.

Impenitente, tienes toda la razón. Es obvio que perdemos, pero a nivel personal a mí desde luego nadie va a hacer que me avergüence de mis gustos o de mis inquietudes.

Arual, eso es lo preocupante, que encima se presume, y eso me da rabia, porque quita valor al trabajo de mucha gente que sí se lo curra para tener unos conocimientos y unas habilidades que, al final, no tienen el premio que merecen.

Doctora, entiendo tu punto de vista, pero no van por ahí mis tiros. Si una persona trabaja en un departamento de venta de películas, creo que está obligado a mostrar el interés de saber lo que vende. Si no, no puede ocupar ese puesto. Y en cuanto a los gustos, los respeto, por supuesto. Pero creo que tener una buena cultura es algo que está por encima de gustos. Y con cultura no me refiero a un arte en concreto, sino a tener un conocimiento básico del mundo que nos rodea. No me asombra que alguien no sepa o no le interese saber algo concreto. Lo que me sombra es el desconocimiento general y la falta de interés por tenerlo, que es lo que veo en esas anécdotas que contaba.