Ambos jugaron ayer un partido en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid. El primero, Soriano, hace una falta en el centro del campo. El árbitro, Estrada Fernández, da la ley de la ventaja y el juego sigue a favor del Real Madrid. Cuando el balón sale fuera, con muy buen criterio, el colegiado recuerda que esa falta era merecedora de tarjeta amarilla. Se la saca a M'Bami. Sus protestas no sirven de nada, porque, claro, ambos jugadores son como dos gotas de agua y el árbitro no se va a dejar engañar tan fácilmente. Y luego me dicen que es que es arbitrar es muy, muy, muy complicado, que los jugadores no le facilitan la labor y todas esas cosas.
Estos dos creo que no necesitan presentación, pero por una cuestión de educación se la haré de todos modos. El primero es Cristiano Ronaldo, delantero portugués del Real Madrid, ex del Manchester United, icono mundial del deporte y ahora conocido como CR9 (CR7 cuando jugaba en Inglaterra, por aquello del número que llevaba en la espalda). El segundo es José María Aznar, ex presidente del Gobierno español y del PP, actual presidente de la fundación de ese partido, la FAES, y líder planetario sin parangón. Las fotos escogidas facilitan que veáis el motivo por el que he decidido juntarles bajo el título "Parecidos razonables". Pero la cosa no acaba ahí, requiere una explicación.
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Hace ya algún tiempo, el entrenador personal de Aznar nos explicó que nuestro ex presidente puede llegar a conseguir la notable cifra de 2.000 abdominales diarias y cómo eso le había convertido en todo un sex symbol en Italia. Ahora resulta que nos hemos enterado de que Cristiano Ronaldo hace 3.000 abdominales diarias. Sin entrar a teorizar sobre lo picado que pueda estar ahora mismo Aznar con este reto físico y deportivo (ya le veo entrenando para batir a Ronaldo), os dejo la comparativa para que vosotros mismos penséis si merece la pena hacer esas 1.000 abdominales extra cada día durante tantos años y si es mejor alcanzar ese estratosférico registro cuando uno es un veinteañero o cuando uno es un cincuentón.
5 comentarios:
Diría que para mi gusto Cristiano ya se he pasado un pelín, ya está a un paso de parecerse a un chicle masticado, jaja. Aunque también reconozco que la foto 'en conjunto', me ha puesto un poco mala... pero poco, eh... jaja.
De la foto del otro sujeto, ni comento nada, porque me duelen los ojos cada vez que la veo.
Y lo del partido, pues sí, tienes razón, yo soy merengona, pero vamos, que el árbitro no estuve especialmente lúcido, hay que reconocerlo...
Bss.
Veintiañeros...por favor...en los cincuentones...no queda ni medio bien.
De futbol sé lo justo para entender que es un negocio...muy rentable...poco más.
Me he reido mogollón con tu post. ¿Pero que árbitro es ese? es madridista? noooooo, es cegata seguro.
De los otro dos, ni me gusta uno y menos otro, si uno se pasa un pelín, el otro se pasa cuatro pueblos.
Gracias por las risas que siempre vienen bien. Un abrazo Lola.
Que sepas que vi el partido. A mi me gusta mucho el futbol porque antes iba siempre a ver al Hércules.
Silvia, pero eso es porque Cristiano está sacando bola, en realidad está raquítico, je, je, je... Lo del árbitro es una anécdota, pero creo que debiera servir para entender muchas cosas del arbitraje...
Bebita, sabía yo que la anécdota de los jugadores del Almería te iba a gustar... Ah, no, que no te referías a eso, vale...
Inés, yo es que esto del culto al cuerpo no lo entiendo demasiado, pero... Casi todo en esta vida es un negocio rentable. Más que eso me gusta lo que pasa en el campo.
Lola, yo es que soy muy, muy, muy crítico con los árbitros, ya me leerás más cosas sobre ellos seguro, je, je, je... Me alegro de saber que eres futbolera. Al Hércules le tengo ahora como rival directo de los míos para subir a Primera. Lo mismo subimos los dos en junio...
Cómo está de bueno mi aznarín. Me lo comía entero.
Besitos
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