sábado, diciembre 19, 2009

Equilibrismo

Los equilibrismos me gustan en el circo, pero no en la vida real. Con deciros que no me entusiasma la idea de comprar un regalo sólo unas horas antes (¡a veces unos minutos!) de presentarme en una fiesta de cumpleaños, os podéis hacer a la idea de lo que quiero decir, porque eso lo aplico para todo en la vida, especialmente en la faceta laboral. Me gusta ser previsor, me gusta que haya un trabajo detrás de mis acciones, me gusta evitar la improvisación y el equilibrismo cuando se puede hacer y cuando sin duda mejora el resultado final (la espontaneidad tiene otros momentos). Por eso, no entiendo el constante ejercicio de equilibrismo en el que vive la clase mandataria a todos los niveles.

Copenhague, sí, hablo de Copenhague y de la cumbre que me decían definitiva para afrontar el problema del cambio climático. No es el primer ejemplo, pero ojalá fuera el ejemplo definitivo de que el modelo actual no funciona para casi nada. Resulta que delegados de dos centenares de países llevan dos semanas pegándose para alcanzar un acuerdo para luchar contra el cambio climático y salvar el planeta. Resulta que el pírrico acuerdo que al final se ha logrado ha sido por el trabajo a última hora de los jefes de Estado. Resulta que el documento que han firmando algunos, en realidad, es una huida hacia adelante, un "primer paso" (¿otro?), un "acuerdo de mínimos" (¿eso no lo teníamos ya?) sin compromisos concretos.

Visto lo visto, la pregunta es inevitable. ¿Para qué han servido estas dos semanas previas? Y la respuesta es obvia: para nada. ¿Cómo se puede justificar el despilfarro de dinero que ha supuesto el envío de centenares de delegados y el sitio policial de una capital europea? De ninguna manera. ¿Habremos aprendido la lección? En absoluto. La cumbre no sólo supone el enésimo fracaso de Naciones Unidas (ni sirve para la paz, ni sirve para la guerra, ni sirve para el cambio climático, ni veo que sirva para nada), sino del modelo establecido. ¿Delegados? ¿Subalternos? ¿Altos cargos? Para qué, si las esperanzas para todo hay que dejarlas en la persona que manda. Así enchufamos a los amigos, pero poco más. ¿Macrocumbres? Para qué, si la decisión la va a tomar siempre el que sale en la foto final.

Equilibrismo puro. Como en casi todo lo que nos rodea. Si ha habido un trabjo previo a esta cumbre, ha sido inútil. Parece que les gusta vivir sobre el alambre y que la caída sin red no le preocupa a nadie.

7 comentarios:

Silvia dijo...

Llegará un tiempo en que nos arrepintamos de no habernos ocupado del cambio climático en su momento. Y problablemente ya sea demasiado tarde para hacer algo...

Bss.

Lola dijo...

Era de esperar, como pasa siempre, que el resultado fuera este. Y yo me pregunto si no hubiera sido más práctico hacer hospitales en Africa o donde se necesiten con ese dinero malgastado, o mandar alimentos, o cualquier cosa que ayude a la gente.
Creo que me voy a borrar, que voy a desaparecer. Un beso Lola

El Impenitente dijo...

Lo has dicho: la foto final. Si a estas cumbres no fuesen ni cámaras ni fotógrafos no iría nadie. Sin cámaras ni fotógrafos, lo del cambio climático (aunque me confieso escéptico ante el ecoalarmismo) no sería ningún problema y no merecería cumbre.

Claire dijo...

¿¿Pero realmente podrán hacer algo??... Es que si en cien años (redondeando por arriba) hemos CONTAMINADO y PERJUDICADO tantísimo al medio ambiente, no se me ocurre la manera de enmendarlo o de evitar que siga avanzando... salvo volver a vivir como antaño, y no consumir electricidad, no usar coches, no gastar TANTÍSIMA agua.... Lo que quiero decir es que entiendo que la cumbre no haya servido para nada, porque veo dificilísima la solución....
Saludos.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Silvia, pues no sé si será tarde, pero en cualquier caso me molesta tanta falta de preparación, de iniciativa y de compromiso. A ver qué va psando...

Lola, claro, es que para gastarse tanto dinero y recursos como se han gastado en una cumbre que no sirve para mucho, es lícito preguntarse porque no lo han destinado a otros fines.

Impenitente, yo también soy moderadamente escéptico. Algo hay, eso está clarísimo, pero no tengo tan claro que sea irreversible todavía o que vaya a producrise un cataclismo en diez o veinte años como algunos hasta predicen. Más trabajo y menos fotos. Cómo mejoraría el mundo así...

Claire, yo creo que sí se puede hacer. Pero si no se quiere, es obvio que no se puede.

Reverendo Pohr dijo...

Parece que ya nada nos sorprende. Coincido contigo: "es el paso hacia delante", independientemente de adónde se vaya; seguir esa inercia repleta de adorno conciencial (para luego autojustificarse de que se intentó) pero con esa idea en mente de "ya veremos entonces" (en el futuro). Un planteamiento con cierto trasfondo darwinista: preocupémonos de lo nuestro y ya nos adaptaremos a lo que venga. Y él que no, mala suerte.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Reverendo, qué malas son las autojustificaciones. O el "ya veremos" cuando se puede hacer algo hoy. No lo entiendo.