viernes, diciembre 04, 2009

Paparruchas

Reconozco que a veces me siento como el señor Scrooge. O hacen que me sienta como tal, que para el caso es lo mismo. No tengo nada en contra de la Navidad, yo diría que sobre el papel más bien es al contrario, porque yo soy de los que todos los años manda una felicitación por mail y de los que, en esas fechas, le desea feliz Navidad a los amigos cuando se los cruza por la calle. Pero no soporto que la Navidad dure dos meses. No, no lo soporto. Ademas, ¿quién lo ha decidido? ¿Quién ha alargado estas fiestas de tal forma que ocupan ya una décima parte del año? ¿Qué será lo próximo? ¿La semana de San Valentín? ¿La quincena de todos los santos? ¿Los tres días de la Constitución? Ah, no, que eso ya lo tenemos en forma de puente...

El caso es que no entiendo que en algunas ciudades estén encendidas las luces desde antes incluso de que El Corte Inglés nos anuncie que ya es Navidad. Y mira que lo hace pronto, que el 1 de diciembre sus fachadas ya tienen todo el esplendor navideño. No entiendo que me vendan la burra de la crisis y luego tengamos tropecientos mil bombillas encendidas durante casi dos meses sólo para incitar la compra masiva de regalos para los Reyes Magos y Papá Noel. Luego veo a los críos mirando juguetes y haciendo cola para hablar con sus lejanos benefactores de Oriente y Laponia, y recupero esa ilusión navideña. Porque cuando hay críos de por medio, la cosa cambia, que ellos y su ilusión mandan. Pero ni El Corte Inglés ni el Ayuntamiento de Madrid están dirigidos por niños, ¿verdad? Pues eso.

Si alguien ve a los fantasmas de las Navidades pasadas, presentes y futuras, por favor que les diga que necesito que me visiten antes de que acabe diciendo "paparruchas" cada vez que vea un signo de esta Navidad apresurada que vivimos. Iba a decir que también me vale un regalo, pero como no me suelen hacer obsequios por estas fechas y como no quiero que me tachéis de consumista, me voy a quedar en pedir un poco de espíritu navideño. Pero mandádmelo en Navidad, por favor.

12 comentarios:

Camilo dijo...

Yo creo que en vez de dos debería durar tres meses. La navidad es como la primavera de las ciudades, caótica pero hermosamente funcional. Me molan las lucecitas, no puedo evitarlo. ^^

Simone Marie dijo...

Si te visitan los tres fantasmas mándamelos a mi después...

Si crees que dura mucho prepárate cuando tengas niños porque yo llevo soportando el espíritu navideño desde Octubre y eso que las mías no ven casi la tele y he interceptado los catálogos, pero aún así da igual.

El viernes pasado pusieron en el Mercadona de al lado de mi casa toda la pompa navideña con villancicos incluidos...se ha quejado tanto la gente a las cajeras del coñazo y tristor que dan las puñeteras cancioncitas navideñas que las han quitado para ponerlas más adelante, fíjate si hay gente a la que le gusta poco..

Lo que sí podrían es cortarse con el consumismo, y las lucecitas que éste año no estamos para tanto gasto.

Ufff que rollo te he soltado.

Besos!

Jo Grass dijo...

Pues a mí me pasa como a Simone, que cuando tienes un hijo y cuando entras en el súper a principios de octubre ya le están cascando a traición el catálogo de juguetes, apaga y vámonos.
Para mí las navidades tienen de especial que, en general puedo ver a todos mis hermanos, que nos largamos de casa muy jóvenes y siempre intentamos reunirnos con mis padres por estas fechas porque el resto del año es bastante dificil que coincidamos.
Otra historia es el asunto consumista, las masas de gente comprando compulsivamente como si fuera a acabarse el mundo, la comida, la ropa... ( ¿no estábamos en crisis?¿ qué pasa con el ahorro energético? ¿ por qué me suben el recibo de luz y gas y me dicen que no encienda la calefacción y yo tengo que pagar el alumbrado navideño con dos meses de antelación?). Surrealismo puro!!

Anónimo dijo...

Pues yo no entiendo que los mismos que adelantan la Navidad dos meses luego no quieran que hayacrucifijos en las escuelas.
¿Donde está la coherencia?

Unknown dijo...

Incluso cuatro, Petrarca... ;)
Madrid es bonita de por sí, pero llena de luces es maravillosa y si nos centramos en mirarla en una de esas esquinas en las que huele a castañas recién asadas, es sencillamente mágica. Y tiene precio la magia?

Un besazo!

El Impenitente dijo...

Voy a volver a leerme el "Cuento de Navidad" de Dickens. Y voy a volver a disfrutarlo.

Yo era igual que tú hasta que nacieron mis hijos. Ahora la Navidad es cosa suya y yo me limito a obedecer y a disfrutar viéndoles disfrutar.

Silvia dijo...

Las luces en Madrid encendidas desde el 27 de Octubre cuestan 4.5 millones de euros y mientras tanto, cada 6 segundos se muere un niño de hambre. Puede que esto sea demagógico pero es la verdad. Yo sí que aborrezco la Navidad, por cosas como esta y por eso de tener que estar feliz por obligación y cosas de esas. Pero bueno, es lo que toca, ya vienen las Navidades.

Bss.

La Tilde Perdida dijo...

Estoy contigo en que la Navidad, concebida como algo consumista, debería empezar más tarde. Yo aún me niego a comer turrón o comprar nada relacionado con ella. Las luces quedan muy bonitas, pero creo que ahora prima que ahorremos y no gastemos en esas cosas hasta que no lleguen días señalados. Al contrario que tú, no soy de las que felicitan las fiestas. Creo que es pura hipocresía que alguien no te hable durante el año y en estas fechas se acuerde de ti. Un besote.

Anónimo dijo...

Ilusión, espíritu navideño, benefactores de Oriente y Laponia: Paparruchas.
Comencé a leer el texto y me dije, mira qué bien, piensa como yo. Y todo se desinfló cuando comenzaste a hablar de los niños y de la ilusión y del espíritu navideño. En mi opinión (respetable porque la expongo con respeto hacia los demás), se trata de un mundo idealista que no tiene que ver con la realidad. Un mundo idealista que es otra cara del consumismo que criticas. Consumismo con buenos sentimientos. ¿A qué niños nos referimos,al hijo de un rico o al hijo de un rumano inmigrante que vive en un poblado de chabolas? ¿Quizás a un niño de vientre hinchado comido por las moscas en un destartalado poblado africano?
A los niños hay que decirles la verdad. Que los reyes son los padres y que viven en un mundo de ilusión y tramposo donde importa más el alumbrado "navideño" que deslumbra y tapa la realidad poco amable. Así comenzarán a conocer mejor donde están y quizás, quizás, se les ocurra cambiar las cosas que es de lo que se trata porque, por los comentarios que veo aquí, no nos gusta a nadie
Los cuentos navideños, a veces, son muy crueles.
Lo mejor de la navidad es que es fiesta. Eso me gusta. El alumbrado me sobra.

Claire dijo...

jejeje... aunque es verdad lo del tema de las lucecitas y el consumo que hacen, a mi me gusta que el 1 de Diciembre ya esté la Navidad en todos los centros comerciales. Lo que son las fiestas navideñas en sí, se pasan en un suspiro, y así por lo menos ya nos estamos ilusionando... Saludos.

Lola dijo...

Y por que a mi me da un bajon en Navidad? Si no fuera porque sirve para reunir a la familia en estos dias, yo pasaría de ella. Pasaría de luces, de regalos, de buenas intenciones de una vez al año,y de todas las "paparruchas" que conllevan esos dias.
Esto me pasa ahora, cuando tenia hijos pequeños me encantaba ver sus caritas felices en estos dias.
Un abrazo Lola

Juan Rodríguez Millán dijo...

Petrarca, si a mí también me molan las luces... pero en Navidad.

Simone, hecho, si se pasan por aquí ya les comento que hagan una parada por allí. Es que los niños marcan la diferencia, de eso no tengo dudas.

Jo, sí, un poco surrealista sí que es. Lo que decía, lo de los niños no sólo lo acepto sino que me encanta. Pero el resto me parece un exceso a estas alturas del año...

Inés, creo que en este tema discrepamos, porque las creencias religiosas creo que tienen un lugar y la educación otro. No comparto tampoco la equivalencia. ¿Son los mismos? ¿Se podría decir que los mismos que tacharon de adoctrinamiento una asignatura como educación para la ciudadanía son los mismos que ahora quieren imponerme el crucifijo? Son debates muy, muy, muy amplios...

Bebita, ¿...no serás tú por casualidad uno de los tres fantasmas, je, je, je? Con esa ilusión, cuentas como niña para la Navidad...

Impenitente, sí que merece la pena esa lectura, sí. Más claro agua: los niños disfrutan y hacen disfrutar a los demás de la Navidad.

Silvia, yo no aborrezco la Navidad, pero me chocan las paradajos. La de tanto tiempo que según el calendario no se corresponde y la del gasto en contraposición con otros discursos.

Tilde, yo felicito a los míos, no voy diciendo "feliz Navidad" a todo el mundo por la calle, eso sí que me parecería hipócrita y supérfluo. Pero igual que un saludo cualquiera o un "¿cómo estás?" que no le interesa.

Anónimo, entiendo tu postura, pero yo le veo muchos beneficios a la magia y a la ilusión. Creo que eso hará más por cambiar el mundo que conocer la verdad pura y dura en unos años en los que los niños, por encima de todo, tienen que soñar y jugar. Sin mucha experiencia, tengo que confesarlo, creo que hasta los niños pobres tienen ilusión con la Navidad, aunque su Navidad no tenga nada que ver con la de los niños de familias ricas.

Claire, no sé, yo es que de niño me ilusionaba igual pensando que ya llegaban las Navidades, no necesitaba los excesos actuales...

Lola, pues es justo lo que creo que hemos dicho muchos: los críos (y algunos no tan críos que viven la magia todavía como entonces) empujan a celebrar estas fiestas con ilusión, pero quien tiene malos recuerdos vive días difíciles.