jueves, octubre 25, 2012

El discurso del Rey

Suelo prestar atención al Rey en su mensaje navideño. Sí, sí, ya sé, soy uno de los pocos que lo hace junto con algunos dirigentes de partidos nacionalistas, deseosos de reaccionar a cámara al día siguiente. Suelo prestarle atención porque es el jefe del Estado y en algo tendría que contar esa condición. Pero cuando el jefe del Estado pierde la perspectiva de la situación del Estado en el que ejerce la jefatura se está ganando que nadie le haga caso. Entre su justificación tras saberse de su accidente de caza, los disgustos que le está dando la familia y su creciente adhesión a las políticas del Gobierno actual, algo que no forma parte de sus atribuciones constitucionales y obligaciones sociales con su pueblo, está sumando muchos puntos para que las ideas republicanas cuajen con fuerza en España. Y lo digo sin tener demasiado apego ni desafecto por la monarquía constitucional o por la instauración de una nueva república. Veo pros y contras en todos los sistemas políticos y no soy entusiasta de ninguno. Raro que es uno en este mundo frentista.

El caso es que hoy el Rey ha dicho en Bombay que "las serias medidas de política económica" ya han "comenzado a dar sus frutos". Vale. Como respuesta a esa afirmación, no voy a entrar siquiera en la contestación social que hay a esas medidas ni voy a juzgar si es o no mayoritaria. Simplemente voy a abrir un par de periódicos digitales de hoy en busca de esos primeros frutos de los que habla. El mejor ejemplo de que las palabras del Rey, por muy obligadas que sean para que fuera se crean el mensaje y traigan inversiones a España, no están muy cerca de la realidad lo da el suceso más triste del día. Un hombre se ha suicidado pocos minutos antes de que le embargaran su casa en Granada. A eso es a lo que nos está abocando la forma de responder a esta crisis. A estas soluciones deshumanizadas en las que el banco gana y la persona pierde. Lo pierde todo.Y al mismo tiempo no pasa nada. Todo parece normal. A este hombre no le importan ya las medidas económicas, por muy serias que sean o muchos frutos que estén dando.

Y mientras los jueces denuncian los evidentes abusos legales en este terreno, pero eso no parece urgente de reformar, porque importan más los bancos que las personas, los números que la dignidad de las vidas. Lo que sí es importante regular, como han dicho varios cargos políticos en las últimas semanas, es el derecho de manifestación. No para atender lo que dice Amnistía Internacional sobre el uso excesivo de la fuerza en algunos casos o la impunidad absoluta de quienes se exceden en el uso de la porra con un uniforme y un casco, no. Para proteger a esos que confunden la Ley con la represión. Que serán uno o dos, porque yo no voy a hacer un alegato contra la Policía, pero que, por muy policías que sean, tendrán que responder ante la Justicia como cualquier otro. Porque si hay que protestar contra la financiación ilegal de un partido político o contra la privatización encubierta de la sanidad, tantas veces denunciada como desmentida, para favorecer a amiguetes con dinero público, se hace. Sería mejor que las administraciones paguen los servicios esenciales, porque en Cataluña las farmacias están de huelga por eso. Para otros gastos hay dinero, para medicinas no.

España ofrece mucho más en un día en el que su Rey ve frutos en las medidas económicas, un día como el de hoy, sí. Hasta las cosas más absurdas, vistas desde luego desde el prisma colocado en las alturas. Si no tienes dinero para pagar el uniforme, te pueden expulsar del colegio. Esas cosas suceden, sí. Lo importante no es que un niño esté escolarizado, que ya ha habido noticias de sobra sobre este tema en días anteriores como para que hoy también estén entre los titulares, sino el dinero que tiene. Ojalá fuera eso todo lo grave que sucede en la educación, pero estamos contentos, que para eso Wert dijo con informes de 2010 (gobernaba él entonces, claro) que es mentira que se haya recortado en Educación. Lo de la educación digo yo que alguna importancia tendrá, cada vez menos, eso sí, pero leo que hay un millón de personas sin estudios está en paro, cuando en 2007 eran 400.000. Supongo que ellos tampoco están viendo los resultados de las medidas económicas.

Y resultados tiene, ya lo creo. Los que se veían venir y que todos los meses se concretan en las estadísticas de paro. Así, concretamente y en el día de hoy hemos sabido que desde que se aprobó la reforma laboral, una de esas "serias medidas" de las que habla el Rey, se han disparado los ERE llevados a cabo en España. Gente sin trabajo. En la calle. Sin dinero. Puede que sin futuro. Y sin nada de eso, podemos volver al tema de las hipotecas o de la educación. O a lo de los impuestos, que ya hay propuestas en las que se habla de retirar toda ayuda a la compra de vivienda, incluso con carácter retroactivo o incluir muchos más productos en el IVA normal (el que ahora está en el 21 por ciento), porque si no, y eso se da casi como un hecho que hay que asumir, habrá que congelar las pensiones.

Ya me contará donde están los frutos. Porque yo leo el periódico y hoy no los veo. Si cogiera titulares de ayer creo que tampoco los vería. Y estoy seguro de que con los de mañana seguiré sin verlos. Quizá convendría que el Jefe del Estado abandonara sus discursos escritos por no sé qué asesor, mirara a los ojos a cualquier de los afectados por estas noticias y les dijera que todo lo que acabo de citar no tiene importancia, que es verdad que hay ya unos primeros frutos. Y si no puede o no quiere sacarnos de nuestra ignorancia, porque supongo que seguirá viviendo a cuerpo de rey (¿quién inventaría esa expresión y por qué...?), no creo que sea el único que le agradecería que no pronunciara frases más apropiadas para uno de esos políticos de medio pelo que han provocado la desafección de tantos ciudadanos hacia la política. Porque si eso lo hubiera dicho el portavoz adjunto de no sé qué partido que gobierne en cualquier lugar habría conseguido el titular de prensa que buscaba. Pero creo que el jefe del Estado está para otras cosas. Voy a mirar la Constitución que tengo aquí al lado, en mi estantería, para ver qué dice sobre esto.

3 comentarios:

Speedygirl dijo...

Ese poder de adivinación del futuro que tienen tantos cargos públicos, porque anda que lo "brotes verdes" que vio la Salgado hace un millón de años... Eso también fue para nota. ;P

El Impenitente dijo...

En una feria un hombre vendía una mula. Se acercó un posible comprador: ¿Qué tal es? -Fabulosa. Trabajadora incansable, con una salud de hierro y sumamente dócil. Y está a muy buen precio. La compró. Pasado un tiempo se volvieron a encontrar. -Eres un sinvergüenza. Me has vendido una mula vieja y torpe. Terca como ella sola, se pasa el día tumbada, no sé si porque está enferma o porque es así de vaga. -Tú sigue hablando así de la mula y verás cómo no la vendes nunca.

Pagamos al Rey (y muy bien pagado) para que nos venda la mula por ahí fuera. Y si tiene que ejercer de charlatán de feria, que ejerza.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Sppedygirl, no estuvo mal, no... Todavía el eufemismo puede tener su gracia, pero dar absolutos como este o el de la ministra de Trabajo (mejorando lo presente) de que estamos saliendo de la crisis...

Impenitente, por eso decía, que el político tiene una mula que vender. El jefe del Estado no, y por eso me parece más grave. Creo que hay muchas formas de vender eso que ahora llaman la marca España (que si tenemos jóvenes preparados, que si tenemos infraestructuras, que si... yo qué sé...) antes que soltar una frase que para mucha gente tiene que ser bastante hiriente.